domingo, 16 de marzo de 2014

Sin escapatoria ~cap 17

Sentia sus manos recorrer mi espalda, cintura, caderas y volvia a repetir el ciclo. Se podía volver una costumbre el que estuviéramos asi. Estaba recostada sobre el cuerpo de Val, mi cabeza descansaba en el hueco que hay entre el hombro y el mentón, sentía su aroma natural, era dulce, era tan…ella.
--¿Al, estas dormida?
--Aun no.
--Deberias descansar, te hara bien. Yo no me moveré de aquí.
--No quiero –me removí y volvi a acomodarme sobre su anatomía.
--Eres muy caprichosa –senti como besaba dulcemente mi cabeza.
--Asi me amas –le conteste sonriendo suavemente.
--Es cierto –Val bajo sus manos hasta dejarlas en mi cintura mientras la acariciaba.
Levante la vista y me encontré frente a frente con esos ojos oscuros que me habían hechizado desde el primer momento en que los vi. Queria besarla. Quería que me abrazara, que me tocara como lo hizo en el baño cuando tratamos de tomar una ducha, y por la forma en que sus ojos brillaban ella también quería lo mismo que yo, quizás lo quería más que yo.
         Cuando Val se me había confesado dijo que desde hace mucho tiempo yo le gustaba, pero no me dijo desde hace cuanto ¿Cuánto tiempo habrá sido? ¿Meses? ¿Años? No, años no creo. No llevo tanto tiempo viviendo en esta casa ¿Semanas?... ¿Por qué estoy pensando en eso cuando podría estar besándola a ella?
         Tratando de provocarla lamí mis labios de forma inocente y trague saliva, en ningún momento quite la vista de sus hermosos ojos. Me encanta su color. Sentí como sus manos se movían en mi cintura, parecía que estaba haciendo un puño y lo soltaba para volver a empuñar la mano. Se estaba conteniendo. Bese un par de veces su cuello, la sentí suspirar, levanto un poco el cuello para darme mas espacio el cual aproveche. Segui besando su delgado cuello hasta que llegue a su mentón. Me quede observándola unos segundos para impasientarla y resulto; ella no quería esperar. De un rápido movimiento Val cambio de lugar conmigo mientras me besaba con pasión. Sentía su lengua recorrer con libertar el interior de mi boca, yo le concedía esa libertad. Coloque mis piernas en sus caderas para poder sentirla de una forma mas completa pero no se acercaba a la forma en que habíamos hasta hace unos días en el baño. Una de sus manos se coló por debajo de mi polera, acaricio mi estomago, mi cintura y lentamente fue subiendo un poco mas hasta que rozó mi pecho. Suspire tan fuerte que tuve que romper el beso, lo cual Val aprovecho para poder besar mi cuello, su lengua recorria a sus anchas mi yugular. Dios, esto se sentía tan bien. No quería que nada en este mundo nos interrumpiera.
         --Al, te quitare esto –yo solo asentí y me senté para que ella retirara mi polera. Una vez fuera volvi a devorar sus labios.
         Val coloco nuevamente su mano en mi seno para poder tocarlo de forma suave y gentil. Yo menti mis manos por debajo de su musculosa y se la quite. Me quede mirando su cuerpo atlético, era hermoso, recorri apenas rozando con la yema de mis dedos sus hombros, su pecho y su abdomen.
         --Alicia, eres hermosa. No sabes lo afortunada que  me siento de tenerte asi. Te amo, Alicia. Te amo.
         --Tambien te amo Val. Tanto que te dare a ti, y solo a ti mi cuerpo, alma, corazón y vida. Nada ni nadie nos separara.
         --Te estuve buscando por tanto tiempo, aun no puedo creer que al fin te tengo entre mis brazos.
         --Pues empieza a creerlo, porque esta pasando.
         Volvimos a besarnos pero esta vez de forma mas pausada. Pude sentir como la mano dominante de Val bajaba por mi cuerpo, me recorria con tal lentitud que crei que iba a perder la paciencia en cualquier momento, hasta que llego al borde de mis pantalones. Gemi suavemente anticipándome a lo que vendría. Justo cuando sentí que el botón de mis jeans era aflojado una fuerte explosión se escucho a fuera.
