Sentia sus manos recorrer mi espalda,
cintura, caderas y volvia a repetir el ciclo. Se podía volver una costumbre el
que estuviéramos asi. Estaba recostada sobre el cuerpo de Val, mi cabeza
descansaba en el hueco que hay entre el hombro y el mentón, sentía su aroma
natural, era dulce, era tan…ella.
--¿Al, estas dormida?
--Aun no.
--Deberias descansar, te hara bien. Yo
no me moveré de aquí.
--No quiero –me removí y volvi a acomodarme
sobre su anatomía.
--Eres muy caprichosa –senti como besaba
dulcemente mi cabeza.
--Asi me amas –le conteste sonriendo
suavemente.
--Es cierto –Val bajo sus manos hasta
dejarlas en mi cintura mientras la acariciaba.
Levante la vista y me encontré frente a
frente con esos ojos oscuros que me habían hechizado desde el primer momento en
que los vi. Queria besarla. Quería que me abrazara, que me tocara como lo hizo
en el baño cuando tratamos de tomar una ducha, y por la forma en que sus ojos
brillaban ella también quería lo mismo que yo, quizás lo quería más que yo.
Cuando Val se me había confesado dijo
que desde hace mucho tiempo yo le gustaba, pero no me dijo desde hace cuanto
¿Cuánto tiempo habrá sido? ¿Meses? ¿Años? No, años no creo. No llevo tanto
tiempo viviendo en esta casa ¿Semanas?... ¿Por qué estoy pensando en eso cuando
podría estar besándola a ella?
Tratando de provocarla lamí mis labios
de forma inocente y trague saliva, en ningún momento quite la vista de sus
hermosos ojos. Me encanta su color. Sentí como sus manos se movían en mi
cintura, parecía que estaba haciendo un puño y lo soltaba para volver a empuñar
la mano. Se estaba conteniendo. Bese un par de veces su cuello, la sentí
suspirar, levanto un poco el cuello para darme mas espacio el cual aproveche.
Segui besando su delgado cuello hasta que llegue a su mentón. Me quede
observándola unos segundos para impasientarla y resulto; ella no quería
esperar. De un rápido movimiento Val cambio de lugar conmigo mientras me besaba
con pasión. Sentía su lengua recorrer con libertar el interior de mi boca, yo le
concedía esa libertad. Coloque mis piernas en sus caderas para poder sentirla
de una forma mas completa pero no se acercaba a la forma en que habíamos hasta
hace unos días en el baño. Una de sus manos se coló por debajo de mi polera,
acaricio mi estomago, mi cintura y lentamente fue subiendo un poco mas hasta
que rozó mi pecho. Suspire tan fuerte que tuve que romper el beso, lo cual Val
aprovecho para poder besar mi cuello, su lengua recorria a sus anchas mi
yugular. Dios, esto se sentía tan bien. No quería que nada en este mundo nos
interrumpiera.
--Al, te quitare esto –yo solo asentí y
me senté para que ella retirara mi polera. Una vez fuera volvi a devorar sus
labios.
Val coloco nuevamente su mano en mi
seno para poder tocarlo de forma suave y gentil. Yo menti mis manos por debajo
de su musculosa y se la quite. Me quede mirando su cuerpo atlético, era
hermoso, recorri apenas rozando con la yema de mis dedos sus hombros, su pecho
y su abdomen.
--Alicia, eres hermosa. No sabes lo
afortunada que me siento de tenerte asi.
Te amo, Alicia. Te amo.
--Tambien te amo Val. Tanto que te dare
a ti, y solo a ti mi cuerpo, alma, corazón y vida. Nada ni nadie nos separara.
--Te estuve buscando por tanto tiempo,
aun no puedo creer que al fin te tengo entre mis brazos.
--Pues empieza a creerlo, porque esta
pasando.
Volvimos a besarnos pero esta vez de
forma mas pausada. Pude sentir como la mano dominante de Val bajaba por mi
cuerpo, me recorria con tal lentitud que crei que iba a perder la paciencia en
cualquier momento, hasta que llego al borde de mis pantalones. Gemi suavemente
anticipándome a lo que vendría. Justo cuando sentí que el botón de mis jeans
era aflojado una fuerte explosión se escucho a fuera.
--¡Alicia, Val! –Alex entro a la habitacion
–Siento mucho interrumpir chicas, de verdad, pero tenemos problemas. Un grupo
de sobrevivientes intentan entrar por el porton del frente. Fernanda y Nicole
ya fueron a ver si podían hacer algo.
