Capítulo 3: Zero Arm.
Sentí como el sol me daba en el rostro. Había amanecido. ¿En qué momento me dormí? Supongo que
estaba cansada por lo de ayer. Después de nuestra extraña presentación monte un
pequeño campamento a un lado de unas rocas que nos darían sombra si nos
alcanzaba el sol o se ponía a llover. Improvise un camastro para que
Tokonome-san descansara. También encendí una fogata por si la temperatura
bajaba, aunque estaría atenta, no quería que se dieran cuenta de nuestra
ubicación. En algún momento ella se recostó y se quedó dormida. Realmente es muy bella y ese vestido de
novia le queda precioso. Me quede
viéndola hasta que seguramente me dormí. Por la posición del sol debían ser
entre las 9 y 10 de la mañana. Seguramente
tendrá hambre cuando despierte. Busque por la orilla a ver si encontraba
algún objeto que me sirviera de herramienta para cazar o pescar. Por suerte de
entre unos palos de buen diámetro y largo que me servirían de lanzas y unas
piedras afiladas. Me desvestí sólo dejándome puesta las pataletas y fui al mar
a pescar. Tuve la suerte de que no me costó mucho el poder atrapar 2 presas para
cada una. Cuando iba de vuelta al improvisado campamento escuche a Tokonome-san
murmurar algo casi inentendible.
-Mamá ¿Puedes servirme un segundo plato de omelet? ¿Dónde…?
Oh, cierto. Estamos acampando afuera… ¡Ah! Qué… Qué… Qué… ¿Que manera de vestir
es esa?-Enserio que es linda cuando se
avergüenza o se pone incomoda. Se había despertado y miro hacia donde
estaba yo y vio que estaba “casi” desnuda.
-Su desayuno, señorita -sin importarme mis “fachas” ni su reacción le enseñe los dos
peces de un considerable tamaño que había pescado hace solo unos minutos.
-Oh…-di media vuelta y
encendí nuevamente la fogata. Deje cocinando las presas mientras me iba
a vestir. A mí no me importaba estar así
pero al parecer a mi compañera sí. Hice
todo eso bajo la atenta mirada de ella. No soy vanidosa pero sé que
tengo un cuerpo atractivo. Sólo me puse
la camisa y la falda y me acerque al
fuego. Le hice una señal para que se acercara a comer. Le tendí una
presa que ya estaba lista y ella la acepto agradecida y avergonzada. Comimos en
silencio, bueno, no soy de muchas palabras en realidad. -Gracias por la comida.
¡Estuvo delicioso! Con una bebida habría sido perfecto -¿Bebida? ¿Tiene sed?
-Mis disculpas –dije sinceramente.
-¡Oh, no! No me estoy quejando. Um… ¿Por qué me hablas tan
formalmente?
-Yo soy más joven -¿no
era obvio?
-Oh, no te preocupes por eso. Soy tan pequeña, no parezco
para nada mayor.
-No, no lo pareces -la vi deprimirse y de inmediato maldije
mi sinceridad.
-¿Tenías que ser tan directa? Bueno, ya lo sé -la hice llorar…
-Lo siento.
Luego de esa larga charla, para mí fue la charla más larga
que había tenido, seguimos desayunando aunque ahora el ambiente era más ameno.
Una vez que terminamos apague de forma correcta el fuego, no quería provocar un
incendio. Me coloque la chaqueta. Debíamos pensar que haríamos a partir de
ahora. No es bueno para una señorita dormir a la intemperie.
-Me preguntó su hay manera de salir de esta isla.
-Por ahí -apunte justo donde se podían ver los restos de lo
que fue algún tipo de cápsula de transporte -Ese obstáculo transparente cubre
la isla entera -me referí a ese tipo de barrera que sentí cuando colisioné
cuando llegue a la isla.
