viernes, 1 de noviembre de 2013

Sin escapatoria ~cap 14

         Miles de sensaciones me invadieron por completo más un calor insoportable en mi abdomen. Sus labios era adictivos, me besaba de forma tan apasionada que pensaba que no lo resistiría. Un gemido se ahogo en nuestro ósculo cuando sentí su mano sobre uno de mis pechos y lo masajeaba, nuestras lenguas se entrelazaban en la boca de la otra, sentí como una de sus manos tomaba mi muslo y lo levantaba para luego acercarse más –si es que era posible-. Dejo mis labios para descender por mi cuello cuando unos toquidos nos devolvieron al mundo real.
         --Alicia, no quiero interrumpir lo que sea que estén haciendo allá adentro pero Alex se esta empezando a enojar, dice que la comida se va a enfriar y que están gastando mucha agua –reconocí la voz de Andrea al otro lado de la puerta. Que inoportuno.
         --Al parecer nos interrumpieron –vi como alargaba su mano hasta las perillas de la ducha y cortaba el agua –ya veremos si podemos continuar, por ahora será mejor que nos sequemos o vendrán por nosotras y esta vez no van a tocar, van a entrar.
         No podía articular palabra alguna, estaba demasiado excitada y frustrada porque nos habían interrumpido, pero ¿de verdad me habría gustado tener mi primera vez en el baño que fue de mis padres? Una vez que nos salimos nos secamos mutuamente y nos vestimos, pero antes de salir del baño me vi nuevamente acorralada entra la pared mientras Val me besaba.
         --Te amo, Al
         --Yo igual te amo, Val.
         Cuando bajamos nos ganamos varias miradas cómplices que nos hicieron sonrojar a ambas pero no se toco el tema mientras comíamos, lo cual enserio se los agradecí, no tenia ganas de explicar algo que yo apenas estaba empezando a entender. Una vez que terminamos de cenar se repartieron las camas; en mi casa habían dos camas matrimoniales y 4 camas individuales, y como si mis amigas lo hubieran planeado mientras nos estábamos bañando Val y yo las camas ya habían sido designadas: Andrea, Alex y Jack dormirían en la cama de mis padres porque era la mas grande y Jack no quería dormir solo, Nicole y  Fernanda dormirían en las camas de huéspedes, aunque estaba casi segura que terminarían usando solo una cama, y Val y Yo dormiríamos en mi habitación. Aunque mi cama no era muy grande al ser de 1 plaza ½ podían dormir perfectamente 2 personas, aunque eso no quitaba el hecho de que me diera vergüenza el dormir con Val. A ella no pareció molestarle mucho el asunto, hasta creo que estaba satisfecha y –porque negarlo- yo también.
         --Entonces esta decidido. Ya todo el mundo tiene su linterna y pilas de repuesto. Val hará la primera ronda de guardia, luego la relevara Andrea, mañana iremos al supermercado y sacaremos lo que mas podamos de las bodegas antes que alguien más lo haga y si ya es demasiado tarde tomaremos lo que podamos y seguiremos allanando casas para ver que podemos obtener ¿alguna duda?
         --Yo sí, ¿Quién te puso a cargo Alex?
         --Al, mi quería amiga el papel de líder me queda perfecto, además ahora estas demasiado ocupada como para liderar el grupo. Cuando puedas manejar un poco mejor tu nueva situación de “amorosa” podrás liderar otra vez.
         Con el rostro completamente rojo baje la cabeza y con la mirada busque a Val, ella también estaba sonrojada pero a diferencia de mi se le veía feliz, quizás porque todas se habían tomado muy bien el hecho de que “estuviéramos juntas” o porque dormiríamos juntas en mi cama o porque Alex había admitido que yo estaba enamorada de Val.
--¿Val, no hay problema con que hagas la primera guardia?
         --No hay problema.
Todas nos levantamos de la mesa para poder irnos a dormir, yo me ofrecí a lavar la bajilla aunque solo era una escusa para poder están unos minutos más con Val antes de que se fuera a hacer la guardia. Del mismo modo que en el almuerzo mientras yo lavaba Val me observaba sentada en una silla.
         --¿Ya te había dicho que eres hermosa? –me dijo Val mientras se levantaba y me abrazaba por la espalda.
         --Creo que me lo haz dicho un par de veces hoy –realmente disfrutaba de la sensación de sus abrazos.
         --Pues te lo digo otra vez, eres hermosa –me beso la mejilla –Bueno, tengo que ir a hacer la guardia.
         --¿Quieres que vaya contigo? –no quería que se fuera, quería que me tuviera entre sus brazos un poco mas de tiempo.
         --No, así está bien. Si llega a pasar algo vendré lo mas rápido posible para advertirles a todas para que salgamos de aquí, además no has dormido bien necesitas descansar –acaricio dulcemente mi mejilla para luego depositar un beso en mi frente.
         --Pero…
         --No discutas, cuando llegue de la guardia te despertare para que veas que nada paso pero tienes que dormir ¿hecho? –acaricio de forma gentil mi mejilla mientras yo solo cerraba mis ojos al contacto.
         --Está bien, pero me tienes que despertar.
         --Lo juro –beso mis labios de forma casta y salió de la cocina. Tomo el machete que estaba cerca de la puerta principal y salió a hacer la guardia.
Tendría que estar paseándose por el pequeño perímetro, quedarse un par de horas en cada portón para luego repetir el recorrido, a las 4 de la mañana seria el relevo hasta las  8 que sería el momento en el que saldríamos a allanar el supermercado. Sabía que nada pasaría pero aun así no estaba muy tranquila con el hecho de que Val estuviera a oscuras, sola durante 4 horas cuando de la nada puede salir una de esas cosas o que alguien entre en nuestro perímetro y le haga algo para poder llegar hasta nosotras. Definitivamente no podría dormir hasta que Val llegue.
Una vez que termine con la bajilla me fui a mi habitación, las demás ya estaban durmiendo, me coloque algo ligero para poder dormir y me metí en la cama, pero muy lejos de quedarme dormida. Me removía entre las sabanas, inquieta porque sentía que las horas pasaban muy lentas, casi torturándome. La ansiedad que sentía estaba haciendo que mi cuerpo liberara morfina haciendo que el sueño comenzara a vencerme, pero no quería dormir, quería estar despierta para cuando Val regresara y así poder dormir junto a ella. Con el inocente pensamiento de ambas durmiendo abrazadas finalmente el sueño me venció. No sé cuánto tiempo dormí, pero al sentir que alguien removía mi hombro desperté sobresaltada.
         --Calma, soy yo.
         --Dios, Val casi me matas del susto. ¿Cómo te fue?
         --Todo tranquilo ¿me haces un espacio?
Me hice a la orilla para que Val se desvistiera y se acostara, solo se quedo con los bóxer y la polera que traía puesta. Cuando se acostó me acomode sobre su pecho y me abrace a su cintura. Una vez que pude comprobar que estaba en perfecto estado solté un suspiro.
         --Me alegro que estés bien.
         --Eres bastante posesiva lo sabias, aunque me gusta… no recuerdo la última vez que alguien se preocupo tanto por mi como para no poder dormir.

