
Capítulo 5: Giant Girl, Little Heart.
Habían pasado unos días desde la “visita” de Welter. Todo
había estado muy tranquilo, salvo por mi compañera, Mamori-san había estado
suspirando desde que “soñó” con la visita de Hiragi Akira, prefiero que piense
eso a que realmente fue todo una ilusión y que ejecutó el drive sola. Bueno,
casi sola. Cuando terminamos de desayunar Torino-san nos pidió que buscáramos
setas en el bosque, ya que se habían acabado y Meifong no había podido traer;
desde que habían descubierto que había alguien robando los suministros de Feste
había doblado la seguridad y no había podido ingresar para poder “tomar
prestado” los objetos que se necesitaban en Torino-san Town. Ambas aceptamos, a
decir verdad me gustaba tener para mi sola la compañía de Mamori-san.
-Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas,
setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya
setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! -de
verdad me impresiona que tenga 16, aunque no puedo negar que me gusta verla así
de feliz -¡Ah! Estoy cantando que salgan las setas, pero no creerás que
pienso que van a venís las setas, ¿verdad?
-No, no he dicho nada. -¿en
serio?
-Es lo que hay que hacer. Cuando vas al bosque se canta para
evitar a los osos. Cantamos para señalar donde estamos y así los osos se alejan
de los humanos… ¡Ah! -mientas Mamori-san me daba la explicación del “¿por qué
hay que cantar en el bosque?” unas ramas que estaban a menos de 2 metros se
agitaron. Ella salto a mis brazos y yo instantáneamente la abrace e interpuse
mi cuerpo para protegerla. Realmente no parecía que hubieran animales muy
grandes a los alrededores así que un oso o algo parecido no podía ser. Me
sorprendí un poco cuando vi a la kommandeur de Welter.
-Ustedes. ¿Qué hacen aquí? -¿qué hacemos aquí? Deberíamos preguntar eso nosotras. Me separe de
mi compañera y me interpuse entre Kasumi y ella. La mire de forma amenazante,
aún no superaba el hecho de que me había superado sin siquiera usar su Exter.
-Voy a darles un aviso. Márchense de aquí enseguida. -¿quién se cree que es? Este lugar no está en
las jurisdicciones de Welter. A menos que haya pasado algo…- Es mejor que
las chicas de Kazami anden por aquí -sentimos como la tierra comenzó a moverse
-¿terremoto?
-¿Q...Que pasa?
-no parecía que fuera un temblor o algo así, busque con la mirada que podía
estar provocando estas sacudidas cuando un nuevo movimiento nos sacudió. Venía
al frente de nosotros. Frente a nosotras apareció una gigantesca mujer ¿es...pero...qué demonios pasa en esta isla?
-¡No!
Puse mayor atención a la mujer que estaba gente a nosotras.
Debía estar midiendo lo mismo que una casa, o más. Pelo corto tipo melena, muy
bien dotada aunque podía ser porque era gigante. Y…estaba llorando. Algunas
lágrimas cayeron cerca de nosotras.
-Ka… ¡Kasumi-san! -el
grito de esta chica fue tan alto que todas tuvimos que taparnos los oídos. Así que es una chica de Welter. Habían
que asumirlo porque conocía a Kasumi y nunca había visto su cara en Torino-san
Town, además dudaba que existiera otro grupo de personas.
-Tu… ¿Eres tú, Minimi-san?
-Sí. Soy Nim Minimi -¿Mini...Nimi...es
enserio?
-¿La conoces? –Mamori-san se alejó un poco de mi cuerpo para
poder ver más directamente a Kasumi.
-S...Si. “Transportaron” a esta chica un poco antes que a
ustedes. Fue enviada con una pauta bastante peculiar -no me digas, Kasumi.-Por eso la recuerdo. Minimi-san ¿se puede
saber que ha pasado?
-Sí. Lo explicaré en orden. Noé y yo… -¿Noé? -la chica con la que jugaba softbol antes de venir
aquí...fuimos traídas hasta aquí por ser portadoras del virus A. Fue choqueaste y duro, pero Noé y yo dijimos
que estaríamos juntas y podríamos con todo. Entonces, fuimos una en cuerpo y
alma.
-En cuerpo…
-Y alma -mire disimuladamente a Mamori-san, ella tenía
exactamente la misma mirada de cuando pensaba en ese hombre. Duele.