         --¡Alicia, Val! –Alex entro a la habitacion –Siento mucho interrumpir chicas, de verdad, pero tenemos problemas. Un grupo de sobrevivientes intentan entrar por el porton del frente. Fernanda y Nicole ya fueron a ver si podían hacer algo.
         --¡¿Qué hicieron que?! –Val se alejo de mi y de inmediato sentí su ausencia –Al, vístete, tenemos que ir con las demás.
         Vi como Val se colocaba una polera distinta, esta era una polera polo que se encontraba en el suelo, y tomaba la pistola de mi padre. Me sentía frustada, mataria a los idiotas que habían interrumpido mi momento con Val… un momento, estuve apunto de…Oh por Dios. Estuve apunto de hacer eso con Val, no la llevaba conociendo ni una semana y le iba a dar algo tan importante: mi primera vez.
          Que demonios estaba pasando en mi cabeza.
         Ella me gustaba y mucho, la amaba pero no la conocía. No sabia nada de ella. Como se supone que puede gustarme, que puedo amarla sin saber nada sobre Val, seguramente ese ni siquiera era su nombre real.
         --¿Al? –sentí la mano de Val sobre mi hombro desnudo.
         --Ya voy, adelantate. –La vi titubear pero finalmente se fue corriendo a ver que sucedia en el porton principal.
         --¿Alicia? Se que es muy idiota que pregunte esto pero ¿estas…bien? Te noto algo…aparte de frustrada, confundida –Como se notaba que Alex me conocía muy bien.
         --¿Crees que podamos hablar una vez que solucionemos esto?
         --Por supuesto, para eso están las amigas.
         --Gracias.
         Tome la polera que había estado usando antes y salí de la habitación con Alex a mis espaldas; mientras íbamos bajando las escaleras me coloque la prenda y tome la escopeta que estaba justo al lado de la puerta. Iba a abrir la puerta cuando vi sobre la mesa del comedor un laser puntero. Lo tome y fui corriendo hasta la cocina donde tome la cinta adhesiva que siempre estaba allí. Los pegue y comprobé que el laser no se caia. Alex me esperaba en la puerta con el bate entre sus manos. Se le veía asustada y no era para menos, yo también lo estaba. Los necrófagos eran una cosa, pero los humanos eran una muy distinta. Más si se trata de hombres…no quería ni siquiera pensar en eso. Una vez que estuve lista salimos corriendo al lugar donde quizás mas de alguna persona moriría, solo esperaba que no fuera una de nosotras.
         Cuando estábamos por llegar escuchamos un disparo y el grito de un hombre junto con el chillido de terror de una mujer. Mire a Alex y pensé lo peor. Mire mi arma y me maldecí interiormente por no haber tomado las armas de vecino, un rifle habría sido mejor opción que una escopeta porque estas armas solo son efectivas si estas a una distancia cercana. Hice unas señas a Alex para que me siguiera en silencio.
         Aun estaba oscuro asi que ocuparíamos ese factor como una ventaja, los tipos que estaban en el porton no sabían cuantos eramos y que tanto sabíamos defendernos. Asechamos por las sombras hasta que llegamos a una distancia prudente, desde nuestra posición podía ver al menos a 4 hombres y 2 mujeres, venían en camionetas, no sabia si habían mas dentro y esperaba que no hubieran. Vi como 2 de esos intrusos tenían sometidas a Nicole y a Fernanda mientras las otras dos mujeres sostenían a Val arrodillada en el suelo. Busque con la mirada la pistola de mi Papá pero al parecer Val no la tenía encima. Entonces me espere lo peor. Uno de esos imbesiles tenia la pistola de mi papá.
         --Tenemos que acercarnos más. Desde aquí no puedo hacer nada.
         --Es muy peligroso.
         --Pero si no hago algo quien sabe lo que pueden hacerle a las demás. Voy a acercarme y tratare de ver quien esta a cargo, si lo elimino puede que tengamos una oportunidad. Escucha Alex, si algo pasa quiero que vayas por Jack y escapen de aquí.