--¡¿Qué hicieron que?! –Val se alejo de
mi y de inmediato sentí su ausencia –Al, vístete, tenemos que ir con las demás.
Vi como Val se colocaba una polera
distinta, esta era una polera polo que se encontraba en el suelo, y tomaba la
pistola de mi padre. Me sentía frustada, mataria a los idiotas que habían
interrumpido mi momento con Val… un momento, estuve apunto de…Oh por Dios.
Estuve apunto de hacer eso con Val,
no la llevaba conociendo ni una semana y le iba a dar algo tan importante: mi
primera vez.
Que demonios estaba pasando en mi cabeza.
Ella me gustaba y mucho, la amaba pero
no la conocía. No sabia nada de ella. Como se supone que puede gustarme, que
puedo amarla sin saber nada sobre Val, seguramente ese ni siquiera era su
nombre real.
--¿Al? –sentí la mano de Val sobre mi
hombro desnudo.
--Ya voy, adelantate. –La vi titubear
pero finalmente se fue corriendo a ver que sucedia en el porton principal.
--¿Alicia? Se que es muy idiota que
pregunte esto pero ¿estas…bien? Te noto algo…aparte de frustrada, confundida –Como
se notaba que Alex me conocía muy bien.
--¿Crees que podamos hablar una vez que
solucionemos esto?
--Por supuesto, para eso están las amigas.
--Gracias.
Tome la polera que había estado usando
antes y salí de la habitación con Alex a mis espaldas; mientras íbamos bajando
las escaleras me coloque la prenda y tome la escopeta que estaba justo al lado
de la puerta. Iba a abrir la puerta cuando vi sobre la mesa del comedor un
laser puntero. Lo tome y fui corriendo hasta la cocina donde tome la cinta
adhesiva que siempre estaba allí. Los pegue y comprobé que el laser no se caia.
Alex me esperaba en la puerta con el bate entre sus manos. Se le veía asustada
y no era para menos, yo también lo estaba. Los necrófagos eran una cosa, pero
los humanos eran una muy distinta. Más si se trata de hombres…no quería ni
siquiera pensar en eso. Una vez que estuve lista salimos corriendo al lugar
donde quizás mas de alguna persona moriría, solo esperaba que no fuera una de
nosotras.
Cuando estábamos por llegar escuchamos
un disparo y el grito de un hombre junto con el chillido de terror de una
mujer. Mire a Alex y pensé lo peor. Mire mi arma y me maldecí interiormente por
no haber tomado las armas de vecino, un rifle habría sido mejor opción que una
escopeta porque estas armas solo son efectivas si estas a una distancia
cercana. Hice unas señas a Alex para que me siguiera en silencio.
Aun estaba oscuro asi que ocuparíamos ese
factor como una ventaja, los tipos que estaban en el porton no sabían cuantos
eramos y que tanto sabíamos defendernos. Asechamos por las sombras hasta que
llegamos a una distancia prudente, desde nuestra posición podía ver al menos a
4 hombres y 2 mujeres, venían en camionetas, no sabia si habían mas dentro y
esperaba que no hubieran. Vi como 2 de esos intrusos tenían sometidas a Nicole
y a Fernanda mientras las otras dos mujeres sostenían a Val arrodillada en el
suelo. Busque con la mirada la pistola de mi Papá pero al parecer Val no la tenía
encima. Entonces me espere lo peor. Uno de esos imbesiles tenia la pistola de
mi papá.
--Tenemos que acercarnos más. Desde aquí
no puedo hacer nada.
--Es muy peligroso.
--Pero si no hago algo quien sabe lo
que pueden hacerle a las demás. Voy a acercarme y tratare de ver quien esta a
cargo, si lo elimino puede que tengamos una oportunidad. Escucha Alex, si algo
pasa quiero que vayas por Jack y escapen de aquí.
No le di tiempo para responder porque salí
corriendo hasta una casa y aprovechando el impulso trepe y salte al otro lado. Por
suerte no estaba con ropas muy coloridas asi que podía mimetizarme en la oscuridad.
Me escondí en una casa esquina que me daba una vista panorámica del lugar;
hasta hace muy poco el dueño de esta casa había hecho remodelaciones en la casa
y había dejado un lugar que daba la sombra de la casa junto con un gran árbol que
me ayudaba a ocultarme, yo podía verlos, ellos a mi no.
