la imagen fue tomada prestada del DevianArt de selena cruxe's
Todos quienes me conocen saben que las mañanas no son
buenas para mí y esta no era la excepción. Anoche mi padre y yo habíamos
discutido nuevamente con respecto a HA, pronto cumpliría la mayoría de edad y
el viejo me dijo que no me seguiría pagando la educación si yo no desidia
estudiar lo que él quería y que heredara la compañía West.ltda, si quería
seguir con mi “etapa artística” tendría que pagarla yo. Al final decidí que
tendría que buscar algún trabajo, los negocios no eran lo mío y luego de eso me
encerré en mi habitación. Todo lo que se podía cortar, lo corte; todo lo que se
podía romper, lo rompí; al final mi habitación fue quien sufrió las consecuencias de mi ataque de ira,
y también mi despertador también paso a mejor vida por lo que ahora me
encuentro en esta situación: son las 7:30 y mis clases empiezan a las 8:00. Me
levante de la cama y fui corriendo a darme una ducha, había escogido el peor
día para quedarme dormida, tenía que entregar un guion a primera hora de la
mañana y el este profesor era el único de toda la escuela que no me temía, así
que no valía de nada tratar de amenazarlo. Mientras sentía que el agua caliente
se deslizaba por mi cuerpo y se perdía por la cañería escuche como la puerta de
mi habitación se abría y la de baño también, los únicos que vivíamos aquí
éramos mi padre y yo, así que ya sabía quién era.
--Jadelyn, tengo un viaje de negocios, volveré en 3
meses. Limpia tu desastre y recuerda lo que hablamos anoche. –Luego de eso la
puerta se cerró. Escuche como el auto de mi padre se encendía y se perdía en el
ruido de la ciudad.
Hijo
de puta.
Cuando termine de bañarme tome unos pantalones negros,
una camiseta negra, una camisa de franela roja con negro y mis botas de combate
para poder vestirme. Mire la hora 7:45. A este paso llegaría tarde y tendría
que conducir.
--Odio conducir de día.
Luego pensé en mi novio Beck. Lo llamaría para que
viniera por mí y así no tener que conducir.
Un
tono. Dos tonos. Tres tonos… Cinco tonos. Su llamada será transferida a un buzón
de mensajes.
--¡Tienes que estar bromeando!
Beck siempre contesta el teléfono, había decidido ignorar
mi llamada. De eso no había duda. Desde hace unas semanas que nuestra relación
no está bien, y por primera vez de los cuatro años que llevamos siendo novios
no era mi culpa, si no de él. Empezó con una extraña inseguridad, luego dejo de
tratarme con su característico cariño y ahora me ignora, las peleas habían sido
frecuentes pero no las comenzaba yo, él era quien lo hacía.
Volví a marcar y fue la misma respuesta. Iba a tirar mi
pearphone contra el muro cuando comenzó a sonar. Mire el identificador y note
que decía “Vega”.
--¿Qué quieres Vega?
--Buenos días para ti también Jade.
--No tengo mucho tiempo, voy tarde y aun no tengo mi
café, así que habla –mientras agarraba el teléfono contra mi hombro arregle mi
morral y metí con mucho cuidado mi guion en él.
--Entonces llamo en buen momento, también voy tarde y
estaba pensando…
--No voy a llevarte Vega, no tengo tiempo para llevarte
al desierto y odio tener que conducir de día.
--No es eso Jade –la escuche suspirar dolida, que buena
forma de empezar mi mañana, haciendo sentir mal a Vega. Sonreí. –Aprobé mi
examen de conducir hace 3 semanas y mis padres me regalaron un auto de segunda
mano para que pueda moverme y como me quedas de paso me iba a ofrecer a
llevarte, pero como no tienes tiempo… --mire el reloj que había sobrevivido en
mi habitación, un reloj en forma de tijeras que colgaba en mi pared, este
marcaba las 7:50.
--De acuerdo, ya que te ofreces tan amablemente aceptare.
Veamos que tan bien conduces.
--Paso por ti en 5 minutos, te llevo un café. Llegaras a
tiempo a tu clase de guiones. Adiós.
--Espera, ¿Cómo sabes…? –tono. Me colgó. ¿Cómo sabía que tenía que entregar un guion a
primera hora en la mañana?
Guarde mi teléfono en mi bolsillo y tome mi morral,
cuando iba bajando las escaleras escucho un claxon fuera de mi casa, asumí que
era Vega así que solo salí. Ahí estaba Vega esperándome al lado de la puerta
del copiloto, abierta. Solo me subí y ella cerró la puerta, la vi como rodeaba
el auto y entraba a la cabina. El auto no era nada del otro mundo pero cumplía
su función de transporte: un Kia Morning ® azul, quizás del año 2013.
--En el mug está tu café, espero te guste, lo hice yo
–escuche como el motor ronroneaba en cuanto Vega hizo contacto.
--Si lo hiciste tú debe estar horrible Vega. Comprare uno
después de mi clase de guiones –mire el mug que se encontraba en el posa-vasos,
era negro con tijeritas plateadas adornándolo ¿de dónde lo había sacado y
porque yo no lo tengo en mi poder?
--Es café colombiano, Jade –la vi centrar su vista y
atención al camino mientras conducía a una buena velocidad; ni muy rápido ni
muy prudente –antes de ponerlo en la cafetera batí el café con un poco de agua
fría. Cuando le pones el agua caliente encima solo se deshace y pierde sabor.
Si lo haces como yo lo hice el olor a café que emana al poner el agua caliente es
exquisito y su sabor es más concentrado.
Tentada porque era café colombiano lo tome de donde
estaba y lo destape, el olor a grano de café que emano la taza se podía
comparar a una cafetería completamente cerrada. Olía delicioso, pero no podía
admitirlo en voz alta, menos a Vega. Me lo acerque hasta mis labios y le di un
sorbo. No solo olía bien ¡sabia increíble! Aunque intente por todos los medios
que no se notara que me había gustado no lo logre, y ella lo notó. Sentí si
mirada sobre mi cuando se detuvo por un semáforo en rojo. Ella estaba
sonriéndome…no, ella estaba sonriendo por mi expresión de gusto. Esta feliz de
que a mí me guste su café.