         No le di tiempo para responder porque salí corriendo hasta una casa y aprovechando el impulso trepe y salte al otro lado. Por suerte no estaba con ropas muy coloridas asi que podía mimetizarme en la oscuridad. Me escondí en una casa esquina que me daba una vista panorámica del lugar; hasta hace muy poco el dueño de esta casa había hecho remodelaciones en la casa y había dejado un lugar que daba la sombra de la casa junto con un gran árbol que me ayudaba a ocultarme, yo podía verlos, ellos a mi no.
         --Lo preguntare por ultima vez chiquilla ¿Dónde esta su líder?
         --Y yo te lo vuelvo a decir idiota no-te-ne-mos, solo tratamos de sobrevivir que no entiendes –un hombre que no pasaba los 25 años se acerco a Val y la abofeteo.
         Estuve a punto de salir de mi escondite pero si salía y me agarraban estaríamos perdidos. Así que me contuve. Mordí mi labio para poder distraerme. Comprobé la munición que había traído. Solo tenía 10 cartuchos, ósea tenía 5 tiros. Y uno de ellos tenía el nombre de ese infeliz escrito.
--Cuida tus palabras maldita lesbiana. Odio a la gente como tu, son unos enfermos, pero yo sé cómo curarte esa enfermedad.
Los hombres empezaron a reír anticipando lo que se veía venir, las mujeres se veían algo incomodas, aunque era obvio, cualquiera estaría así si estuviera a punto de presenciar una violación.
         --Félix déjame probar a mi también, hace un dos semanas que no pruebo un buen polvo –otro tipo se acercó a Félix.
         --Tienes otras dos Bastian, ella es mía –se lamio los labios de forma morbosa y sonrió –Esto lo voy a disfrutar mucho y tú también, asquerosa lesbiana.
         Vi como el idiota se acercaba a Val y se soltaba el cinturón. Sentí como la ira se apodero de mí y ya no soporte más. Salí de mi escondite y con agilidad llegue hasta Felix coloque los cañones de la escopeta justo bajo su mandibula y jale el gatillo. La cabeza del idiota voló en mil pedazos. Una vez que cayo al suelo quebré la escopeta y la volvi a cargar para esta vez apuntar a Bastian y volví a disparar. Otro muerto. Quebré el arma y volvi a cargar el cartucho pero esta vez apunte a las camionetas, no los podía dejar escapar, cabia la posibilidad de que fueran un grupo mas grande y que informaran sobre nuestra posición. Volvi a disparar y las ruedas delanteras de ambas camionetas quedaron inservibles. Con calma me acerque al cuerpo de idiota que si quiera había pensado en abusar de MI novia, lo registre hasta que di con un arma muy familiar: la pistola de mi Padre.
         --Osaste a poner tus asquerosas manos sobre la posecion mas sagrada que tengo, maldito infeliz --Cargue el arma con la que me sentía mas comoda, me colgué la escopeta en el hombro y apunte a los hombres que tenían cautivas a Nicole y Fernanda –Si no quieren sufrir el mismo destino que sus compañeros les sugiero que las suelten o me vere obligada a disparar.
         --Estas en desventaja numérica enana. El hecho de que hayas matado a ese par de idiota no cambia nada –Hablo con chico de no mas de 20 años que tenia sujeta a Nicole.
         --Respuesta equivocada – dispare y le di en el hombro que lo hizo caer de rodillas al suelo –Tu, sueltala ¡AHORA!
         El otro era un chico de unos 17 años, este al parecer era mas inteligente porque solto a Fernanda y de forma lenta se coloco boca abajo en el suelo y puso ambas manos sobre la cabeza. Me voltee a ver a las muchachas que aun tenían cautiva a Val y con solo una mirada estas la soltaron.
         --Al suelo. No me hagan repetirlo dos veces.
         Las chicas imitaron al chico y se arrojaron al suelo. Quebré la escopeta y la cargue. Me acerque al tipo que se revolvía en el suelo de dolor y coloque mi pie sobre la herida.
         --¿Cuantos son? ¿Y que tan lejos esta tu grupo de aquí? Porque no me voy a creer que solo sean ustedes.
         --No te lo dire –a duras penas me contesto por culpa del dolor, lo mas probable es que le haya fracturado la clavícula.
         --Mala respuesta—comencé a presionar la herida hasta hacer aullar de dolor al hombre –Misma pregunta, responde o te vuelos los sesos –apunte los cañones del arma justo en su frente.
         --Matame.
