miércoles, 23 de noviembre de 2016
Portada nueva para Sin escapatoria!
flipo en colores de lo linda que es! parece cartelera de cine *¬* y esto es gracias a mi amigo Andres Sanchez Romo, que se dio un tiempo para poder hacerme esta maravilla :3 recomiendo su instagram donde estan mas de sus trabajos andressart12
Hay una salida ~capitulo 6~
De
repente escuche un ruido muy cerca de mí, pero no parecía ser un necrófago o un
ser humano. Trate de poner más atención y creí escuchas un gemido de animal.
Tire el cigarro a medio fumar al suelo y seguí el ruido hasta que me encontré
con una horrible escena: era una perrita con una muy fea herida en su cuerpo y
un cachorro. La perra estaba respirando de forma forzada, note que la herida
parecían ser marcas de uñas humanas, seguramente un necrófago la había atacado,
pero había logrado escapar o quizás los necrófagos no atacan animales. De
cualquier modo no podía no hacer nada. Me acerque con cautela, pero cuando el
animal más grande noto mi presencia mostro los dientes, gruñendo.
-Hey,
tranquila. Solo quiero ayudar –parecía que me había entendido porque se relajó,
pero en ningún momento bajo la guardia -¿Pero qué te sucedió? –con cuidado
logre ponerme junto a los animales e hice que la mayor se recostara en el
suelo. Observe la herida y aunque parecía ser un arañazo más parecía ser algún
corte con algo filoso. A lo mejor trato de escapar y se cortó con algún metal.
No podía dejarlos allí. –Esperen aquí.
Corrí
directamente a los vehículos, necesitaba algo para poder llevarme a los dos, algún
bolso o mochila. Estuve un buen rato buscando hasta que di con un bolso lo
suficientemente grande para la madre y también había encontrado una chaqueta,
dentro pondría al cachorro. Ambos perros parecían ser callejeros, mezcla,
aunque parecía que la hembra seria labradora o algo así. Rápidamente vacié el
contenido el bolso sin reparar si había algo de utilidad en él, ya vendría
nuevamente a ver si algo de aquí servía y corrí hasta donde estaban los
animalitos. La perrita parecía sentir mucho dolor y era obvio, la herida era
fea pero no parecía ser tan grave, al menos eso creía yo. Me quite la camiseta
que estaba usando y la despedace para improvisar un vendaje que aplique en la
herida. Luego, y con mucho cuidado coloque al gran animal dentro del bolso,
seguido de eso me coloque la chaqueta y deje al animal más pequeño dentro de
ella, solo sobresaliendo la cabeza. Con dificultad cargue el bolso con el
pesado animal hasta que llegue a la moto.
-Tonta
de mí, podría haber acercado la moto –me reprendí mentalmente, pero ya era tarde,
ya lo había hecho así –Aguanten un poco, llegaremos a un lugar seguro y curare
tus heridas –Sabia que no podían contestar a mis palabras, pero ya se me había
hecho costumbre hablar sola y quizás con ellos sea más agradable conversar.
Antes
de encender el motor note que no quedaba mucha gasolina, aunque debería de
bastar para llegar. Hice rugir el motor y acelere a fondo, esta vez tenía una
razón para hacerlo. Había encontrado mi nueva razón para vivir: protegerlos. Volví a hacer el mismo
recorrido que había hecho con anterioridad, la única diferencia era que esta
vez no intentaba llevarme conmigo algunos necrófagos, de hecho los evitaba a
toda costa, llevaba una carga muy preciada y frágil. El problema sería que no
podía entrar por la entrada principal, no con ellos conmigo, así que tendría
que usar uno de los accesos secundarios. Adelantándonos a los hechos como que
no pudiéramos ingresar fácilmente porque nos perseguían habíamos hecho algunos
accesos secundarios. Eran difíciles de encontrar sino sabias dónde estaban y más
aún atravesarlos sino sabía cómo. Por suerte la idea había sido mía y yo sabía dónde
estaban todos y como acceder de forma segura a ellos: un vecino había comenzado
a ampliar su casa, pero todo esto comenzó así que jamás termino su proyecto y
dejo todos los materiales juntando polvo y arañas, algunas casas –las que
habíamos puesto menos necrófagos–tenían un doble pasadizo entre muros, los
mismos muros que usábamos para contabilizar y revisar que todo estuviera en
orden. Lo bueno y malo era que el pasadizo solo tenía un uso, al pasar por el
este se derrumbaba y así nos asegurábamos de que nadie más pasaría por ahí.
