sábado, 5 de diciembre de 2015

Valkyrie Drive Mermaid: Liberator ~cap 5~



























Capítulo 5: Giant Girl, Little Heart.

Habían pasado unos días desde la “visita” de Welter. Todo había estado muy tranquilo, salvo por mi compañera, Mamori-san había estado suspirando desde que “soñó” con la visita de Hiragi Akira, prefiero que piense eso a que realmente fue todo una ilusión y que ejecutó el drive sola. Bueno, casi sola. Cuando terminamos de desayunar Torino-san nos pidió que buscáramos setas en el bosque, ya que se habían acabado y Meifong no había podido traer; desde que habían descubierto que había alguien robando los suministros de Feste había doblado la seguridad y no había podido ingresar para poder “tomar prestado” los objetos que se necesitaban en Torino-san Town. Ambas aceptamos, a decir verdad me gustaba tener para mi sola la compañía de Mamori-san.
-Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas!  -de verdad me impresiona que tenga 16, aunque no puedo negar que me gusta verla así de feliz -¡Ah! Estoy cantando que salgan las setas, pero no creerás que pienso que van a venís las setas, ¿verdad?
-No, no he dicho nada. -¿en serio?
-Es lo que hay que hacer. Cuando vas al bosque se canta para evitar a los osos. Cantamos para señalar donde estamos y así los osos se alejan de los humanos… ¡Ah! -mientas Mamori-san me daba la explicación del “¿por qué hay que cantar en el bosque?” unas ramas que estaban a menos de 2 metros se agitaron. Ella salto a mis brazos y yo instantáneamente la abrace e interpuse mi cuerpo para protegerla. Realmente no parecía que hubieran animales muy grandes a los alrededores así que un oso o algo parecido no podía ser. Me sorprendí un poco cuando vi a la kommandeur de Welter.
-Ustedes. ¿Qué hacen aquí? -¿qué hacemos aquí? Deberíamos preguntar eso nosotras. Me separe de mi compañera y me interpuse entre Kasumi y ella. La mire de forma amenazante, aún no superaba el hecho de que me había superado sin siquiera usar su Exter.
-Voy a darles un aviso. Márchense de aquí enseguida. -¿quién se cree que es? Este lugar no está en las jurisdicciones de Welter. A menos que haya pasado algo…- Es mejor que las chicas de Kazami anden por aquí -sentimos como la tierra comenzó a moverse -¿terremoto?
-¿Q...Que pasa? -no parecía que fuera un temblor o algo así, busque con la mirada que podía estar provocando estas sacudidas cuando un nuevo movimiento nos sacudió. Venía al frente de nosotros. Frente a nosotras apareció una gigantesca mujer ¿es...pero...qué demonios pasa en esta isla? -¡No!
Puse mayor atención a la mujer que estaba gente a nosotras. Debía estar midiendo lo mismo que una casa, o más. Pelo corto tipo melena, muy bien dotada aunque podía ser porque era gigante. Y…estaba llorando. Algunas lágrimas cayeron cerca de nosotras.
-Ka… ¡Kasumi-san! -el grito de esta chica fue tan alto que todas tuvimos que taparnos los oídos. Así que es una chica de Welter. Habían que asumirlo porque conocía a Kasumi y nunca había visto su cara en Torino-san Town, además dudaba que existiera otro grupo de personas.
-Tu… ¿Eres tú, Minimi-san?
-Sí. Soy Nim Minimi -¿Mini...Nimi...es enserio?
-¿La conoces? –Mamori-san se alejó un poco de mi cuerpo para poder ver más directamente a Kasumi.
-S...Si. “Transportaron” a esta chica un poco antes que a ustedes. Fue enviada con una pauta bastante peculiar -no me digas, Kasumi.-Por eso la recuerdo. Minimi-san ¿se puede saber que ha pasado?
-Sí. Lo explicaré en orden. Noé y yo… -¿Noé? -la chica con la que jugaba softbol antes de venir aquí...fuimos traídas hasta aquí por ser portadoras del virus A.  Fue choqueaste y duro, pero Noé y yo dijimos que estaríamos juntas y podríamos con todo. Entonces, fuimos una en cuerpo y alma.