         --Como tu quieras –sin siquiera pensarlo jale el gatillo pero el disparo nunca llego a su destino.
         Alguien me había sujetado por detrás y había desviado el tiro tomando el cañón del arma. Por puro instinto me voltee, librándome de su agarre tome la pistola que descansaba en mi pantalón y encañone a la persona que me había detenido. Pero cuando vi de quien se trataba lentamente baje el arma.

         --¿Felipe?

jueves, 6 de febrero de 2014

Sin escapatoria ~cap 16

         Lentamente me voltee para ver de dónde provenía ese sonido, pero luego me arrepentí al verme nuevamente en el piso con un peso extra sobre mi tratando de arrancar un trozo de carne de cualquier parte de mi cuerpo, la que estuviera más cercana a sus dientes. Como pude me lo quite de encima, tome el bate y encendí la linterna que de algún modo volvió a funcionar. Quede en shock, no podía creer lo que mis ojos veían; frente a mi estaba Fernanda con una fea herida en la garganta, sangre en las manos y boca, me miraba con hambre. Esa ya no era Fernanda. Retrocedí hasta que choque con algo duro que me sujeto de los hombros pero logre soltarme de su agarre, era Nicole.
         --Esto no puede estar pasando, tiene que ser una pesadilla –estaba al borde del llanto. Tenía que ser una pesadilla.
         Pronto un nuevo ruido se escuchó, esta vez de afuera de la casa, para ser más precisa de la puerta principal. Con una rápida mirada distinguí a Alex, Andrea y a Jack afuera, golpeando la puerta, tratando de entrar
         --Dios…no… --sentí como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
Val.
Caí en cuenta que faltaba Val. Vi como Fernanda y Nicole se me acercaban de nuevo pero yo las golpee fuertemente para que cayeran al suelo y yo escape a la habitación de mis padres. Cerré la puerta con pestillo y me deje caer por el trozo de madera hasta quedar sentada en el suelo alfombrado.
--Quiero despertar, esto no puede estar pasando –me negaba a creer que todos estuvieran muertos, estaba sola y no sabía que hacer –Val… ¿Val donde estás? –abrace mis rodillas contra mi pecho llorando. Pero no dure mucho en esa posición porque el ruido de alguien golpeando la puerta me hizo saltar y ponerme de pie. Se escuchó un fuerte ruido y vidrio quebrarse. Alex, Andrea y Jack seguramente hacían echado la puerta abajo y habían entrado. Los golpes en la puerta se intensificaron, era solo cosa de tiempo para que ellos entraran y me mataran.
--Al –alguien me llamo, me gire para ver quién era. Era Val.
--¡Val! –Me lance a sus brazos llorando –Dios, que bueno que estas bien, las chicas…Alex…Jack…Son necrófagos, tenemos que salir de aquí antes de que…--fui interrumpida abruptamente porque fui arrojada con fuerza hasta una pared.
Sentí una gran presión en los hombros que no me dejaba moverme. Por culpa del golpe cerré los ojos y cuando los abrí sentí como algo dentro de mí se rompía. Val está sujetándome contra la pared pero ella tenía una gran herida en el hombro, aun fresca, sangrante.
--No…Val…tu…no… --vi como todo ocurría en cámara lenta. Val acerco su boca hasta mi cuello y con violencia arranco un trozo de mi garganta. Me dejo caer al suelo. Yo me sujete con fuerza la herida haciendo presión para que la hemorragia parara, me estaba ahogando con mi propia sangre. Escuche como la puerta se abría con fuerza y los demás entraban y caminaban hasta mí, iba a morir. Tenía miedo. No quería morir, no así.
--¡NO! –grite cuando los vi abalanzarse sobre mí.
--Al ¡Al! ¡Alicia! –Escuchaba la voz de Val llamarme --¡Despierta, es solo una pesadilla!
Abrí los ojos y me senté en la cama. Dirigí mis manos hasta mi cuello para cerciorarme que no tenía nada, luego me pase el dorso de la mano por los ojos, fue cuando me di cuenta que estaba llorando y sudando. Una pesadilla. Mire a mi costado y ahí estaba Val con una expresión sumamente preocupada; fue cuando recordé la herida. De un rápido movimiento le quite la playera y revise sus hombros, sus brazos y su cuello. No tenia nada. Solte un suspiro y recargue la frente en su pecho.