Quería
llegar pronto, pero con el escándalo que hice lo más probable es que haya gente
de Felipe observando, así que me arriesgaría y entraría por el acceso más
peligroso y el más lejano a casa. Detuve la motocicleta y la escondí donde
siempre, aunque tuve que dejar el bolso a un lado.
-Ojala estés
aquí cuando vuelva –le dije a la maquina mientras colocaba mi mano sobre el
freno –Ok, espero estén listos, porque pasaremos por un lugar complicado –tome
un pañuelo que tenía en mi bolsillo y lo rompí para hacer un bozal a cada uno.
Necesitaba que guardaran silencio si quería que pasáramos sanos y salvos
–guarden silencio y todo saldrá bien –acaricie la cabeza del cachorro y el
rostro de la madre.
Cargue el
bolso y me acerque donde estaba el doble pasadizo, que al final era una gran
pared de madera cercana a la muralla que dividía a las casas, pero me di cuenta
de que no pasaría con el bolso colgando y hacer caminar al pobre animal no era
una opción, tampoco podía abandonarlos ahora que ya los había traído. Plan B. Me acomode el bolso de tal
manera de que el animal quedara a mi espalda, por suerte durante todo ese tiempo
ningún necrófago se había acercado y los de las casas estaban tranquilos. Con
gran esfuerzo trepe por un lugar seguro y caí al otro lado, en silencio
atravesé el lugar que estaba infestado por necrófagos, pero como tenían los
ojos cristalizados no podían verme, solo oírme y quizás olerme, pero mientras
derrapaba con mi R3 me había salpicado de sangre así que quizás eso los
confundiría. Ya casi estaba al otro lado. Solo un poco más. Ya había llegado a
la verja de la casa, la que daba a la hoguera central, me reacomode el bolso y
me asegure de que ambos estuvieran bien. Coloque mi pie sobre la verja y esta crujió
llamando la atención de los más cercanos.
-¡Mierda!
–como pude escale rápidamente, pero unas de esas cosas me agarro de la pierna
-¡Joder, suéltame! –trate de soltarme pero tenía mucha fuerza, luego otro me
sostuvo de la otra pierna. ¡Voy a caer! Con todo el ajetreo el resto también
comenzó a agruparse –No… ¡No voy a morir ahora! –mire que ambos animales
estuvieran bien: el cachorro seguía en la chaqueta aunque estaba inquieto y
asustado, al igual que la madre. Pensé en la posibilidad de usar el arma pero
eran demasiados, me quedaría sin balas antes de acabar, así que la descarte.
Solo me quedaba subir -¡Vamos! –comencé a tirar hacia arriba, llegue hasta
levantar a los dos que me tenían sujeta de las piernas. Cuando tenía la mitad
del cuerpo fuera saque al cachorro de mi chaqueta y lo lance, por suerte cayó
bien y no parecía haberse hecho daño. Tome la cinta del bolso y comencé a tirar
de él mientras sentía que el peso de mis piernas aumentaba, esta vez tenia al
menos 2 o 3 necrófagos colgando y el peso me estaba tirando hacia abajo, cuando
pude colocar el bolso sobre la verja, aun sujetando la cinta trate de bajarla
lo más que pude y luego la solté. Escuche como chillo, seguramente la caída le
habría abierto la herida, pero ya me encargaría de eso. Desenfunde mi arma y
dispare a las cabezas de esos pesos muertos. Cuando me vi libre salte al otro
lado. –Dios… eso fue intenso ¿Están bien? –El cachorro se me acerco y me lamio
la mano, mientras que la hembra aún seguía dentro del bolso pero podía ver como
se movía a la altura donde debería estar su cola –Bien, vamos. Luego descanso.
