lunes, 21 de diciembre de 2015

Quisiera que nunca hubieras existido.

 Cuando la conocí
Muchos me dijeron “ella no es para ti”,
Simplemente no escuche
Ahora me encuentro aquí.

Quisiera nunca haberte conocido
Para no estar sufriendo asi
Quisiera jamás haber subido a ese bus
Para nunca haberte vuelto a ver
Quisiera volver atrás y comenzar desde el principio

Trato de olvídate
Pero te quedas conmigo,
Es como un veneno
Que lentamente me mata.

Te di todo lo que tenia
Y aun asi no fue suficiente,
Y ahora que quiero volver a empezar
Apareces nuevamente.

Quisiera nunca haberte conocido
Para no estar sufriendo asi
Quisiera jamas haber subido a ese bus
Para nunca haberte vuelto a ver

Quisiera volver atrás y comenzar desde el principio.
Quisiera nunca haberte conocido
Quisiera jamás haber subido a ese bus
Quisiera volver atrás y comenzar desde el principio

Quisiera que nunca hubieras existido. Quisiera nunca haberte amado

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Llegaste a poner mi mundo de cabeza ~cap 4~

Como siempre hacíamos cuando salíamos los tres, en este caso cuatro, encontramos una mesa en la terraza habilitada para fumadores y pedimos unas cervezas para comenzar. Carlos, Mike y yo teníamos la costumbre oriental de empezar desde lo más suave hasta lo más fuerte, pero como era conductora designada sólo habría cerveza sin alcohol para mí esta noche. Tratamos de ponernos al día y de saber más de Verónica, que por alguna razón no me quita la mirada de encima y me está empezando a perturbar. Encendí un nuevo mentolado.
-¿Puedo ver tu zippo? -mire a la chica como si le hubiera salido otra cabeza. Era guapa. Bajita. Pelo corto, muy corto, casi como un hombre. Cara infantil. Ojos cafés. Cabello negro, obviamente teñido. Bonita. Si, junta los requisitos para tener a mi bebé entre sus manos.
-Sólo ten cuidado -le entregue el encendedor en sus manos. Tiene la piel de las manos muy suave. Ja, enfermera de mano suave. Vi como pasaba sus dedos por el grabado de la Hermandad de Asesinos, yo lo había hecho a mano, bueno con una máquina pero se entiende.
-Me gusta la saga de videojuegos. También los libros que han salido aunque no tanto como los juegos. Siento que después de la muerte de Desmond Miles nada es igual, claro que Flag Black es un caso aparte -Ok, me quiero casar en este preciso instante.
Mi cara no salía de su asombro, aunque es una saga muy popular no había mucha gente que realmente la conociera, que la saga cambio mucho después de que Desmond muriera y que Ubisoft sólo había seguido con la línea de tiempo en los juegos.
-Creo que la rompiste, Vero. Aunque es natural que quede así, es raro encontrar a alguien que piense igual que tu -Carlos me trajo nuevamente a tierra. Sentí calor, mucho calor. Me había sonrojado de la vergüenza. Cambia el tema ¡Cambia el tema!
-Lo talle yo, es único. Es agradable que alguien  comparta mi opinión. Me gusta la historia y los juegos violentos, y esta saga cumple con ambos.
-Te quedo muy bien -estiró la mano y me devolvió el zippo -Se ve que eres hábil con las manos -sonrió. Que linda sonrisa, aunque creo que hay un mensaje oculto ahí...debe de ser mi imaginación.
Vero realmente era alguien muy divertida y especial. Creo que fue buena idea venir, me hacía falta respirar un poco...o tal vez no fue tan buena idea.
-Hey, Mike ¿viste mi teléfono? No lo encuentro -me toque en varias ocasiones los bolsillos esperando que apareciera por arte de magia en alguno de ellos aunque ya los había revisado.
-No, quizás lo dejaste en el auto. Te gusta ponerlo en esa cosa que me hiciste pagar en el parabrisas.
-Voy por él, sino me voy a tener que ir haciendo la idea de comprar uno nuevo.
-Voy contigo, quiero dejar mi chaqueta y respirar algo de aire que no tenga tabaco -Vero se puso de pie un poco mareada. No más alcohol para ella. Le tendí el brazo para que se agarrara de mí.
-Estas algo mareada, no vaya a ser que choques con alguien -se puso a la par mía y tomó el brazo que le ofrecí. Sí que era pequeña, debe medir 1.40 o 1.50, yo mido 1.65. Amo a las chicas pequeñas - En lo que volvemos ¿me pides una michelada con Tabasco, Mike? Y algo para comer para Vero, se va a emborrachar si sigue así.
Ya sabía la cara que estaban haciendo Carlos y Mike, saben que tengo debilidad por las mujeres bajas, de pelo corto y oscuro. Seguramente la invitaron a propósito. No, eso no puede ser, ellos no saben que termine con Daniela.
Llegamos al auto, quite la alarma y abrí el maletero para que Vero guardara su chaqueta. Como Mike había dicho, el teléfono estaba justo en el porta celulares.
-Uno de estos días se me va a perder la cabeza -desbloquee el equipo y me di cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de un número no registrado, pero que se me hacía familiar. Pensé en llamar de vuelta porque  tenía al menos 7 llamadas cuando sentí la puerta del copiloto abrirse.
-¿Sucede algo?
- Es que tengo varias llamas perdidas, pero siento que conozco el número.
-Llama de vuelta, quizás sea algo importante. Digo, por la cantidad de llamas perdidas.
Medite la opción de llamar de vuelta. Podía ser algo importante o podía ser una broma. Mire a mi compañera, ella me miraba expectante pero... algo en su mirada me decía que no estaría contenta si llamaba.
-Si es importante llamarán de nuevo ¿qué te parece si esperamos un rato para que se te quite un poco la borrachera?
-No estoy tan ebria - la vi hacer un puchero que realmente me pareció adorable
-Si lo estas -justo en ese momento mi teléfono sonó. Vi la pantalla y era el mismo número. ¿Qué hago? Debía ser importante si me llamaba tantas veces y tan tarde, el reloj marcaba las 3 de la mañana. Largue un largo suspiro -Discúlpame un segundo -baje del auto y me apoye en el capó. -¿Aló?
-¡Gracias a Dios que atiendes Alex!
-¿Señora Mónica?
-Alex, sé qué hace una semana que tú y mi hija terminaron, pero no sé dónde está, me dijo que te iría a ver pero no contesta el teléfono.
-Yo no estoy en mi casa, estoy con unos amigos en un pub -no cabía en mi asombro por la irresponsabilidad de Daniela - La llamaré, si tengo suerte la iré a dejar a casa.
-Te lo agradezco de verdad Alex, siento mucho las molestias que te está dando mi hija -simplemente era imposible decirle "no" a esta mujer.
-No hay problema, señora. La llamaré si tengo suerte o no. Adiós -cuando colgué la llamada solté todo el aire que tenía en los pulmones -Mierda...
-¿Qué pasa? -Vero se había bajado del auto y se acomodó a mi lado apoyando su cabeza en mi brazo.
-Esto es incómodo, pero me acaba de llamar la mamá  de mi ex. Me dijo que hace muchas horas que había salido de casa para ir a buscarme y que no le atiende el teléfono -me rasque el cuello de lo incómodo que era el asunto. Si habían leído bien las señales de Vero, ella estaba interesada en mí.
-Oh
-Sí, oh. Esa mujer, hablo de su madre, es una excelente persona. Buscaré a esa niña sólo por ella.
-¿Segura que es sólo por un favor a tu ex suegra?
-Me gustaría decir que lo haría por mi ex, pero ella me hizo algo que realmente no sé si puedo perdonar. Ella me engañó con un hombre. Si hubiera sido con una mujer habría sido distinto, se lo habría pasado o quizás me habría vengado robándole a la chica -ambas nos soltamos a reír, esa era una de las bromas bolleras más típicas.
-Deberías llamarla, es tarde y puede estar metida en problemas.
-Me impresiona que no me recrimines por haber estado con alguien menor.
-Espera ¿era menor de edad?
-Ups, pensé que había quedado claro cuando dije "niña". Su madre me aceptaba como su pareja porque sabía que no obligaría a su hija hacer nada que no quisiera, cuando estábamos en su casa siempre era a puertas abiertas y si queríamos salir ella siempre sabía, aunque no mi ex.
-Así que... ¿te gustan menores? -vi su cara de desilusión. Así que si leí bien sus señales. Que linda.
-No es que me gusten las menores, me gustan las pequeñas -apoye mi cabeza sobre la suya, sí que era pequeña, pero no era incómoda -Tengo debilidad por las personas pequeñas, ya sea estatura, caras infantiles... edades aunque no tanto, son demasiados años por un amorío que quizá sea sólo pasajero.
-Que dices de mi ¿soy tu tipo? -eso me tomo con la guardia baja, quiero decir... ¡te acabo de conocer miniom!
-Creo que es algo apresurado -trate de sonreír lo menos incómoda posible -Pero si, se podría decir que entras en mi categoría, pero por ahora necesito espacio. Necesito sacar a Daniela de mi sistema.
-Sí, tienes razón. Lo siento, seguramente es el alcohol hablando. Debes llamarla -había olvidado completamente a Daniela.
-Sí, lo haré -estaba marcando ese número que me sabía de memoria cuando escuchamos unos gritos.
-¡Que me dejen en paz! ¡Voy a gritar! -reconocería esa voz en cualquier lado, mire a Vero y antes de darme cuenta estaba corriendo donde había escuchado la voz de Daniela.
Salí del estacionamiento y busque en la calle. No podía ver nada ni a nadie. Sabía que la había escuchado, tan loca no estoy, aunque estudie psicología.
-¡No! ¡Déjame, Sebastián! ¡Déjame! - la volví a escuchar, venía desde un callejón que baja entre dos edificios de oficina. No lo quise pensar más y corrí. Cuando me asomé vi al mismo chiquillo que había entrado al motel con mi ex hace unas semanas, pero estaban forcejeando. Entonces entendí: el hijo de puta estaba tratando de obligarla a hacer algo. Lo próximo que sentí fue un ardor y dolor muy fuerte en mi puño. Sentí mi respiración agitada, había corrido y había golpeado en la nariz al tipo. Con algo de suerte se la habría roto.
-¡¿Qué demonios estás haciendo, perra?! -el chiquillo se sujetaba la nariz y escupía sangre.
-Tienes 3 segundos para irte o una nariz rota será lo menos que te pese -estaba furiosa, una cosa era que estuvieran revolcándose, otra muy distinta era obligarla. -1...
-¡Me las vas a pagar! -vi cómo se ponía de pie pero lo volví a tirar al suelo con una patada en la zona temporal.
-2...
-¿¡Por qué defiendes a esa zorra!? ¡Ella quería! ¡Ella me busco! -se estaba apoyando para ponerse de pie, pero no lo deje. Eso último había nublado todos mis sentidos. Lo tome de la playera y lo levante al menos 5 centímetros del suelo.
-3... - le di un fuerte cabezazo que lo mandó al suelo otra vez, volví a levantarlo pero esta vez le di un rodillazo en la boca de estómago, levante su rostro tirándole los cabellos y estrelle mi puño en su cara -Te diré porque la defiendo: 1) su madre me dijo que la llevara a casa porque está preocupada. 2) no dejare que una basura como tú abuse de una mujer, menos de una menor, si puedo evitarlo. 3) me guste o no aun la quiero, aunque sea la ex más idiota que haya tenido. Además, cometiste un terrible error. ¿Sabes cuál es? ¿¡Ah!? ¿¡Acaso sabes cuál fue tu maldito error!? –lo deje caer al suelo y lo patee para darlo vuelta y dejarlo de espalda en el suelo.
-¿C...cu...cual?
-Te metiste con mi ex, te metiste con algo mío. Yo no comparto.
-E...ella dijo...que estaba soltera. Se...se les insinuaba a...a todos en la escuela. Prac...ticamente se regalaba en bandeja...pensé que quería algo conmigo...pero luego me salió que tenía novia y que...por mi culpa habían terminado. Me enfade, había jugado también conmigo.
-¿Y por eso ibas a abusar de ella? Patético.
-Me...Me descontrole...lo...lo lamento ¡Lo siento, pero ya no me golpe es más! -vi cómo se arrastraba cual gusano por el suelo mientras lloraba.
-No te quiero ver cerca de ella nuevamente o me asegurare de que ni arrastrarte puedas hacer, gusano -me voltee a ver a Daniela, quise no cabía en su asombro. Seguramente no creía que era tan violenta o que de verdad estuviera allí. La tome de la muñeca y la saque del callejón antes de que llegara alguien -Tu madre está preocupada, ¿en qué pensabas cuando decidiste venir a un barrio lleno de bares y discos tu sola?
-Yo...Yo...
-Hablaremos luego, ahora te voy a ir a dejar a casa -la interrumpo, estaba verdaderamente molesta con ella y su infantil forma de actuar.
Cuando llegamos al estacionamiento del pub vi a Vero apoyada en el capó del auto, justo donde la había dejado. Me estaba esperando. Ella vio que me acercaba, así que se separó del vehículo, también vio que ve ni acompañada de Daniela, creo que fue mi imaginación pero vi como los rasgos de niña desaparecieron de su rostro en cuanto sus miradas se cruzaron.