--No esta tan del asco. Muy bien Vega –rápidamente volví
a mi expresión seria para darle otro sorbo pero me era difícil mantenerla,
estaba muy rico. Hasta podría decir que es el mejor café que he probado.
--Qué bueno que te gusto. Estuve aprendiendo como
hacerlo.
--¿Por qué…?
--Llegamos. Corre, se te hace tarde para entregar tu
guion –era cierto. Ya habíamos
llegado y Vega se había estacionado sin que me
diera cuenta, estaba perdida en el sabor del café. Tome mi morral y baje del
automóvil. Todo era muy raro: primero, Vega sabe mis horarios; segundo, Vega aprende
a hacer un café increíble, además de que es café colombiano.
Camine a grandes zancadas hasta entrar en HA, pero antes
de cruzar por completo las puertas voltee a verla: ella me estaba mirando con
una expresión muy rara, era como si estuviera feliz, pero al mismo tiempo no. Ya
pensaría en eso después. Volví a darle un sorbo al mug.
--Que buen café.
Una vez que llegue al salón el profesor estaba pidiendo
los guiones. Él me miro con severidad y estiro su mano para que yo depositara
mi trabajo en ella. Busque en el morral y se lo entregue.
--Quiero recordarles que este trabajo equivale al 60% de
su calificación final y los mejores serán enviados al concurso “guionista del
mañana” y tendrán la oportunidad de que su obra se filme. Será una película de
segunda, pero será vista por todos en California. Ahora pueden retirarse. Los
resultados estarán el próximo mes. No es necesario que vengan la próxima
semana, preséntense en un mes.
Si me podía ir lo haría. Tome mi morral y salí del salón.
Tenía hambre, no había preparado nada de desayunar. Me iba a resignar cuando
recordé que tenía algo de dinero extra en mi casillero. Camine por los vacíos
pasillos hasta llegar al principal, donde estaba mi casillero lleno de
hermosas, filosas y peligrosas tijeras. Coloque mi clave y me encontré con una
agradable pero extraña sorpresa: un croissant y fruta picada, fresas para ser
precisa. Había una carta doblada sobre el pan.
Supuse
que no habías tenido tiempo de prepararte nada de desayuno así que me tome la
libertad de hacerlo por ti. Quizás tampoco tengas almuerzo así que puede que
tengas otra sorpresa hoy.
Vega.
Ahora si estaba confundida. Sentí como mi rostro
enrojeció por culpa de este gesto tan…Vega. No recordaba la última vez que
alguien había tenido estos detalles conmigo: el que me fuera a buscar sin que
se lo pidiera, que esperara a que subiera al auto para cerrar la puerta, que
preparara algo que me gusta de una forma increíble y que hiciera el desayuno
solo porque pensó en mí. Beck nunca hizo nada de eso, si bien el me compraba mi
café de las mañanas nunca se dio el tiempo de prepararlo el mismo, normalmente
lo hacía yo, jamás me preparo el desayuno, de hecho dudo que sepa cómo usar el
tostador.
--¿Jade que sucedió? ¿El señor Wolf no te dejo presentar
tu trabajo? –Vega venía con un cuaderno entre sus manos, estaba usando sus
lentes.
--Si lo presente. En un mes me dirán si soy tan buena
como para que mi guion sea elegido para hacer una película con él. Hasta entonces
estoy libre de la clase de Wolf –sentí como algo dentro de mí se removió cuando
detalle en cómo estaba vestida Vega: estaba usando unos jeans que se amoldaban
muy bien a sus finas y largas piernas, una polera blanca que hacía que su piel
se viera más oscura pero no por eso se veía mal, aparte estaba usando una
chaqueta de cuero negra, y todo el conjunto finalizaba con unas botas negras.
Mi corazón latía deprisa, me sudaban las manos y sentía algo extraño en el estómago.
--¿Estás bien? Estas roja Jade, no tendrás fiebre
¿verdad? –la vi acercarse a mí y estirar su mano. Iba a tocarme, no podía dejar
que me tocara ¡No me toques! –No parece que tengas fiebre, quizás el café
estaba muy caliente –Vega estiro su mano y la acomodó sobre mi frente mientras
hacía lo mismo en la suya, comparando temperaturas –Veo que encontraste mi
sorpresa ¿te puedo acompañar en tu desayuno?
--…Claro –deje que me tocara, no hice nada para evitarlo.
No lo entiendo. No me gusta que me toquen, pero cuando lo hizo…se sintió muy
bien. Vi como tomaba la pequeña bandeja en donde estaba todo acomodado. No la
había notado. Cuando paso junto a mí un agradable olor a vainilla con algo más
me inundó --¿A que huele? –no pude evitar que esa pregunta saliera de mi boca.
--Puede que sea mi perfume nuevo, huele como a cappuccino
de vainilla ¿es muy fuerte?
--No, huele bien. De hecho huele delicioso --¿¡Qué dije!?
--Gracias, lo tomare como un alago.
La vi emprender camino al café asfalto, yo solo cerré mi
casillero. Aun podía sentir esa extraña sensación en el estómago y se había
hecho más fuerte cuando sentí su perfume. Cuando iba a caminar sentí otra
extraña sensación, pero esta estaba en un lugar que no debería ser: en mi ropa
interior. Estaba húmeda. Esto no puede ser…no puede pasar…ni con Beck me pongo
así…estaba excitada…estaba húmeda…estaba así por Vega…Victoria Vega me había
hecho humedecer mi ropa interior solo con sus gestos, con su perfume, con su
trato y tacto.
--¿Vienes Jade?
--Ya voy.
Esto era muy extraño, no debía pasarme, yo soy 100% hetero.
No es posible que mi libido aumente por una mujer, y menos por culpa de Vega.
Cuando llegamos al café asfalto notamos que no había
nadie más que Festus en su camión. Así que tomamos lugar en nuestra mesa de
siempre. Iba a probar el croissant cuando un cuchillo de plástico apareció
frente a mí y lo partió a la mitad, solo en ese momento note que estaba relleno
con mermelada de moras, mi favorita. Voltee a ver a Vega y esta solo me sonrió
incitándome a que lo probara. Tome una de las partes y me lo lleve a la boca.