Me colgué
nuevamente el bolso y coloque al cachorro dentro de la chaqueta. No alcance a
dar ni dos pasos cuando vi una luz de franco sobre mi cabeza. Con lentitud
lleve mi mano hasta mi cinturón, donde descansaba mi radio, pero una potente
pero conocida voz me detuvo.
-¡No te
muevas!
Dirigí mi
mirada al puesto de franco y levante mis manos, luego volví a bajar mi mano
donde estaba la radio.
¡Bang!
lunes, 21 de noviembre de 2016
Hay una salida ~capitulo 5~
No sé en qué
momento me dormí, pero cuando desperté está sola. Mire hacia afuera y se notaba
que el sol estaba en el punto más alto, quizás eran las 12 o las 2. Me estaba
estirando cuando abrieron la puerta y apareció a quien menos quería ver. Me volví
a acostar y me tape hasta arriba. Escuche el pestillo y sentí como la cama se hundía
al mismo tiempo que una mano se colocaba sobre mi cuerpo.
-Lo siento.
No le iba a
hablar. Me reusaba a darle en el gusto.
-Sé que
estas molesta por lo de Amanda. Y de verdad lo siento. No debí comportarme así.
No te voy a contestar. Cante en mi cabeza. Podía ser muy
infantil cuando me lo proponía.
-Al… sé que
no me he comportado… como lo hacía antes de que te lastimaran la mano. Me volví
menos cariñosa y más sobreprotectora. Entiendo que te ahogara pero realmente
sentía que era mi culpa, de hecho aún lo siento. Sé que no llevamos mucho de
conocernos pero lo que te dije aquella vez en la habitación de tu hermana,
mientras limpiábamos es verdad. Me
gustas y te amo.
-No lo
parece. Que fácil desvías la mirada frente a una chica más guapa que yo –apenas
me destape un poco los ojos. Quería que viera que estaba molesta.
-Sí, es
guapa. Pero no más que tú.
-No me
vengas con tonterías, Val. Te gusta y no te culpo. Tiene un cuerpo realmente
bonito –me iba a tapar nuevamente, pero pronto me vi sin ningún escudo.
-El tuyo es más
lindo.
-Lo dices
para que no te haga dormir con los necrófagos.
-¿Y si fuera
si… aun dormiría con ellos?
-Muérete
–tome una almohada y se la arroje.
-Por ti.
De pronto me
vi acorralada por el cuerpo de Val y sus brazos. La mire molesta. No iba a dar
mi brazo a torcer tan fácil. Fácilmente coloque mi rodilla a la altura de tu
abdomen y la golpee. Mientras se retorcía del dolor yo salí de su agarre y me
coloque de pie.
-Se te
olvida que hice defensa personal, Val.
-¿Qué tengo
que hacer para que me creas?
-¡Quiero que
dejes de mirarme con lástima!
Fue como si
se le hubiera olvidado que le dolía el golpe –que por cierto no había sido tan
fuerte–. Quería salir de la habitación pero ella me tomo del brazo.
-¿Te miro
con lastima?
-Lo haces.
Además de culpa. Me he cansado de decirte que no fue culpa tuya que esto pasara
–le mostré la cicatriz que me había quedado en el brazo –Volví a sentir, puedo
mover mis dedos y aunque me cuesta tomar las cosas eso no significa que soy una
inútil.
-Nunca pensé
que lo fueras.
-Pero no
dejas de torturarte. No duermes, no comes sino estoy contigo… ¿acaso recuerdas
la última vez que me besaste? Porque yo no puedo recordarlo.
Era verdad.
