miércoles, 9 de diciembre de 2015

Llegaste a poner mi mundo de cabeza ~cap 4~

Como siempre hacíamos cuando salíamos los tres, en este caso cuatro, encontramos una mesa en la terraza habilitada para fumadores y pedimos unas cervezas para comenzar. Carlos, Mike y yo teníamos la costumbre oriental de empezar desde lo más suave hasta lo más fuerte, pero como era conductora designada sólo habría cerveza sin alcohol para mí esta noche. Tratamos de ponernos al día y de saber más de Verónica, que por alguna razón no me quita la mirada de encima y me está empezando a perturbar. Encendí un nuevo mentolado.
-¿Puedo ver tu zippo? -mire a la chica como si le hubiera salido otra cabeza. Era guapa. Bajita. Pelo corto, muy corto, casi como un hombre. Cara infantil. Ojos cafés. Cabello negro, obviamente teñido. Bonita. Si, junta los requisitos para tener a mi bebé entre sus manos.
-Sólo ten cuidado -le entregue el encendedor en sus manos. Tiene la piel de las manos muy suave. Ja, enfermera de mano suave. Vi como pasaba sus dedos por el grabado de la Hermandad de Asesinos, yo lo había hecho a mano, bueno con una máquina pero se entiende.
-Me gusta la saga de videojuegos. También los libros que han salido aunque no tanto como los juegos. Siento que después de la muerte de Desmond Miles nada es igual, claro que Flag Black es un caso aparte -Ok, me quiero casar en este preciso instante.
Mi cara no salía de su asombro, aunque es una saga muy popular no había mucha gente que realmente la conociera, que la saga cambio mucho después de que Desmond muriera y que Ubisoft sólo había seguido con la línea de tiempo en los juegos.
-Creo que la rompiste, Vero. Aunque es natural que quede así, es raro encontrar a alguien que piense igual que tu -Carlos me trajo nuevamente a tierra. Sentí calor, mucho calor. Me había sonrojado de la vergüenza. Cambia el tema ¡Cambia el tema!
-Lo talle yo, es único. Es agradable que alguien  comparta mi opinión. Me gusta la historia y los juegos violentos, y esta saga cumple con ambos.
-Te quedo muy bien -estiró la mano y me devolvió el zippo -Se ve que eres hábil con las manos -sonrió. Que linda sonrisa, aunque creo que hay un mensaje oculto ahí...debe de ser mi imaginación.
Vero realmente era alguien muy divertida y especial. Creo que fue buena idea venir, me hacía falta respirar un poco...o tal vez no fue tan buena idea.
-Hey, Mike ¿viste mi teléfono? No lo encuentro -me toque en varias ocasiones los bolsillos esperando que apareciera por arte de magia en alguno de ellos aunque ya los había revisado.
-No, quizás lo dejaste en el auto. Te gusta ponerlo en esa cosa que me hiciste pagar en el parabrisas.
-Voy por él, sino me voy a tener que ir haciendo la idea de comprar uno nuevo.
-Voy contigo, quiero dejar mi chaqueta y respirar algo de aire que no tenga tabaco -Vero se puso de pie un poco mareada. No más alcohol para ella. Le tendí el brazo para que se agarrara de mí.
-Estas algo mareada, no vaya a ser que choques con alguien -se puso a la par mía y tomó el brazo que le ofrecí. Sí que era pequeña, debe medir 1.40 o 1.50, yo mido 1.65. Amo a las chicas pequeñas - En lo que volvemos ¿me pides una michelada con Tabasco, Mike? Y algo para comer para Vero, se va a emborrachar si sigue así.
Ya sabía la cara que estaban haciendo Carlos y Mike, saben que tengo debilidad por las mujeres bajas, de pelo corto y oscuro. Seguramente la invitaron a propósito. No, eso no puede ser, ellos no saben que termine con Daniela.
Llegamos al auto, quite la alarma y abrí el maletero para que Vero guardara su chaqueta. Como Mike había dicho, el teléfono estaba justo en el porta celulares.
-Uno de estos días se me va a perder la cabeza -desbloquee el equipo y me di cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de un número no registrado, pero que se me hacía familiar. Pensé en llamar de vuelta porque  tenía al menos 7 llamadas cuando sentí la puerta del copiloto abrirse.