martes, 8 de diciembre de 2015

Llegaste a poner mi mundo de cabeza ~Cap 3~

Había sido la semana más larga de mi vida. La madre de Daniela me llamo unos días después de haber terminado con su hija, me contó que se había encerrado en su cuarto y que no salía para nada, sólo salía para ir al baño y sería, no comía, no iba a la escuela, no hablaban, no sabía si dormía, sólo sabía que lloraba día y noche. Me preguntó qué había pasado, si habíamos tenido alguna discusión muy fuerte para que todo acabara así. Tuve que decirle la mitad de la verdad, le dije que habíamos terminado por terceros, la mujer al otro lado de la línea contuvo la respiración y me preguntó si había sido Daniela la que me había engañado, sólo calle y dicen que el silencio otorga. La mujer se disculpó conmigo por todo y me dio las gracias por haber cuidado a su hija tanto tiempo, por haberla respetado y haberla ayudado en las materias a pesar de estar cursando mi segundo año de Universidad. Después de eso no volví a saber de ninguna de las dos.
Yo tampoco la tuve fácil, me pedí esa semana completa en el trabajo y llamé a la universidad para decir que está enferma y que no asistiría esa semana, que el lunes de la semana siguiente presentaría un certificado. Estaba deshecha, sólo lloraba en los rincones, incluso me vi tentada a ir por Daniela y pedirle que volviéramos, que la perdonaba, pero no lo hice, quise quererme un poco ya que hace mucho que no lo hacía. Tampoco recuerdo haber comido mucho esos días por lo que me enfermé y fui a parar al hospital, por suerte si podría llevar un certificado a clases, estaba corta de fondos para poder comprar uno, todo por esa gargantilla que le regale hace un mes, cuando cumplimos un año de relación formal.
Cuando la semana se cumplió tuve que ir a clases con la mejor cara que tenía. Mis compañeros notaron que no había dormido mucho por las ojeras gigantes que tenía, y que estaba un poco más delgada pero no quisieron preguntar, lo cual agradecí internamente, aun no estaba lista para hablar de lo que había pasado entre Daniela y yo. Traté por todos los medios concentrarme en mis materias pero no había caso, sólo pensaba en Daniela y en mí. Me aseguraba de grabar en audio todas las clases para así al menos tener algo que hacer en mis noches de insomnio. Mis amigos trataban de animarme, pero como no sabían que me pasaba no sabían cómo, hasta que Mike no aguanto más que estuviera tan depresiva y me salió con lo de la fiesta. ¿Habrá sido buena idea? Sinceramente sólo quería hundirme en mi tristeza, aun no estaba lista para conocer a nadie más. Ahora estoy en casa de mi "querida amiga" arreglándonos para salir. No tenía ganas de salir, pero no evitó que de forma inconsciente me arreglará para verme muy guapa: me había ido a comprar una camisa de franela blanca con negro hace 2 semana y aun no la usaba así que era el momento perfecto, unos jeans pitillos negros, mis inseparables y viejas Vans y en el cuello llevaba una estrella de David de plata, este era un amuleto de la suerte, no era buena ni mala pero asustaba a las personas cuando no quería tener nada con nadie en las discos y pub. Aproveché de maquillarme un poco, nada exagerado, después de todo no quería impresionar a nadie.
-¡Mike, como sigas tardando me voy a ir a casa! -y se supone que las que demoramos siglos en arreglarnos somos las mujeres...
-Venga Alex, no apresures la perfección -¿perfección? Perfección las pelotas que no tengo.
-Venga tío si te van a estar dando por detrás, no importa tu cara o tú pelo, menos la ropa porque no la vas a necesitar -ok, eso fue grosero pero ya estaba perdiendo la paciencia.
-Que grosera eres Alex, además sabes que yo no prestó "el chico", a mí me lo prestan -lo vi aparecer en la sala. ¡Por fin!
-Ya era hora -Tome las llaves de su Audi y me dirigí a la puerta -Hoy soy conductora designada, no tengo ganas de beber -Revisamos por última vez si olvidábamos algo y luego nos fuimos. Nos verían con el novio de Mike y su amiga en "El éxtasis", una disco-pub de ambiente, tenía buena seguridad por lo que no habían peleas a dentro ni afuera y cuando la habían se acababan enseguida, además tenía buena ubicación por lo que no se corría el riesgo de que pasara algo camino a casa, y lo más importante: contaba con estacionamiento vigilado. Cuando llegamos al parking encontré un lugar no muy lejos de la entrada así que me deje el vehículo ahí. Estábamos bajando cuando me vi siendo envuelta en un abrazo de oso y alzada del suelo.
-¡Alex!
-¡Bájame, bájame Carlos! -quien más podría ser que el novio de Mike, es la segunda persona a la que lo dejó tocarme, no soy muy de piel.
- Vamos nena, te extrañe. Déjame abrazarte un rato más -dios, no respiro
-Amor, se está poniendo cianótica
-Lo siento. Mike me había dicho que estabas un poco triste y eso en ti es raro, así que me preocupe -bendito aire. Dios, si de verdad no apreciara a Carlos ya lo habría matado.
-No es nada que el tiempo no cure, estaré bien -de verdad que tengo buenos amigos, aunque me saquen de quicio.
-Vero se retrasó un poco. Trasnocho para un examen que tenía hoy y se quedó dormida -Carlos me miraba como disculpándose porque su amiga llegaba tarde. Vaya, así que "mi cita" es universitaria.
-Vero, estudia en la misma Universidad que Carlos, son compañeros en algunos ramos, pero ella estudia enfermería -Mike me paso el brazo por encima de los hombros, recordándome que soy muy baja. Y es ahí donde te preguntas como alguien que estudia Obstetricia tiene asignaturas en común con enfermería...En fin, quizás tenga los tema de conversación.
- Ya están avisados, no quiero jugarretas de ninguno de los dos ¿quedó claro? Tú estás advertido, Mike.
-Ah, ¿acaso era enserio? - ¿de verdad pensó que jugaba con eso? Mike, eres más tonto de lo que creí, o quizás te falta conocerme aún más...
-¿Tu qué crees, amor? -escucho una melodía que va en ascenso: Toxic...son tan homosexuales.
-Vero. Estamos en el estacionamiento del pub, muy cerca de la entrada. Tranquila, tenemos conductor designado, no somos unos irresponsables. Ok, te esperamos aquí - ¿porque siento que esto es como un complot? Saqué mi cigarrera y saqué un mentolado, que encendí con mi zippo de Assassin's Creed. Dios tenga en su gloria a quien se dio cuenta que el tabaco se podía mezclar con la menta. -Vero ya llegó, viene para acá.
-¡Hey, Carlos!
-¡Vero! -Vi como una persona de una estatura menor que yo fue corriendo hasta colgarse del cuello de Carlos. ¡Los minioms son reales! -Mike, Alex, ella es Verónica. Vero para los amigos y los alguien más.
- Ya cállate, vas a hacer que de una mala primera impresión -eres un minioms, no puede ser peor impresión. Me iré al infierno, lo se.


sábado, 5 de diciembre de 2015

Valkyrie Drive Mermaid: Liberator ~cap 5~



























Capítulo 5: Giant Girl, Little Heart.