Desde que había comenzado con mi rehabilitación había estado más con Alex y
Jack que con Val. Las únicas oportunidades en que la veía eran cuando teníamos
que dormir, nos tocaba la guardia o comíamos todos juntos. Había llegado al
punto de pensar de que solo estaba conmigo en esas ocasiones porque no tenía
opción o porque ya era costumbre, pero me reusaba a ser una rutina.
Sentí como
su agarre se hacía débil, así que de un jalón me solté y salí de la habitación.
Sentía como las lágrimas corrían por mis ojos. Dios, de verdad no pensé que
lloraría por alguien que quizás no valía la pena.
Baje las
escaleras y llegue hasta la puerta principal, ahí se encontraba la 9mm de mi
papá dentro de su funda de cuero. La tome y salí corriendo de ahí, hasta me
había saltado la verja para no perder el tiempo en abrirla. Corrí hasta la
entrada principal, recién ahí recupere un poco de aire, estaba apoyada sobre
mis rodillas tratando de respirar. De forma inconsciente fije la mirada en
aquella cicatriz que había sido la causante de todo esto. Apreté la mandíbula y
seque mis lágrimas.
-Necesito
despejarme.
Salte la
gran verja sin siquiera preocuparme por si había alguien que estuviera
observando. No me importó. Una vez que estuve fuera tome cobertura. No había
necrófagos muy cerca, así que estaba a salvo –de ellos al menos–. Corrí calle
arriba donde encontré un gran árbol caído. Quite algunas ramas y encontré mi
pequeño secreto: una Honda R3. La había encontrado hace unas semanas atrás y la
había reparado dentro de mis nulos conocimientos de mecánica. Había aprendido a
conducirla gracias a un ex novio de mi hermana Roseta. Me coloque un casco que
había encontrado en una de las excursiones e hice que el motor rugiera, eso
hizo que los necrófagos de los patios se volvieran locos y los que estaban
cerca comenzaran a caminar hasta donde estaba la fuente del ruido, ósea donde
estaba yo. Mantuve apretado el freno mientras aceleraba causando que derrapara
un poco, cuando vi que una de esas cosas estaba cerca levante rueda y aceleré. Recorrí
las deprimentes calles haciendo el mayor ruido que podía; forzaba el motor a
rugir, derrapaba en las esquinas llevándome algunos necrófagos conmigo, frenaba
de golpe solo para volver a levantar rueda: pero no bastaba. Normalmente no nos
alejábamos mucho pero necesitaba tramo, quería acelerar lo que más pudiera. Me
había detenido en una esquina solo para poder ubicarme, estaba en la
intersección de Cruz con Bandera, si seguía por Bandera llegaría a la
autopista.
-Espero que
haya espacio suficiente.
Acelere de 0
a 120 en menos de 1 minuto, maniobre para quitarme a algunos necrófagos y
automóviles que estaban en el medio. Cuando llegue a mi destino note que tenía
suerte: solo una pista estaba colapsada en vehículos, seguramente trataron de
escapar de la cuidad, la otra tenia uno que otro auto pero era perfecto para lo
que quería. Me quite el casco y lo coloque en la parte de atrás de la
motocicleta, quería sentir el viento y la adrenalina a tope. Tenía el cabello
suelto y era algo que agradecía: quería olvidar todo y solo sentir la libertad.
-Si muero
ahora por lo menos me sentiré bien conmigo misma. ¡JODETE VAL! ¡QUE SE JODA
TODO EL MUNDO! –volví a levantar rueda y acelere a lo que me daba el motor.
Sentía un zumbido en los oídos por el viento y la velocidad, pero se sentía tan
¡bien!