-Pero… ¡Pero no
pude ejecutar el drive! Aunque Noé y yo éramos una, no pude ejecutarlo. Y
Charlotte-sama… -otra vez esa mujer- dijo que teníamos que contraer nupcias con
alguien más. Noé trató de convencerla para que no tuviéramos que cambiar de
pareja, pero ella no quiso escuchar. Yo...no sabía qué hacer. Ayer escape del
castillo y esta mañana cuando me desperté en el bosque, me encontraba así
¿Que…? ¿Qué puedo hacer? -realmente era como sacado de una historia fantástica.
La chica sólo había crecido así nada más.
-Aunque me lo preguntes así…-justo el comunicador de Kasumi
hizo un sonido alertándola de que alguien quería contactar con ella -Aquí
Kasumi. Sí. Estoy cerca de la señal. La causa es…
-¡Shigure-san! –Mamori-san le rogaba de forma muda que no
dijera nada sobre Minimi-san. Se le vio batallar internamente, viendo las
posibilidades de lo que podría pasar.
-Aún estoy investigando -puede
que sea de Welter, pero esta mujer es realmente amable-No creo que se
produzcan incidentes. Estén tranquilas. Cuando sepa algo, contactaré.
Luego de eso miramos a la “pequeña” gigante y luego a
nosotras. ¿Y ahora qué? Al final
decidimos ir todas hasta Torino-san Tiene, quizás Torino-san nos daría alguna
solución. Minimi-san nos ayudó a subir sobre sus hombros para así poder llegar
pronto a nuestro destino, no es tranquilizador que este paseándose desnuda por
el bosque. Cuando aparecimos por detrás de las cabañas que servían de
dormitorios vimos como Meifong era abrazada por Torino-san, que se había
sorprendido por la presencia extra.
-¡Ya hemos vuelto!
-Ho...Hola
-Desde luego, esto sí que es grande. -la sorpresa en el rostro de ambas mujeres era notoria, no todos
los días ves a una mujer del porte de una casa.
La aparición de Minimi-san atrajo la curiosa mirada de todas
las habitantes de Torino Town. Minimi-san se sentó en el suelo y trato de
ocultar su desnudez con sus brazos. Tratamos de explicarle la situación a Torino-san
lo mejor que pudimos, aunque nosotras tampoco sabíamos que pasaba realmente.
-Ah ¿sí? Entiendo. Si las cosas están así, la cuidaremos
durante un tiempo.
-Muchas gracias –agradeció Kasumi de forma solemne.
-No pasa nada. Aquí aceptamos a las que no quieren o no
pueden estar en el castillo. Bueno. Así que te llamas Nimi-san.
-Sí.
-Yo soy la responsable de este lugar. Kazami Torino-san. Pueden
llamarme onee-chan.
-¡Si, onee-chan!
-Bueno, lo primero que tenemos que hacer es vestirte -sentí
como la mirada de Torino-san se posó en mí, aunque sólo de reojo, al parecer no
quería que Mamori-san se diera cuenta de que al parecer tendríamos que ejecutar
el drive. -No es que me importe la desnudez, pero vas a pasar frío. -Torino-san
les pidió a algunas chicas que trajeran la tela que se encontraba en el
almacén. Cuando volvieron la estiraron lo largo del suelo.
-¿De dónde ha salido esto? -yo también me preguntó eso, Kasumi.
-Pues…-Torino-san volteo a ver a Meifong como buscando una
respuesta, pero la chica del sombrero negó con fuerza, sin embargo Kasumi se
dio cuenta. Que mala eres para disimular,
Meifong.
-¿No te he visto antes?
-¡Me habrás confundido! ¡Yo siempre he sido libre! ¡Así que no conozco a nadie del
castillo! -Torino-san caminó hasta el
centro de la tela y con una vara en la mano y dibujo lo que parecía ser un
bikini.
-Así ya está. Y ahora a cortarla. Chicas, por favor. -Lo sabía.
-¿Qué? ¿No... no... nosotras?-la incomodidad de mi compañera
era demasiado notoria, tanto que hasta dolía ¿ya no quería que ejecutáramos el drive?
-Está bien, dejen de perder el tiempo. Bésense ya. -muchas
de las chicas empezaron hacer burlas para que nos apresuráramos en hacerlo.