--Lo preguntare por ultima vez
chiquilla ¿Dónde esta su líder?
--Y yo te lo vuelvo a decir idiota
no-te-ne-mos, solo tratamos de sobrevivir que no entiendes –un hombre que no
pasaba los 25 años se acerco a Val y la abofeteo.
Estuve a punto de salir de mi escondite
pero si salía y me agarraban estaríamos perdidos. Así que me contuve. Mordí mi
labio para poder distraerme. Comprobé la munición que había traído. Solo tenía
10 cartuchos, ósea tenía 5 tiros. Y uno de ellos tenía el nombre de ese infeliz
escrito.
--Cuida tus palabras maldita lesbiana. Odio
a la gente como tu, son unos enfermos, pero yo sé cómo curarte esa enfermedad.
Los hombres empezaron a reír anticipando
lo que se veía venir, las mujeres se veían algo incomodas, aunque era obvio,
cualquiera estaría así si estuviera a punto de presenciar una violación.
--Félix déjame probar a mi también,
hace un dos semanas que no pruebo un buen polvo –otro tipo se acercó a Félix.
--Tienes otras dos Bastian, ella es mía
–se lamio los labios de forma morbosa y sonrió –Esto lo voy a disfrutar mucho y
tú también, asquerosa lesbiana.
Vi como el idiota se acercaba a Val y
se soltaba el cinturón. Sentí como la ira se apodero de mí y ya no soporte más.
Salí de mi escondite y con agilidad llegue hasta Felix coloque los cañones de
la escopeta justo bajo su mandibula y jale el gatillo. La cabeza del idiota voló
en mil pedazos. Una vez que cayo al suelo quebré la escopeta y la volvi a
cargar para esta vez apuntar a Bastian y volví a disparar. Otro muerto. Quebré
el arma y volvi a cargar el cartucho pero esta vez apunte a las camionetas, no
los podía dejar escapar, cabia la posibilidad de que fueran un grupo mas grande
y que informaran sobre nuestra posición. Volvi a disparar y las ruedas
delanteras de ambas camionetas quedaron inservibles. Con calma me acerque al
cuerpo de idiota que si quiera había pensado en abusar de MI novia, lo registre
hasta que di con un arma muy familiar: la pistola de mi Padre.
--Osaste a poner tus asquerosas manos
sobre la posecion mas sagrada que tengo, maldito infeliz --Cargue el arma con
la que me sentía mas comoda, me colgué la escopeta en el hombro y apunte a los
hombres que tenían cautivas a Nicole y Fernanda –Si no quieren sufrir el mismo
destino que sus compañeros les sugiero que las suelten o me vere obligada a
disparar.
--Estas en desventaja numérica enana.
El hecho de que hayas matado a ese par de idiota no cambia nada –Hablo con
chico de no mas de 20 años que tenia sujeta a Nicole.
--Respuesta equivocada – dispare y le
di en el hombro que lo hizo caer de rodillas al suelo –Tu, sueltala ¡AHORA!
El otro era un chico de unos 17 años,
este al parecer era mas inteligente porque solto a Fernanda y de forma lenta se
coloco boca abajo en el suelo y puso ambas manos sobre la cabeza. Me voltee a
ver a las muchachas que aun tenían cautiva a Val y con solo una mirada estas la
soltaron.
--Al suelo. No me hagan repetirlo dos
veces.
Las chicas imitaron al chico y se
arrojaron al suelo. Quebré la escopeta y la cargue. Me acerque al tipo que se revolvía
en el suelo de dolor y coloque mi pie sobre la herida.
--¿Cuantos son? ¿Y que tan lejos esta
tu grupo de aquí? Porque no me voy a creer que solo sean ustedes.
--No te lo dire –a duras penas me
contesto por culpa del dolor, lo mas probable es que le haya fracturado la clavícula.
--Mala respuesta—comencé a presionar la
herida hasta hacer aullar de dolor al hombre –Misma pregunta, responde o te
vuelos los sesos –apunte los cañones del arma justo en su frente.
--Matame.
--Como tu quieras –sin siquiera
pensarlo jale el gatillo pero el disparo nunca llego a su destino.
Alguien me había sujetado por detrás y había
desviado el tiro tomando el cañón del arma. Por puro instinto me voltee, librándome
de su agarre tome la pistola que descansaba en mi pantalón y encañone a la
persona que me había detenido. Pero cuando vi de quien se trataba lentamente
baje el arma.
--¿Felipe?