Habían pasado unos días desde la “visita” de Welter. Todo había estado muy tranquilo, salvo por mi compañera, Mamori-san había estado suspirando desde que “soñó” con la visita de Hiragi Akira, prefiero que piense eso a que realmente fue todo una ilusión y que ejecutó el drive sola. Bueno, casi sola. Cuando terminamos de desayunar Torino-san nos pidió que buscáramos setas en el bosque, ya que se habían acabado y Meifong no había podido traer; desde que habían descubierto que había alguien robando los suministros de Feste había doblado la seguridad y no había podido ingresar para poder “tomar prestado” los objetos que se necesitaban en Torino-san Town. Ambas aceptamos, a decir verdad me gustaba tener para mi sola la compañía de Mamori-san.
-Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas! Setas, setas, camisetas. ¡Salgan ya setas, setas!  -de verdad me impresiona que tenga 16, aunque no puedo negar que me gusta verla así de feliz -¡Ah! Estoy cantando que salgan las setas, pero no creerás que pienso que van a venís las setas, ¿verdad?
-No, no he dicho nada. -¿en serio?
-Es lo que hay que hacer. Cuando vas al bosque se canta para evitar a los osos. Cantamos para señalar donde estamos y así los osos se alejan de los humanos… ¡Ah! -mientas Mamori-san me daba la explicación del “¿por qué hay que cantar en el bosque?” unas ramas que estaban a menos de 2 metros se agitaron. Ella salto a mis brazos y yo instantáneamente la abrace e interpuse mi cuerpo para protegerla. Realmente no parecía que hubieran animales muy grandes a los alrededores así que un oso o algo parecido no podía ser. Me sorprendí un poco cuando vi a la kommandeur de Welter.
-Ustedes. ¿Qué hacen aquí? -¿qué hacemos aquí? Deberíamos preguntar eso nosotras. Me separe de mi compañera y me interpuse entre Kasumi y ella. La mire de forma amenazante, aún no superaba el hecho de que me había superado sin siquiera usar su Exter.
-Voy a darles un aviso. Márchense de aquí enseguida. -¿quién se cree que es? Este lugar no está en las jurisdicciones de Welter. A menos que haya pasado algo…- Es mejor que las chicas de Kazami anden por aquí -sentimos como la tierra comenzó a moverse -¿terremoto?
-¿Q...Que pasa? -no parecía que fuera un temblor o algo así, busque con la mirada que podía estar provocando estas sacudidas cuando un nuevo movimiento nos sacudió. Venía al frente de nosotros. Frente a nosotras apareció una gigantesca mujer ¿es...pero...qué demonios pasa en esta isla? -¡No!
Puse mayor atención a la mujer que estaba gente a nosotras. Debía estar midiendo lo mismo que una casa, o más. Pelo corto tipo melena, muy bien dotada aunque podía ser porque era gigante. Y…estaba llorando. Algunas lágrimas cayeron cerca de nosotras.
-Ka… ¡Kasumi-san! -el grito de esta chica fue tan alto que todas tuvimos que taparnos los oídos. Así que es una chica de Welter. Habían que asumirlo porque conocía a Kasumi y nunca había visto su cara en Torino-san Town, además dudaba que existiera otro grupo de personas.
-Tu… ¿Eres tú, Minimi-san?
-Sí. Soy Nim Minimi -¿Mini...Nimi...es enserio?
-¿La conoces? –Mamori-san se alejó un poco de mi cuerpo para poder ver más directamente a Kasumi.
-S...Si. “Transportaron” a esta chica un poco antes que a ustedes. Fue enviada con una pauta bastante peculiar -no me digas, Kasumi.-Por eso la recuerdo. Minimi-san ¿se puede saber que ha pasado?
-Sí. Lo explicaré en orden. Noé y yo… -¿Noé? -la chica con la que jugaba softbol antes de venir aquí...fuimos traídas hasta aquí por ser portadoras del virus A.  Fue choqueaste y duro, pero Noé y yo dijimos que estaríamos juntas y podríamos con todo. Entonces, fuimos una en cuerpo y alma.
-En cuerpo…
-Y alma -mire disimuladamente a Mamori-san, ella tenía exactamente la misma mirada de cuando pensaba en ese hombre. Duele.
-Pero… ¡Pero no pude ejecutar el drive! Aunque Noé y yo éramos una, no pude ejecutarlo. Y Charlotte-sama… -otra vez esa mujer-  dijo que teníamos que contraer nupcias con alguien más. Noé trató de convencerla para que no tuviéramos que cambiar de pareja, pero ella no quiso escuchar. Yo...no sabía qué hacer. Ayer escape del castillo y esta mañana cuando me desperté en el bosque, me encontraba así ¿Que…? ¿Qué puedo hacer? -realmente era como sacado de una historia fantástica. La chica sólo había crecido así nada más.
-Aunque me lo preguntes así…-justo el comunicador de Kasumi hizo un sonido alertándola de que alguien quería contactar con ella -Aquí Kasumi. Sí. Estoy cerca de la señal. La causa es…
-¡Shigure-san! –Mamori-san le rogaba de forma muda que no dijera nada sobre Minimi-san. Se le vio batallar internamente, viendo las posibilidades de lo que podría pasar.
-Aún estoy investigando -puede que sea de Welter, pero esta mujer es realmente amable-No creo que se produzcan incidentes. Estén tranquilas. Cuando sepa algo, contactaré.
Luego de eso miramos a la “pequeña” gigante y luego a nosotras. ¿Y ahora qué? Al final decidimos ir todas hasta Torino-san Tiene, quizás Torino-san nos daría alguna solución. Minimi-san nos ayudó a subir sobre sus hombros para así poder llegar pronto a nuestro destino, no es tranquilizador que este paseándose desnuda por el bosque. Cuando aparecimos por detrás de las cabañas que servían de dormitorios vimos como Meifong era abrazada por Torino-san, que se había sorprendido por la presencia extra.
-¡Ya hemos vuelto!
-Ho...Hola
-Desde luego, esto sí que es grande. -la sorpresa en el rostro de ambas mujeres era notoria, no todos los días ves a una mujer del porte de una casa.
La aparición de Minimi-san atrajo la curiosa mirada de todas las habitantes de Torino Town. Minimi-san se sentó en el suelo y trato de ocultar su desnudez con sus brazos. Tratamos de explicarle la situación a Torino-san lo mejor que pudimos, aunque nosotras tampoco sabíamos que pasaba realmente.
-Ah ¿sí? Entiendo. Si las cosas están así, la cuidaremos durante un tiempo.
-Muchas gracias –agradeció Kasumi de forma solemne.
-No pasa nada. Aquí aceptamos a las que no quieren o no pueden estar en el castillo. Bueno. Así que te llamas Nimi-san.
-Sí.
-Yo soy la responsable de este lugar. Kazami Torino-san. Pueden llamarme onee-chan.
-¡Si, onee-chan!
-Bueno, lo primero que tenemos que hacer es vestirte -sentí como la mirada de Torino-san se posó en mí, aunque sólo de reojo, al parecer no quería que Mamori-san se diera cuenta de que al parecer tendríamos que ejecutar el drive. -No es que me importe la desnudez, pero vas a pasar frío. -Torino-san les pidió a algunas chicas que trajeran la tela que se encontraba en el almacén. Cuando volvieron la estiraron lo largo del suelo.
-¿De dónde ha salido esto? -yo también me preguntó eso, Kasumi.
-Pues…-Torino-san volteo a ver a Meifong como buscando una respuesta, pero la chica del sombrero negó con fuerza, sin embargo Kasumi se dio cuenta. Que mala eres para disimular, Meifong.
-¿No te he visto antes?
-¡Me habrás confundido! ¡Yo siempre he sido libre!  ¡Así que no conozco a nadie del castillo!  -Torino-san caminó hasta el centro de la tela y con una vara en la mano y dibujo lo que parecía ser un bikini.
-Así ya está. Y ahora a cortarla. Chicas, por favor. -Lo sabía.
-¿Qué? ¿No... no... nosotras?-la incomodidad de mi compañera era demasiado notoria, tanto que hasta dolía ¿ya no quería que ejecutáramos el drive?
-Está bien, dejen de perder el tiempo. Bésense ya. -muchas de las chicas empezaron hacer burlas para que nos apresuráramos en hacerlo.
-¿Eh? Un momento ¿qué dicen?
-¿No te da pena la pobre? ¿Teniendo que estar desnuda? -Esta… Meifong estaba tratando de tocar la fibra débil de Mamori, ella sabía que sin alguien necesitaba ayuda, ella ayudaría sin poner algún pero.
-Bueno, sí, pero…-ella me miró como si me preguntaba si quería hacer esto. Yo sólo le Sonreí, quería que interpretara mi gesto como “por mí no hay problema”, lo cual hizo que se sonrojada. Realmente es muy linda.
-Mamori-chan, por favor.
-Pero, es que están todas mirando.
-¡Por favor, ya está bien! -Meifong se acercó hasta Mamori-san, la tomó por los hombros y la empujó hasta mí. Cuando la tuve en mi pecho recordé lo que había pasado hace unas cuantas noches atrás, recordé a Hiragi Akira y de como ella se había estado masturbando por culpa de una ilusión.
-Lo siento -yo también. Me incline sobre ella tomándola por detrás de su cabeza y abrazándola con mi mano libre. Como la había sorprendido aproveche de deslizar mi lengua en el interior de su boca. La bese como no la había besado antes. Quería transmitirle seguridad, quería que sintiera que yo estaba aquí y que nada le pasaría mientras yo la protegiera, que no necesitaba a nadie más. Sentí como gemía en mi boca y como correspondía de igual forma al beso. Por un momento todo desapareció, no había Torino-san, no había Meifong, no había Kasumi, no había Minimi-san, sólo nosotras dos. Nos separamos por un poco de aire, pero fueron sólo segundos. Cuando abrí los ojos vi lujuria en su mirada, a ella le estaba gustando la forma en que la llevaba al paraíso. El hilo de saliva unía nuestras bocas pero se cortó, en cuanto eso paso volví a besarla. Necesitaba más de ella. Sentí sus pequeños brazos abrazarme, sosteniéndose porque sus piernas seguramente ya no daban más. Abrí los ojos. Quería ver su rostro al momento de llegara al orgasmo. Sólo un poco más. Levante su pierna para que nuestras caderas quedaran más cerca la una de la otra. Toque por encima de su ropa, espalda, abdomen y cintura. Fue cuándo la sentí tensarse entre mis brazos.
-¡Kya! -cuando tuve el arm no pude evitar sentirme decepcionada. Cada vez que mi compañera se excitaba y la llevaba al orgasmo ejecutaba el drive, pero yo quedaba a medias, de hecho podía sentir la humedad entre mis piernas. Si hubiera alguna oportunidad en que ella y yo pudiéramos ser una en cuerpo y alma como lo eran Minimi-san y Noé no podríamos terminar, al menos yo no, porque antes de eso ella ya sería un arm. Levante mi espada y corte la tela justo por donde había delineado Torino-san. Luego de eso las chicas usaron cuerda para poder terminar lo que sería la ropa que usaría Minimi-san. Aunque creo que había cortado tela de mas, o tal vez la tela no era suficiente. Espero que sea lo segundo. El drive se deshizo y Mamori-san reapareció entre mis brazos. Pude ver que no podía sostenerme la mirada, estaba avergonzada, seguramente porque habíamos ejecutado el drive frente a muchas personas. El hecho que se avergonzará me habían sentir un poco mal, después de todo éramos compañeras.
-Muchas gracias. Aunque está un poco apretado.
-Lo siento. No había tela suficiente más que para esto.
-Pero menudo espectáculo. ¿Qué copa tendrá?-¿cuál es el problema de Meifong con los pechos? ¿Será acaso porque ella no tiene? Un gruñido extraño nos distrajo, un gruñido estomacal.
-Lo siento. No he comido nada desde ayer, desde que me escape del castillo.
Torino-san estuvo muchas horas cocinando, literalmente en  tarros,  como los que se usaban en las construcciones. Hizo al menos 3 completos de arroz y otros 3 más de curry. Verla comer fue todo un espectáculo, aunque ahora la duda era que habían pasado con las reservas de comida.
-¡Estaba delicioso!-impresionante.