-¿Sucede algo?
- Es que tengo varias llamas perdidas, pero siento que conozco el número.
-Llama de vuelta, quizás sea algo importante. Digo, por la cantidad de llamas perdidas.
Medite la opción de llamar de vuelta. Podía ser algo importante o podía ser una broma. Mire a mi compañera, ella me miraba expectante pero... algo en su mirada me decía que no estaría contenta si llamaba.
-Si es importante llamarán de nuevo ¿qué te parece si esperamos un rato para que se te quite un poco la borrachera?
-No estoy tan ebria - la vi hacer un puchero que realmente me pareció adorable
-Si lo estas -justo en ese momento mi teléfono sonó. Vi la pantalla y era el mismo número. ¿Qué hago? Debía ser importante si me llamaba tantas veces y tan tarde, el reloj marcaba las 3 de la mañana. Largue un largo suspiro -Discúlpame un segundo -baje del auto y me apoye en el capó. -¿Aló?
-¡Gracias a Dios que atiendes Alex!
-¿Señora Mónica?
-Alex, sé qué hace una semana que tú y mi hija terminaron, pero no sé dónde está, me dijo que te iría a ver pero no contesta el teléfono.
-Yo no estoy en mi casa, estoy con unos amigos en un pub -no cabía en mi asombro por la irresponsabilidad de Daniela - La llamaré, si tengo suerte la iré a dejar a casa.
-Te lo agradezco de verdad Alex, siento mucho las molestias que te está dando mi hija -simplemente era imposible decirle "no" a esta mujer.
-No hay problema, señora. La llamaré si tengo suerte o no. Adiós -cuando colgué la llamada solté todo el aire que tenía en los pulmones -Mierda...
-¿Qué pasa? -Vero se había bajado del auto y se acomodó a mi lado apoyando su cabeza en mi brazo.
-Esto es incómodo, pero me acaba de llamar la mamá  de mi ex. Me dijo que hace muchas horas que había salido de casa para ir a buscarme y que no le atiende el teléfono -me rasque el cuello de lo incómodo que era el asunto. Si habían leído bien las señales de Vero, ella estaba interesada en mí.
-Oh
-Sí, oh. Esa mujer, hablo de su madre, es una excelente persona. Buscaré a esa niña sólo por ella.
-¿Segura que es sólo por un favor a tu ex suegra?
-Me gustaría decir que lo haría por mi ex, pero ella me hizo algo que realmente no sé si puedo perdonar. Ella me engañó con un hombre. Si hubiera sido con una mujer habría sido distinto, se lo habría pasado o quizás me habría vengado robándole a la chica -ambas nos soltamos a reír, esa era una de las bromas bolleras más típicas.
-Deberías llamarla, es tarde y puede estar metida en problemas.
-Me impresiona que no me recrimines por haber estado con alguien menor.
-Espera ¿era menor de edad?
-Ups, pensé que había quedado claro cuando dije "niña". Su madre me aceptaba como su pareja porque sabía que no obligaría a su hija hacer nada que no quisiera, cuando estábamos en su casa siempre era a puertas abiertas y si queríamos salir ella siempre sabía, aunque no mi ex.
-Así que... ¿te gustan menores? -vi su cara de desilusión. Así que si leí bien sus señales. Que linda.
-No es que me gusten las menores, me gustan las pequeñas -apoye mi cabeza sobre la suya, sí que era pequeña, pero no era incómoda -Tengo debilidad por las personas pequeñas, ya sea estatura, caras infantiles... edades aunque no tanto, son demasiados años por un amorío que quizá sea sólo pasajero.
-Que dices de mi ¿soy tu tipo? -eso me tomo con la guardia baja, quiero decir... ¡te acabo de conocer miniom!
-Creo que es algo apresurado -trate de sonreír lo menos incómoda posible -Pero si, se podría decir que entras en mi categoría, pero por ahora necesito espacio. Necesito sacar a Daniela de mi sistema.
-Sí, tienes razón. Lo siento, seguramente es el alcohol hablando. Debes llamarla -había olvidado completamente a Daniela.
-Sí, lo haré -estaba marcando ese número que me sabía de memoria cuando escuchamos unos gritos.
-¡Que me dejen en paz! ¡Voy a gritar! -reconocería esa voz en cualquier lado, mire a Vero y antes de darme cuenta estaba corriendo donde había escuchado la voz de Daniela.
Salí del estacionamiento y busque en la calle. No podía ver nada ni a nadie. Sabía que la había escuchado, tan loca no estoy, aunque estudie psicología.
-¡No! ¡Déjame, Sebastián! ¡Déjame! - la volví a escuchar, venía desde un callejón que baja entre dos edificios de oficina. No lo quise pensar más y corrí. Cuando me asomé vi al mismo chiquillo que había entrado al motel con mi ex hace unas semanas, pero estaban forcejeando. Entonces entendí: el hijo de puta estaba tratando de obligarla a hacer algo. Lo próximo que sentí fue un ardor y dolor muy fuerte en mi puño. Sentí mi respiración agitada, había corrido y había golpeado en la nariz al tipo. Con algo de suerte se la habría roto.
-¡¿Qué demonios estás haciendo, perra?! -el chiquillo se sujetaba la nariz y escupía sangre.
-Tienes 3 segundos para irte o una nariz rota será lo menos que te pese -estaba furiosa, una cosa era que estuvieran revolcándose, otra muy distinta era obligarla. -1...
-¡Me las vas a pagar! -vi cómo se ponía de pie pero lo volví a tirar al suelo con una patada en la zona temporal.
-2...
-¿¡Por qué defiendes a esa zorra!? ¡Ella quería! ¡Ella me busco! -se estaba apoyando para ponerse de pie, pero no lo deje. Eso último había nublado todos mis sentidos. Lo tome de la playera y lo levante al menos 5 centímetros del suelo.
-3... - le di un fuerte cabezazo que lo mandó al suelo otra vez, volví a levantarlo pero esta vez le di un rodillazo en la boca de estómago, levante su rostro tirándole los cabellos y estrelle mi puño en su cara -Te diré porque la defiendo: 1) su madre me dijo que la llevara a casa porque está preocupada. 2) no dejare que una basura como tú abuse de una mujer, menos de una menor, si puedo evitarlo. 3) me guste o no aun la quiero, aunque sea la ex más idiota que haya tenido. Además, cometiste un terrible error. ¿Sabes cuál es? ¿¡Ah!? ¿¡Acaso sabes cuál fue tu maldito error!? –lo deje caer al suelo y lo patee para darlo vuelta y dejarlo de espalda en el suelo.
-¿C...cu...cual?
-Te metiste con mi ex, te metiste con algo mío. Yo no comparto.
-E...ella dijo...que estaba soltera. Se...se les insinuaba a...a todos en la escuela. Prac...ticamente se regalaba en bandeja...pensé que quería algo conmigo...pero luego me salió que tenía novia y que...por mi culpa habían terminado. Me enfade, había jugado también conmigo.
-¿Y por eso ibas a abusar de ella? Patético.
-Me...Me descontrole...lo...lo lamento ¡Lo siento, pero ya no me golpe es más! -vi cómo se arrastraba cual gusano por el suelo mientras lloraba.
-No te quiero ver cerca de ella nuevamente o me asegurare de que ni arrastrarte puedas hacer, gusano -me voltee a ver a Daniela, quise no cabía en su asombro. Seguramente no creía que era tan violenta o que de verdad estuviera allí. La tome de la muñeca y la saque del callejón antes de que llegara alguien -Tu madre está preocupada, ¿en qué pensabas cuando decidiste venir a un barrio lleno de bares y discos tu sola?
-Yo...Yo...
-Hablaremos luego, ahora te voy a ir a dejar a casa -la interrumpo, estaba verdaderamente molesta con ella y su infantil forma de actuar.
Cuando llegamos al estacionamiento del pub vi a Vero apoyada en el capó del auto, justo donde la había dejado. Me estaba esperando. Ella vio que me acercaba, así que se separó del vehículo, también vio que ve ni acompañada de Daniela, creo que fue mi imaginación pero vi como los rasgos de niña desaparecieron de su rostro en cuanto sus miradas se cruzaron.


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