Una parte de mi quería saber que sobre su pasado, que al parecer era mas doloroso de lo que pensaba en un principio. Me abrace aun mas a su cuerpo, disfrutando de las caricias que le regalaba a mi espalda. Pronto caí rendida por el cansancio físico y psicológico que tenía acumulado desde que todo esto empezó.
         Los molestos rayos del amaneces empezaron a colarse por mis cortinas llegándome en el rostro lo que hizo que llevara mi brazo para poder evitar la molesta luz. Abrí con pesadez mis ojos solo para ver a Val abrazada a mí. Se veía como una pequeña niña buscando protección; se le veía tan serena así durmiendo, al parecer solo cuando duerme se le nota que es menor que yo. Removí un par de mechones rebeldes que caían sobre su frente y acaricie su rostro. La escuche gruñir, no tenía ni la más mínima intención de despertar.
         --Val –la llame –Val es hora de despertar –volvió a gruñir y se apego mas a mi – ¡Val! –nada, ni se movió. Ok, plan B.
         Trate de salirme de la cama pero el agarre de Val se hizo mas fuerte. Si no la lograba despertar alguien vendría y nos vería así, si es que ya no nos habían visto. Ahora si moriría de la pena. No funcionaba…plan C. Roja, acerque mi rostro al de ella y la bese en los labios, sentí como poco a poco me correspondía hasta que me separe. Lentamente abrió los ojos.
         --Demonios, otra vez estoy soñando –volvió a cerrar los ojos y hundió su rostro entre mi mandíbula y mi cuello.
         --Si te vuelves a dormir será la última vez que te despierte así –le advertí molesta porque no había reaccionado como yo quería.
         --¿Ah? Espera, ¿no es un sueño?
         --¿Ya habías soñado conmigo, Val? –le pregunte de vuelta sonriendo con burla.
         Vi como sus ojos se abrían hasta el punto de quedar completamente abiertos, tanto que parecían ser redondos y como bruscamente se ponía completamente roja. Se veía adorable. Volví a besarla para sentir como sus labios se movían junto a los míos.
         --Por si te quedaban dudas de si era un sueño –completamente avergonzada. –Ahora sí, levántate que tenemos cosas que hacer.
         --No quiero –de algún modo termine bajo el cuerpo de Val –además apenas son las 6, nos queda al menos una hora para que las demás se despierten, además a un tengo sueño.
         Se recostó sobre mí y volvió a cerrar los ojos, sentí como me abrazaba y como su respiración se volvía pausada. Se había vuelto a dormir. Yo ya no me podría dormir otra vez hasta –tal vez- la tarde, la envolví en mis brazos y deje que descansara, seguramente quien sabe desde hace cuanto no se siente tan segura al dormir. No pude reprimir sonreír al pensar que yo le provocaba esa seguridad. Dirigí mi mano hasta sus cabellos y los empecé a acariciar.
         --Eso se siente bien –hablo dormida.
         A pesar de que era más alta que yo, que había vivido cosas que yo jamás en mi vida hubiera pensado en hacer y que fuera un poco más madura que yo seguía siendo una niña de 14 años. Estaba tan concentrada en Val que no note cuando Alex entro a la habitación.
         --¿Interrumpo? –dijo mientras reprimía su risa.
         --No realmente, Val aun está cansada y supongo que Andrea igual. Yo creo que sería mejor que solo fuéramos tú, yo, Nicole y Fernanda y que Jack se quede a cuidarlas.
         --No es mala la idea, aunque como pretendes quitártela de encima. No se ve que quiera soltarte –lejos de ser una burla o una broma lo dijo con un tono maternal.
         --Ya veré como me suelto, dile a las chicas que se preparen yo bajo en unos minutos –trate de soltarme pero Val se aferro más a mi pijama --…bajo cuando me suelte –admití derrotada.
         --Les diré a las demás.
         Una vez más trate de soltarme pero solo lograba que Val se aferrara más. A este paso tendría que quitarme la polera para poder soltarme; no quería llegar a ese extremo, pero al parecer no me quedaba de otra. De algún rodé para que Val quedara acostada en la cama y como pude me quite la polera, podía sentir como mi cara se ponía caliente por la vergüenza, lo bueno es que Val ni siquiera se dio cuenta de que yo me había soltado de su agarre. Tome una de mis poleras anchas que estaba sobre mi escritorio, los pantalones que me había puesto ayer y mis deportivas Nike y me vestí; aun era sorprendente que no haya notado mi ausencia. Cuando estuve lista trate de levantarme pero nuevamente me vi sobre la cama.
         --¿A dónde crees que vas? –aun estaba medio dormida así que sería fácil que se durmiera otra vez --¿Y bien?
         --Solo me vestí, aun es temprano saldremos en un rato más. Descansa –agarre sus manos para que no tomada mi polera y evitara que me fuera, y acaricie su cabeza
         --Bien –volvió a acomodarse y cerró nuevamente los ojos. Cuando estuve segura que estaba profundamente dormida me levante y baje las escaleras. Cuando baje todas estaban sentadas en la mesa del comedor.
         --Te tardaste, Alicia.
         --Es como una niña pequeña, no me quería soltar –admití avergonzada.
         --De acuerdo, Andrea dejo 2 autos listos en el portón frontal. Como Alicia y yo somos las únicas que sabemos conducir Nicole tú vendrás conmigo y Fernanda con Alicia –inicio Alex.
         --Dejaremos los autos lo más cerca de la puerta del local, tomaremos lo que más quepa en los carros del super y lo meteremos como podamos en los vehículos, o sea portaequipaje, asientos traseros y delanteros si es necesario –seguí yo.
         --Saldremos lo más rápido que podamos de ahí, sin hacer mucho ruido porque no sabemos si los necrófagos escuchan bien.
         --¿Necrófagos? –preguntamos todas a la vez
         --¿Qué rayos es eso? –pregunto Fernanda.
         --Llamarlos “cosas” o “eso” es incomodo además de raro y zombie suena a película de terror, así que pensé en ver una forma más cool de llamarlos. Aunque necrófago es la persona que se alimenta de cadáveres lo encontré irónico y me gusto.
         --Que simple eres Alexandra –hablo Andrea –En fin quiero ir a dormir, los candados del portón están abiertos, si me disculpan.
         --Espera, hay un detalle que no vimos antes. Necesitamos que alguien abra el portón y lo cierre, no podemos hacerlo nosotras perderíamos tiempo valioso y en ese lapso pueden atrapar a alguien.
         --Ok, yo abriré y cerrare. Tengo sueño –replico Andrea mientras se refregaba el ojo.
         --Creo que tengo energéticas a menos que te guste más el café.
         --Creo que un café me vendría de maravillas, hace frio afuera.
Cuando Andrea se bebió su café y le preparamos otro en una taza para que se lo llevara partimos hasta el portón frontal; le había dejado una nota a Val por si se despertaba antes de que nosotras llegáramos explicándole que no había querido despertarla porque la había visto muy cansada y que volvíamos pronto y que Jack estaba durmiendo en la habitación de mis padres. Cuando llegamos al lugar pudimos ver que habían algunos necrófagos rondando en el estacionamiento del local aunque no eran muchos los autos podían atraer a más.
--No son muchos pero puede que hayan más.
--Cambio de planes. Nicole y Fernanda irán contigo en el auto y yo eliminare a los que están en el estacionamiento. Luego volveré por el auto y las alcanzare –sugerí desenfundando mi machete.
--Mucho tiempo perdido, Alicia abre y cierra el portón mientras yo saco el auto y lo acerco hasta el super, luego volveré y las esperare, así Alicia no tendrá que volver y podría acabar con lo necrófagos –analizo Andrea –No soy muy buena conduciendo pero si pude preparar estos autos creo que podre llevarlo hasta la puerta.       
--Me parece bien, cuando ya no hayan mas necrófagos levantare el machete y ustedes se acercaran. Andrea quiero que tengas mucho cuidado cuando regreses.
--Tranquila, solo tengo que correr y en eso soy la mejor no por nada era miembro titular del equipo de atletismo de la escuela.