-En cuerpo…
-Y alma -mire disimuladamente a Mamori-san, ella tenía exactamente la misma mirada de cuando pensaba en ese hombre. Duele.
-Pero… ¡Pero no pude ejecutar el drive! Aunque Noé y yo éramos una, no pude ejecutarlo. Y Charlotte-sama… -otra vez esa mujer-  dijo que teníamos que contraer nupcias con alguien más. Noé trató de convencerla para que no tuviéramos que cambiar de pareja, pero ella no quiso escuchar. Yo...no sabía qué hacer. Ayer escape del castillo y esta mañana cuando me desperté en el bosque, me encontraba así ¿Que…? ¿Qué puedo hacer? -realmente era como sacado de una historia fantástica. La chica sólo había crecido así nada más.
-Aunque me lo preguntes así…-justo el comunicador de Kasumi hizo un sonido alertándola de que alguien quería contactar con ella -Aquí Kasumi. Sí. Estoy cerca de la señal. La causa es…
-¡Shigure-san! –Mamori-san le rogaba de forma muda que no dijera nada sobre Minimi-san. Se le vio batallar internamente, viendo las posibilidades de lo que podría pasar.
-Aún estoy investigando -puede que sea de Welter, pero esta mujer es realmente amable-No creo que se produzcan incidentes. Estén tranquilas. Cuando sepa algo, contactaré.
Luego de eso miramos a la “pequeña” gigante y luego a nosotras. ¿Y ahora qué? Al final decidimos ir todas hasta Torino-san Tiene, quizás Torino-san nos daría alguna solución. Minimi-san nos ayudó a subir sobre sus hombros para así poder llegar pronto a nuestro destino, no es tranquilizador que este paseándose desnuda por el bosque. Cuando aparecimos por detrás de las cabañas que servían de dormitorios vimos como Meifong era abrazada por Torino-san, que se había sorprendido por la presencia extra.
-¡Ya hemos vuelto!
-Ho...Hola
-Desde luego, esto sí que es grande. -la sorpresa en el rostro de ambas mujeres era notoria, no todos los días ves a una mujer del porte de una casa.
La aparición de Minimi-san atrajo la curiosa mirada de todas las habitantes de Torino Town. Minimi-san se sentó en el suelo y trato de ocultar su desnudez con sus brazos. Tratamos de explicarle la situación a Torino-san lo mejor que pudimos, aunque nosotras tampoco sabíamos que pasaba realmente.
-Ah ¿sí? Entiendo. Si las cosas están así, la cuidaremos durante un tiempo.
-Muchas gracias –agradeció Kasumi de forma solemne.
-No pasa nada. Aquí aceptamos a las que no quieren o no pueden estar en el castillo. Bueno. Así que te llamas Nimi-san.
-Sí.
-Yo soy la responsable de este lugar. Kazami Torino-san. Pueden llamarme onee-chan.
-¡Si, onee-chan!
-Bueno, lo primero que tenemos que hacer es vestirte -sentí como la mirada de Torino-san se posó en mí, aunque sólo de reojo, al parecer no quería que Mamori-san se diera cuenta de que al parecer tendríamos que ejecutar el drive. -No es que me importe la desnudez, pero vas a pasar frío. -Torino-san les pidió a algunas chicas que trajeran la tela que se encontraba en el almacén. Cuando volvieron la estiraron lo largo del suelo.
-¿De dónde ha salido esto? -yo también me preguntó eso, Kasumi.
-Pues…-Torino-san volteo a ver a Meifong como buscando una respuesta, pero la chica del sombrero negó con fuerza, sin embargo Kasumi se dio cuenta. Que mala eres para disimular, Meifong.
-¿No te he visto antes?
-¡Me habrás confundido! ¡Yo siempre he sido libre!  ¡Así que no conozco a nadie del castillo!  -Torino-san caminó hasta el centro de la tela y con una vara en la mano y dibujo lo que parecía ser un bikini.
-Así ya está. Y ahora a cortarla. Chicas, por favor. -Lo sabía.
-¿Qué? ¿No... no... nosotras?-la incomodidad de mi compañera era demasiado notoria, tanto que hasta dolía ¿ya no quería que ejecutáramos el drive?
