-Pasaras la
noche aquí, con nosotras. Mañana decidiremos que haremos contigo.
Todas
parecían sorprendidas de mi cambio, pero no podía evitarlo. Necesitaba pensar y
la forma en que Val miraba a Amanda no me ayudaba. Le pedi a Andrea que la
llevara a casa y que se asegurada de que no fuera a escapar. Val se había
ofrecido a hacerlo, pero una reprimenda con la mirada fue suficiente para que
descartara su idea.
Luego de
eso, todas se retiraron. Cuando estuve a solas con Alex la senti abrazarme por
la cintura. Ella me conocía demasiado bien, sabia que estaba molesta conmigo
misma.
-Hey, Val te
ama ¿lo saber, verdad?
-¿Acaso no
la viste? La miraba como me mira a mi… o me miraba. Desde que me lesione no ha
vuelto a mirarme asi, solo con lastima y culpa.
-Vamos. Tal
vez… sentía curiosidad… ok, no, eso suena peor.
Nos quedamos
en silencio un rato. Solo podíamos escuchar el viento, el crepitar de fuego y
los gemidos de nuestros guardias. Senti como Alex me tomaba de las manos y
hacia que me abrazara a mi misma mientras ella me envolvía en un abrazo. Podía
sentir como su corazón palpitaba en mi espalda. Realmente era relajante.
-Confia en
ella –senti como se me ponía la piel de gallina porque me había hablado
demasiado cerca del oído –Queda poco tiempo para que amanezca ¿te parece si
volvemos y descansamos?
-Suena bien.
Deshicimos
el abrazo y tomadas de la mano volvimos a casa. Mientras caminábamos
platicábamos con respecto a lo que haríamos con Amanda. Quedamos en que si era
de utilidad se quedaría, si era una carga le daríamos provisiones y le
prediríamos que se fuera. Cuando llegamos a casa no nos sorprendio ver a todas
de pie, despues se había interrumpido las horas de sueño. Lo que nos sorprendio
fue ver a Val con uno de los tantos libros que había conseguido en sus salidas.
También me fije que Amanda estaba sentada en el sofá mientras se sujetaba el
hombro.
-¿Qué haces,
Val?
-Estoy
buscando como colocar un hombro en su lugar ¡Aquí esta! ¿Me ayudas?
¿Enserio? ¡Agh! Finalmente termine accediendo solo
porque se veía que realmente le dolia. Me acerque a Val y le quite el libro. Se
mostraban algunas imágenes de como se podía dislocar el hombro o glenohumeral. Dios, definitivamente la
salud no era lo mio. La mas común parecía ser cuando la cabeza de hueso se
salía hacia adelante… bla, bla, bla…
“se debe corregir la postura usando sedantes o anestecia”… genial, no tenemos de eso. Continue leyendo. Había una técnica mas
sencilla pero cabia la posibilidad de que no terminara bien acomodada.
-Tecnica de
Kocher.
-Es lo único
que podemos hacer, no tenemos anestesia asi que va a doler mucho
-Ok, yo lo
hago.
Me acerque a
Amanda y le ayude a ponerse de pie. Le explique que haríamos lo que decía el
libro, pero como ninguna sabia como reacomodar una articulación podía ser que
no quedara bien. Ella simplemente acepto, no le quedaba de otra. Le ayude a
llegar a la mesa del comedor y quite todo lo que había sobre ella. Luego, con
ayuda de Val terminamos por romper la camiseta que estaba usando dejando un
bonito corpiño a la vista; la acomodamos de espalda con el brazo dislocado de
forma accesible.
-Ok, según
esto –dije apuntanto el libro –Y lo que estoy viendo tenemos suerte porque es
una lesión típica de hombro, de haber sido mas grave no se si habriamos podido
arreglarlo. Dame un momento –volvi a tomar el libro para leer como realizar la
técnica pero la descarte al momento de leer mas abajo: “no se recomienda por el
alto riesgo de fractura”. Maravilloso. Segui
ojeando pero no parecía que hablara de otra técnica. Volvi a leer el capitulo
rápidamente y note que la lesión no tejaba elevar hombro y abrilo, asi que por
lógica si hacia esos movimientos debería de volver a su lugar –Ok, plan B.
Escucha amanda, esto va a doler. Y hablo enserio. Necesito que confies en mi y
te relajes.
-Esta bien.
Respire
profundo y tome su brazo para flexionar un poco su codo. Pude ver como su cara
se deformaba de dolor pero no podía parar ahora. Con poca fuerza y lentamente
hice que abriera el brazo, coloque mi mano sobre su hombro para ir asegurándome
de que no se saldría para otro lado. Segui en eso cuando siento en mi palma
como algo se reacomoda.
-Listo ¿Cómo
lo sientes? –lleve mi mano hacia mi frente y seque el sudor que había caído,
dios, y solo por los nervios.
-Ya no duele
tanto. Gracias –me quite la corta vientos y se la coloque, habíamos destruido
su camiseta, no podía dejarla asi, menos con Val comiéndosela con la mirada.
-Aquí dice
que tienes que tener tu hombro en reposo y ojala no moverlo, al menos por unos
días, quizás una semana. Luego tienes que hacer ejercicios para hombro, espalda
y pectoral. Quizás te pueda ayudar con eso – ¿Val, quieres dormir con los necrófagos verdad? ¡Pues, al diablo
contigo!
-Me voy a
dormir. Val, haz algo productivo y lleva a Amanda a la habitación libre.
Estaba
molesta, muy molesta. Subi las escaleras casi dando pizotones. Cuando llegue a
mi cuarto me encontré con la sorpresa de que Alex me estaba espedando. Cerre la
puerta y le puse pestillo. No quería ver a Val.
-Al…
-Ahora no,
Alex –fui hasta mi comoda y saque una enorme polera. Me desvestí y me la
coloque. Solo me había quedado en bragas -¿Me haras un lado?
-Es tu cama,
no la mia.
Me coloque
junto a ella y cerre los ojos. Sentí como colocaba las frazadas sobre nosotras
y ella me envolvía en un abrazo protector, pero menos asfixiante de los que me
suele dar Val al momento de dormir. Podía sentir el lento ritmo del corazón de
Alex. Era tan arrullador. Estaba en la delgada línea del sueño y la consciencia
cuando escuche que tocaban a la puerta.
-¿Alicia?
¿Al, estas dormida?
-Es Val
-Que se joda
–me acomode aun mas cerca de Alex.
-¿Al?
–silencio. Luego se escucharon unos pasos alejándose.
-Parece que
se fue.
-Que duerma
con Amanda, no me interesa –escuche como aguantaba las ganas de reir.
-Eres
adorable cuando estas celosa. Me recuerda a cuando te podias celosa de mi ex
novio.
-El tipo era
un idiota y un patan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario