Como siempre hacíamos cuando salíamos los tres, en este caso
cuatro, encontramos una mesa en la terraza habilitada para fumadores y pedimos
unas cervezas para comenzar. Carlos, Mike y yo teníamos la costumbre oriental
de empezar desde lo más suave hasta lo más fuerte, pero como era conductora
designada sólo habría cerveza sin alcohol para mí esta noche. Tratamos de
ponernos al día y de saber más de Verónica, que por alguna razón no me quita la
mirada de encima y me está empezando a perturbar. Encendí un nuevo mentolado.
-¿Puedo ver tu zippo? -mire a la chica
como si le hubiera salido otra cabeza. Era guapa. Bajita. Pelo corto, muy
corto, casi como un hombre. Cara infantil. Ojos cafés. Cabello negro,
obviamente teñido. Bonita. Si, junta los requisitos para tener a mi bebé entre
sus manos.
-Sólo ten cuidado -le entregue el
encendedor en sus manos. Tiene la piel de las manos muy suave. Ja, enfermera de
mano suave. Vi como pasaba sus dedos por el grabado de la Hermandad de Asesinos,
yo lo había hecho a mano, bueno con una máquina pero se entiende.
-Me gusta la saga de videojuegos. También
los libros que han salido aunque no tanto como los juegos. Siento que después
de la muerte de Desmond Miles nada es igual, claro que Flag Black es un caso
aparte -Ok, me quiero casar en este preciso instante.
Mi cara no salía de su asombro, aunque es
una saga muy popular no había mucha gente que realmente la conociera, que la
saga cambio mucho después de que Desmond muriera y que Ubisoft sólo había
seguido con la línea de tiempo en los juegos.
-Creo que la rompiste, Vero. Aunque es
natural que quede así, es raro encontrar a alguien que piense igual que tu
-Carlos me trajo nuevamente a tierra. Sentí calor, mucho calor. Me había
sonrojado de la vergüenza. Cambia el tema ¡Cambia el tema!
-Lo talle yo, es único. Es agradable que
alguien comparta mi opinión. Me gusta la historia y los juegos violentos,
y esta saga cumple con ambos.
-Te quedo muy bien -estiró la mano y me
devolvió el zippo -Se ve que eres hábil con las manos -sonrió. Que linda
sonrisa, aunque creo que hay un mensaje oculto ahí...debe de ser mi
imaginación.
Vero realmente era alguien muy divertida y
especial. Creo que fue buena idea venir, me hacía falta respirar un poco...o
tal vez no fue tan buena idea.
-Hey, Mike ¿viste mi teléfono? No lo
encuentro -me toque en varias ocasiones los bolsillos esperando que apareciera
por arte de magia en alguno de ellos aunque ya los había revisado.
-No, quizás lo dejaste en el auto. Te
gusta ponerlo en esa cosa que me hiciste pagar en el parabrisas.
-Voy por él, sino me voy a tener que ir
haciendo la idea de comprar uno nuevo.
-Voy contigo, quiero dejar mi chaqueta y
respirar algo de aire que no tenga tabaco -Vero se puso de pie un poco mareada.
No más alcohol para ella. Le tendí el brazo para que se agarrara de mí.
-Estas algo mareada, no vaya a ser que
choques con alguien -se puso a la par mía y tomó el brazo que le ofrecí. Sí que
era pequeña, debe medir 1.40 o 1.50, yo mido 1.65. Amo a las chicas pequeñas -
En lo que volvemos ¿me pides una michelada con Tabasco, Mike? Y algo para comer
para Vero, se va a emborrachar si sigue así.
Ya sabía la cara que estaban haciendo
Carlos y Mike, saben que tengo debilidad por las mujeres bajas, de pelo corto y
oscuro. Seguramente la invitaron a propósito. No, eso no puede ser, ellos no
saben que termine con Daniela.
Llegamos al auto, quite la alarma y abrí
el maletero para que Vero guardara su chaqueta. Como Mike había dicho, el
teléfono estaba justo en el porta celulares.
-Uno de estos días se me va a perder la
cabeza -desbloquee el equipo y me di cuenta de que tenía varias llamadas
perdidas de un número no registrado, pero que se me hacía familiar. Pensé en
llamar de vuelta porque tenía al menos 7 llamadas cuando sentí la puerta
del copiloto abrirse.
-¿Sucede algo?
- Es que tengo varias llamas perdidas,
pero siento que conozco el número.
-Llama de vuelta, quizás sea algo
importante. Digo, por la cantidad de llamas perdidas.
Medite la opción de llamar de vuelta.
Podía ser algo importante o podía ser una broma. Mire a mi compañera, ella me
miraba expectante pero... algo en su mirada me decía que no estaría contenta si
llamaba.
-Si es importante llamarán de nuevo ¿qué
te parece si esperamos un rato para que se te quite un poco la borrachera?
-No estoy tan ebria - la vi hacer un
puchero que realmente me pareció adorable
-Si lo estas -justo en ese momento mi
teléfono sonó. Vi la pantalla y era el mismo número. ¿Qué hago? Debía ser
importante si me llamaba tantas veces y tan tarde, el reloj marcaba las 3 de la
mañana. Largue un largo suspiro -Discúlpame un segundo -baje del auto y me
apoye en el capó. -¿Aló?
-¡Gracias a Dios que atiendes Alex!
-¿Señora Mónica?
-Alex, sé qué hace una semana que tú y mi
hija terminaron, pero no sé dónde está, me dijo que te iría a ver pero no contesta
el teléfono.
-Yo no estoy en mi casa, estoy con unos
amigos en un pub -no cabía en mi asombro por la irresponsabilidad de Daniela -
La llamaré, si tengo suerte la iré a dejar a casa.
-Te lo agradezco de verdad Alex, siento
mucho las molestias que te está dando mi hija -simplemente era imposible
decirle "no" a esta mujer.
-No hay problema, señora. La llamaré si
tengo suerte o no. Adiós -cuando colgué la llamada solté todo el aire que tenía
en los pulmones -Mierda...
-¿Qué pasa? -Vero se había bajado del auto
y se acomodó a mi lado apoyando su cabeza en mi brazo.
-Esto es incómodo, pero me acaba de llamar
la mamá de mi ex. Me dijo que hace muchas horas que había salido de casa
para ir a buscarme y que no le atiende el teléfono -me rasque el cuello de lo
incómodo que era el asunto. Si habían leído bien las señales de Vero, ella
estaba interesada en mí.
-Oh
-Sí, oh. Esa mujer, hablo de su madre, es
una excelente persona. Buscaré a esa niña sólo por ella.
-¿Segura que es sólo por un favor a tu ex
suegra?
-Me gustaría decir que lo haría por mi ex,
pero ella me hizo algo que realmente no sé si puedo perdonar. Ella me engañó
con un hombre. Si hubiera sido con una mujer habría sido distinto, se lo habría
pasado o quizás me habría vengado robándole a la chica -ambas nos soltamos a
reír, esa era una de las bromas bolleras más típicas.
-Deberías llamarla, es tarde y puede estar
metida en problemas.
-Me impresiona que no me recrimines por
haber estado con alguien menor.
-Espera ¿era menor de edad?
-Ups, pensé que había quedado claro cuando
dije "niña". Su madre me aceptaba como su pareja porque sabía que no
obligaría a su hija hacer nada que no quisiera, cuando estábamos en su casa
siempre era a puertas abiertas y si queríamos salir ella siempre sabía, aunque
no mi ex.
-Así que... ¿te gustan menores? -vi su
cara de desilusión. Así que si leí bien sus señales. Que linda.
-No es que me gusten las menores, me
gustan las pequeñas -apoye mi cabeza sobre la suya, sí que era pequeña, pero no
era incómoda -Tengo debilidad por las personas pequeñas, ya sea estatura, caras
infantiles... edades aunque no tanto, son demasiados años por un amorío que
quizá sea sólo pasajero.
-Que dices de mi ¿soy tu tipo? -eso me
tomo con la guardia baja, quiero decir... ¡te acabo de conocer miniom!
-Creo que es algo apresurado -trate de
sonreír lo menos incómoda posible -Pero si, se podría decir que entras en mi
categoría, pero por ahora necesito espacio. Necesito sacar a Daniela de mi
sistema.
-Sí, tienes razón. Lo siento, seguramente
es el alcohol hablando. Debes llamarla -había olvidado completamente a Daniela.
-Sí, lo haré -estaba marcando ese número
que me sabía de memoria cuando escuchamos unos gritos.
-¡Que me dejen en paz! ¡Voy a gritar!
-reconocería esa voz en cualquier lado, mire a Vero y antes de darme cuenta
estaba corriendo donde había escuchado la voz de Daniela.
Salí del estacionamiento y busque en la
calle. No podía ver nada ni a nadie. Sabía que la había escuchado, tan loca no
estoy, aunque estudie psicología.
-¡No! ¡Déjame, Sebastián! ¡Déjame! - la
volví a escuchar, venía desde un callejón que baja entre dos edificios de
oficina. No lo quise pensar más y corrí. Cuando me asomé vi al mismo chiquillo
que había entrado al motel con mi ex hace unas semanas, pero estaban
forcejeando. Entonces entendí: el hijo de puta estaba tratando de obligarla a
hacer algo. Lo próximo que sentí fue un ardor y dolor muy fuerte en mi puño.
Sentí mi respiración agitada, había corrido y había golpeado en la nariz al
tipo. Con algo de suerte se la habría roto.
-¡¿Qué demonios estás haciendo, perra?!
-el chiquillo se sujetaba la nariz y escupía sangre.
-Tienes 3 segundos para irte o una nariz rota será lo menos que te
pese -estaba furiosa, una cosa era que estuvieran revolcándose, otra muy
distinta era obligarla. -1...
-¡Me las vas a pagar! -vi cómo se ponía de
pie pero lo volví a tirar al suelo con una patada en la zona temporal.
-2...
-¿¡Por qué defiendes a esa zorra!? ¡Ella
quería! ¡Ella me busco! -se estaba apoyando para ponerse de pie, pero no lo
deje. Eso último había nublado todos mis sentidos. Lo tome de la playera y lo
levante al menos 5 centímetros del suelo.
-3... - le di un fuerte cabezazo que lo
mandó al suelo otra vez, volví a levantarlo pero esta vez le di un rodillazo en
la boca de estómago, levante su rostro tirándole los cabellos y estrelle mi
puño en su cara -Te diré porque la defiendo: 1) su madre me dijo que la llevara
a casa porque está preocupada. 2) no dejare que una basura como tú abuse de una
mujer, menos de una menor, si puedo evitarlo. 3) me guste o no aun la quiero,
aunque sea la ex más idiota que haya tenido. Además, cometiste un terrible
error. ¿Sabes cuál es? ¿¡Ah!? ¿¡Acaso sabes cuál fue tu maldito error!? –lo deje
caer al suelo y lo patee para darlo vuelta y dejarlo de espalda en el suelo.
-¿C...cu...cual?
-Te metiste con mi ex, te metiste con algo
mío. Yo no comparto.
-E...ella dijo...que estaba soltera.
Se...se les insinuaba a...a todos en la escuela. Prac...ticamente se regalaba
en bandeja...pensé que quería algo conmigo...pero luego me salió que tenía
novia y que...por mi culpa habían terminado. Me enfade, había jugado también
conmigo.
-¿Y por eso ibas a abusar de ella?
Patético.
-Me...Me descontrole...lo...lo lamento ¡Lo
siento, pero ya no me golpe es más! -vi cómo se arrastraba cual gusano por el
suelo mientras lloraba.
-No te quiero ver cerca de ella nuevamente
o me asegurare de que ni arrastrarte puedas hacer, gusano -me voltee a ver a
Daniela, quise no cabía en su asombro. Seguramente no creía que era tan
violenta o que de verdad estuviera allí. La tome de la muñeca y la saque del
callejón antes de que llegara alguien -Tu madre está preocupada, ¿en qué
pensabas cuando decidiste venir a un barrio lleno de bares y discos tu sola?
-Yo...Yo...
-Hablaremos luego, ahora te voy a ir a
dejar a casa -la interrumpo, estaba verdaderamente molesta con ella y su
infantil forma de actuar.
Cuando llegamos al estacionamiento del pub
vi a Vero apoyada en el capó del auto, justo donde la había dejado. Me estaba
esperando. Ella vio que me acercaba, así que se separó del vehículo, también
vio que ve ni acompañada de Daniela, creo que fue mi imaginación pero vi como
los rasgos de niña desaparecieron de su rostro en cuanto sus miradas se
cruzaron.
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