Debí estar
al menos unas 3 horas yendo de un tramo a otro, por suerte en todo ese tiempo
los necrófagos no me molestaron, los muy idiotas se tiraban de una gran altura
solo para romperse el cuello y cuando llegaban a estar cerca solo recibían un
tiro por mi parte. Finalmente detuve mi infantil arrebato de ira y me baje de
la motocicleta. Busque en mis bolsillos hasta que di con un objeto cuadrado: la
antigua cigarrera de mi abuelo. Aproximadamente, desde los 14 ya fumaba, pero
no lo había hecho en mucho tiempo. Tome mi viejo Zippo y encendí el tabaco. La
primera calada fue tan relajante. Me senté en el suelo con el arma de mi papá
en mi mano izquierda –mí ahora, mano diestra–. No quiero volver. Y no quería, Alex seguramente estaba como
energúmena, no había sido silenciosa a decir verdad y había desobedecido
absolutamente todos los protocolos que YO MISMA HABIA IMPUESTO.
-Seguramente
Alex me va a matar cuando llegue a casa –pronto mis pensamiento tomaron otro
rumbo: Val –Quizás este preocupada también… ¡pues que se preocupe! Así tendrá
una verdadera razón para sentir culpa –volví a inhalar de la adictiva nicotina
–Me pregunto… ¿estará bien seguir viviendo? Quiero decir… ¿hay alguna razón
para vivir? –trate de pensar en alguna razón poderosa para continuar con vida.
Mis padres habían muerto, la que consideraba mi novia simplemente no la
entiendo –aunque no recordaba que me lo hubiera pedido–.
Mi
mente era un manojo de ideas y recuerdos, llegue a rememorar la vez que en el
supermercado estuve a punto de morir y las palabras de val retumbaban en mi
cabeza “¡Qué hago yo sin ti! ¡¿DIME?!”. Ahora
esa pregunta estaba en mi mente “¿Qué hago yo sin ella?”. Sin darme cuenta el
cigarro se había terminado por consumir solo, así que lo lance lejos y sobre la
misma prendí otro.
sábado, 5 de noviembre de 2016
Hay una salida ~capitulo 4~
-Pasaras la
noche aquí, con nosotras. Mañana decidiremos que haremos contigo.
Todas
parecían sorprendidas de mi cambio, pero no podía evitarlo. Necesitaba pensar y
la forma en que Val miraba a Amanda no me ayudaba. Le pedi a Andrea que la
llevara a casa y que se asegurada de que no fuera a escapar. Val se había
ofrecido a hacerlo, pero una reprimenda con la mirada fue suficiente para que
descartara su idea.
Luego de
eso, todas se retiraron. Cuando estuve a solas con Alex la senti abrazarme por
la cintura. Ella me conocía demasiado bien, sabia que estaba molesta conmigo
misma.
-Hey, Val te
ama ¿lo saber, verdad?
-¿Acaso no
la viste? La miraba como me mira a mi… o me miraba. Desde que me lesione no ha
vuelto a mirarme asi, solo con lastima y culpa.
-Vamos. Tal
vez… sentía curiosidad… ok, no, eso suena peor.
Nos quedamos
en silencio un rato. Solo podíamos escuchar el viento, el crepitar de fuego y
los gemidos de nuestros guardias. Senti como Alex me tomaba de las manos y
hacia que me abrazara a mi misma mientras ella me envolvía en un abrazo. Podía
sentir como su corazón palpitaba en mi espalda. Realmente era relajante.
-Confia en
ella –senti como se me ponía la piel de gallina porque me había hablado
demasiado cerca del oído –Queda poco tiempo para que amanezca ¿te parece si
volvemos y descansamos?
-Suena bien.
Deshicimos
el abrazo y tomadas de la mano volvimos a casa. Mientras caminábamos
platicábamos con respecto a lo que haríamos con Amanda. Quedamos en que si era
de utilidad se quedaría, si era una carga le daríamos provisiones y le
prediríamos que se fuera. Cuando llegamos a casa no nos sorprendio ver a todas
de pie, despues se había interrumpido las horas de sueño. Lo que nos sorprendio
fue ver a Val con uno de los tantos libros que había conseguido en sus salidas.