-Bueno. Ver comer de esa manera a Minimi-san ha hecho que me entre hambre. Prepara la comida, Torino-san.
-Con este curry gigante he gastado todas provisiones que tenía.
-¿Qué? -lo imagine. ¿Qué otra razón podía haber para que Torino-san nos mandara a mí y a  Mamori por setas al bosque -percibí como algo enorme se nos acercaba y sólo por mis reflejos salte hasta donde estaba Mamori y la abrace. Aunque no fue necesario, porque Minimi-san no era una amenaza.
-¡Perdonen! –Minimi-san se arrodilló realizando el dogeza dejando sus pechos frente a nosotras, habían que admitir que serán lindos; tenían buena forma y color, además del tamaño. Podía sentir algo por Mamori-san, pero eso no significaba que era de piedra. ¿…Que ciento por ella? -¡Trabajaré para pagar la comida! Estoy en deuda con ustedes.
Luego de meditar la situación entre todas llegamos a la solución de conseguir la comida para poder prepararla. Ir a Feste no era una opción, no queríamos meter en problemas a Kasumi, tampoco podíamos mandar a Meifong ya que la atraparían por culpa del nuevo nivel de seguridad y si no hacíamos algo pronto moriríamos de hambre. Quizás no de forma literal, pero con hambre las personas dejan de ser uno mismo. Decidimos que iríamos de pesca. Minimi-san al sentirse culpable por todas las de Torino Town se ofreció  pescar usando la prenda que le habían confeccionado como red. La vimos entrar al agua y bucear a lo largo de la playa, luego emergió con una enorme cantidad de peces. Mamori fue hasta donde había emergido Minimi-san, ya que al bucear se había alejado mucho de nuestra posición. Grande fue mi sorpresa al ver que venía con mis antiguas verdugos. Pero no creí que fueran tan tontas como para intentar algo con tantas personas alrededor. Encendimos varias fogatas y pusimos a asar la pesca del día.
-¡Que rico! ¡Gracias por la comida! -ciertamente estaba delicioso, los peces que había traídos Minimi-san eran de los que están más profundos, por lo que no es fácil llegar a ellos, claro pero al ser tan grande no lo sintió tan profundo.
-¡Que va, si ha estado exquisito!
-¡Muchas gracias, Nimi-Chan!
-¡No, qué va!
-Ya que estamos en la playa, nos próximos bañas si tuviéramos trajes de baño.
-¡Trajes de baño! ¿Alguien necesita bañadores? -Meifong...nunca dejas pasar ninguna oportunidad de hacer dinero. Maldita codiciosa. -¡Siempre lista, Meifong! -como se esperaba de ella estiró la mano frente a mi compañera esperando el pago por el bañador -En… ¿Quieres...dinero? –era de esperarse.
-¡Gracias por su compra! -todas las chicas de Torino Tiene terminaron comprando bañadores. Pero la más línea era Mamori. Ella escogió un bañador verde, se asemejaba aún uniforme escolar, pero estaba lejos de serlo, me habría gustado verla en su bañador de la escuela. Es muy linda.
-¿Qué tal? ¿No estoy muy rara? -sentí como mi cara se calentaba. No se veía para nada rara.
-¡Que linda! -Torino-san y Meifong estaban completamente de acuerdo con Minimi-san.
Luego yo escogí el único que me quedó relativamente bien, ya que por mi busto no habían muchos que me quedaran bien y vinieran con mi imagen. Aunque…
-Me aprieta -metí un par de dedos entró del bañador de dos piezas para poder soltarlo un poco. Busque con la mirada a Mamori-san, pero estaba desviando la mirada. Por un momento me sentí mal, pero luego note un pequeño sonrojo. Al menos no el soy indiferente. Luego llegó el turno de Torino-san, aunque ella…
-¡A onee-chan no le aprieta nada! -había escogido un bañador rosado que le quedaba suelto y cómodo. Demasiado suelto.
Cuando ya todas estuvieron con sus bañadores listos fueron al mar. Definitivamente estábamos en un clima tropical, ya que el agua no era fría. Había que admitir que no me divertía tanto desde hace mucho, de hecho no recordaba la última vez que me había divertido. Usamos el cuerpo de Minimi-san como tobogán para jugar. Todas parecían divertirse, al menos Mamori-san se divertía, también  las chicas de Welter, la única que parecía no divertirse era Kasumi que se encontraba en la orilla de la playa observando.
Unas chicas habían encontrado una pelota de playa con la que se pusieron a jugar, sin embargo Mamori-san la había golpeado sin querer justo al rostro de Kasumi; una de las chicas la había lanzado y mi compañera sólo había reaccionado a golpearla fuera de su trayectoria.
-P...Perdón ¿Estas bien? -vi como la mujer se ponía de pie y tomaba la pelota. Tome a Mamori-san entre mis brazos justo cuando Kasumi hacia un perfecto remache que dio en el rostro de Meifong, que para su mala suerte estaba muy cerca de Mamori.
-¿Por qué a mí?
Luego de eso se decisión que ya era hora de volver a Torino Town. Kasumi se terminó retirando muy enojada mientras murmuraba algo de la irresponsabilidad y sus límites.  Después de haber jugado toda la tarde en la playa se preparó el pescado que no se había comido y nos fuimos a dormir temprano. Como era obvio que no había cama que pudiera ser usada por Minimi-san ella durmió afuera de la posada. Durante la noche escuché sus sollozos mientras llamaba a su Liberator y Mamori-san igual, la escuché levantarse. A la mañana siguiente, todas en Torino Town despertaron por el grito de horror de Minimi-san. Ella volvió a crecer.
-¡Los niños cuando duermen, crecen, pero esto es pasarse!
-Meifong, esto no es para tomárselo a broma.
-Yo...Si sigo creciendo así, entonces...entonces…-varias lágrimas comenzaron a recorrer su rostro hasta caer al suelo y salpicaron nuestros pies; quizás que se estaba imaginando -Si crezco así...nunca más podré ver a Noé.
-¡Nimi-chan, tonta! -me sorprendió el hecho de que Mamori-san levantara la voz así, usualmente ella no grita -Si tantas ganas tienes de verla ¿por qué no vas allí?
-Pero, es que yo...he crecido tanto...si viera a Noé, no sabría que decirle.
-¡Ya pensaras en eso cuando la veas!  Noé y tú al menos están en la misma isla, así que tienes que ir a verla. ¡Solo tienes que lanzarte con todas tus fuerzas!
-Lanzarme...con todas mis fuerzas… ¡Eso es! ¡Ya basta de huir! Voy a ver a Noé. ¡Voy a Lanzarme con todo! -esto no va a terminar bien. Kasumi nos pidió cuidarla...Minimi fue hasta el bosque, en dirección donde debería estar el castillo.
-¿Crees que es buena idea dejar que se vaya?
-¿Eh?
-No...Creo que si llega al castillo, armara una buena.
-¡Oh! ¡Espera, Nimi-chan!-hasta que se dio cuenta de su error. Subimos a la camioneta de Meifong y nos dirigimos al castillo. Esperábamos llegar a tiempo. -¡Corre, Meifong! ¡Apresúrate, por favor!
-¡Date prisa! –puse una mano sobre su hombro para que sintiera la presión de mis palabras.
-¡Que no puedo ir a Feste! -¿que no puede ir?
Seguimos conduciendo hasta que salimos del bosque. Habíamos visto como desde donde debía estar el castillo salía una columna de humo. Al parecer Minimi-san ya había llegado y habían pasado algo.
-¡Nimi-chan!
-Llegamos tarde.
Usa vez dentro decidimos ir en búsqueda de la razón de todo esto: Noé. Recordé que cuando había salido de esta cámara de castigos había pasado por unas celdas, así que era una buena idea empezar ahí, ya que por lo que recordábamos Noé no estaba muy feliz con contraer nupcias con alguien más, y conociendo a Charlotte como la conocía la habría encerrado. Por el revuelo que se estaba armando en el patio principal fue fácil poder llegar, no había guardias. Las celdas se veían vacías. Mire a mi compañera y ella entendió que era necesario buscarla y rápido, después de haber sentido una sacudida.
-¡Noé-san! ¿Está aquí Noé-san, la amiga de Nimi-chan?
-¡Yo soy Noé! - en una celda más adelante había una chica pegada a los barrotes de la celda. Ojos azules, cabello negro y corto, un poco más alta que Mamori. Ahora que lo pensaba Minimi-san jamás dio alguna descripción de su Liberator, sólo debíamos confiar que era ella y no alguien que quería escapar.
-¡Nimi-chan, está en apuros! ¡Ven rápido!
-¿Nimi? -al parecer es ella -pero si estoy aquí encerrada… -ella tenía razón. Mire los barrotes en búsqueda de alguno que se viera más  débil, pero no encontraba ninguno.
-Mirei-san -gire mi rostro a Mamori y ella me tomó y me acercó hasta sus labios. Me estaba besando. Estaba tan concentrada en encontrar la forma de sacar a la chica de la celda que no note si me había hablado. Es cálido. Sólo había habido una sola vez que ella quisiera ejecutar el drive conmigo por su propia voluntad y no desperdiciaría la oportunidad que me estaba brindando. Sentí como su lengua de forma tímida pedía permiso para entrar, el cual permití. Cuenta calidez. Tome con una de mis manos su pecho y de forma suave comenzó a masajearlo sobre la ropa, la sentí gemir sobre mis labios. Acerque mis caderas a las suyas para poder sentirla cerca y que ella me sintiera también. Sentí el calor que emanaba su centro a pesar de la ropa, ella estaba cerca. La abrace posesivamente, la quería cerca cuando llegara el momento. Era lo único que tenía, nunca alcanzaría el cielo con ella sin ejecutar el drive antes. La sentí estremecerse entre mis brazos, había llegado. Una vez que tenía ya el arm en mis manos corte los barrotes.
-¡Rápido!
Salimos de la zona de las celdas y corrimos. Buscamos como llegar a la zona del patio pero no conocíamos el lugar y aparecer Noé tampoco. Llegamos de algún modo a un palco que daba al patio. Desde ahí vimos a Kasumi defendiendo a Minimi-san, a Charlotte tratando de atacarla y un arm entre ellas, aunque...esa arm es…
-¡Nimi! –desde el palco Noé grito para que su exter la escuchara.
-¡Noé! –en los ojos de la pequeña gigante se veía la clara alegría de poder ver a su amiga y…
-¡Nimi! ¡¿Por qué?!
-¿Por qué? Ni yo misma lo sé...de repente me hice así de grande. Y después…
-¡No me refiero a eso! ¿¡Por qué te fuiste sin decir nada!?
-Eso…
-Cuando llegamos a la isla, nos prometimos que lo superar mismos juntas. Pero tu...pero tu… ¡Me dejaste sola! ¡Eres una tonta!
-¡Noé…!
-¡Nimi! ¡Eres la única que puede recibir todo lo que lanzó! -ella subió a lo alto de la baranda, Mamori se iba a acercar a ella pero se lo impedí, nuestro trabajo estaba hecho, ahora sólo nos quedaba mirar -¡Ahora recíbeme cuando me lanzó con todo! -ella sólo salto. Ella confió en que su compañera recibiría. Y así fue, Minimi-san la recibió usando su pecho como si fuera un cojín salvavidas y la abrazo. Luego una cegadora luz envolvió el enorme cuerpo de Minimi-san y finalmente se encogió, volviendo a la normalidad.
-Ha recuperado su tamaño.
Mire hacia abajo, era cierto, ambas se abrazaban como si su vida dependiera de ello. Que bien. Cerca de Kasumi y Charlotte apareció ese hombre: Hiragi Akira. Al parecer Mamori no había reparado en su presencia, lo cual era bueno. Todo lo que habíamos pasado  se podía ir al infierno si lo veía. No creía poder soportar su actitud de colegiala enamorada, no después de lo de antes.
-Me alegró...por Nimi-san y Noé-san.
-Sí. -a pesar de que sabía que estaba feliz por ellas vi una mirada de nostalgia. Junte valor y tomé su mano. Quería que sintiera que yo estaba aquí, con ella, que yo no sería como Minimi-san, yo no la dejaría sola. Ya no podía. Además volveríamos verlas tarde o temprano.
-¿Mirei-san…?
-Tranquila, Mamori-san. Las volverás a ver