--Solo fue un sueño –me dije a mi misma –Una maldita pesadilla.
Sentí como Val me envolvía en un abrazo que me hizo sentir pequeña, pero protegida. Volvi a llorar. Ese sueño había sido horrible, se había sentido tan real.
--Ya paso todo, solo fue una pesadilla Al.
--Fue tan real.
--Solo fue un sueño, vamos duerme otro poco. Hoy Fernanda y Nicole tendrán la guardia asi que no hay de que preocuparse.
Fue cuando recordé que en el sueño a las primeras que había visto como necrófagos habían sido ellas. Me separe de Val y corri escalera abajo justo cuando Fernanda estaba saliendo de la casa para ir a hacer la guardia.
--¡No salgas! –le tome de la cintura y la abrace –Por favor no salgas, no esta noche.
--¿Qué sucede Alicia? –senti como trato de alejarme de ella pero yo me agarre con mas fuerza a su cuerpo.
--¿Alicia que pasa? –Senti a Alex tocarme el hombro pero y yo me tense al instante saltando al menos 1 metro de distancia de ella.
--Tuvo una pesadilla. Al parecer fue una horrible. Al, tranquilízate, no pasa nada –Val se me acerco lentamente hasta que estuvo frente a mi me tomo la mano y entrelazo nuestros dedos.
--Solo por esta noche…no salgan, solo por esta noche.
Vi como todas se miraban, al parecer les estaba contagiando el miedo.
--¿Qué soñaste Alicia? –me pregunto Nicole, ella sabia que mis sueños muchas veces no eran solo eso, en algunas ocasiones eran una visión de lo que podía pasar.
Hubo una vez que soñé que estábamos en clases cuando se escucho una explosión y todo se volvió caos y fuego. Resulto que al dia siguiente en clase de química unas chicas se habían equivocado de químicos y cuando los mezclaron hubo una explosión y el laboratorio ardio en llamas. Solo ella sabia que yo lo había soñado la noche anterior.
--Las vi a todas convertidas en necrófagos, trataron de atacarme –la cara de Nicole se desfiguro, ella tomo la mano de Fernanda y la apretó con fuerza.
--No salgas –le rogo.
--Solo fue un sueño, seguramente producido por lo que paso esta tarde –hablo Alex.
--Tu no entiendes, los sueños de Alicia no son solo eso.
--Tenemos que hacer la guardia, por si esas cosas se llegan a meter o si alguien llega a entrar –le respondio Fernanda.
--¿Qué te parece si vamos Fernanda y yo? Estando las dos seria mas fácil defendernos si algo llega a pasar, además de que me manejo con las armas de fuego –dijo Val. Yo solo me abrace a su cuerpo, no quería que me dejara sola – ¿Alex puedes quedarte con ella? No la dejes sola.
Sin importarme nada me puse de puntillas y la bese con desesperación, fue corto pero intenso.
--Solo confíen en mi, por favor. No salgan.
--De acuerdo. Nadie saldrá de esta casa hasta el amanecer. Luego de que el sol salga Fernanda iras a recorrer la zona para asegurarte de que todo esta en orden –hablo Alex. Colocó su mano sobre mi cabeza y me revolvió el cabello –ya puedes estar tranquila, nadie saldrá.
Solte un largo suspiro, solo en ese momento me di cuenta que no estaba respirando. Val me tomo de la mano y fuimos hasta nuestra habitación. Cuando por fin me recosté en la cama cai en cuenta de que la había besado frente a las demás. Mi cara adquirio un tierno color rosa, cubri mi cara con una almohada esperando que fuera suficiente escudo contra mi vergüenza.
--Al ¿Qué fue eso? –me pregunto Val, sentí con un peso extra hundia un poco el colchón.
--¿A que te refieres? –pregunte de vuelta.
--A la escena de abajo, solo fue un sueño.
--Val, tu no lo entiendes –me enderece y me quite la almohada de la cara –Cuando yo sueño este tipo de cosas, cosas malas, siempre pasan de algún modo. El dia que todo se fue a la mierda no pude dormir, porque tenia miedo. Miedo a tal punto de que no pude dormir en 2 dias. Val, creeme por favor, necesito saber que confias en mi.