-Está bien, dejen de perder el tiempo. Bésense ya. -muchas de las chicas empezaron hacer burlas para que nos apresuráramos en hacerlo.
-¿Eh? Un momento ¿qué dicen?
-¿No te da pena la pobre? ¿Teniendo que estar desnuda? -Esta… Meifong estaba tratando de tocar la fibra débil de Mamori, ella sabía que sin alguien necesitaba ayuda, ella ayudaría sin poner algún pero.
-Bueno, sí, pero…-ella me miró como si me preguntaba si quería hacer esto. Yo sólo le Sonreí, quería que interpretara mi gesto como “por mí no hay problema”, lo cual hizo que se sonrojada. Realmente es muy linda.
-Mamori-chan, por favor.
-Pero, es que están todas mirando.
-¡Por favor, ya está bien! -Meifong se acercó hasta Mamori-san, la tomó por los hombros y la empujó hasta mí. Cuando la tuve en mi pecho recordé lo que había pasado hace unas cuantas noches atrás, recordé a Hiragi Akira y de como ella se había estado masturbando por culpa de una ilusión.
-Lo siento -yo también. Me incline sobre ella tomándola por detrás de su cabeza y abrazándola con mi mano libre. Como la había sorprendido aproveche de deslizar mi lengua en el interior de su boca. La bese como no la había besado antes. Quería transmitirle seguridad, quería que sintiera que yo estaba aquí y que nada le pasaría mientras yo la protegiera, que no necesitaba a nadie más. Sentí como gemía en mi boca y como correspondía de igual forma al beso. Por un momento todo desapareció, no había Torino-san, no había Meifong, no había Kasumi, no había Minimi-san, sólo nosotras dos. Nos separamos por un poco de aire, pero fueron sólo segundos. Cuando abrí los ojos vi lujuria en su mirada, a ella le estaba gustando la forma en que la llevaba al paraíso. El hilo de saliva unía nuestras bocas pero se cortó, en cuanto eso paso volví a besarla. Necesitaba más de ella. Sentí sus pequeños brazos abrazarme, sosteniéndose porque sus piernas seguramente ya no daban más. Abrí los ojos. Quería ver su rostro al momento de llegara al orgasmo. Sólo un poco más. Levante su pierna para que nuestras caderas quedaran más cerca la una de la otra. Toque por encima de su ropa, espalda, abdomen y cintura. Fue cuándo la sentí tensarse entre mis brazos.
-¡Kya! -cuando tuve el arm no pude evitar sentirme decepcionada. Cada vez que mi compañera se excitaba y la llevaba al orgasmo ejecutaba el drive, pero yo quedaba a medias, de hecho podía sentir la humedad entre mis piernas. Si hubiera alguna oportunidad en que ella y yo pudiéramos ser una en cuerpo y alma como lo eran Minimi-san y Noé no podríamos terminar, al menos yo no, porque antes de eso ella ya sería un arm. Levante mi espada y corte la tela justo por donde había delineado Torino-san. Luego de eso las chicas usaron cuerda para poder terminar lo que sería la ropa que usaría Minimi-san. Aunque creo que había cortado tela de mas, o tal vez la tela no era suficiente. Espero que sea lo segundo. El drive se deshizo y Mamori-san reapareció entre mis brazos. Pude ver que no podía sostenerme la mirada, estaba avergonzada, seguramente porque habíamos ejecutado el drive frente a muchas personas. El hecho que se avergonzará me habían sentir un poco mal, después de todo éramos compañeras.
-Muchas gracias. Aunque está un poco apretado.
-Lo siento. No había tela suficiente más que para esto.
-Pero menudo espectáculo. ¿Qué copa tendrá?-¿cuál es el problema de Meifong con los pechos? ¿Será acaso porque ella no tiene? Un gruñido extraño nos distrajo, un gruñido estomacal.
-Lo siento. No he comido nada desde ayer, desde que me escape del castillo.
Torino-san estuvo muchas horas cocinando, literalmente en  tarros,  como los que se usaban en las construcciones. Hizo al menos 3 completos de arroz y otros 3 más de curry. Verla comer fue todo un espectáculo, aunque ahora la duda era que habían pasado con las reservas de comida.
-¡Estaba delicioso!-impresionante.