-Si -esa nostalgia desapareció y fue reemplazada por una hermosa sonrisa. Aprete más su manos, sin hacerle daño. Yo...creo que me...


Valkyrie Drive Mermaid: Liberator ~cap 4~



Capítulo 4: Gouverneur

-Ya entiendo. Entonces esto es lo que pasa. ¡Ustedes estaban detrás de todo esto! ¡Lady Lady!-no sabía quién era esa Lady Lady, sólo sabía que era un dolor de cabeza para Charlotte y Kasumi por lo que eso la hace mi aliada. Al menos eso creó. El enemigo de mi enemigo, es mi amigo. Angie volvió al ataque, pero esta vez su objetivo no era yo. Las cuerdas salieron de su arm en dirección a la chica de la motocicleta. Ella era muy hábil, el arm que era la moto parecida una extensión de su cuerpo, reventaron todas las cuerdas. -¿Qué?
-¡Angie-sama! - dos chicas se acercaron a auxiliar a la Angie pero ella no tenía ninguna herida aparente.
-Te equivocadas, que impaciente.
-Entonces, ¿por qué estás aquí? -me sorprende la tranquilidad con la que Kasumi maneja la situación, a diferencia de Charlotte.
-Bueno, si tengo que decir algo...porque esas dos chicas son interesantes. ¿Cierto J? -mientras daba la explicación por la que nos ayudaba bajo de su arm y esta volvió a su estado humano, dando paso a un mujer adulta, extremadamente proporciona con cabello morado y muy poca ropa.
-Eso es, Rain.
-¿La moto es una chica?
-Arm -le corregí a mi compañera. ¿Qué demonios estaba pasando?
-Lady Lady. Las más estúpidas de toda Mermaid. Egoístas que sólo piensan en ellas. Por idiotas como ellas se decidió que las que tenemos poderes incompatibles con una vida en sociedad sean encerradas en esta isla.
-Ya nos apartaron.
-Precisamente por eso necesitamos mostrarle a los observadores que somos capaces de llevar una vida ordenada. Pasa salir de esta isla, para volver a la vida normal -¿Hay una forma de salir?
-Esa es la teoría de Welter ¿no?
-A nosotras no nos afecta -¿solo es un teoría? ¿O quizás tenga algo de verdad?
-Eso mismo. ¿De verdad existen eso observadores? -observadores o no quiero terminar con esto -Es un inventó para que las de Feste estén tranquilas…
-No sé qué tontería están diciendo.
-Tu…
-Mirei-san. -No quería preocupar a nadie, pero si esto no acababa pronto las demás se verán involucradas. Quizás las juzguen por receptación -Es la primera vez que las veo. Conocidas o no me es igual. No tengo nada que ver con ellas. Lo hice todo yo sola.
-Pero… ¡Mirei-san! -vi en la cara de Kasumi que no me creía del todo pero aceptó mi confesión de igual manera.
-Te llamas Shikishima-san ¿cierto? Si es así como dices, ven a Feste para que te escuchemos.
-¿Qué?
-Me da igual.
-¡Ingenua! ¡Qué ingenua eres Kasumi-san! Esa chica y las Lady Lady viven para vengarse de Welter -a esta mujer le está haciendo mal el tinte rosa de su cabello. -Es evidente que tenemos que actuar. ¡Castiguemos a las desordenadas! -De los demás blindados bajaron al menos 20 chicas, todas uniformadas. ¿Qué más quería de mí?, me estaba entregando para recibir un castigo que no me correspondía. Todas comenzaron con el “ritual” para activar el Driver. Esto no podía ser bueno; si bien podía con ellas, no podía con todas a la vez, no podía ejecutar el driver de ser necesario porque Tokonome-san  estaba muy lejos y ya no quería seguir involucrándola cuando ya sabía que no le gustaba la violencia. -¡Traigan a todas! -Lo sabía, quería involucrar a todas en Torino-san Town.
-¡Paren por favor!
-Sí, eres muy interesante -antes de darme cuenta Rain tomó mi rostro y me beso. Tenía una especie de cañón entre mis manos: ella había ejecutado el drive sola y se entregó como arm. -¿por qué? De cualquier modo, cuando deshaga el drive me encargare de ella. Me había besado frente a Tokonome-san y eso por alguna razón me molestaba.
-Úsala. Si no quieres morir. -J se veía muy tranquila a pesar de que su compañera me había besado y ejecutado el drive conmigo. No tenía pensado morir, así que usaría esta arm y luego me encargaría de esas Lady Lady.
Prepare el ataque y dispare un rayo muy potente que dio de lleno sobre Welter. Si bien ya me estaba hartando de todo esto no quería hacerle daño a nadie, por lo que no use toda la potencia, aunque no fue del todo necesario. El láser al parecer no era mortal, sólo deshizo las transformaciones. Había que admitir que el poder de Rain era sorprendente. Hasta Welter lo cree, se nota en sus caras.
-Ese es el golpe definitivo de Rain. Disarmament Booster.
-¿¡Como que golpe definitivo!? -cuando el orgullo se rompe varias veces llega el punto en donde no piensas con claridad: eso le pasó a Charlotte. Ella, a pesar de que sólo le quedaban las garras de la otra mano aún quería seguir luchando.
-¡Charlotte! -Kasumi también avanzó pero fuera de querer atacar quería detener la imprudencia de la otra mujer. Iba a volver a disparar pero J paso a mi lado y ejecutó el drive si ayuda, al mismo tiempo que Rain deshacía la transformación.
-¡Ese es el lazo que tenemos…J y yo! -Rain monto el arm y rompió las últimas garras de Charlotte. Usando la distracción que provocó la mujer Kasumi aprovecho para acercarse lo suficiente para poder atacar, pero si me arriesgo a decir que fue la misma arm, ósea fue J quien término de esquivar el ataque contra su Liberator. -Te enorgulleces de tus ataques sorpresas, pero es inútil, Shigure Kasumi. No puedes vencernos sólo con tu cuerpo.
-No sin una compañera -J deshizo la transformación y se ubicó a un lado de Rain. La confianza que se tenían era la razón por la cual eran tan fuertes. Quiero ser así de fuerte.
-¿Esa chica sigue huyendo de la realidad? Kenjo Hibiki
-¡No pronuncies...ese nombre!
-¡Alto!
-Esa voz…-¿un hombre? Estaba usando un pulcro traje blanco. Era apuesto, pero algo en él no término de agradarme. Tenía un aura extraña.
-Bueno, bueno, mira que vernos en este lugar.
-La cabeza de Welter, Gouverneur.
-El único hombre de Mermaid -así que si era un hombre. -Hiragi Akira -la presencia de este hombre hizo que el ambiente hostil que había antes, desapareciera parea dar paso a uno lleno de nerviosismo y excitación. El hecho de que sea el único hombre en una isla llena de mujeres debía ser la razón.
-Gouverneur –tanto Kasumi y Charlotte se acercaron hasta que dar a la altura del hombre.
-¿Para qué ha venido? –al parecer a Charlotte no le agradaba la presencia de ese tal Hiragi Akira.
-Para contaros la verdad -¿la verdad? ¿Acaso atraparon a Meifong?
-¿La verdad?
-Eso es. Aquí no está la delincuente que robo en Feste. Lo cierto es que la vi hace un rato, pero...consiguió escapar. Qué vergüenza. No merezco ser el Gouverneur de Welter.
-¿Fue eso lo que paso? –a Kasumi no le cuadraba que yo dijera que había sido la única culpable del robo y que ahora apareciera este tipo y dijera algo distinto.
-Pero la señal de mi marcador salía de aquí.
-La delincuente se lo vendió a estas chicas. Ellas también son víctimas.-Vi como ese Akira se acercaba a nuestra altura -Perdonen el susto que les hemos causado.
-N...no…yo, esto...yo… -vi de reojo a mi compañera. Estaba sonrojada y eso me enojaba. Se sacudió la tierra de la ropa y miró al hombre con cara de ensueño, como si estuviera viendo a un príncipe -estaba lista para saltar frente a Tokonome-san cuando lo vi de rodillas frente a mí compañera. Me disculpó como Gouverneur de Welter. Lo lamento
-N...No…-maldito.
-Por favor, usen los objetos que les trajeron. Es lo menos que podemos hacer
-Sí. Ver la cara de enamorada de Tokonome-san realmente hacia que se hirviera la sangre. Lo mataré, definitivamente lo voy a mata.
-Bien, y dicho esto…-Akira se puso de pie y se giró a ver a Lady Lady
-Qué lástima. Pensaba que podría luchar contra Akira-sama -tengo que admitir que también tenía ganas de luchar contra él, pero quería romperle esa cara de niño bonito que tenía. ¿Lo que siento son celos? ¿Por qué?
-Me temo que debo pasar. Odio el dolor. - Akira giro la mirada hasta donde estaba el resto de las “espectadoras” y sonrió. -¡Welter! ¡Nos retiramos!
-Entendido ¡Retirada! -¿En serio? ¿Así de fácil?
-¡Gouverneur! –no se veía muy satisfecha con la decisión tomada por el “gobernante” de la isla.
-¡Charlotte! ¡Sus órdenes no admiten discusión! -Vimos como todas las Welter abordaron los blindados y se perdieron la espesura del bosque. Eso estuvo cerca. No quería admitir que gracias a ese tal Akira la habíamos sacado barata.
-Salvadas de una muerte segura. -escuché a Rain a mis espaldas y eso me hizo recordar el beso. No puede evitar sonrojarme. Apreté el puño y me gire para poder golpearla -¿Y eso a que viene?
-¡Tomar los labios de otra, sin permiso!
-Sí que eres divertida -J dio una voltereta y se transformó nuevamente en arm. Sólo quería que se largaran. Cuando vi que Rain ya se había montado en el arm respire más tranquila.
-Me has caído bien...Shikishima Mirei. No envolveremos a ver. -después de todo lo que paso aún tiene el descaro de giñarme el ojo. La próxima vez las golpeaste, en serio.
-Lady Lady...Ese poder...son soldier -justo como yo.