Es sabor era increíble, además de que aún estaba tibio, eso hacía que el sabor
se intensificara. Cuando termine de comer el delicioso pan me di cuenta de que
Vega estaba muy concentrada escribiendo y borrando en su cuaderno. Se veía…sexy. Los lentes le daba un aire
intelectual increíblemente caliente, además de que su seria expresión también
era candente.
--¿Pasa algo?
--¿Qué demonios intentas, Vega? Me pasas a buscar, me
traes café, me preparas el desayuno ¿Qué pretendes? –la vi tensarse. Esto era
extraño, mucho.
--Yo…
--Hola bebé. Hola Tori–vi un vaso de café gigante frente
a mí y lo siguiente que sentí fue un beso en mi mejilla. Voltee a ver quién
era, aunque ya sabía.
--Hola Beck.
--Hola. Bueno, creo que me voy. Mi clase de oído musical empieza
en 10 minutos y tengo que ir por una canción a mi casillero. Nos vemos en el
almuerzo –Vega tomo sus cosas y luego se fue. De algún modo me sentí
desilusionada.
--Vi tu llamada perdida bebe, pero me quede dormido –lo
detalle con la mirada y note que tenía el pelo húmedo y una fragancia extraña.
--¿Qué es lo que huele? No es tu loción de siempre, ni tu
shampoo –vi como apretaba la mandíbula, al hacerlo vi como los músculos de su
cuello se marcaban dejando en evidencia un par de arañazos. Lo tome del cuello
de la camisa que estaba usando y la abrí un poco, pero lo suficiente para notar
marcas en su espalda, torso y cuello que había tratado de tapar con maquillaje
--¿Qué es esto?
Silencio.
--Beck ¿Qué es esto? –estaba comenzando a enfadarme.
Silencio.
--Beckett Oliver ¿¡Qué demonios significan estas vulgares
marcas en todo tu cuerpo!?
--Para que preguntas si ya lo sabes, Jade –no podía creerlo.
Quizás de donde es que venía para que llegara así. Le solté la ropa aun sin
creérmelo –Estoy cansado de esta relación Jade.
--Entonces te lo pongo fácil –me puse de pie y tome el
vaso de café que me había traído mi ex
novio y se lo tire encima.
--¡Agh! ¡Eso quema, Jade! ¿¡Acaso estás loca!?
--¡Eres un imbécil Beckett Oliver! ¡Terminamos! ¡Ve a
revolcarte con tus zorras!
Tome el mug de Vega y la fruta que aún no me comía y lo
deje ahí tratando de no quemarse más, porque la ropa se le pegaba al cuerpo.
Quería irme a casa. Antes de darme cuenta estaba llorando por la humillación. Vega. Tome mi teléfono y marque su número.
--¿Jade? –el destino hoy me quería junto a ella, estaba
comprando una gaseosa en la máquina. Deje caer la fruta y el mug y la abrace.
Llore, solo llore.
Sentí como me devolvía el abrazo. Pero justo sonó la
campana. Trate de separarme de ella, no quería que nadie me viera así. Pero
ella fue más rápida, tomo sus cosas y lo que había tirado al suelo y me llevo
hasta el armario del conserje. Cuando cerró la puerta todos estaban saliendo de
sus clases. Todos verían el desastre en el suelo, pero nadie sabría qué paso.
Me abrace más a ella mientras lloraba. Ella solo me
devolvió el gesto, no pregunto nada, solo se mantuvo en silencio. La sentí
apoyarse en el muro y resbalamos juntas al piso. Creo que era la primera vez
que me sentía tan pequeña y a la vez tan protegida en los brazos de alguien.
Sentí mi celular vibrar. Cuando lo tome vi que el identificador decía “bebé”.
Casi lanzo el teléfono, pero Vega no me lo permitió. Vi como deslizaba el dedo
sobre la pantalla y contestaba la llamada.
--Beck, no es un buen momento ahora. No voy a darte con
ella. No me interesa, no voy a dejar que la veas hasta que ella lo decida. Te
lo advierto Beckett, si te acercas a ella sin que ella te busque te las veras
conmigo, Trina no es la única que sabe Karate y no querrás que tu cara de actor
se estropee ¿no? –con eso termino la llamada. Vi como desbloqueaba mi patrón y
entraba en las opciones de llamadas y bloqueaba a Beck. Luego de eso sonó su
teléfono. Vio el identificador y corto. Creo que repitió el proceso y luego
dejo los teléfonos a un lado.
No cuanto tiempo pasó pero cuando lo note me había
quedado dormida. Trate de moverme pero Vega me tenía sujeta. También se había
dormido. Tome uno de los pearphone y mire la hora 4:45 las clases había
terminado.
--Vega. Vega. Oye, Vega despierta –tenía el sueño pesado.
Iba a tratar otro método cuando escuche mi nombre.
--Jade…
--Tori, despierta –vi cómo se removía y se quejaba, no
debe ser nada cómoda esta posición.
--Jade…--aún no estaba totalmente despierta, se notaba
–Buenos días, amor –ahora no puede ser más raro. Tori Vega me estaba besando.
Mi cerebro se apagó, mi estómago subió a mi garganta y mis manos se movieron
solas hasta su cuello. Quería alargar lo que más pudiera esta sensación tan
placentera. Sabía que estaba mal, acababa de terminar con mi novio, cualquiera
diría que era por despecho que no la había alejado, pero en mi cabeza no estaba
el hecho anterior, estaba el ahora, y mí ahora era: que me gustaba Victoria
Vega. Tuve que terminar con el estúpido de Beck para poder notarlo, muchas
cosas tienen sentido ahora.
Sentí como ella cortaba el beso de forma abrupta y
brusca. Me miraba con pánico, creo que esperaba que la matara por haberme
besado, o haberme dicho amor.
--Jade…puedo explicarlo –por un momento pensé que se iba
a orinar encima –Yo…yo estaba soñando… ¡Si, estaba soñando! No fue apropósito,
Jade. No me aprovecharía de la situación…
--Tori, voy a olvidar lo que dijiste. Tienes 3 segundos
para volver a besarme si no quieres que te entierre mis tijeras en la garganta.