También me fije que Amanda estaba sentada en el sofá mientras se sujetaba el
hombro.
-¿Qué haces,
Val?
-Estoy
buscando como colocar un hombro en su lugar ¡Aquí esta! ¿Me ayudas?
¿Enserio? ¡Agh! Finalmente termine accediendo solo
porque se veía que realmente le dolia. Me acerque a Val y le quite el libro. Se
mostraban algunas imágenes de como se podía dislocar el hombro o glenohumeral. Dios, definitivamente la
salud no era lo mio. La mas común parecía ser cuando la cabeza de hueso se
salía hacia adelante… bla, bla, bla…
“se debe corregir la postura usando sedantes o anestecia”… genial, no tenemos de eso. Continue leyendo. Había una técnica mas
sencilla pero cabia la posibilidad de que no terminara bien acomodada.
-Tecnica de
Kocher.
-Es lo único
que podemos hacer, no tenemos anestesia asi que va a doler mucho
-Ok, yo lo
hago.
Me acerque a
Amanda y le ayude a ponerse de pie. Le explique que haríamos lo que decía el
libro, pero como ninguna sabia como reacomodar una articulación podía ser que
no quedara bien. Ella simplemente acepto, no le quedaba de otra. Le ayude a
llegar a la mesa del comedor y quite todo lo que había sobre ella. Luego, con
ayuda de Val terminamos por romper la camiseta que estaba usando dejando un
bonito corpiño a la vista; la acomodamos de espalda con el brazo dislocado de
forma accesible.
-Ok, según
esto –dije apuntanto el libro –Y lo que estoy viendo tenemos suerte porque es
una lesión típica de hombro, de haber sido mas grave no se si habriamos podido
arreglarlo. Dame un momento –volvi a tomar el libro para leer como realizar la
técnica pero la descarte al momento de leer mas abajo: “no se recomienda por el
alto riesgo de fractura”. Maravilloso. Segui
ojeando pero no parecía que hablara de otra técnica. Volvi a leer el capitulo
rápidamente y note que la lesión no tejaba elevar hombro y abrilo, asi que por
lógica si hacia esos movimientos debería de volver a su lugar –Ok, plan B.
Escucha amanda, esto va a doler. Y hablo enserio. Necesito que confies en mi y
te relajes.
-Esta bien.
Respire
profundo y tome su brazo para flexionar un poco su codo. Pude ver como su cara
se deformaba de dolor pero no podía parar ahora. Con poca fuerza y lentamente
hice que abriera el brazo, coloque mi mano sobre su hombro para ir asegurándome
de que no se saldría para otro lado. Segui en eso cuando siento en mi palma
como algo se reacomoda.
-Listo ¿Cómo
lo sientes? –lleve mi mano hacia mi frente y seque el sudor que había caído,
dios, y solo por los nervios.
-Ya no duele
tanto. Gracias –me quite la corta vientos y se la coloque, habíamos destruido
su camiseta, no podía dejarla asi, menos con Val comiéndosela con la mirada.
-Aquí dice
que tienes que tener tu hombro en reposo y ojala no moverlo, al menos por unos
días, quizás una semana. Luego tienes que hacer ejercicios para hombro, espalda
y pectoral. Quizás te pueda ayudar con eso – ¿Val, quieres dormir con los necrófagos verdad? ¡Pues, al diablo
contigo!
-Me voy a
dormir. Val, haz algo productivo y lleva a Amanda a la habitación libre.
Estaba
molesta, muy molesta. Subi las escaleras casi dando pizotones. Cuando llegue a
mi cuarto me encontré con la sorpresa de que Alex me estaba espedando. Cerre la
puerta y le puse pestillo. No quería ver a Val.
-Al…
-Ahora no,
Alex –fui hasta mi comoda y saque una enorme polera. Me desvestí y me la
coloque. Solo me había quedado en bragas -¿Me haras un lado?
-Es tu cama,
no la mia.