Abrí el portón para que ambos autos se pusieran en posición y cerré para que ninguno de los necrófagos pudiera entrar y poner en peligro lo que ahora era nuestro hogar. Me había puesto en el cinturón el sable de mi papá y tenia fuera de su funda el machete de mi abuelo, tenía miedo no podía negarlo pero si no habíamos esto ahora alguien se nos adelantaría y podríamos tener problemas después. Cuando di solo unos pasos me encontré con un par de necrófagos justo en la esquina, venían justo a donde estaban los autos, el ruido los había alertado. Pateé a uno de ellos para mandarlo al suelo mientras que le mandaba un corte al cuello al otro para poder decapitarlo; el cuerpo cayo inerte al suelo, sin cabeza aunque esta seguía tratando de morder algo. Aprovechando el que otro aun no se ponía de pie lo decapite en el suelo. Luego con el sable los aniquile atravesándoles de lado a lado la cabeza. Tenía que hacer esto en silencio o terminaría por atraer la atención de otros. Seguí avanzando hasta el estacionamiento donde repetí lo anterior unas 10 veces hasta que por fin acabe con el último. Revisé a mí alrededor y cuando estuve segura de que no habían más de esas cosas cerca les hice la señal a las chicas para que se acercaran. Cuando ya estuvieron frente a la puerta del local, estacionadas, volví a revisar si el ruido de los motores no había atraído la atención de mas necrófagos pero no fue así. Ahora venia el tema de los que podrían estar dentro, esta sería una misión bastante difícil.

jueves, 8 de agosto de 2013

Sin escapatoria ~cap 12, ~cap 13

         --Me tengo que sujetar el pelo o no podre ver nada, espérame aquí, voy por una liga –subí hasta a mi habitación y tome una liga que estaba sobre mi escritorio, cuando me di vuelta me choque con Alex – ¡Auch!
         --Explica tus mañas, Alicia –me miraba algo seria…muy seria a decir verdad.
         --¿Mis mañas?
         --Explícate ¿qué pasa entre tú y Val? –cambio su expresión a una mas traviesa, hasta podría decir que zorruna.
         No pude evitar ponerme roja ante el recuerdo de lo paso en la habitación, mientras comíamos y en la cocina.
         --¿Por qué lo preguntas? –desvié la mirada hasta un poster de uno de mis grupos de música favoritos.
         --No finjas, las vi: en la habitación y en la cocina, además de que vi la expresión que puso cuando te guiñe el ojo, solo lo hice para molestar cabe aclarar.
         --Lo sé, ella se me confesó. Dijo que le gustaba desde hace ya tiempo, que me veía desde lejos.
         --¿Y tú que sientes? Porque se que no eres lesbiana.
         --No lo sé, ella es…es difícil de explicar; provoca una serie de emociones que no conozco pero que me gustan, la diferencia de altura no me molesta y sabes que ese es un punto que me cuesta olvidar.
         --Lo sé, me lo recuerdas cada vez que me ofrezco a ayudarte a bajar algo que esta alto –cerro los ojos y suspiro de forma cansada.
         --Sin mencionar que me gusta su apariencia, su aroma…su mirada y…sus labios, su cara con facciones maduras a pesar de ser menor que yo –sin darme cuenta la fui construyendo en mi mente, sonriéndome con esa seductora sonrisa que tiene.         
         --¡Alicia! –el grito de Alex me devolvió al mundo real, me había concentrado tanto que había olvidado que estaba hablando con ella –Si no te grito tienes un orgasmo solo con pensarla.
         --¿¡Que rayos estás diciendo!? Yo solo…
         --Si, si. No importa, pero parece que te gusta y mucho, te quedaste como tonta solo enumerando las cosas que te gustan de ella.
         --No sé si me gusta, nunca me ha gustado alguien así que no sé cómo se siente.
         --En fin, hablamos más tarde, tu príncipe de ojos bonitos, labio adictivos y sonrisa sexy te esperan abajo –se alejo de la habitación riendo mientras huía hacia el último piso.
         --¡Yo jamás dije todo eso! –le grite desde abajo.
         --¿Decir qué?
         --¡Ahhhh! Val, me asustaste.
         --Te estabas tardando así que pensé que necesitabas ayuda para buscar tu liga.
         --No, ya la encontré. Me entretuve hablando con Alex.
         Pude ver como su expresión cambiaba cuando mencione su nombre y eso me causo gracia, esas líneas que se formaban entre sus cejas y como se mordía el interior del labio la hacían ver de verdad tierna. Me acerque a ella y la abrace, demoro un poco en devolverme el gesto pero al final lo hizo.
         --Estaba hablando o más bien me estaban interrogando –hable contra su pecho.      
         --¿Por qué?
         --Alex nos vio en la habitación y en la cocina, recuerdas cuando me guiño el ojo lo hizo porque sabía lo que había pasado y cuando subí a mi habitación me atrapo.
         --¿Qué te dijo? ¿Qué le dijiste?
         --Me pregunto qué pasaba entre nosotras y yo conteste que te me habías declarado, que te gustaba. También me pregunto que sentía por ti y… no supe que contestarle, lo siento –me apreté más a su cuerpo y ella hizo lo mismo, no tenía que verla para saber que le había dolido que no pudiera decir nada con respecto a lo que siento por ella.
         --No te disculpes, tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos, para que yo entre en tu vida y en tu corazón.    
         --No pude decir si me gustabas o no pero si pude decir lo que me gusta de ti y…Alex llego a una conclusión.
         --No me la tienes que decir si no estás segura de lo que sientes. Por lo menos ya no es necesario que me ponga celosa de Alex y puedo dejar de matarla con la mirada.
         --¿La matas con la mirada? –no pude evitar reírme con solo imaginarlo
         --La mataba, en pasado.
         Nos quedamos un rato mas abrazadas, aun me daba vueltas la incógnita de que es lo que siento por ella, este no era un cariño normal, es diferente a todo lo que había sentido antes. Me gustaba estar cerca de ella, sentir su calor y su aroma, escuchar su voz me relajaba y al mismo tiempo me hacía sentir segura, quizás si me gustaba. Mi corazón casi se desbordaba cada vez que me habla, me toca o me besa, cada lugar que toca se siente como si quemara. No sé cómo se siente el amor o el que te guste alguien pero creo que lo que siento por ella se acerca mucho a lo que describen los libros y las películas.
         --Hey, enciérrense en la habitación que hay un pequeño presente –grito Andrea.
         Nos separamos asustadas y vimos hacia arriba que estaban todas mirándonos Nicole, Andrea, Fernanda y Alex me miraban con una tierna expresión, Jack era el único que nos miraba sin entender del todo lo que estábamos haciendo. Val fue más rápida en reaccionar, me tomo de la mano y bajamos las escaleras.
         --¿Te molesta que nos hayan visto? –me pregunto Val con miedo en sus ojos.
         --No, solo que me asustaron –si estaba avergonzada pero molesta nunca –aunque algo me dice que cuando volvamos nos van a pedir explicaciones si es que Alex no les dijo ya.
         --Les diremos juntas, ahora será mejor que nos preparemos para salir.
         --Espera –le sujete de la mano, iba a preguntar algo pero yo la bese antes de que pronunciara el seguro “¿Qué pasa?”. No fue mucho el tiempo en que nos quedamos así, era obvio que no se lo esperaba ya que ella era quien me besaba a mi –Puede que si me gustes –dije una vez que nos separamos.
         --Ya es un avance –volvimos a besarnos, pero esta vez de forma más pasional. Su lengua y la mía danzaban a un ritmo tranquilo, enrede mis manos en sus cabellos y ella puso las suyas en mi espalda baja, un gemido escapo de mi boca pero fue callado por los besos de Val, la espalda siempre había sido mi punto débil. La sentí moverse nerviosa, incomoda, por un momento pensé que mi sensibilidad la había molestado y tuve miedo de que se alejara de mí, pero grande fue mi sorpresa cuando metió sus manos dentro de mi playera y recorrió a sus anchas mi pequeña espalda. Más gemidos se escaparon desde el fondo de mi garganta que fueron silenciados por los deliciosos labios de mi –porque no decirlo- pareja. Sentí como me empujaba suavemente contra una pared y se separaba de mi –Me la pones difícil, como quieres que me controle si pones esas caras –escondió su rostro en mi cuello y lo lamio, espere que hiciera algo mas pero no hizo nada, se quedo ahí, sin moverse, respiraba de forma agitada igual que yo –No quiero apresurar las cosas, no quiero hacerte daño y mucho menos asustarte. Vamos a llevarlo con calma o me harás tirar todo mi autocontrol a la mierda.
         --Lo siento –no me di cuenta de lo que hacía, solo quería mas de ella pero al pareces eso le incomodo.
         --No te arrepientas, nada me haría más feliz que estar contigo de ese modo, pero tenemos cosas que hacer y tú aun no estás segura de lo que sientes por mí, no quiero que te confundas. Si me amas quiero que lo hagas porque así lo sientes no por lo que tu cuerpo te diga –sentí como me miraba, quiera que yo hiciera lo mismo pero estaba asustada –Por favor, Alicia mírame.
         Levante lentamente la mirada y me encontré con esos ojos que me habías gustado desde que la vi. Me sonrió y acaricio mi rostro.
         --¿Hice mal? –necesitaba saber que no había hecho nada malo.
         --No hiciste nada malo, es solo que me cuesta controlarme, me has gustado desde hace mucho tiempo y el tenerte frente a mi me hace querer tenerse cerca todo el tiempo y cuando me besaste me pillaste con las defensas bajas y no pude contenerme. Y al gemir tampoco me ayudaste. Lamento si te asusté.
         --No me asustaste, bueno cuando me besaste no me asustaste.
         --¿Entonces te asuste? –vi arrepentimiento en sus ojos.
         --Solo cuando te empezaste a incomodar, pensé que había hecho algo malo.
         --¿Enserio eres mayor que yo? Eres como una niña pequeña tratando de disculparse por alguna travesura, pero cálmate no hiciste nada malo.
         Sentí como un peso se me quito de encima. No soltamos y acomodamos, teníamos que ir en busca de provisiones y de todo lo que nos pudiera resultar útil a las casas de mis vecinos, con el lugar aislado resultaba más seguro salir y recorrer el lugar. Yo llevaba el rifle de papá y el machete mientras que Val llevaba la pistola y el sable.
         Cuando estuvimos listas nos preparamos para salir.
         --¡Hey, allá arriba! ¡Ya nos vamos, volvemos en un par de horas! –grite para que el resto me escuchara.
         --Tratemos de hacer el menor uso de balas, el ruido los atrae y hay demasiado silencio, un disparo podría atraer a las cosas que estén al menos a 50 kilómetros a la redonda –vi como se guardaba el arma en la parte trasera del pantalón después de haberle puesto el seguro
         --Bien, entraremos solo a las casas que tienen abiertas sus puertas, aquí suelen dejar puestas las alarmas de las casas cuando salen y como estábamos en horario de escuela y de trabajo probablemente no haya nadie en varias casas.
         --Las alarmas serán un problema, pero puedo solucionarlo
         --Extrañamente esperaba que dijeras eso.
         --No es de algo que me enorgullezca realmente –su expresión cambio, su pasado no era algo que me gustaría remover, porque al parecer le causaba daño pero lamentablemente todas sus experiencias eran necesarias ahora. Tome su mano. Ella se giro a verme y yo le sonreí para tranquilizarla.
         --El pasado, es eso pasado
         --Solo importa el presente –se inclino un poco y deposito un casto beso en mi frente –Vamos.