--¿Qué?
--3 –la tome del cuello y la acerque para besarla. Al
principio no me correspondió, por la sorpresa seguramente, pero luego sentí sus
manos en mi cintura. Me acomode sobre sus piernas para estar más cómoda. Sus
manos bajaron hasta mis piernas y las recorrieron con ternura y cariño.
Me acerque más a su cuerpo. ¡Dios, esto era adictivo!
Sentí su lengua en mi labio inferior ¿Qué se siente tener un beso de verdad con
otra mujer? Con una timidez irreconocible en mi abrí la boca para darle paso a
que la lengua de Tori se encontrara con la mía. Había pensado que ella me
besaría con arrebato y sed, como lo hacía Beck, pero en cambio fue tierno,
lento, pasional. Sentí nuevamente la humedad en mi ropa interior. Suavemente
mordí su lengua y sus labios, cuando lo hice escuché un suspiro lleno de éxtasis
salir de sus labios.
--Jade…yo
--Mi casa está sola por los próximos 3 meses. Hablaremos
de esto en un lugar más tranquilo y cómodo.
Ella solo asintió. Cuando me puse de pie perdí el
equilibrio pero ella me alcanzo a sujetar. Ella se supo de pie y me miro. Podía
verlo en sus ojos. Yo también lo quería. No sé quien fue, si ella o yo, pero
nos estábamos besando nuevamente, pero de forma superficial. Cuando el beso
termino ella me tomo de la mano y abrió la puerta, yo tome el plato en donde
había habido unas fresas que se veían increíbles y el mug donde había estado el
mejor café de la vida. No había nadie en todo HA. Caminamos hasta su casillero
para que pudiera sacar sus cosas, tomo su bolso y las llaves de su auto y
cerro. Luego caminamos al mío para que tomáramos mi morral, cuando ya lo tuve
guarde el mug y el plato en él. Aun de la mano fuimos al estacionamiento y
subimos al Kia de Tori. Sentí como el motor ronroneaba y Tori se ponía en
marcha. Mi mano iba sobre la de ella, en la palanca de cambios. El camino fue
silencioso, pero no era incómodo. Disfrutábamos de la presencia de la otra.
Cuando llegamos Tori rápidamente bajo y me abrió la
puerta y estiro la mano para ayudarme a bajar. Yo solo se la recibí. Podría
acostumbrarme a que me traten como una princesa. Cerró la puerta y con el
control puso la alarma.
Cuando entramos a la casa tomamos asiento en el salón,
una al lado de la otra. Ahora si era incómodo. Había dicho que hablaríamos de
esto, pero al menos del lado de Tori era muy claro lo que pasaba, y aunque me
había dado cuenta de que me gustaba la latina quedaba la posibilidad de que
ella no me creyera, que pensara que es despecho o una confusión.
--Jade, ¿Qué paso con Beck?
--¿Para qué quieres saber eso, Vega? –no pude evitar
enojarme. ¿Solo me diría eso?
--Para saber si tengo que romperle o no la cara. Nunca me
ha gustado verte llorar, al menos desde la primera vez que llegaste a mi casa
en un estado deprimente, después de que terminaste por primera vez con él. Sin
ofender.
--Me engaño. Si se quedó dormido fue porque estuvo con una
chica vulgar en quién sabe dónde, quizás un motel y por eso tenía el pelo
húmedo.
--Lo siento Jade, no te mereces eso.
--Tienes razón, no me lo merezco. Merezco que me traten
bien, que me amen –me voltee a mirarla, había estado mirando solo al frente
–merezco que me hagan feliz, justo como hoy Tori.
--Jade, sé que es extraño, que ya es más que obvio, pero
lo voy a decir de igual forma. Me gustas Jadelyn West, enserio me gustas.
Sabía lo obvio, después del armario del conserje estaba
claro, pero escucharlo de su boca hizo que mi estómago volviera a sentir esa
extraña sensación, aunque ahora entendía que eran las mariposas en el estómago de las que todos hablan.
--No me quiero aprovechar de tu ruptura, Jade. Tampoco
quiero que te confundas. Hoy me había propuesto a empezar a tantear terreno,
quería conquistarte, y aun quiero. Nada me haría más feliz que tú estuvieras a
mi lado.
--Que cursi eres Vega –no pude evitar reírme de ella por
la forma en que se expresaba, pero no era por burla, estaba nerviosa y cuando
lo estaba me volvía hiriente, aunque trataría de controlarlo. Me acerque a ella
y la empuje sobre el sillón –Esto es raro Vega, créeme. Hasta hoy en la tarde
yo juraba que era 100% hetero, pero hoy me mostraste lo que hace alguien que de
verdad se interesa por alguien más. Gracias a todo lo que paso hoy me di cuenta
de que –me acerque a su oído y bese su lóbulo haciendo que otro suspiro
escapara –también me gustas, quizás no es como tu cariño, pero te quiero Vega.
--¿Hablas enserio Jade? No quiero que te confundas y
salir lastimada, si no estás segura puedo parar o seguir intentando hasta que
estés segura.
--Vega, quiero que sigas intentándolo, no sé qué va a
pasar más adelante, pero ahora te quiero a ti. Enamórame. Y empieza ahora
–sentí sus manos sobre mi espalda, sentí como subían y bajaban a lo largo. Me
acerque para poder besarla, fue un beso corto.
--Te enamorare todos los días y cuando me ames seguiré
haciéndolo, día tras día, hasta que tú quieras dejarme porque creo que yo ya no
podré.
Volvimos a besarnos, esta vez con más efusión. Sentía
como el ambiente se iba calentando, esto iba para más ¿Cómo será hacer el amor
con una mujer? Mientras me preguntaba eso me vi debajo del cuerpo de la latina,
mis manos descansaban en su cuello mientras jugaba con su pelo, luego las
deslice por sus brazos y me di cuenta que, a pesar de que no eran grandes, Vega
tenia buena musculatura. Sus besos descendieron hasta mi cuello, donde sentí
como me besaba de forma tierna, sabía que no quedaría ninguna marca, por la
forma tan suave en que me besaba, luego sentí su lengua recorrerme, no pude
evitar suspirar de placer.