La tarde cayó y con ella Meifong. Tenía mucho que explicar. Mientras dejábamos que las demás habitantes de Torino-san Town se encargarán de escarmentar a Meifong por su...”descuido” es quedarse corto, su GRAN metida de pata, Torino-san, Tokonome-san y yo fuimos a darnos un baño. Bien merecido lo tenía, me dolía el cuerpo por los golpes de Kasumi y las cuerdas de Angie. Sólo quería relajarme y olvidar lo de antes: a Charlotte, Kasumi, Lady Lady, Angie, pero en especial quería olvidarme de Hiragi Akira. Pero Tokonome-san no me daría tregua.
-¿El chico de antes? -había que admitir que el cuerpo de Torino-san era muy erótico para su posible edad.
-Sí. Torino-san ¿lo conoces? -Tokonome-san tiene el cuerpo de una niña en desarrollo pero eso no la hace menos atractiva. Aunque el hecho de que estén hablando de ese hombre no me causa nada de placer.
-Por supuesto. Es muy famoso.
-Ha...Háblame sobre él -vomitare.
-Vamos a ver…-Torino-san me dirigió una mirada extraña y luego prodigio -Se llama Hiragi Akira, mide 1.74 m, su sangre es tipo A+. Es el único hombre de la isla. Es la persona más famosa del castillo. He oído que tiene un poder fantástico como Liberator -eso último lo dijo mirándome fijamente, ¿estaba tratando de ponerme celosa? Lo está logrando, pero no por él, sino porque tiene absolutamente toda la atención de Mamori-san… ¡Y ni siquiera esta aquí!
-Ah, ¿sí?-vomitare, en serio que lo hago. Como sigan así realmente me voy a enfadar.- ¡Ah! ¿Liberator no es aquel que puede usar una arm?
-Eso es.
-Y yo soy más bien una exter, que puede convertirse en arm. -¡Suficiente! Lo voy a matar cuando lo vea ¡No me importa si toda la isla se levanta en mi contra! ¡Lo voy a matar! -¡Que ilusión!
-Bueno, Mamori-chan ¿Estás pensando que quieres ser su arm? -sencillamente Torino-san la tomó conmigo, cada comentario relacionado con ese hombre y Mamori-san en la misma oración la decía mirándome y riendo por mis reacciones.
-¡No, no se trata de eso! Yo sólo…
-O sea que si ¿eh?
-Pero...Esto...y Hiragi-san ¿tiene novia?-en ese momento apague mi cerebro. No quería seguir escuchando sobre “Hiragi-san”. Si volvía a saber algo de Hiragi Akira enloquecería. Terminamos de bañarnos y fuimos a cenar. Mamori aún seguía pérdida en sus  pensamientos, seguramente Akira seguí allí. Solté un suspiro herido y comí en silencio. Cuando termine me retire a la habitación que compartíamos bajo la atenta mirada de Torino-san y creó que también de Tokonome-san aunque no estoy segura, después de todo sólo había espacio en su cabeza para ese hombre. Tokonome-san vino detrás de mí, ya  que también había terminado. Dio las buenas noches a todas y me alcanzó. Cuando llegamos a la habitación y prendí la luz quede estupefacta...la habitación...estaba llena de fotos de él: Hiragi Akira estaba en nuestra habitación.
-Esto es… -mátenme.
-Jejeje. Me los ha dado Meifong para disculparse. Desde luego tiene de todo -maldita Meifong. ¿Cómo se supone que dormiré así? -Ah, con esto estaré siempre con Hiragi-san.
-Que pesadilla.
-¿Qué? ¿Has dicho algo?-¿qué tal si le digo la verdad? Vi su rostro lleno de ilusión y felicidad. No pude destruirlo
-No, nada -ya me encargaría de Meifong.
-Estoy muy cansada por todo lo que ha pasado. Así que me voy a dormir.
-Está bien -esperó poder dormir yo también. -esta noche sería la encargada de las luces, con algo de suerte por la oscuridad no me molesten los carteles. Me recosté en mi cama y cerré los ojos. Será horrible despertar mañana.
Pasaban las horas y definitivamente no podía dormir con él “viéndome”. Me gire a un costado y vi a mi compañera sonriendo. Eso me sorprendió, normalmente está llorando.
-Mmm...Hiragi-san -entonces entendí. Él sería la solución para las noches intranquilas de Mamori-san. Se le veía feliz y tranquila, tanto así que yo también Sonreí. Ok, si la hace feliz por mi está bien. Volví a girar, ahora más tranquila.
Un ruido extraño me despertó. Pensé que era mi compañera yendo al baño como hace casi siempre durante la mitad de la noche pero cuando mire hacia su cama me pareció que hace ya un rato que no estaba ahí. ¿Dónde está? Algo no estaba bien. Salí de las sabanas y me dedique a buscarla. No estaba en el baño, ni en el piso. Baje las escaleras y me di cuenta que la puerta principal estaba abierta. Torino-san no sería tan descuidada para dejarla abierta, alguien había salido...Mamori-san. Corrí hasta el bosque para poder encontrarla, estaba muy oscuro, no podía ver nada. Iba a cambiar de dirección cuando escuché un ruido familiar: un gemido. Yo lo conozco...es de...corrí hacia dónde venían los gemidos. Y fue cuando la vi. No puede ser...sentí como algo se rompió en mi pecho cuando vi como Tokonome Mamori-san, mi compañera, mi actual arm por decirlo de algún modo, se estaba masturbando. ¿Tanta era la necesidad que tenía por ese hombre? No sabía que hacer: si irme por donde vine y dejarla que termine o interrumpirla. Me iba a inclinar por la primera opción cuando sentí la presencia de alguien más. Busque con la mirada hasta que di con la persona. En el árbol que estaba justo arriba de mi compañera había una chica con el mismo uniforme que Angie. Charlotte. Pude ver que Mamori-san estaba apunto de llegar al orgasmo. Esa mujer quería a Tokonome-san como arm. No lo voy a permitir. Corrí hasta donde se encontraba Mamori, la tome entre mis brazos y la bese. La bese justo cuando llegó al orgasmo o ¿por qué la bese llegó al orgasmo? En fin, eso no importa. La luz se sintió cálida pero fría a la vez. No me sentía con las energías y ganas de siempre, de hecho estaba muy molesta.
-¿Por qué? ¿Cómo estás aquí?
-No tengo porque responderte –deje que notorio mal humor se viera.
-Desde luego, no sabes más que molestar. ¡Pero…! -esa chica bajo del árbol dando una voltereta en el aire, una vez en el suelo su arm volvió a tomar forma en su espalda -A mi arm no le hacen efecto los ataques de fuerza bruta -unas extrañas ondas comenzaron a salir del arm. Desde el Suelo emergieron unas formas humanoides que parecían ser masculinas, están hechas de tierra por lo que asumí que serían fáciles de derrotar: mi error. Cada vez que los cortaba, se regeneraban. Esto es malo, necesitó altura. Trate de esquivar los ataques de dos de esas cosas pero un tercero tomó mi pierna mi jaló al piso, corte la mano que me sujetaba para poder escapar pero se regeneró y no me dio tiempo. Los demás me tomaron piernas y brazos. ¿Qué demonios pensaban hacerme? Me di cuenta tarde de cuál era su objetivo. Querían mi cuerpo, iban a abusar de mí. Trate de liberarme pero no obtuve resultados. Abrieron mis piernas y sentí como uno de ellos se posicionaba ahí, esperando, otro rompió la playera que usaba de pijama y comenzó a tomar mis pechos muy duro. Lejos, muy lejos, de sentir aunque sea una minúscula sensación de placer sentía dolor y vergüenza. Sentí como tomaban del rostro de forma agresiva y me obligaba a girar mi rostro para encontrarme con los sucios labios de esa cosa. El muy asqueroso metió su lengua en mi boca ¡Que desagradable! Me gustara o no mi cuerpo me estaba traicionando, sentía la humedad entre mis piernas. Sentí como mis short también me eran arrancados. Entonces sentí el pánico; vi como el asqueroso miembro de esa cosa hecha de tierra se lubricaba con mis jugos. Un segundo ¿tierra? No sabe a tierra, de hecho no sabe a nada. Una ilusión. Tengo que salir de ella pero ¡ya! Trate nuevamente de liberarme pero no había caso. No me queda de otra, usando toda la fuerza que tenía logre soltar mi cabeza y cuando lo hice me mordí la lengua hasta hacerla sangrar. Levante mi arm y corte el aire dándole justo en el arm de mi enemiga - ¿Qué? ¿Has roto mis ataques mentales?
-Ya he visto el infierno ¡El real! -pase mi lengua por los rastros de sangre que tenía en la boca para poder limpiarla y de paso meterle miedo a la chiquilla sé que arrepentiría de por vida por jugar con mi mente.
-Pe… ¿Pero que eres?
-No te lo diré -lentamente me acerque a ella. ¿Te gusta jugar con las mentes ajenas? Te enseñaré lo que es el miedo.
-¡No! -trato de volver a hacerme caer en su juego mental pero corte las ondas con mi arm. Mamori, es más fuerte de lo que creí. -¡Los ha cortado! ¿Cómo? ¿Cómo tú, con una espada…?-un corte y se acabó.
-Mirei-san, ya desde día. ¡Ya, vamos, Mirei-san! -No quiero, aún tengo sueño. Después de haber acabado con el peón de Charlotte lleve a Mamori a nuestra habitación y la acosté. Luego de eso volví a donde estaban tanto la liberator y la exter y las lleve de vuelta al castillo. Había vuelto un poco antes del amanecer por lo que no había dormido nada. -¿Hasta cuándo vas a seguir durmiendo?
-Perdona -apenas pude abrir un ojo, se veía radiante.
-¡Vamos, Mirei-san! ¡Eres más vaga de lo que parece!
-Lo siento -dije un poco más despierta.
-He tenido un sueño maravilloso. ¡Y todo gracias a estos posters! ¡Es broma! -bueno, al menos está de buen humor. Hasta diría que  le sentó muy bien el que se masturbará. -Vamos, Mirei-san, arreglaré. Que hay que ir a ayudar a Torino-san y llegamos tarde.