Me coloque
junto a ella y cerre los ojos. Sentí como colocaba las frazadas sobre nosotras
y ella me envolvía en un abrazo protector, pero menos asfixiante de los que me
suele dar Val al momento de dormir. Podía sentir el lento ritmo del corazón de
Alex. Era tan arrullador. Estaba en la delgada línea del sueño y la consciencia
cuando escuche que tocaban a la puerta.
-¿Alicia?
¿Al, estas dormida?
-Es Val
-Que se joda
–me acomode aun mas cerca de Alex.
-¿Al?
–silencio. Luego se escucharon unos pasos alejándose.
-Parece que
se fue.
-Que duerma
con Amanda, no me interesa –escuche como aguantaba las ganas de reir.
-Eres
adorable cuando estas celosa. Me recuerda a cuando te podias celosa de mi ex
novio.
-El tipo era
un idiota y un patan.
viernes, 4 de noviembre de 2016
Hay una salida ~capitulo 3~
-Todo el
mundo, ocúltense. Dare la señal –Alex tomo mi radio para poder dirigir a todas.
Ella siempre era la que daba las instrucciones de ataque.
-¡Roger!
-Veo
movimiento, Al. Cerca de barricada de autos. Parece que es una persona y tal
parece que esta herido.
Active la
mirilla del franco –que era de visión nocturna–. Podía ver a una persona.
Estaba escondida entre los auto. No parecía tener intenciones de entrar, solo
parecía sobrevivir.
-La tengo en
la mira, Alex. ¿Qué hago?
-Dale una
advertencia. Andrea, ¿me escuchas?
-Fuerte y
claro.
-Tu eres la
mas cercana, quiero que le adviertas de que no es bienvenido.
-Bien.
Me estaba
preparando para disparar cuando note mas movimiento, esta vez era un grupo un
poco mas grande que el nuestro, pero no parecía que vinieran con la persona que
es escondia entre los autos. Los observe bien y me di cuenta de que era gente
de Felipe. Rapidamente le quite la radio a Alex.
-Andrea
dejalo pasar ¡Rapido!
-¿¡Pero tu
estas loca!? –Alex me quito la radio de vuelta. Estaba a punto de volver a dar
la orden cuando tome su muñeca y me coloque frente a ella.
-Viene el
grupo de Felipe, luego nos encargamos de “invitado”, sino hacemos algo rápido
se colaran.
Rapidamente
vi como Andrea le hacia señas a la persona para que entrara. Ágilmente salto la
verja y se oculto detrás de un pilar. Justo en ese momento llego la comitiva de
Felipe. Abrieron fuego a diestra y siniestra. Ellos no sabían donde estábamos,
pero desde nuestra posición privilegiada teníamos visión perisferica. Como Alex
aun no daba la señal nadie se movio de su lugar. Vi como un pobre diablo se
acercaba a la cerca y cuando estuvo a punto de escalar, dispare. El tiro fue
certero. Head Shot. El tiro fue la señal. Abrimos juego contra ellos
haciéndolos caer como moscas. Habiamos practicado mucho para no tener que
desperdiciar municion, por lo que cada tiro era preciso. Estábamos en eso
cuando escuchamos un grito agonico desde las casas del ala norte, al parecer se
habían tratado de colar por los patios y no vieron nuestras hambrientas
defensas. Bueno, era momento para que comieran.
-¡Retirada!
¡Vamonos de aquí! ¡O esas cosas nos cerraran el paso!
-¡Y no
vuelvan, asquerosos putos! –grito Alex desde nuestro escondite.
-¡No podrán
defender por siempre el lugar! ¡Solo
aguarden!
Luego de
eso, los que sobreviveron a los necrófagos y a nosotras se retiraron corriendo
como unas maricas. Lo malo era que todo el ajetreo había atraído la atención de
los necrófagos que estaba cerca de nuestro territorio, además de que habían
agitado a los que protegían los patios de las casas. Dimos la señal de
retirada. Nos reuniríamos en la fogata central para decidir que haríamos con
nuestro invitado. Solo esperaba que nuestras mascotas no fueran a destruir los
muros, o tendríamos que darles de comer para que se queden tranquilos. Aunque
gracias al grupo de que había venido ahora podríamos alimentarlos.