         Recorrimos las casas que tenían puertas o ventanas abiertas, habíamos conseguido muchos suministros; medicinas, comida, ropa y armas más silenciosas que las de fuego. Por suerte no habíamos encontrado muchas de esas cosas dentro de las casas. Aunque probablemente todas esas personas ya estuvieran muertas a nuestro grupo le convenía que no hubiera nadie en las casas para poder obtener todo lo necesario sin tener que usar la fuerza o tener que negociar. Llevábamos varias mochilas que habíamos obtenido en las casas llenas de todo lo que habíamos encontrado, nos habían quedado casas por revisar pero no pudimos seguir porque la noche había caído y no encontraba prudente pasear de noche con esas cosas tan cerca de uno, eran silenciosas al momento de caminar y aparte de los gemidos de hambre que lanzaban cuando veían alguna presa no se les podía detectar con facilidad, y ya habían habido algunos apagones en algunos sectores por lo que no me sorprendería que hoy fuera el ultimo día en el que tenemos luz. Mañana en la mañana cuando ya todo el mundo este de pie les diré que reforcemos los portones solo por si acaso y que sería mejor ir a revisar el supermercado antes de que lo saquearan y no quedara nada.
         --A pesar de todas mis expectativas obtuvimos muchas cosas, a Jack le va a gustar la ropa que le encontramos aunque creo que le va a quedar algo grande –Val parecía estar tranquila, a pesar de haber tenido que acabado con unos cuantos ,habíamos acabado con unos 20, 15 de ellos eran las asesoras de hogar y 5 habían sido niños, eso había sido lo más difícil, tener que rebanarle la cabeza a un niño que no superaba los 10 años no era algo que disfrutara --¿Alicia? –Val me había detenido por el brazo.
         --Perdón, no estaba poniendo atención ¿decías?
         --¿Estás bien? Estas muy callada.
         --Solo pensaba, tenemos que reforzar las entradas e ir al supermercado pronto, antes de que lo saqueen –trate de seguir caminando pero Val volvió a retenerme.
         --Pero aun nos quedan casa por revisar, quizás no sea necesario aun y al parecer no hay de esas cosas muy cerca, tampoco son muy inteligentes.
         --Tengo un mal presentimiento. Lo que me preocupa no son esas cosas, son las personas. Todos quieren sobrevivir, cuando nuestras vidas están en peligro nos volvemos egoístas. No quiero que un grupo entre y nos quite lo que hayamos podido conseguir o en el peor de los casos que nos hagan daño.
         --Eso no va a pasar, primero tendrán que pasar sobre mi cadáver.
         --Eso es lo otro que me preocupa, no quiero que te hagan daño –me acerque a ella y apoye mi frente en su pecho –Val dirigió una de sus manos hasta mi cabeza y la acaricio tratando de no despeinarme más de lo que ya estaba.
         --Nada me pasara mientras te tenga a mi lado. Será mejor que volvamos o Alex me matara.
         Estiro su mano hacia mí y espero que yo tomara la suya. Cuando nuestras manos se tocaron sentí un calor agradable emanar de su mano, además de que la sentí mucho más grande que la mía. Cuando volvimos Alex estaba preparando algo para comer en la cena.
         --¡Santo dios!
         --Vamos, Alex, ¿no venimos tan sucias o sí?
         --Ninguna de las dos comerá hasta que estén completamente aseadas. ¿Obtuvieron algo bueno?
         --Si. Ropa, comida, baterías, linternas, medicina y armas. Nunca pensé que mi vecino tendría semejante arsenal.
         --¿Arsenal? –pregunto intrigada Alex mientras sacaba las provisiones de las mochilas.
         --Recuerdas a Don Miguel, el vecino 2 casas más allá, pues todos los rumores eran ciertos, el tipo tiene que haber estado en el ejército para tener tantas armas de fuego además de que encontramos una boina negra.
         --¿Y donde están?
         --No las trajimos porque eran muchas, iremos mañana por ellas –Val termino de sacar lo que era comida y medicinas de las mochilas que llevaba --¡Jack, mira lo que te traje!
         No paso mucho tiempo para que Jack bajara corriendo. Cuando Val le mostro la ropa la tomo y se fue corriendo escalera arriba gritando un “gracias”. En mi casa solo había ropa para mujer y la de mi papá le quedaría muy grande, seguramente agradece el hecho de que pueda cambiarse de ropa.
         --También trajimos ropa para que todas puedan cambiarse.
         --Iré a bañarme. Alex hazme el favor de darles a cada uno una linterna y pilas extras, tengo el presentimiento de que hoy será nuestra última noche con luz y si mis cálculos no me fallan también de agua potable.
         --Bien, todas aprovechamos de embotellar agua solo por si acaso.        
         --Yo te ayudo a terminar de organizar aquí.
         --Gracias, pero será mejor descanses Val.         
         --Pero…
         --Ni lo intentes, si ella te dice que hagas algo mejor lo haces si no quieres sufrir las consecuencias. Te aviso cuando este desocupada la ducha.
         --¿Por qué no se bañan juntas? Será más rápido.
         Mi cara era un poema ¿enserio nos había propuesto eso? Yo no podía siquiera verme al espejo desnuda y no avergonzarme en el proceso, moriría en el intento de ver a alguien más. Voltee a ver a Val, pero su cara me daba a entender que eso era lo que quería ella…a quien engañaba, yo también quería bañarme con ella pero no me creía capaz de soportarlo.
         Val se giró a verme, su expresión suplicante solo hizo que me pusiera más nerviosa de lo que estaba. Di media vuelta y subí a mi habitación. Aunque de verdad quisiera poder bañarme con Val no me atrevía y esperaba que mi gesto haya sido suficiente respuesta a su silenciosa petición. Necesitaba ropa limpia. Cuando abrí el armario y me puse a buscar unos brazos rodearon mi cintura, sorprendiéndome.
         --¿No quieres?
         --¿A qué te refieres? –sabia a que se refería solo que de verdad no estaba preparada para siquiera pensar en ello.
         --A bañarte conmigo ¿no quieres? –me hablo muy cerca del oído y eso me hizo estremecer.
         --No es que no quiera, es solo que no me atrevo. Yo soy demasiado pudorosa a lo que se refiere a mi cuerpo.
         --Estoy más que segura que tu cuerpo es precioso –recorrió suavemente mi cintura, caderas y abdomen haciendo que varios suspiros se me escaparan –No deberías avergonzarte de él, pero respeto el hecho que no quieras, tampoco quiero obligarte –sentí como su calor me abandonaba y entre en pánico.
         Me giré y la bese. No quería que pensara que no quería porque no entendía lo que sentía o porque no me sentía segura con ella. Quería hacerlo. Cuando me iba a separar, ella me sujeto por las caderas y se acerco más a mí. Podía sentir su aroma, su pulso, su respiración. La sentí tomar mi mano y entrelazar nuestros dedos, me encantaba la sensación de su mano contra la mía. La cabeza comenzó a darme vueltas, el aire me faltaba así que como pude me separe de ella.