-Bueno. Ver comer de esa manera a Minimi-san ha hecho que me entre hambre. Prepara la comida, Torino-san.
-Con este curry gigante he gastado todas provisiones que tenía.
-¿Qué? -lo imagine. ¿Qué otra razón podía haber para que Torino-san nos mandara a mí y a  Mamori por setas al bosque -percibí como algo enorme se nos acercaba y sólo por mis reflejos salte hasta donde estaba Mamori y la abrace. Aunque no fue necesario, porque Minimi-san no era una amenaza.
-¡Perdonen! –Minimi-san se arrodilló realizando el dogeza dejando sus pechos frente a nosotras, habían que admitir que serán lindos; tenían buena forma y color, además del tamaño. Podía sentir algo por Mamori-san, pero eso no significaba que era de piedra. ¿…Que ciento por ella? -¡Trabajaré para pagar la comida! Estoy en deuda con ustedes.
Luego de meditar la situación entre todas llegamos a la solución de conseguir la comida para poder prepararla. Ir a Feste no era una opción, no queríamos meter en problemas a Kasumi, tampoco podíamos mandar a Meifong ya que la atraparían por culpa del nuevo nivel de seguridad y si no hacíamos algo pronto moriríamos de hambre. Quizás no de forma literal, pero con hambre las personas dejan de ser uno mismo. Decidimos que iríamos de pesca. Minimi-san al sentirse culpable por todas las de Torino Town se ofreció  pescar usando la prenda que le habían confeccionado como red. La vimos entrar al agua y bucear a lo largo de la playa, luego emergió con una enorme cantidad de peces. Mamori fue hasta donde había emergido Minimi-san, ya que al bucear se había alejado mucho de nuestra posición. Grande fue mi sorpresa al ver que venía con mis antiguas verdugos. Pero no creí que fueran tan tontas como para intentar algo con tantas personas alrededor. Encendimos varias fogatas y pusimos a asar la pesca del día.
-¡Que rico! ¡Gracias por la comida! -ciertamente estaba delicioso, los peces que había traídos Minimi-san eran de los que están más profundos, por lo que no es fácil llegar a ellos, claro pero al ser tan grande no lo sintió tan profundo.
-¡Que va, si ha estado exquisito!
-¡Muchas gracias, Nimi-Chan!
-¡No, qué va!
-Ya que estamos en la playa, nos próximos bañas si tuviéramos trajes de baño.
-¡Trajes de baño! ¿Alguien necesita bañadores? -Meifong...nunca dejas pasar ninguna oportunidad de hacer dinero. Maldita codiciosa. -¡Siempre lista, Meifong! -como se esperaba de ella estiró la mano frente a mi compañera esperando el pago por el bañador -En… ¿Quieres...dinero? –era de esperarse.
-¡Gracias por su compra! -todas las chicas de Torino Tiene terminaron comprando bañadores. Pero la más línea era Mamori. Ella escogió un bañador verde, se asemejaba aún uniforme escolar, pero estaba lejos de serlo, me habría gustado verla en su bañador de la escuela. Es muy linda.
-¿Qué tal? ¿No estoy muy rara? -sentí como mi cara se calentaba. No se veía para nada rara.
-¡Que linda! -Torino-san y Meifong estaban completamente de acuerdo con Minimi-san.
Luego yo escogí el único que me quedó relativamente bien, ya que por mi busto no habían muchos que me quedaran bien y vinieran con mi imagen. Aunque…
-Me aprieta -metí un par de dedos entró del bañador de dos piezas para poder soltarlo un poco. Busque con la mirada a Mamori-san, pero estaba desviando la mirada. Por un momento me sentí mal, pero luego note un pequeño sonrojo. Al menos no el soy indiferente. Luego llegó el turno de Torino-san, aunque ella…
-¡A onee-chan no le aprieta nada! -había escogido un bañador rosado que le quedaba suelto y cómodo. Demasiado suelto.
Cuando ya todas estuvieron con sus bañadores listos fueron al mar. Definitivamente estábamos en un clima tropical, ya que el agua no era fría. Había que admitir que no me divertía tanto desde hace mucho, de hecho no recordaba la última vez que me había divertido. Usamos el cuerpo de Minimi-san como tobogán para jugar. Todas parecían divertirse, al menos Mamori-san se divertía, también  las chicas de Welter, la única que parecía no divertirse era Kasumi que se encontraba en la orilla de la playa observando.