-¿Eh? Un momento ¿qué dicen?
-¿No te da pena la pobre? ¿Teniendo que estar desnuda? -Esta… Meifong estaba tratando de tocar
la fibra débil de Mamori, ella sabía que sin alguien necesitaba ayuda, ella
ayudaría sin poner algún pero.
-Bueno, sí, pero…-ella me miró como si me preguntaba si
quería hacer esto. Yo sólo le Sonreí, quería que interpretara mi gesto como
“por mí no hay problema”, lo cual hizo que se sonrojada. Realmente es muy linda.
-Mamori-chan, por favor.
-Pero, es que están todas mirando.
-¡Por favor, ya está bien! -Meifong se acercó hasta Mamori-san,
la tomó por los hombros y la empujó hasta mí. Cuando la tuve en mi pecho
recordé lo que había pasado hace unas cuantas noches atrás, recordé a Hiragi
Akira y de como ella se había estado masturbando por culpa de una ilusión.
-Lo siento -yo
también. Me incline sobre ella tomándola por detrás de su cabeza y
abrazándola con mi mano libre. Como la había sorprendido aproveche de deslizar
mi lengua en el interior de su boca. La bese como no la había besado antes.
Quería transmitirle seguridad, quería que sintiera que yo estaba aquí y que
nada le pasaría mientras yo la protegiera, que no necesitaba a nadie más. Sentí
como gemía en mi boca y como correspondía de igual forma al beso. Por un
momento todo desapareció, no había Torino-san, no había Meifong, no había
Kasumi, no había Minimi-san, sólo nosotras dos. Nos separamos por un poco de
aire, pero fueron sólo segundos. Cuando abrí los ojos vi lujuria en su mirada,
a ella le estaba gustando la forma en que la llevaba al paraíso. El hilo de
saliva unía nuestras bocas pero se cortó, en cuanto eso paso volví a besarla.
Necesitaba más de ella. Sentí sus pequeños brazos abrazarme, sosteniéndose porque
sus piernas seguramente ya no daban más. Abrí los ojos. Quería ver su rostro al
momento de llegara al orgasmo. Sólo un poco más. Levante su pierna para que
nuestras caderas quedaran más cerca la una de la otra. Toque por encima de su
ropa, espalda, abdomen y cintura. Fue cuándo la sentí tensarse entre mis
brazos.
-¡Kya! -cuando tuve el arm no pude evitar sentirme
decepcionada. Cada vez que mi compañera se excitaba y la llevaba al orgasmo
ejecutaba el drive, pero yo quedaba a medias, de hecho podía sentir la humedad
entre mis piernas. Si hubiera alguna oportunidad en que ella y yo pudiéramos
ser una en cuerpo y alma como lo eran Minimi-san y Noé no podríamos terminar,
al menos yo no, porque antes de eso ella ya sería un arm. Levante mi espada y
corte la tela justo por donde había delineado Torino-san. Luego de eso las
chicas usaron cuerda para poder terminar lo que sería la ropa que usaría Minimi-san.
Aunque creo que había cortado tela de mas, o tal vez la tela no era suficiente.
Espero que sea lo segundo. El drive se deshizo y Mamori-san reapareció entre
mis brazos. Pude ver que no podía sostenerme la mirada, estaba avergonzada,
seguramente porque habíamos ejecutado el drive frente a muchas personas. El
hecho que se avergonzará me habían sentir un poco mal, después de todo éramos
compañeras.
-Muchas gracias. Aunque está un poco apretado.
-Lo siento. No había tela suficiente más que para esto.
-Pero menudo espectáculo. ¿Qué copa tendrá?-¿cuál es el problema de Meifong con los
pechos? ¿Será acaso porque ella no tiene? Un gruñido extraño nos distrajo,
un gruñido estomacal.
-Lo siento. No he comido nada desde ayer, desde que me
escape del castillo.
Torino-san estuvo muchas horas cocinando, literalmente
en tarros, como los que se usaban en las construcciones.
Hizo al menos 3 completos de arroz y otros 3 más de curry. Verla comer fue todo
un espectáculo, aunque ahora la duda era que habían pasado con las reservas de
comida.
-¡Estaba delicioso!-impresionante.
-Bueno. Ver comer de esa manera a Minimi-san ha hecho que me
entre hambre. Prepara la comida, Torino-san.