-Espero que
sepas lo que haces, Alicia.
-Bueno, no
me equivoque con Val o Jack. Vamos, Jack.
-Esta bien
–el chico coloco el seguro a al arma y la dejo en su lugar.
-Lo hiciste
bien, chiquillo –Alex le revolvía el pelo al chico, que ya se notaba que
necesitaba un corte.
-Gracias,
Alex.
Bajamos del
puesto de franco y caminamos donde se encontraba una enorme hoguera. En ella
poníamos los cuerpos de los necrófagos que ya no eran de utilidad, además de la
basura. No era de nuestro agrado el hedor que salía pero no podíamos dejarlo
asi o nos llenaríamos de ratas.
Cuando
llegamos note que nuestro “invitado” en realidad era una chica, una muy guapa a
decir verdad. Era la mas alta del grupo y también se veía mayor que nosotras.
Hace mucho tiempo entre todas habíamos decidido que quieres dirigirían al grupo
seriamos Alex y yo, Alex como la líder y yo como su capo. Asi que debíamos
decidir juntas que haríamos con ella. Podíamos darle algunas provisiones y
luego hacer que se largara, o, si era útil dejar que se quede, pero debía estar
dispuesta a recibir ordenes de unas niñas.
También note
que se sujetaba fuertemente el hombro, pero no se veía que la hayan mordido.
-¿Quién
eres? –Vi como Alex desenfundaba una Glock y apuntaba a la chica, que por
cierto, estaba temblando.
-Yo…
-Alex, baja
eso. La estas asustando –tome suavemente el cañon del arma y la baje.
-¿Cómo
puedes estar tan tranquila? Puede ser una trampa de Felipe.
-No lo se,
solo se que tengo un buen presentimiento –me acerque hasta donde estaba ella,
que era el centro de nosotras, la habíamos encerrado -¿Cómo te llamas?
-Soy…
Amanda.
-Soy Alicia.
¿Tu eras la que estaba dando tiros como si no hubiera mañana?
-Si, estaba
huyendo. El grupo en el que estaba fue masacrado por un grupo aun mas grande,
nos separamos, no se si alguien mas sobrevivio.
-¿Qué te
paso en el hombro? –esta vez fue Nicole quien pregunto, iba a apuntarle pero la
reprendi con la mirada.
-Venia en
auto y choque. Creo que esta dislocado.
-¿Como
sabemos que es verdad y no es una trampa? –Se notaba que Fernanda estaba
ansiosa y a la vez nerviosa. No nos confiábamos de nadie porque hasta ese
entonces nadie de confianza había parecido.
-Solo pueden
confiar en mi palabra. Mi grupo se refugiaba en una universidad cercana, este
grupo llego con tanquetas de fuerzas especiales modificadas y arrasaron con
todo. A las mujeres las atraparon, pero a los hombres… bueno, al parecer no
eran de utilidad. Yo logre escapar solo porque en ese momento me encontraba
patrullando.
-Tal vez sea
el grupo de Felipe –Alex se había acercado a mi y me había susurrado al oído
–Si la dejamos ir tendrá el mismo destino que sus compañeros o peor, tendrá el
destino que nos tiene preparado Felipe y sus hombres.
Todo era muy
confuso. Como mujer no podía permitir que abusaran de otra si estaba en mis
facultades evitarlo, pero dejar que se quedara también tenia sus riesgros,
entre ellos que ya no nos quedaba tanta comida, pero también estaba el hecho de
que seria otro par de manos y ojos.
Mire al
resto del grupo buscando algun tipo de respuesta, pero solo me encontré con la
penetrante mirada de Val en la chica, parecía que la estaba analizando y eso me
puso muy celosa.
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