-¿Hay alguna manera de rodearlo? -con pesar negué, no tenía
ni idea si se podía rodear o atravesar desde adentro, si había tanta gente dentro
debía suponer que no. -Oh...no. - vi cómo se perdió en sus pensamientos, quizás
estaba pensando en su familia o en algo que le haya sucedido cuando nos
separamos. Aparte de ser casi atacada por Nukui espero que no le hayan hecho
nada. -¿Entonces tendremos que vivir en esta isla por el resto de nuestras
vidas? Eso...eso es algo… -realmente no podía soportar el hecho que
Tokonome-san estuviera triste, quería
que se sintiera segura, quería que notara que junto a mí no le pasaría nada o
al menos no lo permitiría. Iba a decir algo hasta que las ruedas de un vehículo
me alertaron. Tome a Tokonome-san y me oculte detrás de una roca.
-¡Time out! ¡Time out! ¡Hola! -esa voz es de…Meifong.
Meifong nos dijo que nos llevaría a un lugar seguro, el
estar a campo abierto no era una buena idea porque los Ritter de Welter nos
estaban buscando por ser enemigos. Subimos al camión que ella conducía.
Estábamos atravesando el bosque; Meifong nos ofreció unos termos llenos de
agua. El hecho de que el clima sea tropical no ayudaba, de hecho nos
deshidratábamos más rápido.
-Oh, ¡Me siento viva de nuevo! -Así que si tenía sed. Le di un trago al termo. Si, esta delicioso. Creo que yo también revivir. -Muchísimas
gracias, um…
-Meifong. Sakura Meifong. Tengo un servicio de intercambios
en esta isla. Avísame si necesitas de mis servicios, ¡No te arrepentirás!
-Oh, uh…
-Escuche que ustedes huyeron de Feste, pero no esperaba que
estuvieran acampando así en el bosque. Una chica normal estaría llorando
indefensa. Son más duras de lo que parecen
-Si estuviera sola tal vez hubiera estado llorando. Pero
gracias a ella…
-En realidad nunca Escuche tu nombre.
-Shikishima Mirei.
-¿Edad?
-15.
-¿Qué? ¡Eres más joven que yo! Y con esas tetas -quite de
forma grosera la mano de esa invasora de espacio personal -¡Ouch! -Si me vuelve
a tocar le arrancare la mano.
-¿Por qué nos ayudaste? –no me tragaba el cuento de que lo
estuviera haciendo solo por ser una buena samaritana. Algo quería.
-Me lo pidieron.
-¿Quién?
-El nombre de mis clientes permanece anónimos –que conveniente.
-Um, mi nombre es…-por un momento me había olvidado de la
presencia de Tokonome-san, sólo por mi mal humor.
-Lo sé, Mamori, la virgen.
-Es Tokonome, Tokonome Mamori.
-Ya lo sé, solo estoy jugando contigo. -esta chica….comienza a fastidiarme -Aunque en serio, tu nombre es
bastante especial. ¿La gente se burla de ti por eso? –estaba pisando campo
minado, si llegaba a molestar a Tokonome-san se las vería conmigo, y aunque me
haya salvado me encargaría de que sufriera.
-Preferido no hablar de eso.
-Jejeje ¡No me sorprende! Se pronuncia como “proteger la
virginidad” Un buen nombre para un cinturón de castidad. –está llorando… Eso es todo. La voy a matar. -¡Solo bromeó! ¡No
llores! - La mire como si realmente tratara de matarla- ¡No me asustes! Oh,
estamos cerca.
-¿A dónde?
-Mi cliente.
-¿Cliente?
Llegamos hasta una villa muy agradable. También se podía ver
cómo había más chicas aquí, aunque se notaba que eran mucho menos que las que
se encontraban en el castillo. Bajamos del camión en cuanto nos detuvimos.
Meifong fue hasta la parte de atrás y bajo unas cajas verdes llenas de
mercancía que seguramente vendería.
-Libros, ropa, ropa interior, medicinas, cosméticos -todas
estaban contentas con el lote que había traído la chica de sombrero de vaquero.
-Sin pelearse, pueden compartir.
-¿Esa gente es?
-Transferidas a esta isla como nosotras. No les gusta como
Feste maneja las cosas, así que viven aquí.
-¿Feste? ¿La gente que nos atacó?