         --Si quiero bañarme contigo.
         --Prometo no hacer nada que no quieras, tendré las manos quietas a menos que quieras que te enjabone el pelo –acaricio cariñosamente mi rostro y beso mi frente. Yo solo sentí mientras el rojo de mis mejillas se extendía hasta mis orejas, podía sentirlo.
         Buscamos algo de ropa para ambas y fuimos al baño de mis padres. Una vez que cerró la puerta mis nervios aumentaron ¿Y si mi cuerpo no es lo que esperaba? Escuche el agua de la ducha correr, el gran espejo que había no tardo en empañarse. Todo el valor que tenia había desaparecido, solo quería salir del ahí.
         --No tienes que hacerlo si no quieres, está bien. Saldré y esperare mi turno –no pude controlarme y la tome por la espalda, abrazándola –Esta bien, no estoy molesta y esto no cambia lo que siento por ti, aunque te seré sincera: muero por poder ver tu cuerpo desnudo pero quiero que sea porque tú quieres. Esperare hasta que estés lista –trato de soltarse pero no la deje.
         --Val…ayúdame –susurre –No puedo sacarme la ropa frente a alguien más pero quizás si alguien me la saque a mi…
         --¿Estás segura? –Val se giro hasta quedar frente a mí, el abrazo se había roto pero aun así estaba muy cerca de mí.
         --…Si –cerré los ojos y bajé un poco la cabeza, estaba avergonzada. Val levanto mi rostro y beso de forma casta mis labios.
         --Entonces déjame ayudarte.
         Sentí sus manos tomar la polera que traía puesta y la levanto de forma delicada, alcanzo a rozar mi cintura y hombros, sus manos estaban frías. Cuando acabo de sacarme la prenda se quedo observándome y eso solo hizo que mis miedos volvieran.  
         --Lo sabía, no soy lo que esperaba –fue mi pensamiento.
         --Eres hermosa sin importar si tienes algo encima o no. Aunque mejor emparejamos.
         Lo siguiente que vi fue como Val se sacaba su polera negra y quedaba en iguales condiciones que yo, traía un deportivo negro, tenía un abdomen plano y bien trabajado, y su piel se veía cremosa. Quería tocarla. Alargue la mano para poder tocar sus brazos pero me detuve en el aire.
         --Está bien si me quieres tocar, no me voy a enfadar.
         La mire a los ojos y termine de acercar mi mano a sus brazos. Si los vías de cerca no se veían con gran musculatura pero si los tocabas era otra cosa muy distinta, sus hombros y brazos eran duros, pero al mismo tiempo blandos, esa sensación me decía que jamás me podría lastimar. Fije mis ojos en su pecho, justo en su deportivo ¿Cómo sería su pecho? ¿Sería pequeño como lo imaginaba?
         --Que tal si supero el marcador –cuando me había dado cuenta de lo que había dicho su deportivo se encontraba en el suelo.
         Había quedado petrificada. Su pecho era pequeño pero tenía buen tamaño. De verdad que era hermosa, perfecta y yo le gustaba, solo yo. Ya no me sentía avergonzada ni nada; quería estar en iguales condiciones. Lleve mi mano hasta el broche de mi brasier y lo solté, deje que se resbalara por mi hombros hasta caer a mis pies. Si yo me había sorprendido cuando vi a Val sin el deportivo Val había entrado en shock, me miraba como si no creyera que era yo. Vi como daba un paso hacia mí pero retrocedió dos. Sabía que era lo que pasaba por su mente, yo también quería besarla y tocarla pero estábamos gastando agua.
         --Sera mejor que nos apresuremos –me quite los zapatos y me desabroche los pantalones. Cuando los iba a bajar las manos de Val me detuvieron. Le dirigí una mirada interrogante.
         --Déjame a mí, soy yo quien te está quitando la ropa –los colores volvieron a aparecer en mi rostro. Val me ayudo a que me sentara en la tapa del WC y se agacho. Quito la prenda con cuidado y la dejo junto al desastre que estaba en el suelo. Una vez que estuve solo con las pantaletas se me quedo mirando –Tienes una piel hermosa y fresca, será un placer bañarnos juntas y que me permitas enjabonarte la espalda –ella se iba a quitar los jeans pero yo cambie lugares sí que ella se pudiera resistir.
         --Ya me quitaste dos prendas y yo no te he podido quitar nada, igualemos el marcador –de la misma forma en que ella me quito los pantalones lo hice yo. Ella llevaba unos bóxer verdes, era tan masculina y eso me estaba empezando a volver loca.
         --Así está bien, si sigues no voy a poder dejar quietas las manos como lo prometí.
         --¿Quién dijo que quiero que las dejes quietas? –no sabía de dónde habían salido esas palabras, ni siquiera las había procesado solo salieron de mi boca –Quiero decir…olvídalo.
         Me puse de pie y ella también, se termino de sacar los jeans y los pateo para dejarlos en algún lado que no molestaran. Iba a entrar a la ducha cuando sus manos me sujetaron la cintura, sus manos seguían frías por lo que me estremecí y gemí. No sé cómo pero cuando me di cuenta ya no tenía mis pantaletas.
         --Pero dijiste… --mis palabras murieron en mi garganta, ella estaba completamente desnuda. Sentí como la sangre bombeaba fuerte, podía sentir mis latidos en mis oídos, desvié la mirada pero Val me sujeto la cara y me beso, era un beso hambriento. De algún modo entramos en la ducha y nos quedamos bajo el chorro de agua besándonos, acariciándonos. Jamás creí que alguna vez haría esto.
         Lleve mis manos hasta su cuello y la abrace. Val me acerco un poco más, sentía sus manos recorrer mi cuerpo pero jamás bajo mas del  nivel de mis caderas. Se estaba conteniendo. Fue ella quien se separo de mi y tomo un el jabón liquido que había allí.
         --Date la vuelta, te enjabonare la espalda.
         Obediente hice lo que me pidió pero en vez de sentir el frio del jabón en mi piel sentí su cálida lengua recorrer mis hombros, varios suspiros escaparon de las profundidades de mi garganta y uno que otro gemido cuando Val me mordía. Sentí como sus manos recorrían mi abdomen y seguían subiendo hasta que llegaron a mis pechos. Quería mas, quería que me siguiera tocando, quería que me tocara como nadie jamás lo hará porque ya sabía que era lo que sentía por ella, de verdad la amaba. Tome una de sus manos y la lleve a mi boca para lamer sus dedos, solo al momento de hacer eso me di cuenta que mientras ella me acariciaba esta enjabonándome.
         --Te amo –susurre quedamente.
         Sentí como su respiración se detenía breves segundos para volver a respirar de forma agitada. Sentí los músculos de sus brazos tensarse y relajarse. Lo siguiente que sentí fue el frio de azulejo en mi espalda y unos ardientes labios sobre los míos.

