Lentamente me voltee para ver de dónde provenía
ese sonido, pero luego me arrepentí al verme nuevamente en el piso con un peso
extra sobre mi tratando de arrancar un trozo de carne de cualquier parte de mi
cuerpo, la que estuviera más cercana a sus dientes. Como pude me lo quite de
encima, tome el bate y encendí la linterna que de algún modo volvió a
funcionar. Quede en shock, no podía creer lo que mis ojos veían; frente a mi
estaba Fernanda con una fea herida en la garganta, sangre en las manos y boca,
me miraba con hambre. Esa ya no era Fernanda. Retrocedí hasta que choque con
algo duro que me sujeto de los hombros pero logre soltarme de su agarre, era
Nicole.
--Esto no puede estar pasando, tiene
que ser una pesadilla –estaba al borde del llanto. Tenía que ser una pesadilla.
Pronto un nuevo ruido se escuchó, esta
vez de afuera de la casa, para ser más precisa de la puerta principal. Con una
rápida mirada distinguí a Alex, Andrea y a Jack afuera, golpeando la puerta,
tratando de entrar
--Dios…no… --sentí como las lágrimas se
deslizaban por mis mejillas.
Val.
Caí en cuenta que faltaba Val. Vi como
Fernanda y Nicole se me acercaban de nuevo pero yo las golpee fuertemente para
que cayeran al suelo y yo escape a la habitación de mis padres. Cerré la puerta
con pestillo y me deje caer por el trozo de madera hasta quedar sentada en el
suelo alfombrado.
--Quiero despertar, esto no puede estar
pasando –me negaba a creer que todos estuvieran muertos, estaba sola y no sabía
que hacer –Val… ¿Val donde estás? –abrace mis rodillas contra mi pecho
llorando. Pero no dure mucho en esa posición porque el ruido de alguien
golpeando la puerta me hizo saltar y ponerme de pie. Se escuchó un fuerte ruido
y vidrio quebrarse. Alex, Andrea y Jack seguramente hacían echado la puerta
abajo y habían entrado. Los golpes en la puerta se intensificaron, era solo
cosa de tiempo para que ellos entraran y me mataran.
--Al –alguien me llamo, me gire para ver
quién era. Era Val.
--¡Val! –Me lance a sus brazos llorando
–Dios, que bueno que estas bien, las chicas…Alex…Jack…Son necrófagos, tenemos
que salir de aquí antes de que…--fui interrumpida abruptamente porque fui
arrojada con fuerza hasta una pared.
Sentí una gran presión en los hombros
que no me dejaba moverme. Por culpa del golpe cerré los ojos y cuando los abrí
sentí como algo dentro de mí se rompía. Val está sujetándome contra la pared
pero ella tenía una gran herida en el hombro, aun fresca, sangrante.
--No…Val…tu…no… --vi como todo ocurría
en cámara lenta. Val acerco su boca hasta mi cuello y con violencia arranco un
trozo de mi garganta. Me dejo caer al suelo. Yo me sujete con fuerza la herida
haciendo presión para que la hemorragia parara, me estaba ahogando con mi
propia sangre. Escuche como la puerta se abría con fuerza y los demás entraban
y caminaban hasta mí, iba a morir. Tenía miedo. No quería morir, no así.
--¡NO! –grite cuando los vi abalanzarse
sobre mí.
--Al ¡Al! ¡Alicia! –Escuchaba la voz de
Val llamarme --¡Despierta, es solo una pesadilla!
Abrí los ojos y me senté en la cama. Dirigí
mis manos hasta mi cuello para cerciorarme que no tenía nada, luego me pase el
dorso de la mano por los ojos, fue cuando me di cuenta que estaba llorando y sudando.
Una pesadilla. Mire a mi costado y ahí estaba Val con una expresión sumamente
preocupada; fue cuando recordé la herida. De un rápido movimiento le quite la
playera y revise sus hombros, sus brazos y su cuello. No tenia nada. Solte un
suspiro y recargue la frente en su pecho.
--Solo fue un sueño –me dije a mi misma
–Una maldita pesadilla.
Sentí como Val me envolvía en un abrazo
que me hizo sentir pequeña, pero protegida. Volvi a llorar. Ese sueño había
sido horrible, se había sentido tan real.
--Ya paso todo, solo fue una pesadilla
Al.
--Fue tan real.
--Solo fue un sueño, vamos duerme otro
poco. Hoy Fernanda y Nicole tendrán la guardia asi que no hay de que
preocuparse.
Fue cuando recordé que en el sueño a las
primeras que había visto como necrófagos habían sido ellas. Me separe de Val y
corri escalera abajo justo cuando Fernanda estaba saliendo de la casa para ir a
hacer la guardia.
--¡No salgas! –le tome de la cintura y
la abrace –Por favor no salgas, no esta noche.
--¿Qué sucede Alicia? –senti como trato
de alejarme de ella pero yo me agarre con mas fuerza a su cuerpo.
--¿Alicia que pasa? –Senti a Alex
tocarme el hombro pero y yo me tense al instante saltando al menos 1 metro de
distancia de ella.