-Welter. Algo así como...vigilantes del castillo. Ellas hacen las reglas y fuerzan a
los demás, diciendo que protegen a las de rango inferior. Quien sea que se
ponga alborotado Welter lo castiga y la encarcela.
-Pero nosotros no hemos hecho nada malo.
-¿Oh, eso? Es la manera de Welter de probar las habilidades
de las nuevas transferidas. Si la nueva es fuerte ellas te invitaran a Welter.
Si el nuevo es débil, te forzaran a obedecer sus reglas, por “protección”.
-¿Y nadie se queja? -había estado atenta a toda la
explicación de Meifong, me había aclarado muchas dudas sobre el lugar en que
nos encontrábamos ahora.
-Welter tiene el control de la isla -vi como Meifong se
ponía más sería si es que se podía, tanque en ningún momento dejó su seriedad
de lado mientras el tema fuera Welter. -Feste tiene fábricas que producen
alimentos y bienes, Welter los controla. -Es
demasiado injusto. Si tuvieran un buen líder todas podrían llevar una vida
tranquila hasta el final de ella, porque veo muy difícil salir por medios
propios de esta isla. -Mientras que obedezcas a Welter, la comida, techo y
ropa en esta isla está garantizado. Nadie se queja de eso.
-¿Y esa ropa, la robaste de ellos y la trajiste hasta
aquí? -vuelvo la mirada al enorme grupo
de chicas que hurgaba en las cajas para poseer elegir lo que más les gustaba.
Si bien lo que hacía Meifong era una buena acción era muy arriesgado. Algún día
podrían descubrir, al momento de hacer un inventario, que faltan cosas. Por el bien de todas, esperó que ese día no
llegue.
-Así es.
-¿Qué? ¿Esta eso bien? Cuando Welter se entere, ¿no estarás
en problemas? -vaya, Tokonome-san pensó
exactamente igual que yo.
-Oh, no te preocupes. Solo tome una pequeña porción, que no
causará problemas- realmente se veía confiada, quizás tenía algún tipo de ayuda
desde el castillo o quizás ya estaba acostumbrada a robar y traer siempre.
-¡Meifong-chan! -¿Pero...que?
Una mujer de unos 25 años, muy...proporcionada en el busto, corrió y abrazo
Meifong. La va a asfixiar con ese pecho
que tiene -¡Muchas gracias por este gran presente, como siempre! ¡Es grandioso!
-Torino-san...me estas asfixiando -Lo
sabía.
-¿Son amigas de Meifong? Me llamó Kazami Torno, encargada de
este lugar- Meifong movía los brazos
para que Torino-san se diera cuenta que no podía respirar, pero estaba más
concentrada en presentarse -¡Pueden llamarme onee-chan!
-Uh, si… -Ah, creó que
murió.
-¡Bienvenidas a Torino Town!
Luego de no sentir vida entre sus brazos Torino-san soltó a
Meifong que colapso en el suelo, como no, inconsciente. La mujer mayor se vio
afligida por la menor, seguramente si le pasaba algo a Meifong Torino Town
quedaría completamente desabastecida. La
tomó entre sus brazos y nos invitó a pasar a la que parecía ser como zona
central del lugar. Habló algo de que años daría la bienvenida al lugar, así que
nos “ordenó” ponernos cómodas.
La mujer se llevó a Meifong a una habitación y luego cuando
salió se metió en otra. Asumiré que era la cocina. Mientras tanto pude detallar
mejor a mi compañera que se encontraba a mi lado admirando todo lo que había a
su alrededor. Era mucho más baja que yo, me llegaba hasta el hombro, incluso un
poco más abajo de él, llevan el pelo recluido en dos trenzas se veía que muy
largo no era, ojos llenos de vida y de curiosidad de un curioso color miel y
café, labios carnosos, no muy gruesos pero tampoco delgados, cara redonda y
piel muy blanca. Además con el vestido de novia que llevaba se veía realmente
bella. Me di cuenta que ella me estaba mirando, seguramente sintió que la
observaba, vi como sus labios se iban a mover pero justo llegó Meifong desde la
habitación donde Torino-san la había dejado. Justo a tiempo.