-Con este curry gigante he gastado todas provisiones que
tenía.
-¿Qué? -lo imagine.
¿Qué otra razón podía haber para que Torino-san nos mandara a mí y a Mamori por setas al bosque -percibí como
algo enorme se nos acercaba y sólo por mis reflejos salte hasta donde estaba
Mamori y la abrace. Aunque no fue necesario, porque Minimi-san no era una
amenaza.
-¡Perdonen! –Minimi-san se arrodilló realizando el dogeza
dejando sus pechos frente a nosotras, habían que admitir que serán lindos;
tenían buena forma y color, además del tamaño. Podía sentir algo por
Mamori-san, pero eso no significaba que era de piedra. ¿…Que ciento por ella? -¡Trabajaré para pagar la comida! Estoy en
deuda con ustedes.
Luego de meditar la situación entre todas llegamos a la
solución de conseguir la comida para poder prepararla. Ir a Feste no era una
opción, no queríamos meter en problemas a Kasumi, tampoco podíamos mandar a
Meifong ya que la atraparían por culpa del nuevo nivel de seguridad y si no
hacíamos algo pronto moriríamos de hambre. Quizás no de forma literal, pero con
hambre las personas dejan de ser uno mismo. Decidimos que iríamos de pesca.
Minimi-san al sentirse culpable por todas las de Torino Town se ofreció pescar usando la prenda que le habían
confeccionado como red. La vimos entrar al agua y bucear a lo largo de la
playa, luego emergió con una enorme cantidad de peces. Mamori fue hasta donde
había emergido Minimi-san, ya que al bucear se había alejado mucho de nuestra
posición. Grande fue mi sorpresa al ver que venía con mis antiguas verdugos.
Pero no creí que fueran tan tontas como para intentar algo con tantas personas
alrededor. Encendimos varias fogatas y pusimos a asar la pesca del día.
-¡Que rico! ¡Gracias por la comida! -ciertamente estaba delicioso, los peces que había traídos Minimi-san
eran de los que están más profundos, por lo que no es fácil llegar a ellos,
claro pero al ser tan grande no lo sintió tan profundo.
-¡Que va, si ha estado exquisito!
-¡Muchas gracias, Nimi-Chan!
-¡No, qué va!
-Ya que estamos en la playa, nos próximos bañas si
tuviéramos trajes de baño.
-¡Trajes de baño! ¿Alguien necesita bañadores? -Meifong...nunca dejas pasar ninguna
oportunidad de hacer dinero. Maldita codiciosa. -¡Siempre lista, Meifong!
-como se esperaba de ella estiró la mano frente a mi compañera esperando el
pago por el bañador -En… ¿Quieres...dinero? –era de esperarse.
-¡Gracias por su compra! -todas las chicas de Torino Tiene
terminaron comprando bañadores. Pero la más línea era Mamori. Ella escogió un
bañador verde, se asemejaba aún uniforme escolar, pero estaba lejos de serlo,
me habría gustado verla en su bañador de la escuela. Es muy linda.
-¿Qué tal? ¿No estoy muy rara? -sentí como mi cara se
calentaba. No se veía para nada rara.
-¡Que linda! -Torino-san y Meifong estaban completamente de
acuerdo con Minimi-san.
Luego yo escogí el único que me quedó relativamente bien, ya
que por mi busto no habían muchos que me quedaran bien y vinieran con mi
imagen. Aunque…
-Me aprieta -metí un par de dedos entró del bañador de dos
piezas para poder soltarlo un poco. Busque con la mirada a Mamori-san, pero
estaba desviando la mirada. Por un momento me sentí mal, pero luego note un
pequeño sonrojo. Al menos no el soy
indiferente. Luego llegó el turno de Torino-san, aunque ella…
-¡A onee-chan no le aprieta nada! -había escogido un bañador
rosado que le quedaba suelto y cómodo. Demasiado suelto.
Cuando ya todas estuvieron con sus bañadores listos fueron
al mar. Definitivamente estábamos en un clima tropical, ya que el agua no era
fría. Había que admitir que no me divertía tanto desde hace mucho, de hecho no
recordaba la última vez que me había divertido. Usamos el cuerpo de Minimi-san como
tobogán para jugar. Todas parecían divertirse, al menos Mamori-san se divertía,
también las chicas de Welter, la única
que parecía no divertirse era Kasumi que se encontraba en la orilla de la playa
observando.
