corto como siempre xD
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Fuera
del colegio la situación no era mejor, esas cosas estaban por todos lados.
Todas habíamos seguido juntas hasta que llegamos a la intersección de La Paz e
Independencia, una gran avenida que ahora era todo lo contrario a sus nombres.
Caos. Eso era lo único que había en las calles. Llegamos a la casa de Fernanda
y ellas se bajaron.
--Esperare aquí 2 minutos, si llega a
pasar algo salgan y suban. Iremos a mi casa –solo asintieron y bajaron en
silencio. Apreté con fuerza el volante tratando de liberar mi tensión, pero me
relaje cuando Alex puso su mano sobre la mía.
--Estaremos bien, cálmate –sonrió para
poder tranquilizarme pero un ruido nos alerto. Gritos. Nicole, Andrea y
Fernanda salieron corriendo y se subieron al auto. Justo detrás de ellas venia
una de esas cosas. Por suerte no había detenido el motor. Acelere a fondo para
perder a esa abominación, sin embargo mi escape atrajo la atención de varios de
ellos. Pero logramos escapar con éxito.
Seguí
conduciendo, trataba por todos los medios no mirar hacia los lados, no quería
ver a esas cosas alimentándose de alguna persona pero el que no mirara solo hacía
que mi oído se agudizara y escuchara los gemidos de dolor de las personas que
sufrían a causa de ser devoradas vivas.
--Escuchen, en 5 minutos estaremos en
mi residencia. Cuando estemos frente a mi casa yo me bajare y veré si todo está
limpio sino lo está me encargare de esas cosas y luego vendré por ustedes.
--Déjame ir contigo. Tu y yo estamos
juntas en Defensa personal y tenemos el mismo rango –era cierto, Andrea y yo
íbamos al doyo desde hace 4 años.
--Ok, pero quiero que te sientes al
mismo lado que voy yo. Me detendré frente a la puerta de fierros de mi casa
para que las demás bajen por la puerta del copiloto. Saltaremos la reja y luego
iremos a la bodega que hay en mi patio, ahí está el machete de mi abuelo y el
sable de mi padre con ellos nos defenderemos.
--De acuerdo.
Cuando
llegamos estacione junto a la puerta dejando el suficiente espacio para que se
abriera. No habían muchas de esas cosas en la calle pero eso no significara que
no estuvieran en los patios o en el interior de las casas.
--Andrea bajaremos cuando yo haga esto
–le mostré mi mano y luego la cerré en puño-- ¿ok? De acuerdo, ustedes
escóndanse en el piso del auto y no se muevan hasta que yo venga por ustedes. Le
pondré alarma al auto, así si una de esas cosas trata de abrir nos daremos
cuenta y vendremos a ayudarlas.
--Tengan cuidado
--Si ya sobrevivimos al ataque en el
colegio podremos sobrevivir dentro de mi casa –trate de bromear para aligerar
el ambiente y tratar de que no pareciera la última vez que nos veríamos.
Solté
un cansado suspiro y levante la mano para que Andrea la viera, todas nos
tensamos, y la cerré. Andrea y yo bajamos del auto, antes de saltar la reja le
puse la alarma al auto. Una vez que estuvimos dentro fuimos a la parte trasera
de mi casa, nos asomamos para ver si había algo pero no había nada. La bodega
era subterránea, casi como un bunker, debíamos levantar una pesada compuerta
para poder entrar. Iba a abrir la compuerta pero un golpe desde dentro de la
bodega llamo nuestra atención.
--Escuchaste cierto –le pregunte a
Andrea. Ella solo asintió – Abre tu, yo me encargo de esa cosa –tome una pala
que estaba apoyada en la muralla y me puse a una distancia prudente.
--Puede que sea algún familiar tuyo ¿estás
segura que quieres hacerlo?
--Hice una promesa: me encargaría de atravesarles la cabeza a
toda mi familia si eran una de esas cosas.
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