--Tuvo una pesadilla. Al parecer fue una
horrible. Al, tranquilízate, no pasa nada –Val se me acerco lentamente hasta
que estuvo frente a mi me tomo la mano y entrelazo nuestros dedos.
--Solo por esta noche…no salgan, solo
por esta noche.
Vi como todas se miraban, al parecer les
estaba contagiando el miedo.
--¿Qué soñaste Alicia? –me pregunto
Nicole, ella sabia que mis sueños muchas veces no eran solo eso, en algunas
ocasiones eran una visión de lo que podía pasar.
Hubo una vez que soñé que estábamos en
clases cuando se escucho una explosión y todo se volvió caos y fuego. Resulto
que al dia siguiente en clase de química unas chicas se habían equivocado de
químicos y cuando los mezclaron hubo una explosión y el laboratorio ardio en
llamas. Solo ella sabia que yo lo había soñado la noche anterior.
--Las vi a todas convertidas en
necrófagos, trataron de atacarme –la cara de Nicole se desfiguro, ella tomo la
mano de Fernanda y la apretó con fuerza.
--No salgas –le rogo.
--Solo fue un sueño, seguramente producido
por lo que paso esta tarde –hablo Alex.
--Tu no entiendes, los sueños de Alicia
no son solo eso.
--Tenemos que hacer la guardia, por si
esas cosas se llegan a meter o si alguien llega a entrar –le respondio
Fernanda.
--¿Qué te parece si vamos Fernanda y yo?
Estando las dos seria mas fácil defendernos si algo llega a pasar, además de
que me manejo con las armas de fuego –dijo Val. Yo solo me abrace a su cuerpo,
no quería que me dejara sola – ¿Alex puedes quedarte con ella? No la dejes
sola.
Sin importarme nada me puse de puntillas
y la bese con desesperación, fue corto pero intenso.
--Solo confíen en mi, por favor. No
salgan.
--De acuerdo. Nadie saldrá de esta casa
hasta el amanecer. Luego de que el sol salga Fernanda iras a recorrer la zona
para asegurarte de que todo esta en orden –hablo Alex. Colocó su mano sobre mi
cabeza y me revolvió el cabello –ya puedes estar tranquila, nadie saldrá.
Solte un largo suspiro, solo en ese
momento me di cuenta que no estaba respirando. Val me tomo de la mano y fuimos
hasta nuestra habitación. Cuando por fin me recosté en la cama cai en cuenta de
que la había besado frente a las demás. Mi cara adquirio un tierno color rosa,
cubri mi cara con una almohada esperando que fuera suficiente escudo contra mi vergüenza.
--Al ¿Qué fue eso? –me pregunto Val, sentí
con un peso extra hundia un poco el colchón.
--¿A que te refieres? –pregunte de
vuelta.
--A la escena de abajo, solo fue un
sueño.
--Val, tu no lo entiendes –me enderece y
me quite la almohada de la cara –Cuando yo sueño este tipo de cosas, cosas
malas, siempre pasan de algún modo. El dia que todo se fue a la mierda no pude
dormir, porque tenia miedo. Miedo a tal punto de que no pude dormir en 2 dias.
Val, creeme por favor, necesito saber que confias en mi.
Nos mantuvimos en un largo e incomodo
silencio. La veía debartir con ella misma, miraba algún punto de la cama, algún
mueble, yo y volvia a cambiar de objetivo. Hasta que su mirada se cruzo con la
mia.
--Te creo, aunque sigue sonando algo
descabellado.
--Gracias –la abrace fuertemente. No quería
separarme de ella, se sentía tan bien estar envuelta en su calor.
Levemente nos separamos y no quedamos
viendo. Me encantaban sus ojos negros, su cabello corto y su forma madura de
ser. Pronto, la distancia desaparecio, nos unimos en un beso sin prisa. Coloque
mis brazos en su cuello y la atraje mas a mi. Poco a poco terminamos recostadas
sobre la cama, ella sobre mi y yo bajo ella. Todo era perfecto. Por un momento me
olvide de todo lo que pasaba fuera de estas 4 paredes; no había muerte, no había
destrucción, no había necrófagos, solo estábamos ella y yo. Suavemente nos
separamos y ella acomodo un mechon de mi pelo detrás de mi oreja. Yo acaricie
su rostro y parte de su cuello, dibuje figuras en la piel expuesta de su pecho,
llevaba puesta una musculosa roja. Esta vez fue ella la que extinguio la
distancia que había entre nosotras. Tomo posesión de mi cintura y la acaricio
suavemente, yo acariciaba su espalda, aprovechando que la playera le quedaba algo
holgada cole mis manos para poder tener acceso a mas piel. Val rompió con
delicadeza el osculo y junto nuestras frentes mientras sonreía.
--Te amo Alicia.
--Tambien te amo Val.
--Cambiemos –susurro en mi oído.
De un giro me dejo sobre su cuerpo,
sentada en su estomago. Nuevamente los colores se me subían, lo que provoco una
suave risa en Val. Levanto la mano y acaricio mi rostro. Me sentía como una
pieza del más fino material, aquel que incluso con la más ligera corriente de
aire se podía romper, sin embargo sabía que en manos de ella jamás me pasaría nada.
Me recosté sobre su cuerpo y permití que me mimara un poco.