Unas chicas habían encontrado una pelota de playa con la que se pusieron a jugar, sin embargo Mamori-san la había golpeado sin querer justo al rostro de Kasumi; una de las chicas la había lanzado y mi compañera sólo había reaccionado a golpearla fuera de su trayectoria.
-P...Perdón ¿Estas bien? -vi como la mujer se ponía de pie y tomaba la pelota. Tome a Mamori-san entre mis brazos justo cuando Kasumi hacia un perfecto remache que dio en el rostro de Meifong, que para su mala suerte estaba muy cerca de Mamori.
-¿Por qué a mí?
Luego de eso se decisión que ya era hora de volver a Torino Town. Kasumi se terminó retirando muy enojada mientras murmuraba algo de la irresponsabilidad y sus límites.  Después de haber jugado toda la tarde en la playa se preparó el pescado que no se había comido y nos fuimos a dormir temprano. Como era obvio que no había cama que pudiera ser usada por Minimi-san ella durmió afuera de la posada. Durante la noche escuché sus sollozos mientras llamaba a su Liberator y Mamori-san igual, la escuché levantarse. A la mañana siguiente, todas en Torino Town despertaron por el grito de horror de Minimi-san. Ella volvió a crecer.
-¡Los niños cuando duermen, crecen, pero esto es pasarse!
-Meifong, esto no es para tomárselo a broma.
-Yo...Si sigo creciendo así, entonces...entonces…-varias lágrimas comenzaron a recorrer su rostro hasta caer al suelo y salpicaron nuestros pies; quizás que se estaba imaginando -Si crezco así...nunca más podré ver a Noé.
-¡Nimi-chan, tonta! -me sorprendió el hecho de que Mamori-san levantara la voz así, usualmente ella no grita -Si tantas ganas tienes de verla ¿por qué no vas allí?
-Pero, es que yo...he crecido tanto...si viera a Noé, no sabría que decirle.
-¡Ya pensaras en eso cuando la veas!  Noé y tú al menos están en la misma isla, así que tienes que ir a verla. ¡Solo tienes que lanzarte con todas tus fuerzas!
-Lanzarme...con todas mis fuerzas… ¡Eso es! ¡Ya basta de huir! Voy a ver a Noé. ¡Voy a Lanzarme con todo! -esto no va a terminar bien. Kasumi nos pidió cuidarla...Minimi fue hasta el bosque, en dirección donde debería estar el castillo.
-¿Crees que es buena idea dejar que se vaya?
-¿Eh?
-No...Creo que si llega al castillo, armara una buena.
-¡Oh! ¡Espera, Nimi-chan!-hasta que se dio cuenta de su error. Subimos a la camioneta de Meifong y nos dirigimos al castillo. Esperábamos llegar a tiempo. -¡Corre, Meifong! ¡Apresúrate, por favor!
-¡Date prisa! –puse una mano sobre su hombro para que sintiera la presión de mis palabras.
-¡Que no puedo ir a Feste! -¿que no puede ir?
Seguimos conduciendo hasta que salimos del bosque. Habíamos visto como desde donde debía estar el castillo salía una columna de humo. Al parecer Minimi-san ya había llegado y habían pasado algo.
-¡Nimi-chan!
-Llegamos tarde.
Usa vez dentro decidimos ir en búsqueda de la razón de todo esto: Noé. Recordé que cuando había salido de esta cámara de castigos había pasado por unas celdas, así que era una buena idea empezar ahí, ya que por lo que recordábamos Noé no estaba muy feliz con contraer nupcias con alguien más, y conociendo a Charlotte como la conocía la habría encerrado. Por el revuelo que se estaba armando en el patio principal fue fácil poder llegar, no había guardias. Las celdas se veían vacías. Mire a mi compañera y ella entendió que era necesario buscarla y rápido, después de haber sentido una sacudida.
-¡Noé-san! ¿Está aquí Noé-san, la amiga de Nimi-chan?
-¡Yo soy Noé! - en una celda más adelante había una chica pegada a los barrotes de la celda. Ojos azules, cabello negro y corto, un poco más alta que Mamori. Ahora que lo pensaba Minimi-san jamás dio alguna descripción de su Liberator, sólo debíamos confiar que era ella y no alguien que quería escapar.