--Jade… --vi a Vega, ella quería esto tanto como yo.
--Adelante, Tori. Hazme el amor.
--Serias la primera mujer con quien estoy, si lo hago mal
házmelo saber, cualquier molestia que sientas dímela y me detendré.
--Calla y sigue –tome su rostro y la bese metiendo mi
lengua en su boca, al principio se sorprendió, pero eso no evito que me
correspondiera con la misma intensidad.
Vega se deshizo de mi camisa y polera sin que me diera
cuenta, estaba usando un corpiño de encajes negros a juego con la pantaleta.
Llevo su mano hasta mi abdomen y lo recorrió lentamente, como si lo estuviera
dibujando. Luego se acercó al él y lo beso y lamio a sus anchas. Yo solo podía
suspirar y morderme la lengua para no gemir muy fuerte. Cuando pareció que se
había cansado de ese lugar comenzó a subir hasta mi corpiño. Metió una mano por
mi espalda y con un simple movimiento de dedos lo desarmo. Lentamente me lo
quito y se quedó mirándome. Sus ojos brillaban extraño, creo que era deseo,
lujuria. Me volvió a besar, nuestras lenguas ya se conocían, ya sabían que
hacer. Estaba tan concentrada en eso que había olvidado mi autocontrol; cuando
Vega tomo con su mano uno de mis pechos no pude evitar gemir ¡Maldita sea, se
sentía increíble!
--Jade, no calles. Déjame oírte, no habrá nadie hasta
dentro de 3 meses. O al menos eso me dijiste.
Iba a contestar pero la bosa de Vega paso a tomar lugar
en mí pezón. Ya no podía callar, nunca había sentido tanto placer en mi vida.
Sentí como sus dientes se adueñaban de mi pezón al mismo tiempo que con su otra
mano atendía al otro. No podía evitar gemir a este punto, se sentía increíble.
Estaba perdiendo el control, me estaba borrando. Necesitaba mantenerme en
tierra. Me sostuve de sus brazos enterrándole las uñas.
--¡Ah! Jade –la sentí dejar su labor – ¿Tan bien se
siente? –Ella me sonrió con cariño –Aún
queda mucho, hare que sientas mucho más. Hare que sientas que es que adoren
cada rincón de tu ser, cada poro, cada bello, todo tu ser.
--No es justo, Vega. Tu aun estas vestida –de un rápido
giro quede sobre su pelvis –Déjame a mí.
Ella solo me beso y se quedó sobre el sillón esperando a
que yo hiciera algún movimiento. Primero me acerque para poder besarla. Sentí
como ella se aferraba a mi espalda, como si fuera a desaparecer en cualquier
momento. Hice que se sentara y le quite la chaqueta, en algún rincón de la sala
quedo, no sé dónde, ni me importa. Acomode mis brazos en su cuello y enredé mis
dedos en su largo cabello y tire de él haciendo que el beso se rompiera. Me
gustaba el control. Y que mejor forma de controlar a alguien que está.
--Tengo que admitir que me gusta que me controles Jade,
adelante.
Ella sumisamente dejo su cuello a mi merced, lo cual
aproveche. Mordí con fuerza su cuello, pero asegurándome de no dejar ningún
tipo de marca en ella, lamí a mis anchas hasta el último rincón hasta que me
topé con el borde de su playera, y como estorbaba simplemente se la quite. Fue
en ese momento en que me fije por primera vez en todos los años que nos
conocemos en su físico. Sus brazos eran delgados pero se podía notar que
estaban trabajados, su abdomen estaba marcado, muy marcado, se le notaban las clavículas y sus pechos tenían un
buen tamaño.
--¿Te gusta lo que ves?
--No te creas tanto Vega. Tu cuerpo no es nada del otro
mundo.
--Claro. Y por eso te me quedaste viendo como si fuera
una barra de chocolate –Sentí como mi rostro enrojecía. No iba a permitir que
tuviera ese control sobre mí cuando era yo quien la estaba controlando. Baje
mis manos hasta sus hombros y enterré mis uñas ahí, luego rasguñe hasta llegar
a la base de la espalda.
--No alardees Vega. Si, puede que tu cuerpo este
ejercitado, pero no es algo para que fanfarrones, solo me llamo la atención –vi
que ella no reaccionaba a nada de lo que le decía --¿Vega?
--Hazlo otra vez.
--¿Qué cosa?
--Aráñame. Hazlo con fuerza –cuando levanto la mirada
note como sus pupilas estaba dilatadas, casi cubriendo completamente sus ojos.
Yo hice lo que me dijo, con aun más fuerza que la vez
anterior, haciendo que ella gimiera fuertemente en mi oído. Repetí la acción
una y otra vez, ella solo se aferraba a mi espalda y gemía cada vez que mis
uñas pasaban por su piel. Sentí como mi humedad aumentaba con solo oírla.
--No sabía que eras masoquista, Vega –acomodé mis manos
sobre las marcas que había dejado en su espalda y las acaricie. Subí hasta
llegar al broche del corpiño y lo quite.
--Yo…tampoco –la sentía jadear cerca de mi oreja –Es mi
turno.
Nuevamente me vi entre su cuerpo y el sillón. Se acercó a
mi cuello y lo beso haciendo que varios suspiros y gemidos salieran de mí, sin
que pudiera hacer algo para controlarlos. Tomo mis pechos y los amasó haciendo
que mi éxtasis aumentara. Siguió bajando con su mano diestra hasta que llego al
borde de mis jeans y sin pedir permiso soltó el broche y bajó el zíper
adentrando su mano en mi zona más sensible. Cuando toco por primera vez mi clítoris
no pude evitar gritar de éxtasis, a lo que ella solo llego hasta mi boca y cayó
mis gritos de placer con sus labios. Sentí como se abría paso a través de mis
labios mayores y menores, hasta llegar a mi entrada.
--¿Puedo?
--Es un poco tarde para preguntar.
--Tienes razón –ella solo sonrió y me beso mientras
sentía como lentamente entraba con uno de sus dedos hasta lo más profundo de mi
ser.