Luego de un rato la comida estuvo lista así que la encargada
del lugar llamó al resto de las chicas para que vinieran a comer. La mujer
sirvió algunos vasos y nos los tendió a mí y a mi compañera y se preparó para
hablar.
-¡Vamos a brindar por Meifong, quien trajo todos estos
regalos, y a sus amigas! ¡Salud!
-¡Salud!
Todas se veían muy alegres y tranquilas en el lugar, el
habiente era más tranquilo aquí que en
ese castillo, seguramente por la razón que dio Meifong: aquí no hay opresión.
-Un… ¿De qué se trata esto?-era claro que ellas sólo querían
una excusa para pasarla bien
-No lo sé -la vi sonreír satisfecha.
-Pero…es relajante. -Tiene
razón.
Una vez que terminamos de comer Torino-san nos ofreció que
tomáramos un baño. Detrás de los edificios había una cascada y unas aguas
termales naturales. La idea de tomar un baño no se me hacía mala, quería
quitarme la sal del cuerpo. Torino-san nos indicó como llegar y que enseguida
nos llevaría ropa y toallas. Bajamos unas escaleras y al frente habían unas
canastas para dejar la ropa. Me desvestí con paciencia, necesitaba enjabonarme
bien antes de entrar al agua caliente así que no tenía prisa, a diferencia de
Tokonome-san, ya que en cuanto vio las
aguas termales se desvistió deprisa para entrar. ¿En serio tiene 16? Bueno, su cuerpo no estaba tan desarrollado
como el mío pero tenía lo suyo. De hecho, su cuerpo desnudo también era muy
lindo. Termine de desvestirse y me coloque cerca de las aguas para poder
enjabonarme.
-Oh...no me di cuenta de lo maravilloso que es tomar un
baño. -realmente parecía disfrutarlo, aunque no se mostró incómoda mientras
estuvimos en la playa ahora se veía más relajada. Sonreí levemente y seguí en
lo mío. Sentí una mirada penetrante sobre mí, una mirada celosa. Cuando mire desde
donde pensaba que provenía la mirada me encontré con Tokonome-san. ¿Pero qué?
-¿Pasa algo?
-¡Oh, no! ¡No es nada! -¿Que
no pasa nada? Pero si...Escuche a alguien bajas por las escaleras.
-Mamori-chan, te dejó la ropa aquí. -Torino-san venía con
una muda de ropa bajo el brazo.
-¡Oh, gracias! -Torino-san me había ofrecido una muda de
ropa antes pero me negué a aceptarla.
Entonces se ofreció a lavar las ropas que llevaba puestas y que cuando llevara
la muda de ropa para Tokonome-san llevaría la mía.
Una vez que ya estábamos limpias y relajadas Torino-san nos
llevó a una habitación y nos vestimos.
Tokonome-san llevaba el mismo uniforme que tenían las chicas del castillo, sólo
que con un lazo distinto. Realmente le sentaba muy bien el conjunto, aunque con
el vestido de novia también se veía muy bien. Tengo calor.
-Listo. ¡Qué adorable! Luces realmente genial, ¿no
crees?-Torino-san se volteó a verme. Creó que me está preguntando a mí,
realmente… ¿me quede idiota mirándola?
-S...Si.
-¡Puedes quedarte con esa ropa!
-¿Estas segura?
-El vestido de novia era hermoso, pero no puedes vestir eso
todo el tiempo, ¿verdad? -ciertamente
creó que era la modelo y no tanto la prenda.
-Gracias, es de mucha ayuda
-Traje esa ropa, por cierto -había olvidado que Meifong
estaba dentro de la habitación. De hecho olvide que había más gente. Realmente se ve linda.
-¿En serio? Gracias, Meifong-san
-Tenemos la misma edad, sólo llámame por mi nombre.
-De acuerdo, gracias, Meifong.
-Dijiste que no tenías lugar donde quedarse, ¿cierto? ¿Por
qué no se quedan aquí?
-¿Eh?
-¿Que dices, Torino-san?
-¡Por supuesto! Onee-chan les da la bienvenida.
-¿En verdad?