Nos mantuvimos en un largo e incomodo silencio. La veía debartir con ella misma, miraba algún punto de la cama, algún mueble, yo y volvia a cambiar de objetivo. Hasta que su mirada se cruzo con la mia.
--Te creo, aunque sigue sonando algo descabellado.
--Gracias –la abrace fuertemente. No quería separarme de ella, se sentía tan bien estar envuelta en su calor.
Levemente nos separamos y no quedamos viendo. Me encantaban sus ojos negros, su cabello corto y su forma madura de ser. Pronto, la distancia desaparecio, nos unimos en un beso sin prisa. Coloque mis brazos en su cuello y la atraje mas a mi. Poco a poco terminamos recostadas sobre la cama, ella sobre mi y yo bajo ella. Todo era perfecto. Por un momento me olvide de todo lo que pasaba fuera de estas 4 paredes; no había muerte, no había destrucción, no había necrófagos, solo estábamos ella y yo. Suavemente nos separamos y ella acomodo un mechon de mi pelo detrás de mi oreja. Yo acaricie su rostro y parte de su cuello, dibuje figuras en la piel expuesta de su pecho, llevaba puesta una musculosa roja. Esta vez fue ella la que extinguio la distancia que había entre nosotras. Tomo posesión de mi cintura y la acaricio suavemente, yo acariciaba su espalda, aprovechando que la playera le quedaba algo holgada cole mis manos para poder tener acceso a mas piel. Val rompió con delicadeza el osculo y junto nuestras frentes mientras sonreía.
--Te amo Alicia.
--Tambien te amo Val.
--Cambiemos –susurro en mi oído.

De un giro me dejo sobre su cuerpo, sentada en su estomago. Nuevamente los colores se me subían, lo que provoco una suave risa en Val. Levanto la mano y acaricio mi rostro. Me sentía como una pieza del más fino material, aquel que incluso con la más ligera corriente de aire se podía romper, sin embargo sabía que en manos de ella jamás me pasaría nada. Me recosté sobre su cuerpo y permití que me mimara un poco.

Sin escapatoria ~cap 15

         Por suerte yo conocía ese local como la palma de mi mano, había trabajado ahí en el verano, aunque solo había sido reponedora. Conocía como funcionaban las puertas, donde estaban las bodegas, pero no sabía qué cantidad de necrófagos podría haber dentro, podrían haber tantos que no sería seguro entrar solo por algunas provisiones.
         --Quizás no les guste mi idea pero voy a cerrar las puertas por dentro, no sabemos cuántos necrófagos hay dentro y no quiero que el número aumente por los que puedan ingresar. Cuando terminemos tratare de llamar la atención de ellos para que vallan a la otra puerta y así poder subir las provisiones –les avise a las demás, ninguna me contradijo así que empezamos con el plan.
         --¿Sabes? Piensas y actúas mejor sin Val cerca –me dijo Alex mientras me daba una burlona sonrisa.
         --Cállate Alex.
         Entramos en silencio, solo se veían algunos –que en algún momento- fueron clientes. Al lado de la puerta había un panel que controlaba el sistema de la puerta, cada una tenía uno propio por lo que tendría que ir hasta la otra puerta para poder cerrarla. Una vez que cerré ambas puertas cada una tomo un carro para poder empezar la recolección.
         --¿Deberíamos separarnos? –pregunto Nicole, así recorreríamos más rápido y saldríamos antes de aquí.
         --¿Qué no vez películas? Nunca hay que separarse, la gente se muere –le contesto Fernanda.
         --No creo que sea buena idea, ustedes no tienen armas. Yo tengo las únicas armas silenciosas que tenemos por ahora, asi que no nos separaremos. Pronto les enseñare a usarlas y conseguiremos mas.
         --Pero tenemos las armas de fuego –dijo Alex.
         --Puede que si, pero las balas se acaban y hacen mucho ruido, estas solo se tienen que mantener afiladas y si las cuidamos bien duraran mucho, además son silenciosas y eso es lo que necesitamos ahora, así que nos quedamos juntas –sentencie --Cuando terminemos aquí les enseñare a usar las armas que podamos obtener.
