Tiro de advertencia.
-¡Dije que
no te movieras! –rapidamente tome la radio y hable por ella.
-Baja el
arma, Andrea. Soy yo.
-¿Al? Dios,
casi te mato. Realmente lo siento, la chaqueta me desconcertó. Alex esta
furiosa contigo.
-Puedes
venir a ayudarme, luego me encargo de Alex.
-Voy para
alla.
Solte un
largo suspiro. No me había dado cuenta de que había estado conteniendo la
respiración. En cuanto vi que Andrea venia hacia a mi senti como un gran peso
se acomodaba sobre mi cuerpo y me hizo caer al suelo. Por suerte ambos animales
estaban a salvo.
-Te ves
horrible.
-Gracias, a
la chicas les encanta le digan eso. Mejor ayúdame con ellos –dije refiriéndome
a los animales.
-¿De donde
los sacaste? Porque no me creo que hayas hecho todo ese escandalo por ellos
–Andrea les quito a los animales el bozal y acaricio la cabeza de la hembra.
Trato de tomar el bolso, pero no se lo permiti.
-Esta herida
y no quiero seguir moviéndola, llévate al cachorro –Andrea tomo al pequeño
animal y comenzamos a caminar.
-Espera. Nicole,
¿estas ahí?
-Si, aquí
estoy ¿te encargaste ya?
-Era Al, voy
a casa. Trajo con ella un par de perritos y parece que uno esta herido.
-¿Ella esta
bien? Alex la va a matar.
-¿Pueden
colocarme junto a mis padres en el jardín?
Las tres
reimos. Tal parecía que Alex estaba muy molesta conmigo y aunque le explicara
la razón no creía que me fuera a perdonar facilemente.
-Claro, te
llevaremos flores todos los días.
-Bien, voy a
llevar a Al con su verdugo, ya vuelvo. Corto.
-Roger.
-Al…
rompiste todas tus reglas ¿Qué paso?
Medite un
segundo, no quedaba mucho para llegar a casa, pero merecia la razón aunque
fuera en una historia corta.
-Cuento
corto: tuve una discusión muy fea con Val y realmente me descontrole –admiti
con vergüenza.
-¿Te soy
sincera? Creo que Val te esta haciendo mas mal que bien, se que se conocen de
poco pero creo que fueron muy rápido y ahora tu estas sufriendo las
consecuencias.
-Lo se.
Solucionare esto pronto.
Cuando nos
dimos cuenta ya estábamos en la puerta de mi casa. Trague duro. No quiero entrar. Volvi mi vista al
animal que cargaba, había que curarla y todos los implementos médicos estaban
dentro, tenia que entrar si o si. Fui
buena.
-Gracias por
traerme, verdugo.
-Rezare por
tu alma –levanto su mano y me persinó en el aire. Dejo al cachorro en mis
brazos y luego se retiro a su lugar de vigia.
-Bien, solo
espero que los cuiden cuando muera.
Abri la
verja de hierro y camine a paso lento hasta la puerta principal pero cuando
estaba buscando la llave en mi bolsillo la puerta de abrió de par a par.
-¿¡Que
demonios tienes en la cabeza!? –senti un fuerte golpe en mi mejilla y luego un
jalon en mi oreja.
-¡Auch!
¡Auch! ¡Duele, Alex! –sujete con fuerza a ambos animales para que no cayeran.
-¡Y te
dolerá mas! ¿Y ellos? Supongo que no los trajiste solo para que el regaño no
fuera peor ¿o si?
-No, Alex.
Los encontré mientras… durante mi arrebato. Ella esta herida, hay que tratarla
ya.
-No te has
salvado aun ¡Amanda, ven por favor y trae el boriquin!
-¿Por qué la
llamas a ella?
-Se que no
te agrada, pero mientras tu estabas haciendo el tonto yo hable con ella y
resulta que era estudiante de veterinaria de ultimo año.
-Wow, bonita
y medico de perritos, que conveniente –creo que si me mordia la lengua ahora
mismo estaría muerta por el veneno de mis palabras. Escuche pasos por las
escaleras, eran apresurados. Cuando bajo traía en sus manos un enorme bolso
donde teníamos todos los implemente médicos que habíamos reunido en este
tiempo, casi nos faltaba el quirófano.
-¿Qué sucedió?
¿Alicia volvio? ¿Esta herida?
-Estoy bien.
-Por ahora,
Al.
-Eh… si,
claro –Dios, protégeme –Mientras
estuve afuera encontré a estos pequeños. El cachorro parece estar bien, quizás
solo tenga bichos por su enorme panza, pero la madre tiene una herida muy fea
en el costado, parece que se corto con algo. En un principio pensé que habían
sido necrófagos pero no se ha convertido y no parece ser hecho por ellos.
-Primero
veremos a la madre –vi como empezó a buscar con la mirada y finalmente se
detuvo en la mesa del comedor, parecio dudar pero luego mostro una mirada
decisiva –Ayudenme a subirla a la mesa. También necesitare que me ayuden, aun
no tengo mi hombro totalmente funcional.
Con cuidado
saque al animal del bolso y entre Alex y yo la colocamos sobre la mesa. La
herida se veía peor de lo que pensaba, quizás cuanto llevaba con ella. Amanda
nos pidió que fueramos a lavarnos las manos y que nos colocaramos guantes.
Cuando fui a la cocina me tope de frente con Val que venia bajando las
escaleras. Su rostro mostraba alivio de que volviera sana y salva, el mio solo
mostraba indiferencia y enojo. Segui de largo y me lave las manos para luego
colocarme los guantes y volver con Amanda. Todo eso bajo la atenta mirada de
ella.
-Para suerte
de ella no es algo tan grave, pero llevara su tiempo que se cure. Haya que
limpiar, suturar y vendar. Yo les dire que hacer.
-¿Estas
segura?
-Se que
podrán, me colocaste el brazo la otra noche –dijo guiñándome el ojo, haciendo
que los colores me subiera al rostro.
-Ok –senti
una carcajada ahogada junto a mi, pero no hice nada, ya estaba en problemas no
necesitaba que Alex se enojara mas.
-Yo le
colocare la anestesia local, el resto se los ire diciendo –vimos que tomaba un
par de frascos y luego una jeringa. Luego de tener ya todo se acerco al animal
y le inyecto en el lomo –Calcule la dosis por lo que debería estar pesando, no
fue mucha pero no se que tan poca, asi que había que apresurarse. Corten el
pelo que esta cerca de la herida.
Con unas
tijeras corte con cuidado todo el pelo que podría molestar, no tarde mucho.
Cuando ya estuvo echo nos dijo que con el suero limpiaramos la herida. “Solo
dejen que corra, se llama barrido”. Por suerte la perrita parecía llevar bien
todo, la anestecia seguramente habría hecho efecto ya. Luego de que casi nos
acabaramos la botella de suero terminamos de limpiar la herida, nos aseguramos
de que no hubiera nada dentro y colocamos los puntos. Seguido de eso solo
vendamos al animal y la bajamos de la mesa para colocarla sobre el sofá, sobre
una manta.
-No fue tan
difícil… crees ¿estara bien?
-Lo estará,
yo los vigilare por ahora. Les dare algo de comer y beber, aunque solo al
pequeño. A ella tendremos que darle un poco mas tarde, puede que vomite si le
damos ahora.
-Gracias,
Amanda.
-No hay de que.
-Bien, ahora
que los perritos tienen a alguien que se encargue de ellos…tu, yo, a la cocina:
¡Ahora!
Que dios se apiade de mi alma.
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