-¡Por supuesto!
La idea no parecía mala. Era un lindo lugar. Y a
Tokonome-san le gusta. Mi compañera se
volteó a mirarme para saber si estaba de acuerdo con quedarnos. Sólo asentí.
Quería verla feliz. Me coloque a su par, debíamos dar las gracias por la
hospitalidad.
-Um, muchas gracias. -ambas hicimos una reverencia a la
encargada del lugar.
-¡De nada!
Luego de agradecer el que pudiéramos quedarnos Torino-san y
Meifong salieron del lugar para que pudiéramos ponernos cómodas. Al parecer
estaba sería nuestra habitación. Tokonome-san me volteo a ver con una sonrisa y
luego se miró al espejo; se acomodaba el
uniforme mientras tarareaba una alegra tonada. Creó que nos va a gustar estar
aquí, a mí al menos ya me gusta.
La noche cayó. Después de cenar nos fuimos a nuestra
habitación para poder dormir. Torino-san nos dios ropa cómoda para poder usarla
como pijama. Me trenes el cabello para que no me molestara al dormir, además
hacía calor. Aunque hacía calor desde que estaba con Tokonome-san. Ella ya
había elegido su cama por lo que sólo me recosté en la que quedaba. Estaba
realmente agotada, desde hace mucho tiempo que no sentía la comodidad de una
cama. Solo quería dormir. Tokonome-san dijo que apagaría las luces, yo solo
hice un sonido aprobatorio, quería dormir ya. La escuche meterse entre sus
sabanas, pero él estaba lejos que querer dormir aún.
-Es genial que tengamos un lugar donde quedarnos a vivir
ahora.
-Si –conteste aun con los ojos cerrados.
-Mirei-san…-voltee a mirarla- Nunca tuve la oportunidad de
decir esto, pero...gracias por salvarme.
-Está bien.
-Quiero preguntarte algo. ¿Por qué te pusiste en peligro
para salvarme? Si apenas nos conocemos… -¿por
qué será? Pienso un poco la razón que podría haber, pero sólo el rostro de
la que fue mi última compañera venía a mi mente. A ella no pude protegerla...
-Yo...no lo sé tampoco. -cerré los ojos y el sueño me
arrastró con él. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía segura.
-Gracias por quedarte conmigo.
La mañana llegó y con ello un recuerdo: “Oh, pero por favor ten más cuidado. Y no intentes meterte en peleas”.
¿Me lo dijo o lo soñé? Lo más seguro es que me lo haya dicho. Escuche como
lloraba hasta que se quedó comida, quiere volver a casa…
-Quiero ir a casa...papá, mamá… quiero verlos...quiero ir a
casa…-Ella y todas aquí, excepto yo…creo...que no tengo un lugar al cual
regresar. El hecho de que me hayan metido en esta isla me vino bien, aquí no
pueden obligarme a volver a ese infierno.
La escuche refunfuñar, al parecer era hora de despertar.
“Buenos días” me dijo, yo sólo respondí con un sonido aprobatorio. Bajamos las
escaleras hasta llegar al frente de la posada. Pude ver alrededor que todas o
la mayoría ya estaban despertar y haciendo algo productivo para que el lugar
funcionará.
-¿Dormiste bien? -Meifong apareció por un costado, al
parecer había pasado la noche aquí; la relación que tienen ella y Torino-san
me parece muy curiosa.
-¡Buenos días! -que
educada. -¡Dormí estupendo, gracias! -mire con seriedad a la más baja,
sabía que eso no era del todo cierto pero no es mi asunto si ella no quería
admitir que extraña a su familia.
-¡Bien dicho! Dormir es importante.
-Meifong, ¿iras a algún lado?
-Sí, regresaré a Feste. Se supone que debo ser resiente allí
¡Nos vemos!
-¡Ten cuidado! -¿Que ese se ruido? Suena a ruedas de
vehículos.
-Algo se acerca. Por allí -mire hacia la espesura del bosque
que se encontraba frente a nosotros.