         --Te amo –me dijo cuando se separo breves milisegundos

miércoles, 7 de agosto de 2013

Sin escapatoria ~cap 11

         Nuestros labios se movían de forma pausada, sin prisa, ambas queríamos disfrutar al máximo del contacto. Sentí sus manos acomodarse en mis caderas, al principio me asusto, pero al ver que no hacía nada me relaje. Yo, por mi parte, pase mis brazos por su cuello para poder acercarla lo más posible a mí. Cuando nos separamos nos quedamos mirándonos a los ojos, me encantaban esos ojos. Quería más, quería más de ella. Nuestros labios volvieron a encontrarse. Val me acerco mas a ella, si es que se podía, era como si no quisiera separarse de mí, como si fuera a desaparecer si ella me soltaba. Aunque no podía negar que me sentía muy bien en sus brazos estaba confundida; ¿Por qué me beso? ¿Que siente por mi? Y lo más importante ¿Qué siento yo por ella? Cuando volvimos a separarnos puse mis manos en su pecho y me aleje levemente, no quería que la sensación que sentía cuando estaba con ella desapareciera pero necesitaba respuestas.
         --¿Por qué hiciste eso?
         --Creo que es obvio, pequeña…perdón Alicia
         --Ya no importa, dime pequeña está bien, pero no has contestado a mi pregunta –si era tan lógico no le estaría preguntando, soy muy distraída e inocente por lo que me costaba enterarme de muchas cosas.
         --No sé si haces esto porque quieres escucharlo de mi boca o de verdad no te enteras de nada, pero te lo diré: me gustas.
         --¿Te gusto? Pero si no me conoces de nada, de hecho esta es la primera vez que nos cruzamos.
         --Te equivocas, quizás si sea la primera vez que me vez pero esta no es la primera vez que yo te veo. Veras yo vivo muy cerca de aquí por eso siempre te veía, me gustaste desde la primera vez que te vi pero jamás me atreví a hablarte. No podía simplemente acercarme y decir “hola, me gustas” y esperar que no huyeras en el proceso. Además siempre te veía con Alex y Andrea y eso me ponía celosa y a la vez me daba esperanzas de que fueras como yo –fue deshaciendo el fuerte agarre que tenía en mis caderas y dejo caer sus hombros de forma derrotada. –No te culparía si me detestas ahora.
         Yo aun no salía de mi asombro, o sea que había tenido una admiradora secreta desde quien sabe cuánto tiempo. No sabía que responder, pero de algo si estaba segura era de que no me molestaba. De hecho desde que la había visto por primera vez frente a la bodega de mi papá me pareció atractiva y sensual, causo extrañas sensaciones en mí que nadie había provocado jamás. Mire sus manos que estaban empuñadas, sus hombros abatidos que estaban muy tensos y su rostro que se reflejaba miedo. Sus ojos estaban cerrados y sus labios fruncidos, era como si se arrepintiera de lo que me había dicho, sin embargo hay algo que me gusta en la gente y es la sinceridad; pudo haberme mentido pero no lo hizo y para mí eso es muy importante.
         --No te detesto –tome sus manos y entrelace nuestros dedos, nuestras manos encajaban perfectamente –Me tomó por sorpresa todo lo que dijiste, pero tengo que decirte que no soy lesbiana.
         --Lo supuse –trato de soltar mis manos pero yo la volví a sujetar.
         --Déjame terminar. No soy lesbiana, pero tú provocas…cosas en mi, algo que jamás había sentido con nadie. No sé si me gustas, no sé si solo sea un capricho o si es solo la última aventura que quiero tener, pero de algo estoy segura y es que no me arrepiento que nos besáramos. De hecho quiero repetirlo –no podía mirarla a la cara, estaba muy avergonzada. Sentía como un incomodo calor recorría desde mi cara hasta mis orejas.
         --¿Todo eso es cierto? –Levanto mi rostro con gentileza para que nuestras miradas se encontraran --¿No me mientes?
         --Yo no miento, detesto con toda mi alma las mentiras.
         La vi sonreír tiernamente. Me acaricio el rostro de forma gentil, delineo mis mejillas y mi mentón. De verdad que despertaba en mi sensaciones que no conocía. La vi acercarse nuevamente a mi rostro y me beso, de forma inconsciente fui retrocediendo hasta que choque con la cama de mi hermana. Val me sentó y se acomodo entre mis piernas sin separarnos, el beso no iba para mas, era solo eso: un beso sin segundas intenciones en donde podía sentir lo feliz que estaba Val. Revolví sus cortos cabellos mientras ella recorría tiernamente mi cintura. Rompimos el ósculo, yo acaricie su rostro, ella solo cerró los ojos mientras sonreía.
         --Sera mejor que baje y que tu vayas a bañarte.
         --Si, tienes razón –junte nuestras frentes y la mire a los ojos, brillaban de una forma especial y hermosa. –Se que no te di una respuesta, solo dame tiempo y déjame conocerte.
         --Todo el tiempo que quieras, para mí ya es un avance que ansíes mis besos –me giño el ojo y abrió la puerta –Te espero abajo.
         Val desapareció escalera abajo. Cuando ya no la tuve a la vista me tire de espaldas en la cama y sonreí. Había sido maravilloso, no había palabras para describir como me sentía, puede que no esté completamente segura de lo que siento por ella, pero esto había sido algo fuera de este mundo. Si el mundo no se hubiera ido al carajo jamás la habría conocido, es algo, por así decirlo- positivo.        
Me enderecé y fui hasta mi habitación  para sacar algo de ropa limpia y meterme en el baño de mis papás; conocía a Alex y sabía que no se metería a la habitación de ellos. Abrí la llave y deje correr el agua hasta que se calentó, me saque la ropa y la deje en el lavamanos, me desharía de ella mas tarde. Entre en la ducha y deje que el agua acariciara mi cuerpo, se sentía muy bien, sentía como si no hubiera tocado el agua hace siglos. Me enjabone muy bien, quite todo rastro de sangre de mi cuerpo, mire el agua irse por el desagüe, era mucha sangre. Tanta gente muerta.
Termine de bañarme y salí de la ducha. Me envolví en la toalla y con otra envolví mi pelo. Me sentía muy limpia. Me seque muy bien y me vestí; una polera negra algo ancha que le había quitado a mi papá y unos jeans, calce mis zapatillas de basquetbol negras y baje. Cuando aparecí en el comedor todas se me quedaron viendo, supongo que se les había olvidado cómo era bajo toda esa sangre, dirigí mi mirada de  forma disimulada a Val y ella era la más impresionada. Eso me gustaba.
--Vaya, hasta que decidiste unírtenos Al.
--Perdón, me entretuve hablando con Val y después fui a bañarme, ya no soportaba estar sucia.
         --Te comprendo, nosotras ya comimos. Fernanda, Andrea y Jack seguirán limpiando, Nicole y Yo veremos las camas, Val dijo que te esperaría para comer, la comida aun está caliente así que coman tranquilas. Les traeré los platos.
         --Gracias, Alex –tome siento junto a Val. Cuando todos se fueron me gire a ver a Val --¿Por qué me esperaste para comer?
         --Realmente no tengo mucha hambre así que preferí esperar para ver si me daba.
         --Que lindo, ahora la verdad –le exigí molesta, odiaba las mentiras.
         --Je, es verdad que no te gustan las mentiras. Solo quería comer contigo, es todo.
         --Aquí esta, no se demoren mucho aun tienen que ir a limpiar las casas vecinas y no las pienso dejar salir de noche –Alex nos dejo un plato frente a cada una y se retiro, pero antes de irse me guiño el ojo.
         --Eso fue raro –me di vuelta a mirar a Val y la encontré con el seño fruncido, no era broma lo de los celos. No pude evitar una pequeña risa que se me escapo.
         --¿Qué? –me respondió, se veía tierna cuando estaba celosa.
         --Nada –sonreí y comencé a comer, estaba muerta de hambre aunque eso no era novedad para quienes me conocen.
         Comimos en silencio, con una que otra mirada y caricia bajo la mesa. Para mí era extraño hacer eso o recibir caricias como esas ya que jamás había tenido un novio, y mucho menos una novia, aunque era cariñosa con mi amigas a tal punto de darles la mano y abrazarlas, pero fuera de eso nada más. Cuando terminamos de comer fuimos a la cocina a dejar los platos, yo me puse a lavar la bajilla que habíamos usado y Val se sentó en un piso que había ahí. Para mí era normal lavar cuando alguien comía conmigo, una costumbre que mi mamá me había inculcado desde muy pequeña, siempre que Alex venia a comer a mi casa me decía que verme de espaldas lavando le daba la impresión de que sería buena esposa; en cierto modo eso no me alegraba mucho ya que no me gustaba la idea de solo ser una buena esposa, yo quería ser independiente, no necesitar de nadie para sobrevivir, tener una carrera…aunque eso ya no creo que sea posible. Estaba en esos pensamientos cuando sentí unos brazos pasar por mi cuello, no había necesidad de voltearme.
         --Val estoy lavando
         --Lo sé, solo no me resistí
         Corte el agua y me seque las manos con un paño que había cerca de mí. Me recargué en su pecho, disfrutando de su aroma que se estaba haciendo adictivo. Val me beso un par de veces en la sien, se notaba la diferencia de alturas en esta posición aunque ya no me molestaba…tanto. Será un complejo que jamás podre superar del todo. Cuando se separo de mi sentí de inmediato su ausencia. Me gire para quedar frente a ella y me vi envuelta nuevamente en sus brazos. No me había dado tiempo de reaccionar, me deje querer, cerré los ojos para poder disfrutar de su cariño.
         --Tenemos que prepararnos para hacer nuestras tareas.
         --Lo malo es que siento que me voy a ensuciar otra vez.
         --Tendrás que bañarte otra vez, ambas tendremos que bañarnos –no pude evitar sonrojarme ante el pensamiento de bañarnos juntas, pero descarte esa día casi enseguida.
         --Si, creo que tienes razón –respondí tartamudeando por los nervios.

