sábado, 5 de noviembre de 2016

Hay una salida ~capitulo 4~

-Pasaras la noche aquí, con nosotras. Mañana decidiremos que haremos contigo.

Todas parecían sorprendidas de mi cambio, pero no podía evitarlo. Necesitaba pensar y la forma en que Val miraba a Amanda no me ayudaba. Le pedi a Andrea que la llevara a casa y que se asegurada de que no fuera a escapar. Val se había ofrecido a hacerlo, pero una reprimenda con la mirada fue suficiente para que descartara su idea.
Luego de eso, todas se retiraron. Cuando estuve a solas con Alex la senti abrazarme por la cintura. Ella me conocía demasiado bien, sabia que estaba molesta conmigo misma.

-Hey, Val te ama ¿lo saber, verdad?
-¿Acaso no la viste? La miraba como me mira a mi… o me miraba. Desde que me lesione no ha vuelto a mirarme asi, solo con lastima y culpa.
-Vamos. Tal vez… sentía curiosidad… ok, no, eso suena peor.

Nos quedamos en silencio un rato. Solo podíamos escuchar el viento, el crepitar de fuego y los gemidos de nuestros guardias. Senti como Alex me tomaba de las manos y hacia que me abrazara a mi misma mientras ella me envolvía en un abrazo. Podía sentir como su corazón palpitaba en mi espalda. Realmente era relajante.

-Confia en ella –senti como se me ponía la piel de gallina porque me había hablado demasiado cerca del oído –Queda poco tiempo para que amanezca ¿te parece si volvemos y descansamos?
-Suena bien.

Deshicimos el abrazo y tomadas de la mano volvimos a casa. Mientras caminábamos platicábamos con respecto a lo que haríamos con Amanda. Quedamos en que si era de utilidad se quedaría, si era una carga le daríamos provisiones y le prediríamos que se fuera. Cuando llegamos a casa no nos sorprendio ver a todas de pie, despues se había interrumpido las horas de sueño. Lo que nos sorprendio fue ver a Val con uno de los tantos libros que había conseguido en sus salidas. También me fije que Amanda estaba sentada en el sofá mientras se sujetaba el hombro.

-¿Qué haces, Val?
-Estoy buscando como colocar un hombro en su lugar ¡Aquí esta! ¿Me ayudas?

¿Enserio? ¡Agh! Finalmente termine accediendo solo porque se veía que realmente le dolia. Me acerque a Val y le quite el libro. Se mostraban algunas imágenes de como se podía dislocar el hombro o glenohumeral. Dios, definitivamente la salud no era lo mio. La mas común parecía ser cuando la cabeza de hueso se salía hacia adelante… bla, bla, bla… “se debe corregir la postura usando sedantes o anestecia”… genial, no tenemos de eso. Continue leyendo. Había una técnica mas sencilla pero cabia la posibilidad de que no terminara bien acomodada.

-Tecnica de Kocher.
-Es lo único que podemos hacer, no tenemos anestesia asi que va a doler mucho
-Ok, yo lo hago.

Me acerque a Amanda y le ayude a ponerse de pie. Le explique que haríamos lo que decía el libro, pero como ninguna sabia como reacomodar una articulación podía ser que no quedara bien. Ella simplemente acepto, no le quedaba de otra. Le ayude a llegar a la mesa del comedor y quite todo lo que había sobre ella. Luego, con ayuda de Val terminamos por romper la camiseta que estaba usando dejando un bonito corpiño a la vista; la acomodamos de espalda con el brazo dislocado de forma accesible.

-Ok, según esto –dije apuntanto el libro –Y lo que estoy viendo tenemos suerte porque es una lesión típica de hombro, de haber sido mas grave no se si habriamos podido arreglarlo. Dame un momento –volvi a tomar el libro para leer como realizar la técnica pero la descarte al momento de leer mas abajo: “no se recomienda por el alto riesgo de fractura”. Maravilloso. Segui ojeando pero no parecía que hablara de otra técnica. Volvi a leer el capitulo rápidamente y note que la lesión no tejaba elevar hombro y abrilo, asi que por lógica si hacia esos movimientos debería de volver a su lugar –Ok, plan B. Escucha amanda, esto va a doler. Y hablo enserio. Necesito que confies en mi y te relajes.
-Esta bien.

Respire profundo y tome su brazo para flexionar un poco su codo. Pude ver como su cara se deformaba de dolor pero no podía parar ahora. Con poca fuerza y lentamente hice que abriera el brazo, coloque mi mano sobre su hombro para ir asegurándome de que no se saldría para otro lado. Segui en eso cuando siento en mi palma como algo se reacomoda.

-Listo ¿Cómo lo sientes? –lleve mi mano hacia mi frente y seque el sudor que había caído, dios, y solo por los nervios.
-Ya no duele tanto. Gracias –me quite la corta vientos y se la coloque, habíamos destruido su camiseta, no podía dejarla asi, menos con Val comiéndosela con la mirada.
-Aquí dice que tienes que tener tu hombro en reposo y ojala no moverlo, al menos por unos días, quizás una semana. Luego tienes que hacer ejercicios para hombro, espalda y pectoral. Quizás te pueda ayudar con eso – ¿Val, quieres dormir con los necrófagos verdad? ¡Pues, al diablo contigo!
-Me voy a dormir. Val, haz algo productivo y lleva a Amanda a la habitación libre.

Estaba molesta, muy molesta. Subi las escaleras casi dando pizotones. Cuando llegue a mi cuarto me encontré con la sorpresa de que Alex me estaba espedando. Cerre la puerta y le puse pestillo. No quería ver a Val.

-Al…
-Ahora no, Alex –fui hasta mi comoda y saque una enorme polera. Me desvestí y me la coloque. Solo me había quedado en bragas -¿Me haras un lado?
-Es tu cama, no la mia.

Me coloque junto a ella y cerre los ojos. Sentí como colocaba las frazadas sobre nosotras y ella me envolvía en un abrazo protector, pero menos asfixiante de los que me suele dar Val al momento de dormir. Podía sentir el lento ritmo del corazón de Alex. Era tan arrullador. Estaba en la delgada línea del sueño y la consciencia cuando escuche que tocaban a la puerta.

-¿Alicia? ¿Al, estas dormida?
-Es Val
-Que se joda –me acomode aun mas cerca de Alex.
-¿Al? –silencio. Luego se escucharon unos pasos alejándose.
-Parece que se fue.
-Que duerma con Amanda, no me interesa –escuche como aguantaba las ganas de reir.
-Eres adorable cuando estas celosa. Me recuerda a cuando te podias celosa de mi ex novio.
-El tipo era un idiota y un patan.


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