-¿Viene? ¿Qué viene? -Meifong se quitó su mochila y sacó
unos binoculares -Veamos…-vi como su cara se ponía pálida y pasaba a una de
asombro -¡Vehículos blindados de Welter! ¡¿Q...Que están haciendo aquí?! -las
chicas que estaban cerca escucharon que venía Welter y pronto se escondieron
dentro de la posada.
-¿Vienen tras de ti? –se habrán dado cuenta que faltaban
cosas, pero ¿cómo llegaron hasta aquí?
-Podría ser…-esperaba
de corazón que mi suposición anterior no se hiciera realidad.-Si me
encuentran aquí, se hará todo peor. Así que me voy ¡se encargan del resto!
-¿Eh? ¿Meifong? -la vimos datos vuelta al edificio y
desaparecer. Cobarde. Deja que el resto
limpie su desastre. Aunque le debo un
favor por haberme ayudado a escapar y por haberme dicho donde tenían a
Tokonome-san. Es hora de pagar. Tome la mano de Tokonome-san y la lleve
hasta el interior del lugar.
Tres enormes blindados se detuvieron frente a la posada. De
ellos bajaron las dos chicas que me estuvieron golpeando en la sala de castigos
y una mujer de pelo corto y gafas.
-Esa persona… -¿la
conoce?
-Somos Welter de Feste. Estamos al tanto de que un ladrón
que robo nuestros almacenes se esconde aquí. Por favor entrégate. Si no lo
haces, tendremos que usar la fuerza. –lo sabía, vienen detrás de Meifong -Lo
repetiré. Sino sales, usaremos la fuerza. -es
momento de pagar. Camine lentamente para quedar a la vista de la mujer.
-¿M...Mirei-san? ¿Por qué? -justo por esto odio tener deudas con personas.
-Es…
-Tú eres…
-Mirei. Shikishima Mirei. –pude sentir varias miradas sobre
mí, algunas hostiles, otras de preocupación.
-Shikishima-san ¿no?
¿Tú lo hiciste? -afirme levemente con la cabeza -¿Estabas tratando de
vender los bienes a esta gente? -volvía a afirmar. -Entonces nosotros Welter,
te arrestamos como una criminal, y te
llevaremos. -No esperaría a que vengan por mí. Camine a paso firme hacia la
mujer de gafas.
-¡Mirei-san! No puedes ir ¿Quién sabe que te harán? - en eso
tenía razón, estaba segura que había más de una persona que le gustaría tener
la batuta al momento de “castigarme”.
-¿Es el tu cómplice? -¿mi
cómplice? ¡Se la llevaran también! Yo puedo soportar la tortura, pero ella...mire
seriamente a la mujer que estaba frente a mí y negué con más fuerza. No vengas, quédate ahí. Volveré. Lo prometo,
pero quédate ahí.
-¡Mirei-san! -la
escuché correr detrás de mí. ¡Maldita
sea! Me iba a voltear para decirle que volviera adentro, pero unas cuerdas
que ya empezaban a serme muy familiares me apresaron y comenzaron a apretarle. Angie.
-¿Quién iba a pensar que eras tú? -desde el blindado central
emergió mi dolor de cabeza, esta vez con su arm equipada.
-¡Charlotte por favor permitan encargarme!…-maldita mujer, con que Charlotte.
-No puedo hacer eso. Esta chica me ha avergonzado dos veces.
-¿Venganza? Que simple es esta mujer. La
mire de forma desafiante. Las cuerdas se
apretaron más. Tenía cuerdas sobre mis pezones, la ropa se había desacomodado, así que el roce se sentía
directo pero lejos de sentir placer sentía dolor. Duele.
Me está quemando con el roce. Al parecer no le gusto la forma en que la
mire, ya que me dirigió una mirada venenosa y de forma literal sacó sus garras.
-¡Pagaras por resistirte a Welter! -la muy maldita se preparaba para atacarme
aun cuando no podía defenderme. Zorra
maldita.
-¡Mirei-san! -sentí como unos pequeños brazos me envolvían
de forma protectora ¡Si se queda aquí le harán daño!
-¡Huye!