-Sí, enseguida. –por ahora lo dejaría pasar. Solo porque realmente me gusta la sonrisa de Mamori-san, se ve preciosa sonriendo.

Valkyrie Drive Mermaid: Liberator ~cap 3~



Capítulo 3: Zero Arm.

Sentí como el sol me daba en el rostro. Había amanecido. ¿En qué momento me dormí? Supongo que estaba cansada por lo de ayer. Después de nuestra extraña presentación monte un pequeño campamento a un lado de unas rocas que nos darían sombra si nos alcanzaba el sol o se ponía a llover. Improvise un camastro para que Tokonome-san descansara. También encendí una fogata por si la temperatura bajaba, aunque estaría atenta, no quería que se dieran cuenta de nuestra ubicación. En algún momento ella se recostó y se quedó dormida. Realmente es muy bella y ese vestido de novia le queda precioso.  Me quede viéndola hasta que seguramente me dormí. Por la posición del sol debían ser entre las 9 y 10 de la mañana. Seguramente tendrá hambre cuando despierte. Busque por la orilla a ver si encontraba algún objeto que me sirviera de herramienta para cazar o pescar. Por suerte de entre unos palos de buen diámetro y largo que me servirían de lanzas y unas piedras afiladas. Me desvestí sólo dejándome puesta las pataletas y fui al mar a pescar. Tuve la suerte de que no me costó mucho el poder atrapar 2 presas para cada una. Cuando iba de vuelta al improvisado campamento escuche a Tokonome-san murmurar algo casi  inentendible.
-Mamá ¿Puedes servirme un segundo plato de omelet? ¿Dónde…? Oh, cierto. Estamos acampando afuera… ¡Ah! Qué… Qué… Qué… ¿Que manera de vestir es esa?-Enserio que es linda cuando se avergüenza o se pone incomoda. Se había despertado y miro hacia donde estaba yo y vio que estaba “casi” desnuda.
-Su desayuno, señorita -sin importarme mis “fachas” ni su reacción le enseñe los dos peces de un considerable tamaño que había pescado hace solo unos minutos.
-Oh…-di media vuelta y  encendí nuevamente la fogata. Deje cocinando las presas mientras me iba a vestir. A mí no me  importaba estar así pero al parecer a mi compañera sí. Hice  todo eso bajo la atenta mirada de ella. No soy vanidosa pero sé que tengo un cuerpo  atractivo. Sólo me puse la camisa y la falda y me acerque al  fuego. Le hice una señal para que se acercara a comer. Le tendí una presa que ya estaba lista y ella la acepto agradecida y avergonzada. Comimos en silencio, bueno, no soy de muchas palabras en realidad. -Gracias por la comida. ¡Estuvo delicioso! Con una bebida habría sido perfecto -¿Bebida? ¿Tiene sed?
-Mis disculpas –dije sinceramente.
-¡Oh, no! No me estoy quejando. Um… ¿Por qué me hablas tan formalmente?
-Yo soy más joven -¿no era obvio?
-Oh, no te preocupes por eso. Soy tan pequeña, no parezco para nada mayor.
-No, no lo pareces -la vi deprimirse y de inmediato maldije mi sinceridad.
-¿Tenías que ser tan directa?  Bueno, ya lo sé -la hice llorar…
-Lo siento.
Luego de esa larga charla, para mí fue la charla más larga que había tenido, seguimos desayunando aunque ahora el ambiente era más ameno. Una vez que terminamos apague de forma correcta el fuego, no quería provocar un incendio. Me coloque la chaqueta. Debíamos pensar que haríamos a partir de ahora. No es bueno para una señorita dormir a la intemperie.
-Me preguntó su hay manera de salir de esta isla.
-Por ahí -apunte justo donde se podían ver los restos de lo que fue algún tipo de cápsula de transporte -Ese obstáculo transparente cubre la isla entera -me referí a ese tipo de barrera que sentí cuando colisioné cuando llegue a la isla.
-¿Hay alguna manera de rodearlo? -con pesar negué, no tenía ni idea si se podía rodear o atravesar desde adentro, si había tanta gente dentro debía suponer que no. -Oh...no. - vi cómo se perdió en sus pensamientos, quizás estaba pensando en su familia o en algo que le haya sucedido cuando nos separamos. Aparte de ser casi atacada por Nukui espero que no le hayan hecho nada. -¿Entonces tendremos que vivir en esta isla por el resto de nuestras vidas? Eso...eso es algo… -realmente no podía soportar el hecho que Tokonome-san  estuviera triste, quería que se sintiera segura, quería que notara que junto a mí no le pasaría nada o al menos no lo permitiría. Iba a decir algo hasta que las ruedas de un vehículo me alertaron. Tome a Tokonome-san y me oculte detrás de  una roca.
-¡Time out! ¡Time out! ¡Hola! -esa voz es de…Meifong.
Meifong nos dijo que nos llevaría a un lugar seguro, el estar a campo abierto no era una buena idea porque los Ritter de Welter nos estaban buscando por ser enemigos. Subimos al camión que ella conducía. Estábamos atravesando el bosque; Meifong nos ofreció unos termos llenos de agua. El hecho de que el clima sea tropical no ayudaba, de hecho nos deshidratábamos más rápido.
-Oh, ¡Me siento viva de nuevo! -Así que si tenía sed. Le di un trago al termo. Si, esta delicioso. Creo que yo también revivir. -Muchísimas gracias, um…
-Meifong. Sakura Meifong. Tengo un servicio de intercambios en esta isla. Avísame si necesitas de mis servicios, ¡No te arrepentirás!
-Oh, uh…
-Escuche que ustedes huyeron de Feste, pero no esperaba que estuvieran acampando así en el bosque. Una chica normal estaría llorando indefensa. Son más duras de lo que parecen
-Si estuviera sola tal vez hubiera estado llorando. Pero gracias a ella…
-En realidad nunca Escuche tu nombre.
-Shikishima Mirei.
-¿Edad?
-15.
-¿Qué? ¡Eres más joven que yo! Y con esas tetas -quite de forma grosera la mano de esa invasora de espacio personal -¡Ouch! -Si me vuelve a tocar le arrancare la mano.
-¿Por qué nos ayudaste? –no me tragaba el cuento de que lo estuviera haciendo solo por ser una buena samaritana. Algo quería.
-Me lo pidieron.
-¿Quién?
-El nombre de mis clientes permanece anónimos –que conveniente.
-Um, mi nombre es…-por un momento me había olvidado de la presencia de Tokonome-san, sólo por mi mal humor.
-Lo sé, Mamori, la virgen.
-Es Tokonome, Tokonome Mamori.
-Ya lo sé, solo estoy jugando contigo. -esta chica….comienza a fastidiarme -Aunque en serio, tu nombre es bastante especial. ¿La gente se burla de ti por eso? –estaba pisando campo minado, si llegaba a molestar a Tokonome-san se las vería conmigo, y aunque me haya salvado me encargaría de que sufriera.
-Preferido no hablar de eso.
-Jejeje ¡No me sorprende! Se pronuncia como “proteger la virginidad” Un buen nombre para un cinturón de castidad. –está llorando… Eso es todo. La voy a matar. -¡Solo bromeó! ¡No llores! - La mire como si realmente tratara de matarla- ¡No me asustes! Oh, estamos cerca.
-¿A dónde?
-Mi cliente.
-¿Cliente?
Llegamos hasta una villa muy agradable. También se podía ver cómo había más chicas aquí, aunque se notaba que eran mucho menos que las que se encontraban en el castillo. Bajamos del camión en cuanto nos detuvimos. Meifong fue hasta la parte de atrás y bajo unas cajas verdes llenas de mercancía que seguramente vendería.
-Libros, ropa, ropa interior, medicinas, cosméticos -todas estaban contentas con el lote que había traído la chica de sombrero de vaquero. -Sin pelearse, pueden compartir.
-¿Esa gente es?
-Transferidas a esta isla como nosotras. No les gusta como Feste maneja las cosas, así que viven aquí.
-¿Feste? ¿La gente que nos atacó?
-Welter. Algo así como...vigilantes del  castillo. Ellas hacen las reglas y fuerzan a los demás, diciendo que protegen a las de rango inferior. Quien sea que se ponga alborotado Welter lo castiga y la encarcela.
-Pero nosotros no hemos hecho nada malo.
-¿Oh, eso? Es la manera de Welter de probar las habilidades de las nuevas transferidas. Si la nueva es fuerte ellas te invitaran a Welter. Si el nuevo es débil, te forzaran a obedecer sus reglas, por “protección”.
-¿Y nadie se queja? -había estado atenta a toda la explicación de Meifong, me había aclarado muchas dudas sobre el lugar en que nos encontrábamos ahora.
-Welter tiene el control de la isla -vi como Meifong se ponía más sería si es que se podía, tanque en ningún momento dejó su seriedad de lado mientras el tema fuera Welter. -Feste tiene fábricas que producen alimentos y bienes, Welter los controla. -Es demasiado injusto. Si tuvieran un buen líder todas podrían llevar una vida tranquila hasta el final de ella, porque veo muy difícil salir por medios propios de esta isla. -Mientras que obedezcas a Welter, la comida, techo y ropa en esta isla está garantizado. Nadie se queja de eso.
-¿Y esa ropa, la robaste de ellos y la trajiste hasta aquí?  -vuelvo la mirada al enorme grupo de chicas que hurgaba en las cajas para poseer elegir lo que más les gustaba. Si bien lo que hacía Meifong era una buena acción era muy arriesgado. Algún día podrían descubrir, al momento de hacer un inventario, que faltan cosas. Por el bien de todas, esperó que ese día no llegue.
-Así es.
-¿Qué? ¿Esta eso bien? Cuando Welter se entere, ¿no estarás en problemas? -vaya, Tokonome-san pensó exactamente igual que yo.
-Oh, no te preocupes. Solo tome una pequeña porción, que no causará problemas- realmente se veía confiada, quizás tenía algún tipo de ayuda desde el castillo o quizás ya estaba acostumbrada a robar y traer siempre.
-¡Meifong-chan! -¿Pero...que? Una mujer de unos 25 años, muy...proporcionada en el busto, corrió y abrazo Meifong. La va a asfixiar con ese pecho que tiene -¡Muchas gracias por este gran presente, como siempre!  ¡Es grandioso!
-Torino-san...me estas asfixiando  -Lo sabía.
-¿Son amigas de Meifong? Me llamó Kazami Torno, encargada de este  lugar- Meifong movía los brazos para que Torino-san se diera cuenta que no podía respirar, pero estaba más concentrada en presentarse -¡Pueden llamarme onee-chan!
-Uh, si… -Ah, creó que murió.
-¡Bienvenidas a Torino Town!
Luego de no sentir vida entre sus brazos Torino-san soltó a Meifong que colapso en el suelo, como no, inconsciente. La mujer mayor se vio afligida por la menor, seguramente si le pasaba algo a Meifong Torino Town quedaría  completamente desabastecida. La tomó entre sus brazos y nos invitó a pasar a la que parecía ser como zona central del lugar. Habló algo de que años daría la bienvenida al lugar, así que nos “ordenó” ponernos cómodas.
La mujer se llevó a Meifong a una habitación y luego cuando salió se metió en otra. Asumiré que era la cocina. Mientras tanto pude detallar mejor a mi compañera que se encontraba a mi lado admirando todo lo que había a su alrededor. Era mucho más baja que yo, me llegaba hasta el hombro, incluso un poco más abajo de él, llevan el pelo recluido en dos trenzas se veía que muy largo no era, ojos llenos de vida y de curiosidad de un curioso color miel y café, labios carnosos, no muy gruesos pero tampoco delgados, cara redonda y piel muy blanca. Además con el vestido de novia que llevaba se veía realmente bella. Me di cuenta que ella me estaba mirando, seguramente sintió que la observaba, vi como sus labios se iban a mover pero justo llegó Meifong desde la habitación donde Torino-san la había dejado. Justo a tiempo.
Luego de un rato la comida estuvo lista así que la encargada del lugar llamó al resto de las chicas para que vinieran a comer. La mujer sirvió algunos vasos y nos los tendió a mí y a mi compañera y se preparó para hablar.
-¡Vamos a brindar por Meifong, quien trajo todos estos regalos, y a sus amigas! ¡Salud!
-¡Salud!
Todas se veían muy alegres y tranquilas en el lugar, el habiente era más  tranquilo aquí que en ese castillo, seguramente por la razón que dio Meifong: aquí no hay opresión.
-Un… ¿De qué se trata esto?-era claro que ellas sólo querían una excusa para pasarla bien
-No lo sé -la vi sonreír satisfecha.
-Pero…es relajante. -Tiene razón.
Una vez que terminamos de comer Torino-san nos ofreció que tomáramos un baño. Detrás de los edificios había una cascada y unas aguas termales naturales. La idea de tomar un baño no se me hacía mala, quería quitarme la sal del cuerpo. Torino-san nos indicó como llegar y que enseguida nos llevaría ropa y toallas. Bajamos unas escaleras y al frente habían unas canastas para dejar la ropa. Me desvestí con paciencia, necesitaba enjabonarme bien antes de entrar al agua caliente así que no tenía prisa, a diferencia de Tokonome-san, ya que  en cuanto vio las aguas termales se desvistió deprisa para entrar. ¿En serio tiene 16? Bueno, su cuerpo no estaba tan desarrollado como el mío pero tenía lo suyo. De hecho, su cuerpo desnudo también era muy lindo. Termine de desvestirse y me coloque cerca de las aguas para poder enjabonarme.