Unas chicas habían encontrado una pelota de playa con la que
se pusieron a jugar, sin embargo Mamori-san la había golpeado sin querer justo
al rostro de Kasumi; una de las chicas la había lanzado y mi compañera sólo
había reaccionado a golpearla fuera de su trayectoria.
-P...Perdón ¿Estas bien? -vi como la mujer se ponía de pie y
tomaba la pelota. Tome a Mamori-san entre mis brazos justo cuando Kasumi hacia
un perfecto remache que dio en el rostro de Meifong, que para su mala suerte
estaba muy cerca de Mamori.
-¿Por qué a mí?
Luego de eso se decisión que ya era hora de volver a Torino
Town. Kasumi se terminó retirando muy enojada mientras murmuraba algo de la
irresponsabilidad y sus límites. Después
de haber jugado toda la tarde en la playa se preparó el pescado que no se había
comido y nos fuimos a dormir temprano. Como era obvio que no había cama que
pudiera ser usada por Minimi-san ella durmió afuera de la posada. Durante la
noche escuché sus sollozos mientras llamaba a su Liberator y Mamori-san igual,
la escuché levantarse. A la mañana siguiente, todas en Torino Town despertaron
por el grito de horror de Minimi-san. Ella volvió a crecer.
-¡Los niños cuando duermen, crecen, pero esto es pasarse!
-Meifong, esto no es para tomárselo a broma.
-Yo...Si sigo creciendo así, entonces...entonces…-varias
lágrimas comenzaron a recorrer su rostro hasta caer al suelo y salpicaron
nuestros pies; quizás que se estaba imaginando -Si crezco así...nunca más podré
ver a Noé.
-¡Nimi-chan, tonta! -me sorprendió
el hecho de que Mamori-san levantara la voz así, usualmente ella no grita -Si
tantas ganas tienes de verla ¿por qué no vas allí?
-Pero, es que yo...he crecido tanto...si viera a Noé, no
sabría que decirle.
-¡Ya pensaras en eso cuando la veas! Noé y tú al menos están en la misma isla, así
que tienes que ir a verla. ¡Solo tienes que lanzarte con todas tus fuerzas!
-Lanzarme...con todas mis fuerzas… ¡Eso es! ¡Ya basta de
huir! Voy a ver a Noé. ¡Voy a Lanzarme con todo! -esto no va a terminar bien. Kasumi nos pidió cuidarla...Minimi fue
hasta el bosque, en dirección donde debería estar el castillo.
-¿Crees que es buena idea dejar que se vaya?
-¿Eh?
-No...Creo que si llega al castillo, armara una buena.
-¡Oh! ¡Espera, Nimi-chan!-hasta que se dio cuenta de su error. Subimos a la camioneta de
Meifong y nos dirigimos al castillo. Esperábamos llegar a tiempo. -¡Corre,
Meifong! ¡Apresúrate, por favor!
-¡Date prisa! –puse una mano sobre su hombro para que
sintiera la presión de mis palabras.
-¡Que no puedo ir a Feste! -¿que no puede ir?
Seguimos conduciendo hasta que salimos del bosque. Habíamos
visto como desde donde debía estar el castillo salía una columna de humo. Al
parecer Minimi-san ya había llegado y habían pasado algo.
-¡Nimi-chan!
-Llegamos tarde.
Usa vez dentro decidimos ir en búsqueda de la razón de todo
esto: Noé. Recordé que cuando había salido de esta cámara de castigos había
pasado por unas celdas, así que era una buena idea empezar ahí, ya que por lo
que recordábamos Noé no estaba muy feliz con contraer nupcias con alguien más,
y conociendo a Charlotte como la conocía la habría encerrado. Por el revuelo
que se estaba armando en el patio principal fue fácil poder llegar, no había
guardias. Las celdas se veían vacías. Mire a mi compañera y ella entendió que
era necesario buscarla y rápido, después de haber sentido una sacudida.
-¡Noé-san! ¿Está aquí Noé-san, la amiga de Nimi-chan?
-¡Yo soy Noé! - en una celda más adelante había una chica
pegada a los barrotes de la celda. Ojos azules, cabello negro y corto, un poco
más alta que Mamori. Ahora que lo pensaba Minimi-san jamás dio alguna
descripción de su Liberator, sólo debíamos confiar que era ella y no alguien
que quería escapar.