La sentí salir y entrar lentamente, acariciaba varias
partes de mi cuerpo. Yo solo me aferré a su espalda o de lo que pudiera
sostenerme para no caer en el abismo que era Victoria Vega. Sentí como un
segundo intruso ingresaba a mi interior y mi placer aumentaba. Se sentía
demasiado bien, jamás me había sentido así, ni con Beck. Para él era solo
entras y terminar, pero con Vega alcanzaría por primera vez un orgasmo.
--Vega…Voy a llegar ¡Dios!
Decirle fue como si hubiera accionado un botón porque
rápidamente me quito las botas y el resto de mi ropa y cambio de posición. Subió
mis piernas hasta sus hombros y acerco su rostro a mi zona intima lamiendo a
sus anchas los fluidos que habían quedado en la zona. Sentí como su lengua
entraba en mí y me recorría entera mientras con sus dedos se ayuda estimulando
mi clítoris. Lo podía sentir, está cerca. Tome la cabeza de Vega y la acerque más
en un intento de poder sentir más placer. De repente Vega cambio, con su lengua
recorría mi clítoris mientras que me penetraba con sus dedos cada vez con más
fuerza, y no fue hasta que sentí como ella mordía mi clítoris que fue que sentí
como una corriente eléctrica me recorría por completo, mis músculos se
contrajeron por unos segundos y luego se relajaron. Con que esto es un orgasmo. Podría acostumbrarme.
Vega me dejo una posición cómoda, pero desde donde estaba
pude ver como se relamía los labios y dedos.
--Eres increíblemente deliciosa, Jade.
--Eres una pervertida, Vega –dije mientras sentía como
mis mejillas se coloreaban de rojo.
--Puede ser –ella lentamente se acostó sobre mí y me
abrazo haciendo que mis sentidos se inundaran de su aroma –Pero seré tu
pervertida…si me dejas. Me encargare de enamorarte todos los días, hasta que
decidas estar conmigo. Te lo dije antes, no es necesario que me digas ahora,
tómate tu tiempo. Pero cualquier decisión que tomes, por favor házmela saber.
--Por ahora no quiero pensar en lo que pueda pasar
mañana, o en un par de horas. Quiero pensar en el ahora. Y ahora solo quiero
poder llevarte a un fantástico orgasmo, como el que me hiciste alcanzar.
Pronto nos encontramos en iguales condiciones. Aunque no
quisiera admitirlo estaba nerviosa, era la primera vez que tocaba a una mujer de esta forma. Aunque para Tori
también era la primera vez no se había notado, quizás fue porque dejo que sus más
bajos instintos tomaran riendas en su cuerpo. Así que yo haría lo mismo.
Lentamente introduje un dedo dentro de ella, teniendo
cuidado ya que tenía las uñas demasiado largas y no quería lastimarla. Acomode
una rodilla entre sus piernas, justo debajo de mi mano y con ella empuje hasta
lo más profundo de su ser. Ella suspiro y gimió en mi oído mientras que las
estocadas se hacían más fuertes. Sentía como sus paredes apretaban mi dedo;
quería que ella se sintiera tan bien como yo, así que cuando tuve la
oportunidad de adentrar otro dedo lo hice, con mucho esfuerzo pero lo logre.
Bese sus labios bajando por su cuello, perdiéndome en sus pechos y en esa tabla
de chocolate que era su abdomen, cuando llegue a su monte de venus la sentí
apretar más mis dedos, estaba cerca. Baje aún más, justo a la altura de su
clítoris y lo lamí. Tengo que admitir que era un sabor muy peculiar, no era
malo, pero tampoco era sabroso, pero de alguna forma era adictivo.
--¡Jade! –vi como Vega se aferraba al cojín del sillón,
iba a llegar. Lleve mi mano hasta la suya y la sujete con fuerza.
Cada vez me era más difícil penetrarla, hasta que sentí
un fuerte gemido. Sus paredes comprimieron mis dedos, aunque solo por unos
segundos, luego de eso se relajaron. Cuando eso pasó por fin pude salir de su
interior y caí rendida sobre su cuerpo. Como pude la bese y luego me deje estar
sobre su pecho. Sentía su corazón y su agitada respiración, estos solo me
llábana a dormir.
Sentí como el sueño me visitaba, solo quería dormir. Y
las caricias de Vega en mi espalda y cabello no ayudaban.
Te
amo, Jade. Te amo.
Luego de eso no supe más. Pude sentir como una luz me
daba en la cara así que abrí los ojos. Grande fue mi sorpresa cuando me vi en
mi cama y vestida. Mire a todos lados buscando a Tori, pero no la encontré.
¿Había
sido un sueño? No, se sintió muy real para serlo.
Note también otro detalle: estaba vestida. Mire mi
habitación; mi desastre seguía allí.
No
puede haber sido un sueño…
Sentí como las lágrimas inundaban mis ojos. Lo había
sentido tan real, me había sentido por primera vez amada por alguien y todo
había sido una jugarreta de mi imaginación.
Tome lo primero que encontré a la mano y lo lancé lejos
hasta que se estrelló justo a un lado de la puerta al tiempo que esta se abría.
--¡Wow! Jade, casi me vuelas la cabeza. ¿Qué te pasa? ¿Estás
bien? ¿Te duele algo? –vi que dejaba sobre la mesa de noche dos tazas de café.
--¿Tori? –Sentía como mis lágrimas seguían cayendo por
mis mejillas hasta perderse en algún lugar -- ¿No fue un sueño?
--No, Jade. No lo fue. –Solo me lance a sus brazos y
llore.
--¡No me vuelvas a dejar sola!
--Lo siento Jade, nunca más lo hare. No te dejare sola.
–ella se metió en la cama y me abrazo de forma protectora.
--Dios, mira como me poner Vega.
--Lo siento –sentí como besaba mi cabeza y acariciaba mis
brazos –traje café, no tenías café colombiano así que lo hice con el café
instantáneo, pero usando el mismo método, el sabor no es igual, pero el aroma
es intenso –tomo las tazas y me extendió una de ellas. Me lleve la taza a la
nariz y aspire el aroma. Era intenso, justo como Tori había dicho.
