miércoles, 6 de febrero de 2013

Sin escapatoria ~cap 9


         Solo habían 3 días y ya no podía mas, solo quería que todo esto fuera un sueño, una pesadilla; en cualquier momento mi mamá me despertaría para que fuera al colegio porque se me hacia tarde como siempre, mi papá se ofrecería a llevarme para que no me pongan retraso, pelearía con mis hermanas porque volvieron a tomas mis zapatillas sin mi permiso y las dejaron sucias.
         --Ya no quiero esto, quiero que todo vuelva a ser como antes, monótono y aburrido –lagrimas llenas de inseguridad y miedo surcaron mi rostro, ni siquiera me importo limpiarlas, ya no quería nada, podría morir en este momento y no me importaría.
         --Si nada de esto hubiera pasado...jamás te habría conocido Alicia
         --Pensé que te habías ido, Val.
         --Me vi tentada a hacerlo pero algo me dijo que no me fuera muy lejos, siento mucho haberme burlado de tu estatura estuvo mal, pero no lo hice para molestarte solo era una muestra de cariño. Pero si te molesta no lo hare más.
         --Yo también lo siento, no debí haberte gritado así, es solo que estoy bajo mucha presión.
         --No tienes que soportar el peso tu sola, déjame ayudarte, deja que te ayudemos.
         --Es que no lo entiendes, desde que todo esto empezó me vi en la obligación de tener que ser la que lleve la cabeza fría porque si yo no lo hago nadie más lo hará. Debiste haberlo sentido, el miedo de todas se puede palpar en el aire...
         --El tuyo igual, como tú también tengo miedo pero sé que podremos lograrlo. Déjame ayudarte Alicia –vi como tendió su mano hacia mí, me miraba con dulzura y comprensión, sonreía de forma relajada, su mirada me hizo olvidar mi miedo y su sonrisa hizo que mis hombros se relajaran.
         --De acuerdo –tome su mano, sellando el trato de que ambas nos apoyaríamos cuando ya no pudiéramos más.
         --¿Qué buscas? –pregunto en cuando soltamos nuestras manos.
         --Municiones, mi papá tiene una caja llena de balas de escopeta, pistola, revolver y balas de salva.
         --¿No es esa? La que está debajo de la caja plástica.
         Tenia razón, ahí estaba. Mi papá había sido listo, él sabía que jamás tocaría las fotos antiguas. Con cuidado levante la caja y la deje a un lado. Cuando trate de tomar la caja de municiones... no pude.
         --¿Me ayudas por favor? No puedo moverla
         Val solo sonrió en forma de respuesta, entre las dos sacamos la caja y reacomodamos todo. Me voltee a ver a Val y ella miraba con curiosidad la caja donde estaba todas las fotos que se habían sacado antes de que se inventaran las cámaras con USB.
         --Son fotografías antiguas, de esa que se iban a revelar.
         --Deben ser valiosas.
         --Si, ahí hay muchas fotos de muchas épocas, pero como son tantas no las podemos tener todas afuera.
         --Ya veo.
         --Bueno vamos a alistarnos ¿me acompañaras a “limpiar” los alrededores?
         --Te dije que te apoyaría, solo te pido algo
         --Dime
         --¿Puedo usar la pistola? Para mi es mas cómodo
         --Es algo perturbador que lo pidas, pero no hay problema siempre y cuando prometas que no le harás nada, es un recuerdo de mi padre.
         --Lo juro.
Cerré la puerta y nos dirigimos al living donde nos topamos con una escena…pues que aunque no me molesta era…Fernanda y Nicole se besaban como si hubiera un mañana y con la situación actual quizás no lo haya. Ellas se dieron cuenta de nuestra presencia; mi rostro demostraba vergüenza por haber interrumpido y el de Val solo demostraba sorpresa, quizás nunca se lo espero de ella porque no parecen las típicas lesbianas, y el rostro de ellas era todo un poema; vergüenza, miedo y algo de rabia por haber interrumpido.
--Nosotras…--trato de hablar Nicole.
         --Chicas, hay habitaciones de sobra. Solo les pido que tengan cuidado. Jack aun es muy pequeño –reí un poco por su nerviosismo
         --Perdona Alicia.
         --No importa, por ahora vayan a buscar a Alex, Andrea y a Jack tenemos que decirles algo.
         Se acomodaron un poco la ropa y el pelo y fueron a buscar a los demás. Una vez que se fueron comencé a reír, me había dado gracia haberlas pillado en pleno beso. Val me miraba como si estuviera junto a una loca, pero luego sonrió.
         --Me gustas más cuando ríes que cuando estas seria, deberías reír más.
No podía parar de reír, me dolía el estomago. No podía recordar cuando había sido la última vez que me había reído así.
         --Solo cuando la situación lo amerite, prometo reír.
         --Vaya, cuéntame el chiste Al
         --Si supieras Alex –dirigí una mirada cómplice hacia la pareja y estas se pusieron nerviosas.