         --Sera mejor ir a prepararnos –cuando me soltó beso de forma casta mis labios y me sonrió, yo solo le devolví el gesto.

martes, 2 de julio de 2013

Sin escapatoria ~cap 10

         --Tapen los ojos de Jack, no quiero que vea esto –Fernanda y Nicole se encargaron de que Jack no viera nada.
         Me tire en contra de una de esas cosas y le plante el machete en medio de la frente, fue tanta la fuerza que emplee que lo mande al suelo y el machete quedo incrustado. Otra de esas cosas que parecía ser una mujer de no más de 30 años se me acercaba pero Val le atravesó el abdomen con el sable por detrás. Cuando logre sacar el machete lo enterré en la cabeza de un hombre calvo con la camisa hecha girones y toda ensangrentada, pero esta vez no lo hice con tanta fuerza y tuve que repetir la acción un par de veces. Estaba tan concentrada que no me di cuenta cuando una de esas cosas me tomo del pelo y me arrojo lejos. Cuando me iba a levantar tenia a esa cosa sobre mí tratando de morderme el rostro o cualquier parte de mi cuerpo, el olor a putrefacción era muy fuerte.
         --¡Alicia! –escuche un grito y lo próximo que vi fue sangre en mi rostro. Alex había tomado el machete de mi abuelo y se lo planto en la cabeza a esa cosa.
         --Alex, tienes que dejar de matar a esas cosas cuando están sobre mi –trate de bromear pero la sentí abrazarme.
         --¡Desde que todo esto empezó van dos veces que te salvo, acaso quieres morir! ¡A este paso lo vas a lograr! –hundió su rostro en mi cuello y lloro. Por suerte Val ya había terminado con el otro que quedaba así que ya no había peligro, por ahora. Correspondí su abrazo y deje que su aroma me inundara.
         --Lo siento, Alex. Solo quiero que estén a salvo, disculpa que sea tan imprudente
         --Se que eres así, pero no te quiero perder. Esto no es como en el colegio que hacías algo que estaba mal y te regañaban o suspendían ahora si te equivocas te mueres –se separo de mi para verme a los ojos. Yo bese su nariz como siempre hacia.
         --Tenemos que volver a casa, antes de que  esas cosas se den cuenta de que estamos aquí –trate de separar a Alex de mi pero solo se apretó mas a mi cuerpo.
         --No parece que estén muy interesados en nosotros, parece que solo quieren llegar al fuego –hablo Val mirando el cerro, su mirada se veía distinta hasta podría decir molesta.
         Como pude separe a Alex de mí y seque sus lágrimas. Le regale una sonrisa y le tomé la mano. Caminamos de vuelta a casa, ya era casi la hora del almuerzo y aun nos quedaba limpiar las casa para poder abastecernos de lo que hubiera de utilidad. Pero de todos modos solo teníamos que limpiar algunas casa, seguramente los más rapidos y listos debieron de haber huido cuando pudieron. Aunque pensándolo bien todo debió hacer colapsado, asi que las personas que huyeron en auto ya deber de haber muerto.
         --Tengo hambre –reclamo Jack
         --Cuando lleguemos preparemos el almuerzo. Hace unos días mi mamá había hecho las compras, veremos que preparamos –le dije.
         --Al, tu no sabes cocinar –se burlo Alex.
         --Puedo hacer el intento Alex –le reclame.
         Cuando llegamos a casa Alex, Nicole y yo fuimos a la cocina a hacer el intento de cocinar algo para almorzar, mientras Val, Fernanda, Andrea y Jack iban a limpiar las habitaciones. En mi cabeza aun daba vueltas la expresión de Val cuando bese la nariz de Alex ¿Por qué nos miro así? ¿Se estará haciendo ideas raras sobre nosotras? O quizás ¿Sea homofóbica? Eso era más factible ya que habíamos visto a Nicole y a Fernanda besándose antes de que fuéramos a cerrar los portones. Aunque era la razón más cercana a la realidad que se me ocurría, había algo que no dejaba de molestarme.
         --Oye Al, sé que no sabes cocinar aparte de la comida de microondas pero “más ayuda el que no estorba”
         Fue cuando volví en mis cabales, me había quedado completamente ensimismada mirando el interior del refrigerador.
         --Perdón, Alex. No sé que me paso, solo me quede pensando. Me dijiste que te pasara la carne molida ¿no?
         --¿Estás bien, Alicia? –me pregunto Nicole.
         --Si, tranquila. Estoy algo cansada y supongo que mi mente esta divagando.
         --¿Por qué no descansas? Esto se va a tardar un rato, Nicole y yo podemos arreglárnoslas. Al, no te vez bien han pasado muchas cosas…
         --Solo te quieres deshacer de mi porque no se cocinar Alex –le reclame haciendo un puchero.
         Las tres reímos por mi expresión y mi reclamo infantil. Lo cierto era que no quería estar sola porque esos pensamientos volverían a asaltarme y no me dejarían tranquila hasta hallar la solución. No me gustaba quedarme con la duda y algo me decía que la única forma de conseguir respuestas era a través de Val. Al final hicimos espagueti con salva a la boloñesa; fácil, rápido y llenador por la cantidad de carbohidratos.
         --Esto ya esta ¿Quién va a ir a buscar a los demás? –Alex me miro a mi como esperando que yo fuera a saltar para ir a buscar a los demás.
         --No creo que sea necesario, el olor las hará bajar. Pondré el servicio –me acerque a donde se guardaban los cubiertos y luego me fui al comedor.
         Como si predijera el futuro el primero en bajar fue Jack alegando que tenía mucha hambre, detrás de él venía Fernanda y Andrea, pero Val no bajo junto con ellas. Me pareció extraño que no bajara ya que debería tener hambre igual que todos.
         --Feña ¿Dónde está Val?
         --Dijo que ya bajaba, que quería terminar de limpiar detrás de la puerta antes de bajar a comer. Aunque siendo franca yo no tengo mucha hambre, la sangre me quito el apetito.