-Oh...no me di cuenta de lo maravilloso que es tomar un baño. -realmente parecía disfrutarlo, aunque no se mostró incómoda mientras estuvimos en la playa ahora se veía más relajada. Sonreí levemente y seguí en lo mío. Sentí una mirada penetrante sobre mí, una mirada celosa. Cuando mire desde donde pensaba que provenía la mirada me encontré con Tokonome-san. ¿Pero qué?
-¿Pasa algo?
-¡Oh, no! ¡No es nada! -¿Que no pasa nada? Pero si...Escuche a alguien bajas por las escaleras.
-Mamori-chan, te dejó la ropa aquí. -Torino-san venía con una muda de ropa bajo el brazo.
-¡Oh, gracias! -Torino-san me había ofrecido una muda de ropa antes pero me negué  a aceptarla. Entonces se ofreció a lavar las ropas que llevaba puestas y que cuando llevara la muda de ropa para Tokonome-san llevaría la mía.
Una vez que ya estábamos limpias y relajadas Torino-san nos llevó a una habitación y  nos vestimos. Tokonome-san llevaba el mismo uniforme que tenían las chicas del castillo, sólo que con un lazo distinto. Realmente le sentaba muy bien el conjunto, aunque con el vestido de novia también se veía muy bien. Tengo calor.
-Listo. ¡Qué adorable! Luces realmente genial, ¿no crees?-Torino-san se volteó a verme. Creó que me está preguntando a mí, realmente… ¿me quede idiota mirándola?
-S...Si.
-¡Puedes quedarte con esa ropa!
-¿Estas segura?
-El vestido de novia era hermoso, pero no puedes vestir eso todo el tiempo, ¿verdad? -ciertamente creó que era la modelo y no tanto la prenda.
-Gracias, es de mucha ayuda
-Traje esa ropa, por cierto -había olvidado que Meifong estaba dentro de la habitación. De hecho olvide que había más gente. Realmente se ve linda.
-¿En serio? Gracias, Meifong-san
-Tenemos la misma edad, sólo llámame por mi nombre.
-De acuerdo, gracias, Meifong.
-Dijiste que no tenías lugar donde quedarse, ¿cierto? ¿Por qué no se quedan aquí?
-¿Eh?
-¿Que dices, Torino-san?
-¡Por supuesto! Onee-chan les da la bienvenida.
-¿En verdad?
-¡Por supuesto!
La idea no parecía mala. Era un lindo lugar. Y a Tokonome-san le gusta. Mi compañera  se volteó a mirarme para saber si estaba de acuerdo con quedarnos. Sólo asentí. Quería verla feliz. Me coloque a su par, debíamos dar las gracias por la hospitalidad.
-Um, muchas gracias. -ambas hicimos una reverencia a la encargada del lugar.
-¡De nada!
Luego de agradecer el que pudiéramos quedarnos Torino-san y Meifong salieron del lugar para que pudiéramos ponernos cómodas. Al parecer estaba sería nuestra habitación. Tokonome-san me volteo a ver con una sonrisa y luego se miró al  espejo; se acomodaba el uniforme mientras tarareaba una alegra tonada. Creó que nos va a gustar estar aquí, a mí al menos ya me gusta.
La noche cayó. Después de cenar nos fuimos a nuestra habitación para poder dormir. Torino-san nos dios ropa cómoda para poder usarla como pijama. Me trenes el cabello para que no me molestara al dormir, además hacía calor. Aunque hacía calor desde que estaba con Tokonome-san. Ella ya había elegido su cama por lo que sólo me recosté en la que quedaba. Estaba realmente agotada, desde hace mucho tiempo que no sentía la comodidad de una cama. Solo quería dormir. Tokonome-san dijo que apagaría las luces, yo solo hice un sonido aprobatorio, quería dormir ya. La escuche meterse entre sus sabanas, pero él estaba lejos que querer dormir aún.
-Es genial que tengamos un lugar donde quedarnos a vivir ahora.
-Si –conteste aun con los ojos cerrados.
-Mirei-san…-voltee a mirarla- Nunca tuve la oportunidad de decir esto, pero...gracias por salvarme.
-Está bien.
-Quiero preguntarte algo. ¿Por qué te pusiste en peligro para salvarme? Si apenas nos conocemos… -¿por qué será? Pienso un poco la razón que podría haber, pero sólo el rostro de la que fue mi última compañera venía a mi mente. A ella no pude protegerla...
-Yo...no lo sé tampoco. -cerré los ojos y el sueño me arrastró con él. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía segura.
-Gracias por quedarte conmigo.
La mañana llegó y con ello un recuerdo: “Oh, pero por favor ten más cuidado. Y no intentes meterte en peleas”. ¿Me lo dijo o lo soñé? Lo más seguro es que me lo haya dicho. Escuche como lloraba hasta que se quedó comida, quiere volver a casa…
-Quiero ir a casa...papá, mamá… quiero verlos...quiero ir a casa…-Ella y todas aquí, excepto yo…creo...que no tengo un lugar al cual regresar. El hecho de que me hayan metido en esta isla me vino bien, aquí no pueden obligarme a volver a ese infierno.
La escuche refunfuñar, al parecer era hora de despertar. “Buenos días” me dijo, yo sólo respondí con un sonido aprobatorio. Bajamos las escaleras hasta llegar al frente de la posada. Pude ver alrededor que todas o la mayoría ya estaban despertar y haciendo algo productivo para que el lugar funcionará.
-¿Dormiste bien? -Meifong apareció por un costado, al parecer había pasado la noche aquí; la relación que tienen ella y Torino-san me  parece muy curiosa.
-¡Buenos días! -que educada. -¡Dormí estupendo, gracias! -mire con seriedad a la más baja, sabía que eso no era del todo cierto pero no es mi asunto si ella no quería admitir que extraña a su familia.
-¡Bien dicho! Dormir es importante.
-Meifong, ¿iras a algún lado?
-Sí, regresaré a Feste. Se supone que debo ser resiente allí ¡Nos vemos!
-¡Ten cuidado!  -¿Que ese se ruido? Suena a ruedas de vehículos.
-Algo se acerca. Por allí -mire hacia la espesura del bosque que se encontraba frente a nosotros.
-¿Viene? ¿Qué viene? -Meifong se quitó su mochila y sacó unos binoculares -Veamos…-vi como su cara se ponía pálida y pasaba a una de asombro -¡Vehículos blindados de Welter! ¡¿Q...Que están haciendo aquí?! -las chicas que estaban cerca escucharon que venía Welter y pronto se escondieron dentro de la posada.
-¿Vienen tras de ti? –se habrán dado cuenta que faltaban cosas, pero ¿cómo llegaron hasta aquí?
-Podría ser…-esperaba de corazón que mi suposición anterior no se hiciera realidad.-Si me encuentran aquí, se hará todo peor. Así que me voy ¡se encargan del resto!
-¿Eh? ¿Meifong? -la vimos datos vuelta al edificio y desaparecer. Cobarde. Deja que el resto limpie su desastre. Aunque le debo un  favor por haberme ayudado a escapar y por haberme dicho donde tenían a Tokonome-san. Es hora de pagar. Tome la mano de Tokonome-san y la lleve hasta el interior del lugar.
Tres enormes blindados se detuvieron frente a la posada. De ellos bajaron las dos chicas que me estuvieron golpeando en la sala de castigos y una mujer de pelo corto y gafas.
-Esa persona… -¿la conoce?
-Somos Welter de Feste. Estamos al tanto de que un ladrón que robo nuestros almacenes se esconde aquí. Por favor entrégate. Si no lo haces, tendremos que usar la fuerza. –lo sabía, vienen detrás de Meifong -Lo repetiré. Sino sales, usaremos la fuerza. -es momento de pagar. Camine lentamente para quedar a la vista de la mujer.
-¿M...Mirei-san? ¿Por qué? -justo por esto odio tener deudas con personas.
-Es…
-Tú eres…
-Mirei. Shikishima Mirei. –pude sentir varias miradas sobre mí, algunas hostiles, otras de preocupación.
-Shikishima-san ¿no?  ¿Tú lo hiciste? -afirme levemente con la cabeza -¿Estabas tratando de vender los bienes a esta gente? -volvía a afirmar. -Entonces nosotros Welter, te  arrestamos como una criminal, y te llevaremos. -No esperaría a que vengan por mí. Camine a paso firme hacia la mujer de gafas.
-¡Mirei-san! No puedes ir ¿Quién sabe que te harán? - en eso tenía razón, estaba segura que había más de una persona que le gustaría tener la batuta al momento de “castigarme”.
-¿Es el tu cómplice? -¿mi cómplice? ¡Se la llevaran también! Yo puedo soportar la tortura, pero ella...mire seriamente a la mujer que estaba frente a mí y negué con más fuerza. No vengas, quédate ahí. Volveré. Lo prometo, pero quédate ahí.
-¡Mirei-san! -la  escuché correr detrás de mí. ¡Maldita sea! Me iba a voltear para decirle que volviera adentro, pero unas cuerdas que ya empezaban a serme muy familiares me apresaron y comenzaron a apretarle. Angie.
-¿Quién iba a pensar que eras tú? -desde el blindado central emergió mi dolor de cabeza, esta vez con su arm equipada.
-¡Charlotte por favor permitan encargarme!…-maldita mujer, con que Charlotte.
-No puedo hacer eso. Esta chica me ha avergonzado dos veces. -¿Venganza? Que simple es esta mujer. La mire de forma  desafiante. Las cuerdas se apretaron más. Tenía cuerdas sobre mis pezones, la ropa se había  desacomodado, así que el roce se sentía directo pero lejos de sentir placer sentía dolor.  Duele. Me está quemando con el roce. Al parecer no le gusto la forma en que la mire, ya que me dirigió una mirada venenosa y de forma literal sacó sus garras. -¡Pagaras por resistirte a Welter! -la muy maldita se preparaba para atacarme aun cuando no podía defenderme. Zorra maldita.
-¡Mirei-san! -sentí como unos pequeños brazos me envolvían de forma protectora ¡Si se queda aquí le harán daño!
-¡Huye!
-¡No! -sentí como sus brazos me abrazaban más, aunque no se comparaban con la fuerza de las cuerdas
-¡De prisa! -¡Maldita sea, ¿Por qué no me hacía caso?!
-¿Por qué te dejaría sola? -¿por qué? -¡Te  pedí que  fueras cuidadosa! -así que no fue un sueño. Nadie se había preocupado por mí -Mirei-san...tu...tu…-esta chica…-¡Mirei tonta! -¿¡Como que ton…!?
Vi como Tokonome-san se hacía un poco más alta, ¿se  puso de puntillas para alcanzar mis labios? ¿¡Me está besando!? Sentí un tacto gentil sobre mis dañados pezones, ella me estaba tocando...se está excitando mientras me toca...quiere ejecutar el driver. Vi sus ojos: preocupación, ella está realmente preocupada por mí. Hace calor. No desaprovecharía la oportunidad que me está  dando. Cerré mis ojos para disfrutar más el contacto tan íntimo que estábamos teniendo. Ella abrió la boca y yo aproveche para por ingresar mi lengua y así poder besarla con pasión, sin dejar de lado la ternura. Sus gemidos me están calentando demasiado, si yo pudiera ejecutar el drive ya lo habría hecho, siento mi humedad. Sé que ella está igual que yo. Quiero sentirlo, quiero sentir su humedad. Quiero sentir cuando la lleve al orgasmo. Acomodo una de mis piernas entre las de ellas, tocando justo su centro, la hice cabalgar un par de veces pero luego no fue necesario, ella misma se frotaba contra mi pierna, lo que hacía que mi excitación aumentara más. A este paso yo también alcanzaría el orgasmo. Estoy enloqueciendo. Necesitó más. Yo...creo que…
-¡Kya! -sentí la humedad en mi pierna aumentar: llegó. Llego al máximo placer.
La luz que nos envolvió fue mucho más grande que las última veces. Faltó tan poco. Sólo un poco más y yo también habría llegado. Levante la espada y mire con rabia a Charlotte. Y frustración. Me encargaría de borrarle esa sonrisa socarrona que tenía en la cara.
-¡Estaba esperando por eso! –Oh, créeme que yo también. Ella se lanzó contra mí y yo contra ella, al momento en que chocaron nuestras arm su sonrisa se borró al momento en que sus garras se rompían en mil pedazos. -¡Mi arm, debe ser capaz de atravesar cualquier cosa! ¡Imposible! -al parecer no había tenido suficiente porque se lanzó a por mí una vez más. Esta vez no sólo serían las uñas que se rompieran. Cuando iba a completar mi ataque me vi siendo empujada un lado por una fuerza impresionante. Apenas tuve tiempo para bloquear el siguiente ataque que perpetuo mi atacante contra mí. La fuerza de esa mujer realmente era sorprendente. Sus medias se rompieron. Logró levantarme del suelo y lanzarme casi a la entrada de la posada. Al momento que caí al suelo solté mi arm que se clavó en el suelo deshaciéndose la transformación, dando paso a la figura de Tokonome-san, que cayó justo a mi lado.  -Impresionante, kommandeur de Welter. Estas a la altura de tu nombre Zero Arm, Shigure Kasumi.
-Entréguense -Shigure Kasumi…, es demasiado fuerte. No me queda de otra más que entregarme. Tome entre mis brazos a mi compañera,  no dejaré que le hagan daño. Un ruido de motor se escuchó cerca, muy cerca. De hecho venía desde el bosque.
-¿Qué? -una persona sobre una moto hizo su aparición por los aires. Muy peliculero si me lo preguntan. Sólo esperó que no sean más enemigos. Tanto como Charlotte y Kasumi observaban con sorpresa a esa persona. Mire a Tokonome-san, no puedo volver a ejecutar el drive con ella así. Esta demasiado débil -¡Eso eso…! -cuando piso suelo dio unas vueltas y quedó justo enfrente de nosotras, como protegiéndonos. -¿Quién  demonios es esta chica?
-¿Por qué estás aquí? Lady...lady.