--¿Qué hora es? ¿No vas a tener problemas o sí?
--¿Te estas preocupando por mí? –la sentí acomodarse en
mi cuello mientras lo besaba y recorría con la punta de su nariz.
--Ni en tus sueños Vega –le di un sorbo a mi café y quede
impresionada con su sabor.
¿Era
el mismo café que tenía en la alacena?
--No te preocupes por eso. Mis padres se fueron de
segunda luna de miel y Trina está dando una fiesta en casa y como no estoy invitada
no tengo donde quedarme esta noche, ni a nadie a quien preocupar. ¿Puedo
quedarme esta noche?
--No me digas que todo esto fue porque necesitabas un
lugar para quedarte –la mire con ira fingida, pero como soy una excelente
actriz se veía real.
--¡Cómo crees! Enserio te amo, Jade. No ocuparía un truco
tan sucio solo para poder tener un lugar donde dormir –vi como ella tomaba la
taza que tenía en mis manos y la volvía a poner sobre la mesa de noche junto a
la otra –Todo lo que paso esta tarde era real, 100% real.
--No sé si creerte…
Antes de darme cuenta Vega me estaba besando. Poco a poco
me fue recostando sobre la cama hasta que estuvo completamente sobre mí. Sentí
como sus manos recorrían mi anatomía y se perdían en mis pechos haciendo que
rompiera el beso para poder gemir.
--Pues créeme porque estoy a punto de demostrártelo otra
vez.
--El café se enfriara.
--Te preparare todo el café que quieras, pero ahora tengo
algo que demostrar.
Durante gran parte de la noche nos amamos y entregamos
mutuamente una y otra vez hasta que volvimos a caer rendidas en el sueño.
A la mañana siguiente un ruido molesto me despertó. Luego
de salir del delgado hilo que hay entre la conciencia y el subconsciente me di
cuenta de que era una alarma, pero no era mía. Trate de moverme para poder
apagarla pero no pude, alguien me lo impedía. Sentí una agradable aroma a
vainilla inundar mis sentidos. Fue cuando todos los recuerdos de la noche y
tarde anterior me atacaron.
Me había entregado a Tori en muchas ocasiones el día
anterior y no me arrepentía.
Escuche como Tori gruñía y estiraba el brazo hasta dar
con su pearphone y apagar la alarma.
--Buenos días –le dije para que por fin despertara.
--Uno de estos días estos sueños me van a terminar
volviendo loca –vi como tomaba su mejilla y la estiraba --¡Auch!
--Es segunda vez que me confundes con un sueño Vega,
¿Cuántos sueños mojados haz tenido conmigo?
--¿No es un sueño? ¡Dios, qué pena! –me dio la espalda y
se tapó el rostro. Solo en ese momento note las marcas que deje en su espalda.
--Lo siento –Suavemente acaricie las marcas, habían
quedado muy feas, no eran simples marcas rojizas como pensé que eran, algunas
habían sangrado.
--¿Por las marcas? No me arrepiento Jade, todo sana.
Incluso esto. Por lo menos puedo cubrirlas, solo tengo que limpiar las heridas
para que no se infecten. ¿Podrías hacerlo por mí?
--Ya que me lo pides así, lo hare --Salí de la cama
y me encamine al baño, sentí su mirada
en mi todo mi cuerpo, sabía que estaba desnuda, pero no me haría mal tentar un
poco a Vega –Aunque no sirve de mucho si no te bañas antes ¿Vienes? –como su
fuera un perrito faldero Vega me siguió hasta el baño.
Creo que el recibo del agua tendrá una pequeña alza.
Luego de habernos amado nuevamente en la ducha nos vestimos; claro, le preste
algo de ropa a Vega ya que el hecho de que se quedara no estaba en los planes
de ninguna de las dos. Aunque la deje desnuda de cintura hacia arriba.
--Recuéstate boca abajo –tome el botiquín y comencé a ver
qué era lo que podría usar, por suerte tenia crema cicatrizante, vendas y
gazas.
--¿Ya te había dicho que me gusta cuando me dominas? –la
vi acercar su rostro al mío y lo siguiente que sentí fueron sus labios contra
los míos en un beso corto.
--Te voy a dominar con mis tijeras si no me haces caso.
--Ok, ok.
Tome un poco de alcohol y moje un algodón. Por un momento
pensé en pasarle directamente el algodón sobre las heridas, solo para hacerla
sufrir un poco, pero al final no lo hice. Pase por alrededor de las heridas el
algodón para poder quitar cualquier tipo de mugre que pudiera infectar esas
heridas. Luego de eso aplique una generosa cantidad de crema sobre mis dedos
para pasarla sobre las heridas. Vi como tensaba su espalda, aunque quisiera
ocultarlo sabía que sentía dolor. La había rasguñado mucho sin darme cuenta.
Sentí como mi rostro enrojecía, estaba avergonzada. Una vez que cubre todos los
arañazos con la crema volví a notar la cantidad de rasguños, no tenía la
suficiente gaza pasa poder cubrirlo todo, tendría que vendarla, al menos hasta
que sanen un poco y puedan tener contacto con la ropa sin riesgo a infectarse.
--Tori, siéntate. Te vendare, no tengo las suficientes
gazas para cubrir tu espalda.
Ella obedientemente me hizo caso. Comencé desde arriba
para luego bajar. La función del vendaje era solo evitar el contacto con la
ropa, así que no había necesidad de hacerlo apretado, pero soy Jade West y
aunque Tori me guste tengo que hacerla sufrir un poco.
--¡Agh! ¡Jade, no tan fuerte! Lo estás haciendo a
propósito
--Tal vez –admití mientras volvía a jalar, apretando a un
más las vendas.
--¡Auch! Duele, sabes.
--Esa es la idea, Vega –termine por soltar los vendajes
–Eres una llorona, Vega.
--Claro, como la que se estaba quedando sin aire era yo.
Dios, me sentí como Elizabeth de piratas del caribe –cuando el vendaje estaba
listo ella tomo una polera de pabilo roja y se vistió –Se hace tarde, hay que
ir a la escuela. Vamos. Te preparare el desayuno.