-¡Nimi-chan, está en apuros! ¡Ven rápido!
-¿Nimi? -al parecer es ella -pero si estoy aquí encerrada… -ella tenía razón. Mire los barrotes en búsqueda de alguno que se viera más  débil, pero no encontraba ninguno.
-Mirei-san -gire mi rostro a Mamori y ella me tomó y me acercó hasta sus labios. Me estaba besando. Estaba tan concentrada en encontrar la forma de sacar a la chica de la celda que no note si me había hablado. Es cálido. Sólo había habido una sola vez que ella quisiera ejecutar el drive conmigo por su propia voluntad y no desperdiciaría la oportunidad que me estaba brindando. Sentí como su lengua de forma tímida pedía permiso para entrar, el cual permití. Cuenta calidez. Tome con una de mis manos su pecho y de forma suave comenzó a masajearlo sobre la ropa, la sentí gemir sobre mis labios. Acerque mis caderas a las suyas para poder sentirla cerca y que ella me sintiera también. Sentí el calor que emanaba su centro a pesar de la ropa, ella estaba cerca. La abrace posesivamente, la quería cerca cuando llegara el momento. Era lo único que tenía, nunca alcanzaría el cielo con ella sin ejecutar el drive antes. La sentí estremecerse entre mis brazos, había llegado. Una vez que tenía ya el arm en mis manos corte los barrotes.
-¡Rápido!
Salimos de la zona de las celdas y corrimos. Buscamos como llegar a la zona del patio pero no conocíamos el lugar y aparecer Noé tampoco. Llegamos de algún modo a un palco que daba al patio. Desde ahí vimos a Kasumi defendiendo a Minimi-san, a Charlotte tratando de atacarla y un arm entre ellas, aunque...esa arm es…
-¡Nimi! –desde el palco Noé grito para que su exter la escuchara.
-¡Noé! –en los ojos de la pequeña gigante se veía la clara alegría de poder ver a su amiga y…
-¡Nimi! ¡¿Por qué?!
-¿Por qué? Ni yo misma lo sé...de repente me hice así de grande. Y después…
-¡No me refiero a eso! ¿¡Por qué te fuiste sin decir nada!?
-Eso…
-Cuando llegamos a la isla, nos prometimos que lo superar mismos juntas. Pero tu...pero tu… ¡Me dejaste sola! ¡Eres una tonta!
-¡Noé…!
-¡Nimi! ¡Eres la única que puede recibir todo lo que lanzó! -ella subió a lo alto de la baranda, Mamori se iba a acercar a ella pero se lo impedí, nuestro trabajo estaba hecho, ahora sólo nos quedaba mirar -¡Ahora recíbeme cuando me lanzó con todo! -ella sólo salto. Ella confió en que su compañera recibiría. Y así fue, Minimi-san la recibió usando su pecho como si fuera un cojín salvavidas y la abrazo. Luego una cegadora luz envolvió el enorme cuerpo de Minimi-san y finalmente se encogió, volviendo a la normalidad.
-Ha recuperado su tamaño.
Mire hacia abajo, era cierto, ambas se abrazaban como si su vida dependiera de ello. Que bien. Cerca de Kasumi y Charlotte apareció ese hombre: Hiragi Akira. Al parecer Mamori no había reparado en su presencia, lo cual era bueno. Todo lo que habíamos pasado  se podía ir al infierno si lo veía. No creía poder soportar su actitud de colegiala enamorada, no después de lo de antes.
-Me alegró...por Nimi-san y Noé-san.
-Sí. -a pesar de que sabía que estaba feliz por ellas vi una mirada de nostalgia. Junte valor y tomé su mano. Quería que sintiera que yo estaba aquí, con ella, que yo no sería como Minimi-san, yo no la dejaría sola. Ya no podía. Además volveríamos verlas tarde o temprano.
-¿Mirei-san…?
-Tranquila, Mamori-san. Las volverás a ver

-Si -esa nostalgia desapareció y fue reemplazada por una hermosa sonrisa. Aprete más su manos, sin hacerle daño. Yo...creo que me...


No hay comentarios:

Publicar un comentario