         Nos sentamos a la mesa y comenzamos a analizar la situación. Debíamos limpiar las casas para poder estas más seguras, limpiar los alrededores y conseguir comida y agua para sobrevivir, aparte de autos por alguna posible huida.
         El plan seria el siguiente: primero cerraríamos los portones con cadenas, las más posibles para estar seguras, dejaríamos una copia de las llaves cerca de los portones porsiacaso. Luego limpiaríamos las casas para poder buscar comida, armas o lo que fuera de utilidad. Una vez que los alrededores fueran seguros iríamos a los supermercados cercanos para poder tomar la mayor cantidad de comida. Trataríamos de hacer todo eso en menos de 3 días para que cuando fuéramos al supermercado aun estuviera todo allí.
         --Escuchen, Val y yo iremos a limpiar las casas de los alrededores porque somos las únicas que saben manejar armas. Andrea y Alex necesito que vayan a cerrar los portones y pongan las cadenas de bicicleta que les daré luego. Fernanda, Nicole y Jack… ¿podrían hacerme el favor de limpiar las habitaciones de Roseta y Viviana? Así cada uno podría dormir en una cama y no creo que nadie quiera dormir en una habitación llena de sangre. Sé que es muy…escalofriante pero si no quieren lo entenderé.
         --Por mi no hay problema Alicia –respondió sin siquiera pensarlo Jack.
         --Creo que hablo por las dos cuando digo que tampoco tenemos problemas –dijo Fernanda.
         --De verdad se los agradezco mucho.
         A penas eran las 12 fui a la bodega donde se encontraban las cadenas de bicicleta y… mis padres. Abrí con pesar el lugar y el olor casi me hizo devolver el desayuno. No sé de donde saque la fortaleza para no hacerlo.
         Dios santo, como pude olvidar a mis padres aquí. Roseta, Viviana y Fernando siguen en las habitaciones, antes de que empecemos con todo será mejor que los sepulte.
         Tome las cadenas de las bicicletas y las deje afuera y volví a bajar. Tome una lona que usábamos para tapar la piscina de plástico cuando la poníamos en verano y en ella puse lo miembros de mis padres. Na vez que me asegure de que no se me olvido nada subí con mucho esfuerzo. Mire a mí alrededor ¿Dónde sería un buen lugar para que mis padres y mis hermanas descansaran? Luego la respuesta vino a mí en cuanto vi los rosales que habíamos plantado mi papá y yo el verano pasado. Deje a mis padres en la sombra del naranjo que habían plantado desde hace ya 5 años, no quería que siguieran pudriéndose. Entre a la casa y todas me miraron con espanto.
         --¿Qué pasa?
         --¿¡Dios santo Alicia que te paso!? Estas cubierta de sangre –Alex se me acerco y empezó a buscar alguna herida y se tranquilizo cuando vio que la sangre no era mía.
         --Estoy bien, solo que saque a mis padres para poder enterrarlos. Ahora voy por Roseta, Viviana y Fernando.
         --¿Necesitas ayuda?
         --Tengo que hacer esto… --las palabras murieron en mi boca en cuanto vi a Val. Recordé que le había prometido no cargar con todo --¿Me ayudan? De verdad están muy pesados –baje la cabeza triste, dolida y avergonzada.
         --Yo si –respondió Val
         --También yo –dijo Alex abrazándome importándole nada que la dejara sucia con la sangre.
         --Yo igual –Nicole se me acerco y me acaricio la cabeza
         --Eso ni siquiera se pregunta Al –respondió Fernanda
         --Yo ayudare en lo que pueda –dijo que Jack
         --Gracias –respondió sinceramente mientras sentía que volvía a llorar, lo cual tomo por sorpresa a Nicole, Fernanda y a Alex porque sabían que odiaba llorar en publico. Sentí como alguien me abrazaba, una sensación de paz recorrió todo mi cuerpo, solo había una persona que podría provocar esa sensación en mi cuerpo. –Val…
         --Hay veces que es bueno llorar, adelante: grita, llora, saca todo lo que tienes dentro.
         Ese fue el detonante que libero una tormenta, sentí como mi interior se quebraba, toda esa faceta de chica sin emociones se rompió. Llore como no hacia desde hace mucho tiempo, llore como había llorado en el funeral de mi abuelita, llore y grite lo que había callado desde hace mucho tiempo. Me abrace con fuerza al cuerpo que hacia que todas mis defensas cayeran, de repente sentí como la fuerza de mis piernas se iba y caí de rodillas un llorando. Val se arrodillo conmigo y se quedo así hasta que me separe de ella.
         --¿Estas mejor? –pregunto secando una traviesa lagrima.
         --Un poco…
         --Sera mejor que empecemos, debemos hacerles un entierro decente a todos. Alicia recuerda que estamos juntas en esto, no dudes en pedirnos ayuda aunque jamás podremos sustituir a tu familia nosotras lo seremos de ahora en adelante –Alex se agacho hasta quedar a mi altura y me beso en la frente.