Me extendió la mano para la tomara y yo solo la tome.
Sentí como una gran tranquilidad me inundaba. Miré nuestras manos, una muy
blanca, otra muy morena, ambas delgadas, aunque mi mano era un poco más pequeña
que la de ella. Por primera vez en toda mi vida me sentí protegida. Aunque con
Beck nunca me paso nada, cuando íbamos por la calle nunca me sentí segura con
su presencia, me sentía segura por las tijeras que tenía guardadas en mi
cintura. Ahora que sentía su calor podía asegurar de que sí, me siento segura y protegida. Bajamos a
la cocina para poder preparar algo para que pudiéramos comer, bueno Vega; no me
dejo ayudarla. Así que yo fui a sentarme a ver algo de televisión.
Vi como Vega tomaba el café de la alacena y servía una
cucharada de café en dos tazas,
luego servía un poco de agua –fría, creo- y
revolvía con la cuchara. Eso lo hizo como por un minuto y luego lo dejo y lo
repitió con la otra taza. Cuando estuvo listo se volvió a la cocina y prendió
un fogón y calentó un sartén. Luego de eso ya no pude ver nada, desde mi
posición no podía y olía delicioso aroma. Apague la televisión, que no estaba
viendo. Y me a ver qué estaba haciendo.
--Tostadas francesas, espero que sean de tu agrado Jade.
--¿Desde cuándo sabes cocinar? –Me acerque hasta quedar
detrás de ella y la abrace –Huele increíble.
--Siempre he sido buena. Solo que nunca quisiste probar
nada de lo que cocinaba cuando hacíamos reuniones en mi casa. ¿Por qué crees
siempre se hacían en mi casa? No era
solo porque nadie quería ir a casa de Robbie, o que la abuela de André este
loca, o porque nadie quiere conocer el hermano de Cat, o porque no quepamos en
el RV de…Lo siento
--Tranquila, no importa. Recuerdo una pizza y un atún
picante que me hizo no querer probar tu comida.
--Eso es un tema aparte. Me gusta cocinar, pero solo hace
poco empecé a ser buena en ello.
--También aprendiste a ser buena en otras cosas –estire
la mano y apague el fogón.
--Oye, estoy usando eso.
--Si, ahora estás haciendo otra cosa.
Nuestros labios se encontraron pero el timbre nos separó.
Yo solo la mire. No esperaba a nadie, mi padre estaba de viaje, nunca recibo
visitas. Mire la hora y eran las 7:30.
--Beck. Es el único que llegaría a esta hora a mi casa.
--Le dije que no te buscara. Al parecer no aprecia tanto
su rostro.
--Acabare con esto –me separe de Vega, pero esta me tomo
de la mano –Escucha Vega, puede que por ahora no sepa que está pasando en mi
cabeza, no sé qué es lo que siento o si siento algo. Solo el tiempo lo dirá, lo
que si se es que no quiero a Beck cerca, pero si te quiero a ti.
--Estaré aquí en la cocina terminando el desayuno,
tratare de que no se enfrié. Tomate tu tiempo.
El timbre volvió a sonar. Y esta vez fue acompañado con
la voz inconfundible de Beck.
--Jade, sé que estás ahí –abrí la puerta con brusquedad
esperando golpearlo en el proceso, pero no
fue así –Vaya forma de saludar.
--Que quieres Beck, lo nuestro acabo y ya no te hago
falta.
--Escucha Jade, sé que cometí un error, pero te amo,
cambiare. Voy a cambiar. No volveré a ver a nadie más que no sea a ti.
--No gracias.
--Jade, por favor –lo vi acercarse pero antes de que
llegara a mi saque mis tijeras y las coloque peligrosamente sobre su cuello.
--Escucha Beck. Si hay algo que no soporto es que me vean
la cara. Y tú ya lo hiciste. No te quiero cerca de mí, solo quedan un par de
meses para que HA acabe para nosotros, hasta entonces no te me acerques –iba a
cerrarle la puerta en la cara pero este no me lo permitió. Entro a mi casa y me
acorralo contra la puerta.
--Mira Jade, estas acabando con mi paciencia. Tú no
decides cuando acaba esto, lo decido yo y aún no termina.
--¡Suéltame!
--Suéltala, Beck –vi como Vega sujetaba desde la frente a
Beck y exponía su cuello al frio filo de un cuchillo carnicero.
--¿Qué haces aquí, Tori?
--Tal parece que no entendiste lo que te dije. Me aseguro
de que Jade este bien y que tu no la molestes.
--No tienes nada que hacer aquí, esto lo resolveremos
entre nosotros, como pareja.
--Expareja, Beck. No lo diré otra vez.
Sentí como Beck me soltaba así que aproveche de escapar y
de colocarme detrás de ella. Termino por soltarlo también y le abrió la puerta.
--Vete antes de que llame a la policía y te acuse por
violencia doméstica e intento de violación.
--¿De qué hablas? Yo no vine a hacer nada de eso, puede
que no haya reaccionado de la mejor forma pero…
--¿A quién le creerán? A la hija del jefe de policía Vega
o a un chico del que se tiene evidencia suficiente para acusarlo de agresión
luego de que reúna la evidencia suficiente en HA; hablamos de testimonios y de
las grabaciones de las cámaras.
--Esto no se ha acabado Tori –Beck solo camino hasta la
puerta y cerro con un portazo.
--Te equivocas, acaba de terminar.
--¡Dios, Vega! ¡¿Es que acaso estás loca?!
--Un poco, no pude evitarlo luego de ver cómo te empujo.
Mientras yo esté cerca nada te pasara. No si puedo evitarlo.
--Estas demente –sentí sus manos sobre mis caderas y yo
solo deslice mis brazos por su cuello –Pero me gusta.
Creo que hoy no habría escuela para ninguna de las dos.
Ya no recuerdo cuantas veces nos entregamos la una a la otra, pero si sabía
algo. Victoria, Tori, Vega me había demostrado que no importaba el género,
puedes amar a quien sea. Y puede que después de mucho tiempo haya encontrado
por fin a la persona que quiero en mi vida. Durante toda mi vida.