         --Yo si tengo hambre, aunque eso no es novedad en mi –Andrea fue a la cocina para poder ayudar a llevar los platos a la mesa del comedor.
         --Si quieres puedes comer fruta o lo que quieras del refrigerador, como ayer fue fin de semana mi papá había dejado muchas verduras listas para aliñar y servir en el refrigerador, solo si quieres.
         --Vale, te tomare la palabra. Sé que les tiene que haber quedado delicioso pero…
         --Se entiende Feña, tranquila. Voy a buscar a Val.
         Sentí la mirada de todas sobre mi espalda, me incomodaba pero no le di importancia, solo iba a decirle que la comida estaba lista y si no quería bajar pues haría uso de la fuerza porque nos habíamos… me había esforzado en ayudar a cocinar. Subí las escaleras y vi la puerta de mi hermana Viviana cerrada, por lo que deduje que Val estaba del otro lado. Me acerque y golpee suavemente para que me abriera.
         --Fernanda, te dije que ya bajaba quiero… --abrió la puerta y se quedo perpleja al verme al otro lado de la puerta.
         --Siento desilusionarte, pero soy yo.
         --No estoy desilusionada, al contrario me alegra verte. Solo quiero terminar de limpiar lo que ensuciamos –sentí como los colores volvían a anidarse en mis mejillas.
         --Puedes hacer eso después de comer. Si quieres te puedo ayudar cuando terminemos.
         --No puedes, cuando terminemos de comer iremos limpiar las casas para ver que encontramos ¿lo recuerdas?
         --Es verdad –me adentre en la habitación que fue una vez de mi hermana, Val cerró la puerta una vez que estuve completamente dentro, se sentía su olor inconfundible pero había algo que ya no estaba. Dirigí mi vista a las marcas de sangre que no habían terminado de salir de la alfombra –Tal parece que no todo se podrá borrar.
         --Tal parece que no.
Nos quedamos en silencio breves momentos, observe la habitación, todo estaba muy desordenado y revuelto, la cama no tenia sabanas puestas y el olor al metal de la sangre comenzaba a darme asco aunque podría ser perfectamente la sangre seca de mi cuerpo. Desde que habíamos llegado no me había cambiado y yo era la que más sucia estaba. Voltee a verme en el espejo de mi hermana y recién en ese momento me di cuenta de lo demacrada que estaba; mi pelo castaño que siempre llevaba suelto estaba completamente despeinado y enmarañado, mi piel blanca tenia tonos cafés por culpa de la sangre seca, mi uniforme jamás se había visto tan mal en especial mi blusa que en algún momento fue blanca.
--Dios, me veo fatal. Con razón las chicas querían que descansara.
         --Puede que suene escabroso pero a mí me gusta, te vez exóticamente sensual así –la vi a través del espejo, estaba sonrojada y se alisaba el pelo de la nuca con la mano. Ese había sido el cumplido más extraño que me habían dicho en la vida, pero no dejaba de ser en cierto modo lindo.
         --No se si darte las gracias o correr. En fin, no te demores mucho o se enfriara. Iré a bañarme, me urge una ducha –iba caminando hacia la salida cuando me envolvió en sus brazos y escondió su rostro en mi cuello provocando un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo.
         --¿Puedo hacerte una pregunta un tanto personal? –hablo en mi cuello y el aire caliente que salió de su boca me puso la carne de gallina.
         --Supongo que sí, pero en esta posición es algo incomodo –hable de forma atropellada por lo nerviosa que estaba, un tierno color rosa adorno mis mejillas. Val no se movió de la posición en que se encontraba así que trate de respirar normalmente ya que se notaba que separarse no era una opción.
         --¿Qué relación tienen tu y Alexandra? –me giro de tal manera que quedara frente al espejo, ella levanto lentamente la mirada, tenía una mirada profunda y seria, como un depredador protegiendo su presa.
         --¿A qué te refieres? Solo somos amigas y nada más. La única pareja es Nicole y Fernanda, las vimos cuando se estaban besando.
         --¿Qué me dices de Andrea?
         --Ella también es mi amiga ¿Por qué tantas preguntas?
         --Solo me parecía extraño sus muestras de cariño –volvió a esconder su rostro en mi cuello y creí sentirla sonreír en mi hombro. Cerré los ojos disfrutando del contacto y su aroma. Olía a jabón y hierro, seguramente por la sangre que había en sus ropas.
         Cuando abrí los ojos la encontré observándome detenidamente, sentí como recorría mi reflejo de arriba abajo deteniéndose en mi rostro, vi como se mojaba los labios con la lengua y se mantenía en esa posición. Yo también aproveche de recorrer su reflejo en el espejo; se veía mas madura que yo, aun no creía que tenia 14 se veía mayor, sus ojos cafés casi negros parecían dos perlas, sus ojos grandes y expresivos pero a la vez llenos de incógnitas. No podía ver su cuerpo porque está detrás de mí, pero podía sentir como su pecho subía y bajaba de forma agitada, también podía sentir que no tenía mucho busto y eso extrañamente me gustaba. Volví a su rostro, sus pestañas eran largas y sus labios ni muy gruesos ni muy delgados, eran perfectos y se veían con experiencia. El pensar que Val ya había besado a alguien me hizo sentir incomoda y molesta. Celosa. Sentí un gran deseo de sentir sus labios sobre los míos, que recorriera mi cuerpo con sus besos hasta que suplicara que se detuviera solo para que ella siguiera e ignorara mis plegarias.
         Me gire levemente pasa poder quedar frente a frente, subí una de mis manos hasta su rostro y lo delinee suavemente, disfrutando del contacto. Fue cuando volví a ver sus labios, de forma inconsciente me volví a remojar los labios con la lengua; la deslice como su hubiera comido algo muy delicioso y estuviera saboreándome aun.

         No sé quien se movió antes, pero en cuanto me di cuenta nos estábamos besando.