         --Gracias –sonreí levemente.
         Las chicas se ofrecieron para bajar los cuerpos de mis hermanas y de Fernando mientras Val, Jack y yo hacíamos las fosas para poder enterrarlos. Jack trataba de ablandar la tierra con el chuzo, aunque era gracioso verlo intentarlo, el chuzo debía pesar lo que él. Val y yo hacíamos las fosas con las palas, debían ser profundos para que el olor no llegara a traspasar la tierra porque no contábamos con cal.
         --No sé como lo hacer
         --¿A que te refieres? Usar una pala es fácil –bromeo Val
         --No me refiero a eso, tú haces que sea como soy en realidad, me haces bajar todas mis defensas.
         --Yo no hago nada en especial, solo soy como soy y tu no deberías ocultarte detrás de una mascara, porque eres bella tal y como eres –me sonrió de una forma que no supe descifrar pero que movió todo lo que había en mi interior; podía sentir los latidos de mi corazón en mis oídos, sentía la cara caliente, sin mencionar que las palabras no me salían --¿Tu qué opinas, Jack?
         --No lo sé, para mi todas las niñas son iguales. No me gustan –dijo con asco, lo cual nos causo gracia a las dos.
         Cuando ya teníamos 2 fosas terminadas las chicas llegaron con 3 bultos envueltos en sabanas manchadas de sangre y traían otras 2 más. Entre todas logramos terminar las 5 fosas, pusimos los cuerpos con cuidado en cada una; las de mis padres fueron un poco más complicada porque no quería que se mezclaran y ante la aterrada mirada de mis amigas separe los miembros y los puse en fosas distintas. Tapamos los agujeros y arranque 5 rosas para luego poderlas en cada montículo de tierra.
         --Yo no soy buena con las palabras, pero creo que la situación lo amerita. Siempre ame y amare a mis padres y hermanas, a Fernando lo estaba conociendo pero nunca me agrado en verdad, pero jamás le habría deseado una muerte así. Aun no me explico porque mis padres estaban así pero prefiero no saber. Solo les prometo algo: SOBREVIVIREMOS, JUNTOS.
         --No se preocupe señora Elsa yo cuidare a Alicia por usted, evitaremos que haga estupideces muy arriesgadas.
         Sentimos un fuerte viento, traía un aroma desagradable, como un olor a podrido. Miramos las nubes y estas estaban negras.
         --Parece que va a llover, será mejor que entremos.
         --Esperen –Jack nos detuvo y miro hacia donde provenía el viento –Creo que sería buena idea poner las cadenas, tengo un mal presentimiento.
         --Yo igual me siento inquieta –dijo Andrea.
         --Vamos todas, hay algo en el aire que no me gusta –termino Val
         Val y yo tomamos las armas con mucha munición por si la necesitábamos, a las demás les dimos armas más contundentes; Andrea se quedo con la pala que había usado yo para hacer las fosas, Fernanda el bate que mi papá me había regalado para la navidad de hace ya 10 años, Nicole tomo otra pala y Alex tomo el machete de mi abuelo. Yo me colgué el sable de papá por si lo llegaba a necesitar. El primer portón estaba detrás de mi casa así que fue el primero en ser cerrado. Les habíamos pedido que no se separaran y que se quedaran detrás de nosotras, como era poca la distancia fuimos caminando, no queríamos que el ruido del motor alertada a las cosas que estañan cerca que estábamos ahí. Por suerte no había de esas cosas por los alrededores así que nos fue fácil llegar al segundo portón. Cuando llegamos y cerramos vimos que un gran grupo de esas cosas pasaba frente a nosotras. De algún modo todas retuvimos el grito que amenazaba con salir de nuestras gargantas. Parecía que caminaban hacia el cerro, fije la vista hacia el lugar y vi que tenia fuego. Seguramente el olor a pasto quemado y lo que fuera que hubiera allí los llamaba. Ninguno nos presto atención y creo que fue mejor así, jamás hubiéramos salido vivas si esas cosas se tiraban todas juntas contra el portón.
         --Sera mejor irnos en silencio, no queremos que noten nuestra presencia –susurro Val en mi oído
         --Tienes razón, vámonos
         Cuando nos volteamos vimos 5 de esas cosas acercándose a nosotras con claras intenciones de comernos, pero eran lentas y tiesas. Iba a disparar pero Val me detuvo y me apunto al otro lado del portón, si disparaba esas cosas se darían cuenta de que estábamos aquí y tratarían de entrar.
         --Alex préstame el machete y quédense atrás –desenfunde el sable y se lo entregue a Val y Alex me entrego el machete.
         --Ten cuidado, ya no tengo con que salvarte si esa cosa se abalanza sobre ti.
         --Tranquila si eso pasa ustedes me ayudaran –sonreí de forma tranquila para relajarla y funciono. Solo espero que podamos llegar a casa enteras.