-¡No! -sentí como sus brazos me abrazaban más, aunque no se
comparaban con la fuerza de las cuerdas
-¡De prisa! -¡Maldita
sea, ¿Por qué no me hacía caso?!
-¿Por qué te dejaría sola? -¿por qué? -¡Te pedí que fueras cuidadosa! -así que no fue un sueño. Nadie se había preocupado por mí -Mirei-san...tu...tu…-esta chica…-¡Mirei tonta! -¿¡Como que ton…!?
Vi como Tokonome-san se hacía un poco más alta, ¿se
puso de puntillas para alcanzar mis labios? ¿¡Me está besando!? Sentí
un tacto gentil sobre mis dañados pezones, ella me estaba tocando...se está
excitando mientras me toca...quiere ejecutar el driver. Vi sus ojos:
preocupación, ella está realmente preocupada por mí. Hace calor. No desaprovecharía la oportunidad que me está dando. Cerré mis ojos para disfrutar más el
contacto tan íntimo que estábamos teniendo. Ella abrió la boca y yo aproveche
para por ingresar mi lengua y así poder besarla con pasión, sin dejar de lado
la ternura. Sus gemidos me están calentando demasiado, si yo pudiera ejecutar
el drive ya lo habría hecho, siento mi humedad. Sé que ella está igual que yo. Quiero sentirlo, quiero sentir su humedad.
Quiero sentir cuando la lleve al orgasmo. Acomodo una de mis piernas entre
las de ellas, tocando justo su centro, la hice cabalgar un par de veces pero
luego no fue necesario, ella misma se frotaba contra mi pierna, lo que hacía
que mi excitación aumentara más. A este paso yo también alcanzaría el orgasmo. Estoy enloqueciendo. Necesitó más. Yo...creo
que…
-¡Kya! -sentí la humedad en mi pierna aumentar: llegó. Llego
al máximo placer.
La luz que nos envolvió fue mucho más grande que las última
veces. Faltó tan poco. Sólo un poco más y
yo también habría llegado. Levante la espada y mire con rabia a Charlotte.
Y frustración. Me encargaría de borrarle esa sonrisa socarrona que tenía en la
cara.
-¡Estaba esperando por eso! –Oh, créeme que yo también. Ella se lanzó contra mí y yo contra
ella, al momento en que chocaron nuestras arm su sonrisa se borró al momento en
que sus garras se rompían en mil pedazos. -¡Mi arm, debe ser capaz de atravesar
cualquier cosa! ¡Imposible! -al parecer no había tenido suficiente porque se
lanzó a por mí una vez más. Esta vez no sólo serían las uñas que se rompieran.
Cuando iba a completar mi ataque me vi siendo empujada un lado por una fuerza
impresionante. Apenas tuve tiempo para bloquear el siguiente ataque que
perpetuo mi atacante contra mí. La fuerza de esa mujer realmente era
sorprendente. Sus medias se rompieron. Logró levantarme del suelo y lanzarme
casi a la entrada de la posada. Al momento que caí al suelo solté mi arm que se
clavó en el suelo deshaciéndose la transformación, dando paso a la figura de
Tokonome-san, que cayó justo a mi lado.
-Impresionante, kommandeur de Welter. Estas a la altura de tu nombre
Zero Arm, Shigure Kasumi.
-Entréguense -Shigure
Kasumi…, es demasiado fuerte. No me queda de otra más que entregarme. Tome
entre mis brazos a mi compañera, no dejaré que le hagan daño. Un ruido de
motor se escuchó cerca, muy cerca. De hecho venía desde el bosque.
-¿Qué? -una persona sobre una moto hizo su aparición por los
aires. Muy peliculero si me lo preguntan. Sólo esperó que no sean más enemigos.
Tanto como Charlotte y Kasumi observaban con sorpresa a esa persona. Mire a
Tokonome-san, no puedo volver a ejecutar
el drive con ella así. Esta demasiado débil -¡Eso eso…! -cuando piso suelo
dio unas vueltas y quedó justo enfrente de nosotras, como protegiéndonos. -¿Quién
demonios es esta chica?
-¿Por qué estás aquí? Lady...lady.