         Ninguna reclamo otra vez, lo que bueno porque no quería comenzar a discutir. Primero tendríamos que limpiar el lugar y de eso me tendría que encargar yo. Di un paso hacia adelante pero me di vuelta a ver a mis compañeras, habiamos dicho que no haría las cosas sola.
         --¿Qué tal si empezamos con el entrenamiento ahora? –extendi el machete y el sable para que quien quisiera lo tomara. Las vi dudar pero al final fue Fernanda la única que se atrevió a tomar el sable. –Aun no le saco filo por lo que solo sirve para atravesar, para que se haga más fácil sacarlo retuércelo varias veces y saldrá sin dañar la hoja.
         --Entiendo.
         --Aremos esto: yo los decapito y tu los terminas, si ves que se te acercan mucho solo los atraviesas y yo te ayudo.
         Empezamos a recorrer los pasillos entre los estantes para poder tomar primero lo que ya estaba más a la mano. Entre los estantes nos encontramos solo unos pocos necrófagos que pudimos terminar muy fácil, cada cierto tiempo volvía a extender el machete para que alguien lo tomara pero nadie lo hacía. Cuando terminamos de vaciar los estantes dejamos el carro cerca de la puerta principal para poder sacarlo rápidamente; ahora solo faltaban las bodegas, este lugar me estaba causando escalofríos.
         Me parecía raro que todo estuviera tan tranquilo considerando que este lugar podría haber estado lleno de sobrevivientes, pero quizás no les dio tiempo para poder abastecerse de provisiones o encontrar un lugar seguro. Mejor para nosotras. Estábamos camino a las bodegas cuando un fuerte estruendo llamo nuestra atención, venia de la parte de atrás de carnicería; Nicole se asomó para poder ver que podría haber causado ese ruido cuando un necrófago se lanzo contra ella, y si no hubiera sido por el vidrio que separaba la isla de carnes ella ya no estaría con nosotras. Empuñe con fuerza el machete y lancé un corte rápido y certero directo a su cuello. La cabeza cayó al suelo haciendo un ruido sordo. Cuando me fije bien quien era pude ver que era un cliente; lo que significaba que podrían haber supervivientes en algún lugar, eso de algún modo más que tranquilizarme me preocupaba, realmente no quería encontrarme con alguien más, cuando todo se va a la mierda el ser humano deja de ser alguien racional y se vuelve solo instinto de supervivencia, olvidando su humanidad.
         --No se ustedes pero, creo que tengo más miedo a encontrarme a alguien vivo que a un necrófago –hablo Nicole, me alegraba no ser la única con ese pensamiento.
Cuando nos encontramos frente a la puerta que daba a las bodegas me acerque para poder abrir pero la mano de Alex me detuvo. Miro con desconfianza la puerta “es demasiado fácil” me susurro. Ahí fue que entendí; solo nos habíamos encontrado clientes, a nadie del personal, por lo que habían dos opciones: 1° estaban en la bodega vivos o como necrófagos o 2°habian escapado, realmente esperaba que fuera la segunda opción.
         --Por lo que vimos el ruido los atrae, déjame comprobar algo –Alex se acerco a la puerta y golpeo fuerte y retrocedió. Esperamos un momento y Alex volvió a repetir la acción anterior. La puerta se abrió de forma violenta dejando paso a varios necrófagos que salieron del lugar, nosotras retrocedimos hasta ponernos a una distancia prudente. Fernanda y yo nos pusimos al frente para poder detener su avance; ella los atravesaba en el pecho y yo los decapitaba, luego nos encargaríamos de las cabezas, no queríamos tener accidentes. Repetimos en varias ocasiones la brutal acción hasta que me vi en el suelo con dos necrófagos sobre mí, escuche un vidrio romperse pero realmente solo me importaba quitarme de encima esta carne pútrida, si no fuera porque uno de los necrófagos cuando se tiro sobre mi se ensarto en el machete ya estaría muerta pero el otro no me la dejaba fácil, lo tenía bien sujeto por el cuello pero no podía quitármelo. Desvié la mirada buscando que las demás estuvieran bien, pero casi me da un infarto cuando las vi siendo acorraladas por un grupo de 6 necrófagos.
         --¡SALGAN DE AQUÍ, RAPIDO! –grite con todas mis fuerzas pero ella no se movieron, estaban aterradas, igual que yo.