-¡Nimi-chan, está en apuros! ¡Ven rápido!
-¿Nimi? -al parecer es
ella -pero si estoy aquí encerrada… -ella tenía razón. Mire los barrotes en
búsqueda de alguno que se viera más
débil, pero no encontraba ninguno.
-Mirei-san -gire mi rostro a Mamori y ella me tomó y me
acercó hasta sus labios. Me estaba besando. Estaba tan concentrada en encontrar
la forma de sacar a la chica de la celda que no note si me había hablado. Es cálido. Sólo había habido una sola
vez que ella quisiera ejecutar el drive conmigo por su propia voluntad y no
desperdiciaría la oportunidad que me estaba brindando. Sentí como su lengua de
forma tímida pedía permiso para entrar, el cual permití. Cuenta calidez. Tome con una de mis manos su pecho y de forma suave
comenzó a masajearlo sobre la ropa, la sentí gemir sobre mis labios. Acerque
mis caderas a las suyas para poder sentirla cerca y que ella me sintiera
también. Sentí el calor que emanaba su centro a pesar de la ropa, ella estaba
cerca. La abrace posesivamente, la quería cerca cuando llegara el momento. Era
lo único que tenía, nunca alcanzaría el cielo con ella sin ejecutar el drive
antes. La sentí estremecerse entre mis brazos, había llegado. Una vez que tenía
ya el arm en mis manos corte los barrotes.
-¡Rápido!
Salimos de la zona de las celdas y corrimos. Buscamos como
llegar a la zona del patio pero no conocíamos el lugar y aparecer Noé tampoco.
Llegamos de algún modo a un palco que daba al patio. Desde ahí vimos a Kasumi
defendiendo a Minimi-san, a Charlotte tratando de atacarla y un arm entre
ellas, aunque...esa arm es…
-¡Nimi! –desde el palco Noé grito para que su exter la
escuchara.
-¡Noé! –en los ojos de la pequeña gigante se veía la clara
alegría de poder ver a su amiga y…
-¡Nimi! ¡¿Por qué?!
-¿Por qué? Ni yo misma lo sé...de repente me hice así de
grande. Y después…
-¡No me refiero a eso! ¿¡Por qué te fuiste sin decir nada!?
-Eso…
-Cuando llegamos a la isla, nos prometimos que lo superar
mismos juntas. Pero tu...pero tu… ¡Me dejaste sola! ¡Eres una tonta!
-¡Noé…!
-¡Nimi! ¡Eres la única que puede recibir todo lo que lanzó!
-ella subió a lo alto de la baranda, Mamori se iba a acercar a ella pero se lo
impedí, nuestro trabajo estaba hecho, ahora sólo nos quedaba mirar -¡Ahora
recíbeme cuando me lanzó con todo! -ella sólo salto. Ella confió en que su
compañera recibiría. Y así fue, Minimi-san la recibió usando su pecho como si
fuera un cojín salvavidas y la abrazo. Luego una cegadora luz envolvió el
enorme cuerpo de Minimi-san y finalmente se encogió, volviendo a la normalidad.
-Ha recuperado su tamaño.
Mire hacia abajo, era cierto, ambas se abrazaban como si su
vida dependiera de ello. Que bien. Cerca
de Kasumi y Charlotte apareció ese hombre: Hiragi Akira. Al parecer Mamori no
había reparado en su presencia, lo cual era bueno. Todo lo que habíamos pasado se podía ir al infierno si lo veía. No creía
poder soportar su actitud de colegiala enamorada, no después de lo de antes.
-Me alegró...por Nimi-san y Noé-san.
-Sí. -a pesar de que sabía que estaba feliz por ellas vi una
mirada de nostalgia. Junte valor y tomé su mano. Quería que sintiera que yo
estaba aquí, con ella, que yo no sería como Minimi-san, yo no la dejaría sola.
Ya no podía. Además volveríamos verlas tarde o temprano.
-¿Mirei-san…?
-Tranquila, Mamori-san. Las volverás a ver
-Si -esa nostalgia desapareció y fue reemplazada por una
hermosa sonrisa. Aprete más su manos, sin hacerle daño. Yo...creo que me...
No hay comentarios:
Publicar un comentario