         La fuerza de mi brazo se estaba agotando lo nos necrófagos cada vez estaban más cerca de mí. Uno de ellos alcanzo a sujetar un poco de piel de mi cuello pero logre que me soltara al sacudir la cabeza.
         --¡ALICIA! –escuche como todas gritaban mi nombre, no sabía si era porque estaba a punto de morir o porque querían que mágicamente las ayudara.
         Me fui resignando, iba a morir ahí devorada de por unos malditos come carnes, no volvería a besar a Val. Unas lagrimas escaparon de mis ojos ante ese pensamiento. Nuevamente uno de los necrófagos tomó parte de la piel de mi cuello.
         Val, ayúdame por favor.
Se escucharon unos disparos y los necrófagos que rodeaban a las demás cayeron al suelo, inertes. Cuando sentí como los dientes del necrófago tiraban de mi piel para poder arrancarla solo pude soltar un grito lleno de terror y dolor. Nuevos disparos se escucharon y sentí un gran peso sobre mí que pronto fue removido.
--¡Al! ¡AL! ¡Mírame por favor! ¡MIRAME!
--¿Val…? –apenas podía creer que estaba ahí, frente a mí.
--Dios mío, que bueno que estas bien. Que todas están bien –me vi envuelta en los que parecían ser los brazos de Val, aun no salía del shock, mire a donde estaban las demás, estaban llorando, todas estaban llorando. Me lleve la mano al cuello donde habían estado los dientes del necrófago, por suerte no perforo la piel, pero podía sentir la marca de los dientes en mi piel.
--¡¿En qué demonios estaban pensando todas ustedes?! ¡Si no llego a tiempo todas habrían muerto! –Nos grito Val a todas –Y tu ¡¿Cómo se te ocurre hacer esta “expedición” con gente que no sabe manejar un arma?! ¡Qué hago yo sin ti! ¡¿DIME?!
--Lo…lamento, Val –cuando por fin reaccione le devolví el abrazo y me solté a llorar con desesperación --¡Tenia tanto miedo! ¡Pensé que no volvería a verte!
--Chicas, de verdad lamento interrumpir pero los disparos pueden haber atraído a mas cosas de esas, tenemos que irnos. Fernanda, Nicole y yo cargamos los carros de compras con todos los enlatados que conseguimos.
--De acuerdo, vámonos. Sujétate fuerte de mi cuello.
--Puedo caminar Val.
Cuando me puse de pie me agarre del brazo de Val, aun sentía los dientes de esa cosa en mi cuello. No sé cómo pero termine en el auto mientras las demás subían las provisiones a las maletas de los autos, tampoco me di cuenta cuando me encontraba en mi cama, en posición fetal llorando. Había sido horrible, ya había tenido a dos necrófagos encima pero en la primera ocasión Alex me salvo al igual que en la segunda, ahora cuando vi que todas estábamos en peligro me asuste mas por ellas que por mi y el hecho de que quizás jamás volviera a ver a Val después de haberme dado cuenta que la amaba me dolía más.
Mamá…Papá…Dios…quien sea…por favor no permitas que les pase algo, no permitas que nada las aleje de mí. No permitan que nadie muera.
Sin darme cuenta me fui quedando dormida. Seguramente la adrenalina había perdido su efecto en mi cuerpo dando paso a la morfina que termino por relajarme y hacerme descansar, por lo menos con eso no debería pensar en el cadáver pútrido que intento devorar mi garganta.
Un ruido me despertó. Había sido como de un golpe. La oscuridad no me dejaba ver más allá de mi nariz. Con miedo tome el mi bate de madera y la linterna. Sentía mis manos temblar, aun no me reponía de la sensación de pánico que había sentido horas atrás.
--¿Val? ¿Alex? –Llame a las chicas antes de salir de la habitación --¿Chicas? –Nada, ninguna respondía --¿Jack? –no había ruido en la casa, era como si no hubiera nadie.
Con miedo a lo desconocido baje las escaleras. El primer piso estaba completamente vacío. Cuando entre a la sala mi linterna se apago.

--Esto no me puede estar pasando –golpee en varias ocasiones la linterna para poder hacerla funcionar pero nada. Nuevamente el ruido que me despertó se escucho, esta vez detrás de mí.